Ficha Técnica
Título: El Dios de nuestros padres. La “gran novela” de la Biblia
Autor: Aldo Cazzullo
Edita: HarperCollins Ibérica, S.A., Madrid, 2025
Traducción: Arianna Alessandro
Fotografía del autor: Giulia Natalia Comito
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 366
ISBN: 978-84-1064-330-7
Precio: 20,90 euros
Quizás el subtítulo del libro pueda llamar a engaño: La gran novela de la Biblia. Sería imposible reducir a algo más de trescientas páginas un libro que supera con creces las de esta obra de Aldo Cazzullo.
Lo que hace el autor es novelar los pasajes más novelables de la Biblia. De hecho, como demuestra a lo largo de su ensayo, varios de ellos han sido llevados al cine o a la literatura. Y lo que, con gran acierto, hace es resumir el argumento, volcando en lenguaje actual el muy complejo del libro sagrado, intercalando frases extraídas de él. Recurre, así mismo, a ejemplos hodiernos que son como una reiteración de un hecho que se repite tras más de dos mil años de historia.
Así lo expresa el propio autor en el Prólogo, cuando nos explica que la Biblia es la autobiografía de Dios sobre la que se han publicado miles de diferentes libros “pero hay un elemento que ha permanecido estable, que no ha cambiado: el argumento. […] la Biblia no es solo un conjunto de normas y reglas. Es sobre todo palabras e historias”.
En el principio
No puede tener otro principio este libro que no sea la historia de la creación, con Adán, Caín, Abel, Noé y la torre de Babel. Son varios episodios refundidos en una narración con palabras y técnicas actuales.
Lógicamente, el autor saca sus propias conclusiones. Así, ante la tradicional concepción del pecado original, situado en la desobediencia de nuestros primeros padres, apunta que “queda abierta otra posibilidad: que el mal esté dentro de nosotros. La verdadera tentación es la soberbia, el egoísmo y el narcisismo. Es la ilusión de la eternidad y de la omnisciencia, que hoy se presenta con formas nuevas, como la clonación o la inteligencia artificial”.
La historia del diluvio universal y Noé tiene su par en narraciones procedentes de otras zonas culturales; aquí la revive el autor en un lenguaje actualizado, pasando, cómo no, por el primer estado de ebriedad protagonizado por este patriarca. Y, con la torre de Babel el hombre parece regresar a sus orígenes en el Edén, pretendiendo alcanzar lo más alto y querer ser como Dios.
De Abrahán a Isaac
Asistimos a la relación del Señor con estos patriarcas y podemos contemplar la destrucción de Sodoma y Gomorra y, al acercarnos al sacrificio de Isaac, parece que ese lugar, Moria es el sitio donde Salomón construye su templo y donde se levantará la Cúpula de la Roca, nombre que le viene por considerar que alberga la roca del sacrificio del hijo de Abrahán; un enclave escenario de enfrentamientos entre musulmanes e israelíes. No se resiste el autor a referirse al conflicto de Oriente Medio, en el que otro Isaac, de apellido Rabin, muere asesinado por un fundamentalista israelí por haber firmado los acuerdos de Oslo con Yasir Arafat.
José
“La historia de José es tal vez mi favorita. Resulta de una modernidad asombrosa, también porque se basa en la interpretación de los sueños. Es una historia en la que, contrariamente a las que preceden y las que la siguen, Dios habla muy poco. Se manifiesta de otras formas. Sobre todo, a través de los sueños”. Hecho que evoca al padre del psicoanálisis, Freud, y su interpretación de las imágenes oníricas.
En efecto: todo lo que ocurre en torno a este personaje bíblico constituye un moderno guion llevado a la pantalla. Pero, aparte de lo novelesco de la situación, destaca Cazzullo la difícil relación entre Dios y el hombre y cómo se da una constante en este libro sagrado: a cada nueva generación, Dios debe volver a ganarse al hombre.
