Borja Sánchez García es Licenciado en Biología, Doctor por la Universidad de Oviedo y científico titular del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias. Desde hace unos meses es Secretario y portavoz y de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), recién constituida. Es la imagen del científico joven y militante que destaca entre el corpus directivo de la AEAC, presidida por Federico Mayor Zaragoza y liderada por otros próceres de la ciencia española como Miguel Ángel Quintanilla, Mª del Carmen Andrade Perdrix, Jesús Ávila de Grado o Emilio Muñoz Ruiz. Borja está en la AEAC porque ha decidido dejar de protestar en círculos científicos y no esperar a que otros se muevan para cambiar el desolador panorama científico actual.
La AEAC ¿en qué medida sigue los pasos de la pionera American Association For The Advancement Of Science (AAAS)?
Podemos decir que la AEAC se inspira directamente en la AAAS, lo que pasa que con unos 170 años de diferencia. La idea surge en el seno de un grupo de debate (el grupo CURIE), organizado hace ya más de un año, en el que gente muy “inter” (interdisciplinar, intergeneracional…), debatíamos sobre posibles vías de cambiar algo en la caótica hecatombe en el que la incultura científica de nuestros gobernantes había sumido a la ciencia en nuestro país. Una de las integrantes de ese grupo, Amaya Moro, plantea a finales del año pasado la inexistencia en España de una asociación para el avance de la ciencia que se abra a la sociedad y que reivindique la ciencia y la tecnología como un derecho constitucional y humano. Otra integrante, Carmen Andrade, recoge la idea con entusiasmo contagiándonos al resto de los componentes. Nótese que los científicos solemos crear asociaciones cerradas y gremiales, diseñadas para nosotros. La AEAC trasciende esa visión, tal y como lo hizo la AAAS a principios del s. XX y como ella nos abrimos a la participación ciudadana desde una perspectiva incluyente e inclusiva. Finalmente, y tras meses de debate, ese grupo consiguió poner en marcha el embrión de esta iniciativa llamada AEAC en el que han participado unas 40 personas de distintos ámbitos científicos, y en el que se acordó crear una asociación que fomentase la ciencia pero que se abriese a la sociedad.
¿Tenéis previsto constituir una Academia Nacional de Ciencias, similar a la de Estados Unidos, que asesore al Gobierno de España en materia científica?
En principio no nos lo hemos planteado, pero no lo descartamos si la coyuntura y la estrategia científica que nos encontremos en un futuro cercano lo hiciese necesario. En principio esa función podría asumirla la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y además ya existe una iniciativa (Ciencia en el Parlamento), que persigue la creación de oficinas parlamentarias de asesoramiento científico y tecnológico. Por tanto, no es nuestro objetivo crear estructuras paralelas ni pisar el trabajo de otras iniciativas. Ahora bien, estaremos en condiciones de recoger su testigo si así se hace necesario. Antes que plantearse retos como constituir o refundar una Academia Nacional de Ciencias, muy ambicioso y con una componente política muy elevada, la AEAC debe plantearse otros objetivos a corto. Por ejemplo establecer una estructura de captación de socios eficiente y basada en el altruismo de quienes la gestionamos, o hacerse hueco en la escena científica española basándonos en nuestra característica diferencial: ser la asociación ciudadana pro-ciencia y pro-tecnología. Queremos alcanzar, aunque parezca redundante, un pacto científico por la ciencia y la tecnología antes de lanzar a por un pacto social por la ciencia. Ya ni cuento lo lejos que parece ahora mismo un pacto de Estado por la ciencia. Antes de eso debemos aclararnos en la comunidad científica, comunidad que se encuentra muy atomizada, polarizada en muchos casos, y que ahora más que nunca con la recuperación de un Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, necesita aunar esfuerzos para lograr que la ciencia no vuelva a salir nunca más de la agenda política.
¿Tenéis vocación meramente española o pensáis en una asociación global que abarque también el mundo hispánico?
Sería extraordinario que la idea de la AEAC se extendiese no sólo a todo el mundo hispánico, sino también a otros países miembros de la Unión Europea. Lo más difícil lo tenemos como siempre en casa: darnos a conocer y captar una masa de socios crítica que permita a la AEA ser operativa. Una vez lanzada en España, - estimamos un período de tres años para ello-, nuestra idea es extender nuestra filosofía a otros países, presentarnos a congresos internacionales y explorar posibles vías de apadrinar iniciativas como la nuestra en otros países.
