Reseñas

La paradójica realidad de Dios

Juan Antonio Martínez de la Fe , 06/02/2021

Ficha Técnica

Título: La paradójica realidad de Dios
Autor: José Cobo
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2020
Colección: Fragmentos
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 336
ISBN: 978-84-17796-42-6
Precio: 21,50 euros

Es esta la segunda entrega de la trilogía que José Cobo nos presenta. La primera fue Incapaces de Dios, de la que dimos cumplida cuenta en Tendencias21. En este nuevo libro aborda una propuesta que constituye el fondo que subyace en su planteamiento.

Si antes nos habló de nuestra incapacidad para abarcar a Dios, hoy lo hace sobre una realidad de Dios que es paradójica. Y ¿por qué paradójica?: pues porque su presencia es justamente la de un ausente. Dios dio un paso atrás cuando la caída; y, desde entonces, su presencia solo se advierte en el rostro de quienes constituyó en su imagen: la de los más desfavorecidos, la de aquellos que más razones tendrían para dudar de Dios.

“Con este libro no hemos pretendido otra cosa que conferir una cierta legitimidad epistemológica, por decirlo así, a la experiencia de Dios que condujo a Israel a lo largo de su historia, aquella en la que Dios se revela en las situaciones en las que el cielo deviene impenetrable”. Así define el autor la meta perseguida con esta obra. Porque es la Biblia, y en ella el pueblo de Israel, el soporte para su tesis: la impenetrabilidad de Dios, que ha dado un paso atrás, manteniéndose ausente y encarnándose en el rostro de los pobres.

Y así es. La historia bíblica de Israel constituye el hilo conductor por el que José Cobo nos reitera, casi en cada página, la presencia por ausencia de Dios. En este sentido, y sin quitar valor a otros capítulos de la obra, cobra especial relieve el segundo de ellos, dedicado a analizar la fe de Israel.

La fe de Israel

Podemos, de este modo, ver cómo el pueblo elegido pasa del animismo inicial a la religión y, de esta, a la fe. Así, el Dios de Israel, enfrentado a los dioses del paganismo vigente en los pueblos que lo rodeaban, exige del hombre una respuesta, no solo un culto, como sucedía con los otros dioses. Es un Dios que no únicamente hace llover sobre el desierto o provocar un fuego devastador, sino que exige una respuesta del creyente más que un culto sacrificial.

Esto no supone una sola corriente dentro del judaísmo bíblico. Existe un Dios yahvista, el del encuentro personal que va en busca de sus elegidos, el que quiere algo del hombre. También está el Dios de la tradición elohísta, quien transmite sus propósitos a través de los sueños que han de ser interpretados. Del mismo modo, existe el Dios de la tradición sacerdotal, que necesita de los sacerdotes para comunicarse. Y, por último, figura el Dios de la tradición deuteronómica, el del monoteísmo estricto, el que decidió retirarse de la creación, un Dios en falta, el Dios de la realidad paradójica. Es una divinidad que está por venir, un porvenir ligado al hombre.

Desde la óptica de la Torá, la única imagen de Dios es la del huérfano, la del inmigrante, la del desprotegido, … No hay otra imagen de Dios que la de los sin Dios, la del hombre que clama por Dios que está en falta por haberse retirado.

Porque no se puede definir a Dios. Él rehúye la predicación; y el vínculo del creyente con Dios no depende de un saber acerca de Dios, sino de un hallarse bajo su voluntad o mandato. Así, cuando decimos que es misericordioso no expresamos un atributo, un predicado que lo define, sino que la misericordia bajo la que nos hallamos es de Dios, en tanto que debida a Él.

Estos párrafos no son sino unas breves pinceladas que pretenden ofrecer unas vías de entrada a este importante capítulo de la obra dedicado a la fe de Israel. Siempre basándose en las Escrituras, el autor va reiterando su tesis sobre la paradójica presencia del ausente y sobre su encarnación en los más desfavorecidos: la creación, la ley, los patriarcas, … Incluso se detiene en algunos fragmentos bíblicos y misceláneas bíblicas que mejor apoyan sus propuestas.

El mal

Por su relevancia, merece especial atención el capítulo que dedica al problema del mal, piedra de toque de cualquier clase de teísmos. Un problema al que se han encontrado diversas posibles respuestas desde los más variados ángulos, como las aportadas por Torres Queiruga o Manuel Fraijó, entre otros pensadores actuales.

“Tanto la bendición como la desgracia son debidas a la radical trascendencia de un Dios que va en busca de su quién, en busca de aquel sin el cual no quiere, ni consecuentemente puede, manifestarse como Dios”. Así plantea la cuestión el autor. Lo que viene a decir que, en última instancia, la desgracia obedece a que el hombre no quiso permanecer junto a Dios, la creación está rota y Dios da un paso atrás y desaparece.

El mal, por tanto, no obedece a que no hayamos hecho los deberes; no hay culto u obras que nos liberen del mal. “El mal responde a nuestra falta de respuesta al grito de Dios, el que se encarna en el llanto de los desposeídos”. Pero esta falta de respuesta va con el hombre. Nuestra desobediencia es constitutiva y no únicamente circunstancial.

