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Las referencias personales influyen negativamente en la imagen profesional

Más de un 22% de objetos personales hace que los demás duden de nuestra profesionalidad


La imagen de profesionalidad que los demás tienen de nosotros puede ser negativa si en nuestro entorno laboral hacemos o tenemos muchas referencias personales. A esa conclusión ha llegado un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Negocio Ross de la Universidad de Michigan. Asimismo, descubrieron que este tipo de conductas es, sobre todo, privativo de la sociedad norteamericana y no afecta a la gestión del personal de otras culturas. Por Raúl Morales.


Raúl Morales
07/10/2007

Demasiadas referencias a nuestra vida privada en el lugar de trabajo repercuten negativamente en la imagen profesional de un empleado, según investigadores de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan.

Investigadores de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan realizaron dos estudios separados con gerentes y reclutadores de empresas para evaluar si la percepción de profesionalidad se ve influenciada por el grado en que las personas reducen referencias sobre su vida personal, o no, mientras están en el trabajo. Asimismo, evaluaron si este tipo de conductas son algo privativo de la sociedad norteamericana o se puede extender al comportamiento de trabajadores y reclutadores de otras culturas.

En el primer estudio, se entregó a 95 administradores descripciones de trabajadores de los que se tenía una imagen profesional y poco profesional. Después se les pidió que hicieran el diseño de la oficina de cada trabajador. Para ello, tenían que colocar etiquetas de docenas de objetos que se encuentran en los lugares de trabajo en imágenes de colores.

Los investigadores incluyeron objetos relacionados con el trabajo (grapadora, carpeta de archivo, calculadora, etc.), objetos personales (fotografías familiares, pósters de artistas de cine, equipos deportivo, etc.) y objetos neutrales (plantas, relojes, pinturas de paisaje, etc.).

El sexo no influye

Los investigadores descubrieron que la imagen de alguien que es profesional, frente a la de alguien que no lo es, se refleja en la proporción de objetos referentes a su vida personal que se encuentran en su lugar de trabajo. El umbral para que los demás perciban que se es un buen profesional o no está en tener un 22% de objetos personales. Es decir, si más de uno de cada cinco objetos de nuestro lugar de trabajo es de carácter personal, es más fácil que el entorno laboral nos perciba como malos profesionales.

“La aversión general de borrar límites de lo personal/profesional en el contexto laboral refleja más las practicas de negocios estadounidenses que las de otras sociedades industrializadas”, dice Jeffrey Sánchez-Burks, profesor asistente de administración y organizaciones en la Escuela Ross de Negocios, en un comunicado. “Se espera de los estadounidenses poner de lado lo personal y concentrarse casi exclusivamente en asuntos específicos del trabajo al entrar a la oficina”.

La edad y el sexo de la persona no tienen un efecto importante en su imagen profesional. Es cierto, sin embargo, que los participantes en el estudio esperaban que las mujeres tuvieran menos objetos personales que los hombres.

“En la medida de que las referencias personales se vinculan más con las mujeres, que con hombres, puede ser que la gente espera que la identidad sexual femenina es algo que debe ser atenuado en el trabajo”, dice Jeffrey Sánchez-Burks.

Típicamente americano

En el segundo estudio, Sánchez-Burks y sus colegas contactaron con reclutadores de distintos sectores para evaluar materiales de candidatos estadounidenses y brasileños. Estos materiales incluían descripciones sobre lo que dirían esos candidatos en reuniones con clientes para establecer una buena comunicación.

Algunas de esas descripciones hicieron una referencia relativamente insignificante a la vida fuera del trabajo del cliente, como comentar la fotografía familiar en el escritorio.
Los investigadores descubrieron que los reclutadores evalúan más favorablemente a los candidatos estadounidenses cuando no hacían referencias a la vida personal de los clientes. Sin embargo, las evaluaciones de los candidatos brasileños no se vieron demasiado afectadas, aunque mencionaban a menudo temas personales.

Es decir, los norteamericanos tienen menos opciones de ser contratados si tienden, de una manera u otra, ha mezclar temas personales y profesionales. Sin embargo, los responsables de recursos humanos de las empresas en ese país no le dan importancia si quien lo hace es claramente de otra cultura.

“Referencias personales mínimas al lugar de trabajo, incluso para establecer más comunicación, pueden tener una influencia negativa en la evaluación personal en una compañía estadounidense y en el éxito del proceso de contratación”, dice Sánchez-Burks. “Los resultados del estudio sugieren que el concepto de profesionalismo en términos de minimizar los referentes personales es una característica que llega con la experiencia de vivir en los Estados Unidos, más que una característica cultural universal sobre el significado de ser profesional.”, concluye.



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