POLÍTICA Y SOCIEDAD
¿Creéis que el mundo científico global está controlado por el eje anglosajón y que es preciso promover iniciativas científicas específicas para el ámbito hispano?
Evidentemente, es innegable el liderazgo no sólo de los países anglosajones, sino también de países como China y de otros que invierten por encima del 2% de su PIB en I+D. Uno de los casos más fascinantes es el de Corea del Sur, país que invierte un 4% de su PIB en I+D y que al acabar la segunda guerra mundial era el segundo país más pobre del mundo. En los países Anglosajones el sistema de gobernanza de la ciencia, y su financiación, son bastante diferentes a lo que conocemos. Además, entre su clase política también hay una consciencia de la importancia de la I+D como motor de desarrollo y bienestar. Pero también es innegable la cantidad de científicos españoles que desarrollan su trabajo en el mundo anglosajón. A este respecto, desde la AEAC se ha seguido muy de cerca la creación a red de asociaciones de investigadores y científicos españoles en el exterior (RAICEX).
En España, además de promover iniciativas científicas específicas, tenemos que intentar hacer cosas distintas para lograr lo que no se ha conseguido en estos últimos años: que política y sociedad se tomen en serio nuestro sistema de ciencia y tecnología. Todo el mundo estará conmigo si les digo que en España hay que subir (y cumplir) el presupuesto en I+D. Pero no se trata de subir inversión así como así, sin más, hay que ver dónde, y casi más urgente que esa subida, es reformar el sistema de gobernanza de la ciencia y comenzar a amortiguar casi 10 años de recortes constantes. Época que ha tenido su apogeo con la política de austeridad de Rajoy, la CORA (Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas) De Sáenz de Santamaría aplicada al sistema científico, la bajada de la dotación de fondos no financieros, el incumplimiento de la ejecución de los presupuestos etc. Existen multitud de informes al respecto, desde los elaborados por la COSCE o la Fundación Alternativas, a las propias estadísticas de la OCDE, del INE… hay dónde elegir.
En España, la ciencia está gobernada y administrada por leyes y normas que impiden que ésta sea ágil; durante los últimos años importaba más cuadrar las cuentas que los resultados científicos en sí. En este sentido urge no sólo reformar el encaje de la ciencia en el seno de la Administración del Estado, sino buscar un acuerdo con Hacienda para que la política de inversión en I+D y la financiación de los distintos programas se mantenga en el tiempo y sea transparente al ciudadano. Aquí nadie habla de malgastar ni del café para todos, ni de ser oscuros y opacos a la rendición de cuentas. A la comunidad científica nos urge volver a tener un calendario con las distintas convocatorias, urge poner los medios para retornar talento que se encuentra en el extranjero y, por qué no, para incorporar nuevo. Urge modernizar nuestros centros, desarrollar la ley de la Ciencia de 2011, que a estas alturas puede que se haya quedado desfasada, un estatuto del personal investigador... Cómo vemos, urgen muchas cosas y para ello es indispensable implicar a la ciudadanía. Sólo con una sociedad consciente de la importancia de la I+D en el mantenimiento del estado de bienestar y en la generación de riqueza, es posible presionar al legislador y colocar la ciencia en la posición estratégica que una economía como España merece.
La AEAC ¿en qué medida sigue los pasos de la pionera American Association For The Advancement Of Science (AAAS)?