Aún más: “Hay mal porque hay Dios”, lo que no quiere decir, evidentemente, que existe porque Dios lo desea, sino que esto es así porque el haber de Dios es el de un Dios cuya trascendencia acaricia la irrealidad, que no puede darse sin la respuesta confiada del hombre.

Pero el mal no es algo abstracto. Tiene una realidad: la del rostro del que sufre la falta de piedad de los hombres; por lo que solo nos puede justificar el perdón de nuestra víctima, el rostro de Dios. En cualquier caso, la existencia del mal no puede argumentar la inexistencia de Dios.

Aquí se hace evidente la necesaria distinción entre el Dios de la religión, un Dios con entidad, que premia y castiga, que pide culto, y el Dios del creyente, un Dios presente por su ausencia y que se encarna en el rostro de los desfavorecidos. La teodicea siempre intentó encontrar una solución inexistente al problema del mal ante ese Dios de la religión, un Dios que no puede convivir con una omnipotencia que no puede evitar el mal y una bondad infinita que no casa con evitarlo si goza de un infinito poder; pero fracasó justamente por partir de una idea equivocada de Dios.

Dios personal

Asunto igualmente a destacar es el carácter personal de Dios, por qué se habla de alguien en lugar de algo. La tesis del autor es que Dios, en sí mismo, es un Yo que aún no es nadie sin el fiat del hombre. Muchas corrientes actuales hablan de una fuerza, de una energía como fuente de cuanto es; y ponen como meta del ser humano terminar fundiéndose con ese Uno, con ese fondo nutricio, fuerza o espíritu que no acabamos de comprender. Sosteniendo esta postura, “puede que salgamos del fuego de la superstición para caer en las brasas de quien fantasea con el regreso al seno materno, al dominio en el que no hay separación o dualidad”.

Para Cobo, el único modo de legitimar epistemológicamente la fe en un Dios personal es apuntando a la existencia como tal, a lo que significa que estemos en el mundo como aquellos que deben comprenderse a sí mismos: ni las plantas ni las bestias existen, simplemente son, no hay en ellas diferenciación interna.

Temas como la redención, el superyó, la nada e, incluso, el comentario a dos películas judías, jalonan los capítulos de esta muy interesante obra. Las palabras del autor, al final del libro, ayudan a comprender el alcance de su contenido: “En cualquier caso, Dios no es el tema, y ello en nombre de Dios. El tema es propiamente el de lo debido a Dios, a su estar en falta. Y lo debido a Dios es el don de la vida y el deber de saciar el hambre de quien no tiene pan que llevarse a la boca”.

Concluyendo

Este libro, como segunda entrega de la trilogía que nos está ofreciendo José Cobo, constituye un siguiente y necesario paso de la primera, Incapaces de Dios, y nos deja a las puertas de la ya esperada tercera parte. Aunque cada una de ellas pueda ser leída de manera independiente, no cabe duda de que, para aspirar a todo el alcance del pensamiento del autor, es preferible una lectura continuada del conjunto.

No es una obra para ser leída con rápida superficialidad. Muy al contrario. Merece ser degustada y reflexionada pausadamente, si es posible, con el apoyo de los textos bíblicos que tan bien maneja el autor. Es muy amplio el abanico de puertas que abre a una nueva perspectiva, como pueden ser la cosmología, el modernismo o el psicoanálisis; temas todos ellos en los que los interesados encontrarán más que interesantes reflexiones.

Índice

Preliminar

I. MEMORANDO

1. De lo real y los tiempos modernos.- 2. Los límites de la designación.- 3. Meillassoux.- 4. Cosmovisión trascendencia.- 5. Anti-Parménides.- 6. Del tiempo y el espacio.- 7. Nihil.- 8. Experiencia y Modernidad.- 9. Un Dios imposible.- 10. El aún nadie.- 11. La moraleja del mito.- 12. Los dos sujetos.- 13. Sobre la verdad.- 14. La caída como principio hermenéutico.- 15. Anatomía elemental.- 16. Dar razón.

II. LA FE DE ISRAEL

1. La mala prensa de YWHW.- 2. Del animismo a la religión.- 3. Y de la religión a la fe.- 4. Frente al paganismo.- 5. El Dios fe y el dios de la religión.- 6. Las tradiciones bíblicas.- 7. El monoteísmo como contra-religión.- 8. Dios y los capaces de Dios.- 9. La gran diferencia.- 10. De la cercanía de Dios.- 11. El Dios único frente al dios supremo.- 12. Las dos trascendencias.- 13. Y de repente, el silencio.- 14. Lo que pasa y lo que acontece.- 15. Los orígenes de YWHW y el episodio del becerro de oro.- 16. La tensión entre el Templo y el profetismo.- 17. Sacrificio y obediencia.- 18. Sin Dios mediante.- 19. Alianza.- 20. La libertad bíblica.- 21. Sobre el temor de Dios.- 22. Monoteísmo y mesianismo.- 23. No hay concepto de Dios.- 24. Traduttore, traditore: una teología del nombre de Dios.- 25. La voz de Dios como la voz de los excluidos.- 26. El poder de Dios.

