Las celebraciones de los cumpleaños suelen seguir una fórmula, entre ellas soplar las velas de la tarta. Una nueva investigación sugiere que este ritual no sólo hace que la experiencia en sí sea más memorable, sino que además mejora el sabor de dicha tarta.

El estudio revela que los rituales que realizamos antes de comer - incluso los aparentemente insignificantes - en realidad pueden cambiar nuestra percepción de los alimentos que comemos.

Realizada por científicos de la Carlson School of Management de la Universidad de Minnesota (EEUU), la investigación contó con cuatro experimentos que mostraron este tipo de rituales animan a saborear más y mejor la comida.

Asimismo, se comprobó que un mayor retraso entre el ritual y el consumo reforzaba estos efectos, incluso con un alimento de sabor más o menos neutro, como las zanahorias.

Por último, el estudio constató que la participación personal en el ritual es lo más importante porque aumenta "el interés intrínseco" de la comida.

Los investigadores sospechan que el efecto de los rituales podría extenderse a otras percepciones por eso, están pensando en hacer, por ejemplo, “que pacientes celebren rituales antes de una cirugía para luego medir sus consecuencias sobre el dolor y su curación”.

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