Podemos decir que la AEAC se inspira directamente en la AAAS, lo que pasa que con unos 170 años de diferencia. La idea surge en el seno de un grupo de debate (el grupo CURIE), organizado hace ya más de un año, en el que gente muy “inter” (interdisciplinar, intergeneracional…), debatíamos sobre posibles vías de cambiar algo en la caótica hecatombe en el que la incultura científica de nuestros gobernantes había sumido a la ciencia en nuestro país. Una de las integrantes de ese grupo, Amaya Moro, plantea a finales del año pasado la inexistencia en España de una asociación para el avance de la ciencia que se abra a la sociedad y que reivindique la ciencia y la tecnología como un derecho constitucional y humano. Otra integrante, Carmen Andrade, recoge la idea con entusiasmo contagiándonos al resto de los componentes. Nótese que los científicos solemos crear asociaciones cerradas y gremiales, diseñadas para nosotros. La AEAC trasciende esa visión, tal y como lo hizo la AAAS a principios del s. XX y como ella nos abrimos a la participación ciudadana desde una perspectiva incluyente e inclusiva. Finalmente, y tras meses de debate, ese grupo consiguió poner en marcha el embrión de esta iniciativa llamada AEAC en el que han participado unas 40 personas de distintos ámbitos científicos, y en el que se acordó crear una asociación que fomentase la ciencia pero que se abriese a la sociedad.
¿Tenéis previsto constituir una Academia Nacional de Ciencias, similar a la de Estados Unidos, que asesore al Gobierno de España en materia científica?
En principio no nos lo hemos planteado, pero no lo descartamos si la coyuntura y la estrategia científica que nos encontremos en un futuro cercano lo hiciese necesario. En principio esa función podría asumirla la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y además ya existe una iniciativa (Ciencia en el Parlamento), que persigue la creación de oficinas parlamentarias de asesoramiento científico y tecnológico. Por tanto, no es nuestro objetivo crear estructuras paralelas ni pisar el trabajo de otras iniciativas. Ahora bien, estaremos en condiciones de recoger su testigo si así se hace necesario. Antes que plantearse retos como constituir o refundar una Academia Nacional de Ciencias, muy ambicioso y con una componente política muy elevada, la AEAC debe plantearse otros objetivos a corto. Por ejemplo establecer una estructura de captación de socios eficiente y basada en el altruismo de quienes la gestionamos, o hacerse hueco en la escena científica española basándonos en nuestra característica diferencial: ser la asociación ciudadana pro-ciencia y pro-tecnología. Queremos alcanzar, aunque parezca redundante, un pacto científico por la ciencia y la tecnología antes de lanzar a por un pacto social por la ciencia. Ya ni cuento lo lejos que parece ahora mismo un pacto de Estado por la ciencia. Antes de eso debemos aclararnos en la comunidad científica, comunidad que se encuentra muy atomizada, polarizada en muchos casos, y que ahora más que nunca con la recuperación de un Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, necesita aunar esfuerzos para lograr que la ciencia no vuelva a salir nunca más de la agenda política.
¿Tenéis vocación meramente española o pensáis en una asociación global que abarque también el mundo hispánico?
Sería extraordinario que la idea de la AEAC se extendiese no sólo a todo el mundo hispánico, sino también a otros países miembros de la Unión Europea. Lo más difícil lo tenemos como siempre en casa: darnos a conocer y captar una masa de socios crítica que permita a la AEA ser operativa. Una vez lanzada en España, - estimamos un período de tres años para ello-, nuestra idea es extender nuestra filosofía a otros países, presentarnos a congresos internacionales y explorar posibles vías de apadrinar iniciativas como la nuestra en otros países.
POLÍTICA Y SOCIEDAD
¿Creéis que el mundo científico global está controlado por el eje anglosajón y que es preciso promover iniciativas científicas específicas para el ámbito hispano?
Evidentemente, es innegable el liderazgo no sólo de los países anglosajones, sino también de países como China y de otros que invierten por encima del 2% de su PIB en I+D. Uno de los casos más fascinantes es el de Corea del Sur, país que invierte un 4% de su PIB en I+D y que al acabar la segunda guerra mundial era el segundo país más pobre del mundo. En los países Anglosajones el sistema de gobernanza de la ciencia, y su financiación, son bastante diferentes a lo que conocemos. Además, entre su clase política también hay una consciencia de la importancia de la I+D como motor de desarrollo y bienestar. Pero también es innegable la cantidad de científicos españoles que desarrollan su trabajo en el mundo anglosajón. A este respecto, desde la AEAC se ha seguido muy de cerca la creación a red de asociaciones de investigadores y científicos españoles en el exterior (RAICEX).