Las diferencias entre Raquel y Lía cobran protagonismo para mantenernos interesados en la resolución del conflicto entre ambas. Y la lucha de Jacob contra el ángel, evoca al combate entre Muhammad Ali y Joe Frazier, en el que el primero resiste heroicamente los quince asaltos.
Otros detalles curiosos se nos ofrecen, como el matrimonio reparador por el que un violador, si se casaba con su víctima, era absuelto del delito, una costumbre que en Italia llegó a estar amparada por la ley, permaneciendo vigente hasta 1981. Tal y como ocurría a los personajes bíblicos y sus costumbres.
Moisés
Capítulo propio merece este personaje. Como dice el autor, “si el protagonista de la Biblia es Dios, el coprotagonista es Moisés”. ¿Quién no recuerda a Charlton Heston interpretando al personaje en Los diez mandamientos, cubierto con su manto rojo y portando las tablas de la ley? En dibujos animados, El príncipe de Egipto recrea su aventura, mientras que el personaje sirve de inspiración a artistas de la talla de Miguel Ángel para reproducir su rostro en su extraordinaria escultura.
Las diferentes plagas que sufre el faraón por negarse a dejar salir al pueblo sugieren diferentes situaciones actuales, como la creciente desertificación o la idea de una subversión de la naturaleza.
La travesía del Mar Rojo trae a la mente del autor lo ocurrido el 6 de octubre de 1973, cuando otro ejército egipcio estaba a punto de lanzar un ataque contra los hebreos.
Por supuesto, el análisis de los mandamientos recogidos en la Biblia traduce sus instrucciones a situaciones actuales. Por ejemplo, cuando el segundo nos pide no tomar el nombre de Dios en vano, no se refiere únicamente a no blasfemar, sino a no instrumentalizar a Dios con fines ideológicos o militares. Honrar a los padres supone también hacerlo con la patria.
No podía faltar la cita al Arca de la Alianza, ese sagrado símbolo del contrato entre Dios y su pueblo que ha despertado la fantasía a lo largo de los siglos hasta nuestros días, como ocurre con las aventuras de Indiana Jones.
La tierra prometida
La travesía por el desierto hasta llegar a la tierra prometida no es solo una marcha militar; es, ante todo, un viaje espiritual, plagado de peligrosas situaciones. Por citar un ejemplo, la aparición de Baal, deidad principal de los habitantes de la tierra de Canaán, dios de la fertilidad y de la fecundidad, vinculado a ritos procreativos y sexuales.
Baal es el Balbec, nombre que Marcel Proust da al pueblo normando donde el protagonista de la Recherche veraneará y conocerá a su gran amor, Albertine. Derivado de Baal es Belcebú, cuya traducción es El señor de las moscas, como ocurre en la famosa novela de William Golding.
Pero la historia no se detiene. Aparece en escena Josué, quien detuvo el sol para poder ganar completamente la batalla que mantenía. Todo ello en su intento de alcanzar la tierra prometida que, según el autor, es una alegoría de la lucha entre el bien y el mal.
Sansón, David, Salomón
La historia de Sansón es más conocida por las reiteradas películas sobre el tema: Hércules contra Sansón, Combate de gigantes, Sansón y Dalila. Y Gad Lerner, en su libro Gaza, en referencia a la masacre de palestinos en la zona que el ejército israelí está llevando a cabo, cita la última frase que pronunció el héroe: “Muera yo con los filisteos”, preguntándose si Israel no se está arriesgando a perderse a sí mismo.
Otro héroe es el que llegó a ser el rey David, quien, siendo un humilde pastor, derrotó a Goliat, el imponente filisteo, lo que provocó la envidia de Saúl, que pretendió, sin éxito, eliminarlo. Enamorado de Betsabé, la esposa de Urías, ordena David a su general que sitúe al militar a luchar en primera línea a fin de que muera y poder acceder a su hermosa viuda; pecado que Natán le hizo reconocer. Historia que lleva al autor a considerar la situación de viudas tras perder a sus maridos, planteándose un nuevo matrimonio, y trayendo a colación la figura del general Giuseppe Perotti, una de las figuras más luminosas de la resistencia italiana, fusilado por los fascistas, quien antes de morir invita a su mujer a contraer nuevas nupcias para el bien de sus tres hijos.