III. CREACIÓN

1. Creator.- 2. Creación y caída.- 3. El mito de la creación y el rechazo de la idolatría.- 4. Y vio que era buena.

b[IV. TEMPUS FUGIT]b

1. Sobre Dios y el tiempo.- 2. La circularidad del tiempo lineal.- 3. La diferencia entre los tiempos.- 4. Del juicio final.- 5. Apocalipsis.- 6. Tiempo y nihilismo.

V. DE LA LEY

1. La Ley y la shekinah.- 2. La Ley y el amor (1).- 3. La Ley y el amor (2).- 4. Del legalismo judío.- 5. Circuncisión.- 6. Shemá.

VI. PATRIARCAS

1. Moisés ante YWHW.- 2. YWHW como el Dios de los patriarcas.- 3. Moisés frente a Hammurabi.- 4. Abram, Abrahán.- 5. La fe de Abrahán.- 6. El Dios de Israel como el Dios (de lo) imposible.- 7. Lo imposible y la esperanza.

VII. FRAGMENTOS

1. Primer libro de los Reyes 19.- 2. Génesis 32,22-32.- 3. Génesis 18,16-33 (1).- 4. Génesis 18,16-33 (y 2).- 5. Éxodo 24,7.- 6. Oseas 6,6.

VIII. SOBRE EL MAL

1. Qohéler.- 2. La historia de Job y la tradición sapiencial.- 3. Con uno basta.- 4. Junto a Dios.- 5. Una teodicea imposible.- 6. YWHW y el Brahman.- 7. Como justificados.- 8. El experimento de Milgram y el Dios de las masacres.- 9. Milgram y la mancha original.- 10. Un apunte sobre la banalidad del mal.- 11. Con todo … .- 12. El chivo expiatorio.- 13. El inocente y la ley del mundo.- 14. El problema de Iván Karamázov con Dios.- 15. Amalek.

IX. PERSONA

1. Sobre el carácter personal de Dios (1).- 2. La inevitable personificación de Dios.- 3. Sobre el carácter personal de Dios (y 2).- 4. De la pobreza y la superioridad de Dios.- 5. Escisión y repliegue.- 6. El yo de Dios.

X. NEOPAGANISMO

1. Mera vida.- 2. Una espiritualidad sin confesión.- 3. La fe, el sentimiento de formar parte y la ciencia.- 4. Como arrancados o como separados.- 5. De ciegos y elefantes.- 6. La no dualidad.- 7. Star Wars como neopaganismo.- 8. Una difícil piedad.- 9. La búsqueda de la felicidad.

XI. REDENCIÓN

1. La dicha y la redención.- 2. Salvados.- 3. Sobre el superviviente.- 4. Acerca de los irreparable.- 5. La esperanza del genocida.- 6. Pol Pot y el fantasma.- 7. Spe.

XII. MISCELÁNEA BÍBLICA

1. Sinsentido y existencia.- 2. No estamos tan lejos.- 3. Bajar la mirada.- 4. Deseo de Dios.- 5. El mandato del Padre.- 6. El superyó y el culpable.- 7. Ciencia y alteridad.- 8. Lo subyacente y las postrimerías.- 9. Sobre la fe y la intolerancia.- 10. Hay Dios.

XIII. DOS PELÍCULAS JUDÍAS

1. En la zona gris.- 2. Dogville.

XIV. OBJECIONES MODERNAS (Y ALGUNA CONTRAOBJECIÓN)

1. Una pizca de metafísica.- 2. Filosofía y relato.- 3. Kant y Levinas.- 4. La nada frente a lo insólito.- 5. Todos somos Hume.- 6. Ambigüedad y lenguaje.- 7. Dios contra dios.- 8. Pandemia.- 9. Nietzsche, one more time.- 10. Desde fuera, desde dentro.- 11. Una religión de película.

Coda


Notas sobre el autor

José Cobo (Lleida, 1962) es licenciado en filosofía por la Universidad de Barcelona. Desarrolla su carrera docente en el Colegio de San Ignacio-Sarriá, donde imparte clases de historia de la filosofía. Su trabajo intelectual se centra en la necesidad de recuperar la dignidad epistemológica de la tradición cristiana sin caer en el antiguo fideísmo y en constante diálogo con, por un lado, la crítica moderna de lo trascendente, en particular la que encontramos en los escritos de Nietzsche, y, por otro, con las tendencias transconfesionales vigentes hoy en día. Su pensamiento es por un lado heredero de la teología de Karl Barth, Jürgen Moltmann y Eberhard Jüngel, así como del pensamiento judío de Franz Rosenzweig, Walter Benjamin y, sobre todo, Emmanuel Lévinas. Escribe diariamente en el blog La modificación. Es miembro de Cristianisme i Justícia, donde, desde hace unos años, imparte cursos sobre la significación y vigencia de la fe cristiana.
Es autor de Dios sin Dios (con Javier Melloni, Fragmenta, 2015), Incapaces de Dios. Contra la divinidad oceánica (Fragmenta, 2019).
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