CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escriben Mercedes López Salvá y Miguel Herrero

Himno I 550-570

Es cierto que ahora llevo la sombría mancha de la materia y me embargan los deseos, ataduras corporales. Mas tú eres el redentor, tú eres el purificador: libérame de los males, libérame de las enfermedades, libérame de mis grilletes. Tu semilla llevo, chispa de una inteligencia noble postrada en el abismo de la materia. Pues tú en el universo depositaste el alma y a través del alma sembraste la inteligencia en el cuerpo.

Himno III 40-55, 61-67

Que mi alma, sin soportar la huella de las penas, lleve una vida sosegada, fecunda, con sus dos pupilas fijas en tu resplandor, para que, limpio de materia, me apresure yo por senderos sin retorno, fugitivo de los pesares de la tierra, a unirme a la fuente del alma. Una vida tal, inmaculada, facilítamela a mí, tu citarista, cuando, al dirigirte yo mi canto, glorifique tu raíz, altísima gloria del Padre, y también a ese Soplo, sentado a tu vera, en medio de la raíz y del brote, y que, al cantar el poder del Padre, con estos himnos a ti dedicados, culmine el insigne alumbramiento del alma (...).

(61-67) Te saludo, oh potestad del Hijo; te saludo, oh belleza del Padre, y te saludo, Soplo inmaculado, centro del Hijo y del Padre: ojalá quieras enviármelo, de acuerdo con el Padre, para que riegue de vida las alas de mi alma y dé cumplimiento a los dones divinos.

Sobre los ensueños 7

El alma puede purificarse con el tiempo, con el trabajo y con otras vidas, y subir hacia lo alto. Dado que tiene una doble vida, el alma corre un doble estadio y alternativamente trata con lo peor y con lo mejor. El alma primera, cuando desciende, toma prestada de las esferas al alma pneumática, se embarca sobre ella como en una nave y se une al mundo material. Y emprende esta lucha ya para retornar a lo alto junto a ella o, al menos, para no quedarse abajo con ella. Es difícil pero posible que el alma abandone el pneuma (espíritu) que no la sigue. No es lícito dudar de esto si se conocen los ritos. Y el retorno a lo alto sería vergonzoso para el alma, si no se desprendiera de lo que le es ajeno y no dejara en la tierra lo que tomó prestado de arriba. Y esto puede ser concedido como don de dios y de la iniciación en una única y en una segunda pero es natural que el alma, una vez unida al pneuma, o se mueva de acuerdo con él o lo atraiga o sea atraída por él. De cualquier forma, el alma permanece unida a él hasta el momento de retornar allí de donde vino.

Sobre los ensueños 10

La sustancia corporal de acuerdo con la naturaleza no tiene otro recurso, cuando el alma asciende, que levantarse de su caída, elevarse con ella y armonizarse con las esferas, esto es, como revertirse a su propia naturaleza.

Sobre los ensueños 11

El ascenso del alma es el mejor fruto de un pneuma (espíritu) sano, una ganancia realmente sagrada.


Saludos cordiales de Mercedes López Salvá y Miguel Herrero,
y subsidiariamente de Antonio Piñero

NOTA: como hemos indicado ya varias veces, esta postal es parte del capítulo del libro editado por Alberto Bernabé, Madayo Kahle y Marco Antonio Santamaría (eds.), con el título “Reencarnación. La transmigración de las almas entre Oriente y Occidente”, Abada Editores, Madrid, 2011.


Domingo, 16 de Octubre 2016

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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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