¿Quién no ha oído hablar del rey Salomón y su prudente justicia? La más famosa de sus decisiones fue la que tomó cuando dos prostitutas se disputaban ser la madre de un bebé. Fue él quien levantó el templo, destruido tanto por Vespasiano como por Tito y del que solo queda en pie el Kotel, el Muro de las Lamentaciones.
Mujeres bíblicas. El Cantar de los Cantares
No falta en esta obra un apartado dedicado a las grandes mujeres de la Biblia: Débora, Yael, Rut, Susana, Judit y Ester. La profetisa Débora promueve a Yael para que mate al comandante de los cananeos, Sísara. Alaba la dulzura de Rut, la fuerza de Judit (recuerda el cuadro de Artemisia Gentileschi, Judit decapitando a Holofernes): cómo Ester salvó al pueblo judío; la fortaleza de Susana plantando cara a sus acosadores, airados por no haber conseguido que ella satisficiese sus libidinosos deseos.
Aunque carentes de fuerza narrativa, no deja de lado el autor a dos libros importantes del Antiguo Testamento: el Cantar de los Cantares y el Eclesiastés. Nadie sabe la razón por la que un libro como el Cantar de los Cantares está en la Biblia y qué función tiene; pero sí es seguro que ningún libro bíblico exalta a la mujer como lo hace este poético texto.
El Qohélet, el Eclesiastés, no cuenta una historia, sino que consiste en una recopilación de reflexiones, con una visión sobre el hombre y la historia. Son famosos muchos de sus párrafos: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, “lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol”.
El diablo, que tan presente está en la tradición religiosa, tiene especial acto de presencia en la historia de Tobías y Job. Especialmente en la segunda tiene un destacado protagonismo, porque entabla diálogo con Dios, apuesta con Él, resultando siempre perdedor porque la paciencia de Job y su sumisión y aceptación de la voluntad divina han pasado a ser símbolo universal.
El último capítulo del libro alude al profeta Ezequiel, así como a la esperanza en la resurrección de la carne, la vida eterna, profeta que alcanzó fama en la película de Quentin Tarantino Pulp fiction, que resulta un homenaje al personaje bíblico.
Concluyendo
Como reconoce el autor, “la Biblia es mucho más de lo que está en estas páginas, las cuales no tienen en absoluto la pretensión de ser exhaustivas. Al contrario, aspiran más bien a que te animes a leerla entera y a conocer aquellas historias que no se han tratado en este libro y que, sin embargo, son maravillosas”.
Sentada esta premisa, es indudable que el esfuerzo de Aldo Cazzullo por contarnos el libro sagrado en un lenguaje actualizado y con unas dimensiones más acordes con la extensión habitual en las narraciones de hoy, se ve recompensado con el éxito.
El lector se sentirá atrapado por cada una de las aventuras que hallará en estas páginas; quizás, un tanto abrumado por la abundancia de personajes que se suceden con nombres que, siéndonos familiares en muchos casos, no son ampliamente conocidos.
Tal estilo narrativo no impide centrarnos en lo esencial de su mensaje: la relación del hombre con Dios, el Dios de nuestros padres, como reza el título de la obra. Cada personaje y su entorno gira continuamente en la manera en que dialoga con su creador, con su protector, con su cuidador.
En suma, el texto se encuentra redactado en un lenguaje muy asequible, cercano, que justifica el gran éxito cosechado en la patria del autor, Italia. Y, desde luego, resultará una muy amena y atractiva lectura. A lo que ayudará en gran medida la extrapolación que el autor hace de su narración trasladándola a situaciones muy posteriores en el tiempo y que alcanzan, con frecuencia, a nuestros días.
