Tener un tatuaje puede reducir las probabilidades de conseguir un empleo. Esto es lo que ha afirmado Andrew R. Timming, especialista de la Escuela de Administración de la Universidad de St Andrews (Escocia), en la conferencia de la Asociación Británica de Sociología del Trabajo, celebrada ayer en Warwick

“Los contratantes tienen a valorar negativamente los tatuajes”, afirmó el especialista, a partir de un sondeo realizado a 15 gerentes involucrados en la contratación de personal. "La mayoría de los encuestados coincidieron en que los tatuajes visibles son un estigma".

Pero el problema no radica en los prejuicios de los propios directivos sino en que éstos se preocupan por lo que sus clientes puedan pensar de ellos, aclaró Timming.

A pesar de todo, el experto vaticinó que la creciente prevalencia de los tatuajes en las personas más jóvenes hará que, en un futuro, los tatuajes se conviertan en una forma de adorno del cuerpo en gran medida normalizada y aceptada.

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