Las personas que sufren insomnio tienen una presión sanguínea más elevada durante la noche, lo que puede producir problemas cardiacos, señala una investigación realizada por científicos de la Universidad de Montreal y la Universidad Laval de Canadá.

Esto se debe a que, mientras dormimos regularmente, la presión sanguínea decrece permitiendo que el corazón descanse. El insomnio no permite que este descanso se produzca, lo que a largo plazo puede suponer riesgos cardiovasculares y daños en el corazón.

En el estudio participaron 13 insomnes crónicos y 13 personas que dormían bien, todos ellos sanos. Los participantes pasaron 40 horas en un laboratorio, en total tres noches, en las que se midieron sus ciclos de presión sanguínea, relacionados con los ciclos de sueño.

Los resultados obtenidos tras las mediciones fueron claros y resultan importantes porque este trastorno del sueño afecta a más del 48% de la población en algún momento de su vida.

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