Podemos cerrar con estas palabras de Cazzullo: “La Biblia no es un libro edificante. Ciertamente transmite a menudo valores morales universales; sin embargo, lo hace a través de historias terribles. Historias que pueden ser dolorosas de contar y leer. Además, en la Biblia hay tal cantidad de historias que a veces su lectura se hace densa y difícil de disfrutar para un lector contemporáneo, acostumbrado a la sencillez y la brevedad”.
Índice
Prólogo
1. LA CREACIÓN
La luz y el tiempo
Y la mujer le dio al hombre una vida
Abel y la primera sangre
La vida infinita de Matusalén
El diluvio: matar a todos no sirve de nada
El primer vino y una torre demasiado alta
2. LA FUNDACIÓN
“Serán benditas todas las familias de la tierra”
El Señor llegará como fuego
Sodoma, Gomorra y las hijas de Lot
Agar e Ismael en el desierto
El sacrificio de Isaac
La dulce Rebeca
3. EL HIJO DEL AMOR
Por un plato de lentejas
Una novia velada
El hijo de la mujer amada por Jacob
El que lucha con Dios
José esclavo de los egipcios
El vicio de Onán y la lujuria de Judá
“Acuéstate conmigo”
Siete vacas gordas y siete vacas flacas
“¡Yo soy José, vuestro hermano!”
4. LA LIBERACIÓN
Salvado de las aguas
“Yo soy el que soy”
Las plagas de Egipto
La matanza de los primogénitos
La guerra del Mar Rojo, tres mil años después
El maná del cielo
Los diez mandamientos o, mejor dicho, los nueve
Jesús y Moisés
El Arca de la Alianza
El becerro de oro y los cuernos de Moisés
No comas murciélagos y lleva mascarilla
El jubileo y el chivo expiatorio
5. LA CONQUISTA
El primer censo
Doce exploradores en la tierra prometida
La serpiente de bronce
Baal, el enemigo de Dios
Moisés tampoco entrará en la tierra prometida
“Ven con Josué a luchar en Jericó”
Y Josué detuvo el sol
6. EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS
Trescientos hombres bebieron llevándose el agua a la boca con las manos
La hija de Jefté
El acertijo de Sansón
Las puertas de Gaza
Una historia terrible (que el lector se puede saltar)
Un rey para los hebreos
¿Dónde está el Arca de la Alianza?
Saúl, el más alto
David, el más pequeño
La cabeza de Goliat
La bruja y el espíritu
7. EL TEMPLO
La danza de David delante del Arca
El marido de Betsabé
Una violación en la familia real
El cabello demasiado largo de Absalón
La despedida de David
El juicio de Salomón
El Templo y los templarios
8. LAS MATRIARCAS
La estaca de Yael en la cabeza de Sísara
La mujer ideal: la dulzura de Rut
La fuerza de Judit
Cómo Ester salvó al pueblo judío
La reina sabe cómo hacerse obedecer
Susana les planta cara a sus acosadores
9. AMOR Y MUERTE
“¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres!”
“Porque fuerte como la muerte es el amor”
“Tiempo de guerra, tiempo de paz”
10. EL ÁNGEL Y EL DIABLO
Tobías, el ángel y el perro
El pez milagroso
Asmodeo se va volando a la región de Egipto
La paciencia de Job
Dios apuesta con Satán
El juicio a Dios
11. LA PROFECÍA
Eliseo y Lázaro
El valle de los huesos vivientes
Nota del autor y agradecimientos
Título: El Dios de nuestros padres. La “gran novela” de la Biblia
Autor: Aldo Cazzullo
Edita: HarperCollins Ibérica, S.A., Madrid, 2025
Traducción: Arianna Alessandro
Fotografía del autor: Giulia Natalia Comito
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 366
ISBN: 978-84-1064-330-7
Precio: 20,90 euros
Quizás el subtítulo del libro pueda llamar a engaño: La gran novela de la Biblia. Sería imposible reducir a algo más de trescientas páginas un libro que supera con creces las de esta obra de Aldo Cazzullo.
