TRABAJO Y EMPLEO

Bitácora

18/02/2008

Cada día se pone más de manifiesto la importancia que tienen las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en todos los aspectos de las sociedades modernas. Algo que, naturalmente, no tiene por qué sorprender. No se pueden cambiar las formas de relacionarse, a través de herramientas poderosísimas, sin que se modifiquen la parte (los actores directos) y el todo en que se subliman esas relaciones (la sociedad en su conjunto).

Y la sociedad, la economía y la cultura son aspectos fundamentales de ese todo. El mundo de las TICs es cada vez más distinto del que heredaron las generaciones que no contaban con esta explosión de la información y el conocimiento que ellas han generado: globalización, progreso, productividad, intercambios de todo tipo en tiempo real…

La influencia, positiva y negativa, de estas tecnologías se va expandiendo por el mundo como una mancha de aceite. No al ritmo que sería más conveniente, pero la incorporación progresiva de los países y de las capas de la población es imparable. Mientras tanto, se van produciendo desfases, conocidos como brecha digital. Y es en el cierre de estas brechas donde están poniendo un énfasis cada vez más conscientes organismos internacionales, gobiernos, sociedad civil y empresa privada.

Un buen ejemplo es el programa sobre “La colaboración público privada en el campo de las TICs y los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas”, que en el ámbito iberoamericano vienen desarrollando la secretaría General Iberoamericana y la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (Ahciet), con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, CEPAL, Regulatel (asociación de los reguladores iberoamericanos) y otros organismos, universidades, empresas y ONGs.

Se han celebrado dos Encuentros al respecto y se está en el periodo de lanzamiento de un Plan 2008-2010, dirigido a cerrar las brechas sociales y económicas en Iberoamérica, con la contribución de las TICs (se puede consultar la información completa en http://www.ahciet.net).

En esa aplicación de las TICs al acercamiento de las sociedades más atrasadas a la Sociedad de la Información y al cierre de la brecha digital son una herramienta de primera clase los telecentros. Su creación se ha extendido a todos los países. Ya comentamos en artículos anteriores actividades relacionadas con los telecentros en Iberoamérica. Allí señalábamos una serie de prácticas excelentes, pero no ocultábamos los problemas que sufren, algunos de ellos muy graves. El principal de todos ellos es la ausencia de una fórmula que permita rentabilizar los esfuerzos para que estos beneficien directamente a las poblaciones más desfavorecidas.

En esto se incide en buena parte de un excelente estudio* que se acaba de publicar y que iremos glosando en sucesivos artículos, con el convencimiento de que una fórmula adecuada para los telecentros puede hacer una inmensa labor en el cierra de la brecha digital de los países menos favorecidos e incorporar a sus poblaciones a los beneficios de la sociedad de la información.

Francisco Ortiz Chaparro


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