TRABAJO Y EMPLEO

Bitácora

29/12/2008
Nadie duda, y menos aún en estos momentos de crisis en que el desempleo repunta de una forma que casi se había olvidado en muchos lugares, nadie duda, decimos, de la íntima relación que existe entre el empleo y la productividad. Por eso toman nueva actualidad las teorías y doctrinas sobre esta productividad en las empresas. Una de estas teorías es la de Ikujiro Nonaka, expresada en 1991 como artículo titulado The Knowledge-Creating Company. Artículo ampliado en 1995, en colaboración con Takeuchi.

El proceso de creación del conocimiento para Nonaka y Takeuchi es a través de un modelo de generación de conocimiento mediante dos espirales de contenido epistemológico y ontológico.
Es un proceso de interacción entre conocimiento tácito y explícito que tiene naturaleza dinámica y continua. Se constituye en una espiral permanente de transformación ontológica interna de conocimiento, desarrollada siguiendo 4 fases que podemos ver de forma gráfica en la siguiente figura:
Empleo y gestión del conocimiento

• La Socialización, es el proceso de adquirir conocimiento tácito a través de compartir experiencias por medio de exposiciones orales, documentos, manuales y tradiciones y que añade el conocimiento novedoso a la base colectiva que posee la organización;

• La Exteriorización, es el proceso de convertir conocimiento tácito en conceptos explícitos que supone hacer tangible mediante el uso de metáforas conocimiento de por sí difícil de comunicar, integrándolo en la cultura de la organización; es la actividad esencial en la creación del conocimiento;

• La combinación, es el proceso de crear conocimiento explícito al reunir conocimiento explícito proveniente de cierto número de fuentes, mediante el intercambio de conversaciones telefónicas, reuniones, correos, etc., y se puede categorizar, confrontar y clasificar para formas bases de datos para producir conocimiento explícito.

• La Interiorización, es un proceso de incorporación de conocimiento explícito en conocimiento tácito, que analiza las experiencias adquiridas en la puesta en práctica de los nuevos conocimientos y que se incorpora en las bases de conocimiento tácito de los miembros de la organización en la forma de modelos mentales compartidos o prácticas de trabajo. Ver al respecto este enlace.

Dice en relación a ello Manuel Castells en libro: La Era de la información, Alianza Editorial, 1997-98: “Gran parte de la productividad de la fuerza de trabajo depende, en primer lugar, de la información y del procesamiento de la información y, segundo, de la capacidad del trabajador, de su conocimiento específico de la empresa y de los procesos de la empresa.

En esto hay un especialista japonés, Nonaka, que ha hecho grandes estudios empíricos que muestran que gran parte de la productividad de las empresas japonesas depende de lo que él llama el conocimiento no explícito, que es el conocimiento que tiene un trabajador de qué pasa en la empresa, de qué pasa en un proceso de trabajo, de qué pasa en una cadena de montaje.

Los famosos grupos de calidad y los de trabajo en equipo consisten en eso, en que los trabajadores se reúnen y hacen explícito el conocimiento implícito que el trabajador tiene de la empresa.” Y comenta: “Información y conocimiento son las variables decisivas en la productividad y en la competitividad”.

Para concluir: “Por tanto, hay algo que es más que la tecnología, que es la capacidad de adaptarse a un proceso, que se obtiene por eso que hemos llamado la experiencia de la empresa. Eso requiere algo, requiere una condición social de que el trabajador tenga interés en comunicar ese conocimiento dentro de la empresa. Si el trabajo es precario, si su conocimiento es su capital, ese conocimiento se lo guarda y lo va dando poco a poco en distintas empresas y de distinta forma.

Por un lado, pierde conocimiento específico si cambia de empresa, por otro lado, el capital profesional que va adquiriendo, que es suyo y que no es simplemente un nivel tecnológico, sino una experiencia, se lo va guardando como moneda de negociación para las próximas relaciones laborales.
Por tanto, baja la productividad de cualquier trabajador, y estudios empíricos lo demuestran: a menor impllicación y menor duración en la empresa, menor productividad.”

Lo que no es ocioso resaltar en épocas de generalización de los ERES.

Francisco Ortiz Chaparro


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