Lo que hace el autor es novelar los pasajes más novelables de la Biblia. De hecho, como demuestra a lo largo de su ensayo, varios de ellos han sido llevados al cine o a la literatura. Y lo que, con gran acierto, hace es resumir el argumento, volcando en lenguaje actual el muy complejo del libro sagrado, intercalando frases extraídas de él. Recurre, así mismo, a ejemplos hodiernos que son como una reiteración de un hecho que se repite tras más de dos mil años de historia.
Así lo expresa el propio autor en el Prólogo, cuando nos explica que la Biblia es la autobiografía de Dios sobre la que se han publicado miles de diferentes libros “pero hay un elemento que ha permanecido estable, que no ha cambiado: el argumento. […] la Biblia no es solo un conjunto de normas y reglas. Es sobre todo palabras e historias”.
En el principio
No puede tener otro principio este libro que no sea la historia de la creación, con Adán, Caín, Abel, Noé y la torre de Babel. Son varios episodios refundidos en una narración con palabras y técnicas actuales.
Lógicamente, el autor saca sus propias conclusiones. Así, ante la tradicional concepción del pecado original, situado en la desobediencia de nuestros primeros padres, apunta que “queda abierta otra posibilidad: que el mal esté dentro de nosotros. La verdadera tentación es la soberbia, el egoísmo y el narcisismo. Es la ilusión de la eternidad y de la omnisciencia, que hoy se presenta con formas nuevas, como la clonación o la inteligencia artificial”.
La historia del diluvio universal y Noé tiene su par en narraciones procedentes de otras zonas culturales; aquí la revive el autor en un lenguaje actualizado, pasando, cómo no, por el primer estado de ebriedad protagonizado por este patriarca. Y, con la torre de Babel el hombre parece regresar a sus orígenes en el Edén, pretendiendo alcanzar lo más alto y querer ser como Dios.
De Abrahán a Isaac
Asistimos a la relación del Señor con estos patriarcas y podemos contemplar la destrucción de Sodoma y Gomorra y, al acercarnos al sacrificio de Isaac, parece que ese lugar, Moria es el sitio donde Salomón construye su templo y donde se levantará la Cúpula de la Roca, nombre que le viene por considerar que alberga la roca del sacrificio del hijo de Abrahán; un enclave escenario de enfrentamientos entre musulmanes e israelíes. No se resiste el autor a referirse al conflicto de Oriente Medio, en el que otro Isaac, de apellido Rabin, muere asesinado por un fundamentalista israelí por haber firmado los acuerdos de Oslo con Yasir Arafat.
José
“La historia de José es tal vez mi favorita. Resulta de una modernidad asombrosa, también porque se basa en la interpretación de los sueños. Es una historia en la que, contrariamente a las que preceden y las que la siguen, Dios habla muy poco. Se manifiesta de otras formas. Sobre todo, a través de los sueños”. Hecho que evoca al padre del psicoanálisis, Freud, y su interpretación de las imágenes oníricas.
En efecto: todo lo que ocurre en torno a este personaje bíblico constituye un moderno guion llevado a la pantalla. Pero, aparte de lo novelesco de la situación, destaca Cazzullo la difícil relación entre Dios y el hombre y cómo se da una constante en este libro sagrado: a cada nueva generación, Dios debe volver a ganarse al hombre.
Las diferencias entre Raquel y Lía cobran protagonismo para mantenernos interesados en la resolución del conflicto entre ambas. Y la lucha de Jacob contra el ángel, evoca al combate entre Muhammad Ali y Joe Frazier, en el que el primero resiste heroicamente los quince asaltos.
Otros detalles curiosos se nos ofrecen, como el matrimonio reparador por el que un violador, si se casaba con su víctima, era absuelto del delito, una costumbre que en Italia llegó a estar amparada por la ley, permaneciendo vigente hasta 1981. Tal y como ocurría a los personajes bíblicos y sus costumbres.
Moisés
Capítulo propio merece este personaje. Como dice el autor, “si el protagonista de la Biblia es Dios, el coprotagonista es Moisés”. ¿Quién no recuerda a Charlton Heston interpretando al personaje en Los diez mandamientos, cubierto con su manto rojo y portando las tablas de la ley? En dibujos animados, El príncipe de Egipto recrea su aventura, mientras que el personaje sirve de inspiración a artistas de la talla de Miguel Ángel para reproducir su rostro en su extraordinaria escultura.
Las diferentes plagas que sufre el faraón por negarse a dejar salir al pueblo sugieren diferentes situaciones actuales, como la creciente desertificación o la idea de una subversión de la naturaleza.
La travesía del Mar Rojo trae a la mente del autor lo ocurrido el 6 de octubre de 1973, cuando otro ejército egipcio estaba a punto de lanzar un ataque contra los hebreos.
Por supuesto, el análisis de los mandamientos recogidos en la Biblia traduce sus instrucciones a situaciones actuales. Por ejemplo, cuando el segundo nos pide no tomar el nombre de Dios en vano, no se refiere únicamente a no blasfemar, sino a no instrumentalizar a Dios con fines ideológicos o militares. Honrar a los padres supone también hacerlo con la patria.
No podía faltar la cita al Arca de la Alianza, ese sagrado símbolo del contrato entre Dios y su pueblo que ha despertado la fantasía a lo largo de los siglos hasta nuestros días, como ocurre con las aventuras de Indiana Jones.
La tierra prometida
La travesía por el desierto hasta llegar a la tierra prometida no es solo una marcha militar; es, ante todo, un viaje espiritual, plagado de peligrosas situaciones. Por citar un ejemplo, la aparición de Baal, deidad principal de los habitantes de la tierra de Canaán, dios de la fertilidad y de la fecundidad, vinculado a ritos procreativos y sexuales.
Baal es el Balbec, nombre que Marcel Proust da al pueblo normando donde el protagonista de la Recherche veraneará y conocerá a su gran amor, Albertine. Derivado de Baal es Belcebú, cuya traducción es El señor de las moscas, como ocurre en la famosa novela de William Golding.
Pero la historia no se detiene. Aparece en escena Josué, quien detuvo el sol para poder ganar completamente la batalla que mantenía. Todo ello en su intento de alcanzar la tierra prometida que, según el autor, es una alegoría de la lucha entre el bien y el mal.
Sansón, David, Salomón
La historia de Sansón es más conocida por las reiteradas películas sobre el tema: Hércules contra Sansón, Combate de gigantes, Sansón y Dalila. Y Gad Lerner, en su libro Gaza, en referencia a la masacre de palestinos en la zona que el ejército israelí está llevando a cabo, cita la última frase que pronunció el héroe: “Muera yo con los filisteos”, preguntándose si Israel no se está arriesgando a perderse a sí mismo.
Otro héroe es el que llegó a ser el rey David, quien, siendo un humilde pastor, derrotó a Goliat, el imponente filisteo, lo que provocó la envidia de Saúl, que pretendió, sin éxito, eliminarlo. Enamorado de Betsabé, la esposa de Urías, ordena David a su general que sitúe al militar a luchar en primera línea a fin de que muera y poder acceder a su hermosa viuda; pecado que Natán le hizo reconocer. Historia que lleva al autor a considerar la situación de viudas tras perder a sus maridos, planteándose un nuevo matrimonio, y trayendo a colación la figura del general Giuseppe Perotti, una de las figuras más luminosas de la resistencia italiana, fusilado por los fascistas, quien antes de morir invita a su mujer a contraer nuevas nupcias para el bien de sus tres hijos.
¿Quién no ha oído hablar del rey Salomón y su prudente justicia? La más famosa de sus decisiones fue la que tomó cuando dos prostitutas se disputaban ser la madre de un bebé. Fue él quien levantó el templo, destruido tanto por Vespasiano como por Tito y del que solo queda en pie el Kotel, el Muro de las Lamentaciones.
Mujeres bíblicas. El Cantar de los Cantares
No falta en esta obra un apartado dedicado a las grandes mujeres de la Biblia: Débora, Yael, Rut, Susana, Judit y Ester. La profetisa Débora promueve a Yael para que mate al comandante de los cananeos, Sísara. Alaba la dulzura de Rut, la fuerza de Judit (recuerda el cuadro de Artemisia Gentileschi, Judit decapitando a Holofernes): cómo Ester salvó al pueblo judío; la fortaleza de Susana plantando cara a sus acosadores, airados por no haber conseguido que ella satisficiese sus libidinosos deseos.
Aunque carentes de fuerza narrativa, no deja de lado el autor a dos libros importantes del Antiguo Testamento: el Cantar de los Cantares y el Eclesiastés. Nadie sabe la razón por la que un libro como el Cantar de los Cantares está en la Biblia y qué función tiene; pero sí es seguro que ningún libro bíblico exalta a la mujer como lo hace este poético texto.
El Qohélet, el Eclesiastés, no cuenta una historia, sino que consiste en una recopilación de reflexiones, con una visión sobre el hombre y la historia. Son famosos muchos de sus párrafos: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, “lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol”.
El diablo, que tan presente está en la tradición religiosa, tiene especial acto de presencia en la historia de Tobías y Job. Especialmente en la segunda tiene un destacado protagonismo, porque entabla diálogo con Dios, apuesta con Él, resultando siempre perdedor porque la paciencia de Job y su sumisión y aceptación de la voluntad divina han pasado a ser símbolo universal.
El último capítulo del libro alude al profeta Ezequiel, así como a la esperanza en la resurrección de la carne, la vida eterna, profeta que alcanzó fama en la película de Quentin Tarantino Pulp fiction, que resulta un homenaje al personaje bíblico.
Concluyendo
Como reconoce el autor, “la Biblia es mucho más de lo que está en estas páginas, las cuales no tienen en absoluto la pretensión de ser exhaustivas. Al contrario, aspiran más bien a que te animes a leerla entera y a conocer aquellas historias que no se han tratado en este libro y que, sin embargo, son maravillosas”.
Sentada esta premisa, es indudable que el esfuerzo de Aldo Cazzullo por contarnos el libro sagrado en un lenguaje actualizado y con unas dimensiones más acordes con la extensión habitual en las narraciones de hoy, se ve recompensado con el éxito.
El lector se sentirá atrapado por cada una de las aventuras que hallará en estas páginas; quizás, un tanto abrumado por la abundancia de personajes que se suceden con nombres que, siéndonos familiares en muchos casos, no son ampliamente conocidos.
Tal estilo narrativo no impide centrarnos en lo esencial de su mensaje: la relación del hombre con Dios, el Dios de nuestros padres, como reza el título de la obra. Cada personaje y su entorno gira continuamente en la manera en que dialoga con su creador, con su protector, con su cuidador.
En suma, el texto se encuentra redactado en un lenguaje muy asequible, cercano, que justifica el gran éxito cosechado en la patria del autor, Italia. Y, desde luego, resultará una muy amena y atractiva lectura. A lo que ayudará en gran medida la extrapolación que el autor hace de su narración trasladándola a situaciones muy posteriores en el tiempo y que alcanzan, con frecuencia, a nuestros días.
Podemos cerrar con estas palabras de Cazzullo: “La Biblia no es un libro edificante. Ciertamente transmite a menudo valores morales universales; sin embargo, lo hace a través de historias terribles. Historias que pueden ser dolorosas de contar y leer. Además, en la Biblia hay tal cantidad de historias que a veces su lectura se hace densa y difícil de disfrutar para un lector contemporáneo, acostumbrado a la sencillez y la brevedad”.
Índice
Prólogo
1. LA CREACIÓN
La luz y el tiempo
Y la mujer le dio al hombre una vida
Abel y la primera sangre
La vida infinita de Matusalén
El diluvio: matar a todos no sirve de nada
El primer vino y una torre demasiado alta
2. LA FUNDACIÓN
“Serán benditas todas las familias de la tierra”
El Señor llegará como fuego
Sodoma, Gomorra y las hijas de Lot
Agar e Ismael en el desierto
El sacrificio de Isaac
La dulce Rebeca
3. EL HIJO DEL AMOR
Por un plato de lentejas
Una novia velada
El hijo de la mujer amada por Jacob
El que lucha con Dios
José esclavo de los egipcios
El vicio de Onán y la lujuria de Judá
“Acuéstate conmigo”
Siete vacas gordas y siete vacas flacas
“¡Yo soy José, vuestro hermano!”
4. LA LIBERACIÓN
Salvado de las aguas
“Yo soy el que soy”
Las plagas de Egipto
La matanza de los primogénitos
La guerra del Mar Rojo, tres mil años después
El maná del cielo
Los diez mandamientos o, mejor dicho, los nueve
Jesús y Moisés
El Arca de la Alianza
El becerro de oro y los cuernos de Moisés
No comas murciélagos y lleva mascarilla
El jubileo y el chivo expiatorio
5. LA CONQUISTA
El primer censo
Doce exploradores en la tierra prometida
La serpiente de bronce
Baal, el enemigo de Dios
Moisés tampoco entrará en la tierra prometida
“Ven con Josué a luchar en Jericó”
Y Josué detuvo el sol
6. EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS
Trescientos hombres bebieron llevándose el agua a la boca con las manos
La hija de Jefté
El acertijo de Sansón
Las puertas de Gaza
Una historia terrible (que el lector se puede saltar)
Un rey para los hebreos
¿Dónde está el Arca de la Alianza?
Saúl, el más alto
David, el más pequeño
La cabeza de Goliat
La bruja y el espíritu
7. EL TEMPLO
La danza de David delante del Arca
El marido de Betsabé
Una violación en la familia real
El cabello demasiado largo de Absalón
La despedida de David
El juicio de Salomón
El Templo y los templarios
8. LAS MATRIARCAS
La estaca de Yael en la cabeza de Sísara
La mujer ideal: la dulzura de Rut
La fuerza de Judit
Cómo Ester salvó al pueblo judío
La reina sabe cómo hacerse obedecer
Susana les planta cara a sus acosadores
9. AMOR Y MUERTE
“¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres!”
“Porque fuerte como la muerte es el amor”
“Tiempo de guerra, tiempo de paz”
10. EL ÁNGEL Y EL DIABLO
Tobías, el ángel y el perro
El pez milagroso
Asmodeo se va volando a la región de Egipto
La paciencia de Job
Dios apuesta con Satán
El juicio a Dios
11. LA PROFECÍA
Eliseo y Lázaro
El valle de los huesos vivientes
Nota del autor y agradecimientos
Notas sobre el autor
Aldo Cazzullo nació en Alba, provincia de Piamonte, en 1966. Lleva treinta y cinco años informando de los principales acontecimientos italianos e internacionales, primero en La Stampa, y luego en el Corriere della Sera, del que es vicedirector ad personam y responsable de la sección de Cartas al director. Ha publicado treinta libros sobre la historia y la identidad italiana, vendiendo más de un millón y medio de ejemplares. Presenta además el programa Una giornata particolare en el canal de televisión La7. Roma. El imperio infinito es su primer libro publicado por HarperCollins, con gran éxito.
Aldo Cazzullo nació en Alba, provincia de Piamonte, en 1966. Lleva treinta y cinco años informando de los principales acontecimientos italianos e internacionales, primero en La Stampa, y luego en el Corriere della Sera, del que es vicedirector ad personam y responsable de la sección de Cartas al director. Ha publicado treinta libros sobre la historia y la identidad italiana, vendiendo más de un millón y medio de ejemplares. Presenta además el programa Una giornata particolare en el canal de televisión La7. Roma. El imperio infinito es su primer libro publicado por HarperCollins, con gran éxito.