En España, además de promover iniciativas científicas específicas, tenemos que intentar hacer cosas distintas para lograr lo que no se ha conseguido en estos últimos años: que política y sociedad se tomen en serio nuestro sistema de ciencia y tecnología. Todo el mundo estará conmigo si les digo que en España hay que subir (y cumplir) el presupuesto en I+D. Pero no se trata de subir inversión así como así, sin más, hay que ver dónde, y casi más urgente que esa subida, es reformar el sistema de gobernanza de la ciencia y comenzar a amortiguar casi 10 años de recortes constantes. Época que ha tenido su apogeo con la política de austeridad de Rajoy, la CORA (Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas) De Sáenz de Santamaría aplicada al sistema científico, la bajada de la dotación de fondos no financieros, el incumplimiento de la ejecución de los presupuestos etc. Existen multitud de informes al respecto, desde los elaborados por la COSCE o la Fundación Alternativas, a las propias estadísticas de la OCDE, del INE… hay dónde elegir.
En España, la ciencia está gobernada y administrada por leyes y normas que impiden que ésta sea ágil; durante los últimos años importaba más cuadrar las cuentas que los resultados científicos en sí. En este sentido urge no sólo reformar el encaje de la ciencia en el seno de la Administración del Estado, sino buscar un acuerdo con Hacienda para que la política de inversión en I+D y la financiación de los distintos programas se mantenga en el tiempo y sea transparente al ciudadano. Aquí nadie habla de malgastar ni del café para todos, ni de ser oscuros y opacos a la rendición de cuentas. A la comunidad científica nos urge volver a tener un calendario con las distintas convocatorias, urge poner los medios para retornar talento que se encuentra en el extranjero y, por qué no, para incorporar nuevo. Urge modernizar nuestros centros, desarrollar la ley de la Ciencia de 2011, que a estas alturas puede que se haya quedado desfasada, un estatuto del personal investigador... Cómo vemos, urgen muchas cosas y para ello es indispensable implicar a la ciudadanía. Sólo con una sociedad consciente de la importancia de la I+D en el mantenimiento del estado de bienestar y en la generación de riqueza, es posible presionar al legislador y colocar la ciencia en la posición estratégica que una economía como España merece.
¿Cuáles son los objetivos que os habéis propuesto a medio plazo?
Nuestro objetivo general a medio plazo es alcanzar un pacto social por la ciencia y la tecnología que las sitúe de nuevo como una prioridad en la agenda política y reivindicarlas como derechos, retomando la obligación de los poderes públicos de promover “la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general”, tal y como dice el artículo 44.2 de nuestra Constitución. En segundo lugar, nuestro objetivo a medio plazo es también establecer mecanismos para acercar ciencia y sociedad de manera que la ciencia tenga en cuenta a la sociedad y la sociedad se apoye en la ciencia como motor del desarrollo económico y la sostenibilidad del estado de bienestar.
Pero antes de pensar en el medio plazo, nuestra mayor preocupación ahora es ver cómo nos organizamos a corto plazo y ver cuánta gente quiere liderar iniciativas en nombre de la AEAC. Hace poco más de un mes que hemos obtenido el CIF, y poco más de una semana que hemos abierto una cuenta bancaria con la que poder afiliar socios. Esto puede parecer muy sencillo pero en la práctica no lo ha sido. Volviendo al medio plazo, los socios promotores y fundacionales tenemos abierto un período de debate que se extenderá hasta septiembre en el que iremos recogiendo ideas y definiremos un documento de trabajo que llevaremos a (al menos) dos reuniones abiertas, tanto a la comunidad científica como a la ciudadanía, una en Madrid y otra en Barcelona, y en la que recogeremos y debatiremos todas las enmiendas y aportaciones a dicho documento siempre que enriquezcan y diversifiquen la estrategia de la AEAC. Por nuestro lado organizaremos un congreso en otoño, con representantes de la AEAC e institucionales, en el que también debatiremos sobre la estrategia y por tanto los objetivos para los años venideros.
Todos estos debates giran en torno a estas nueve líneas, lo cual da una idea de cuáles son las iniciativas a medio plazo de la AEAC:
1. Aumentar el impacto del sector de la investigación científica en el incremento del bienestar social y en la disminución de la brecha de bienestar y de oportunidades.
2. Exigir políticas públicas basadas en la evidencia científica.
3. Promover en la comunidad científica la investigación socialmente responsable incentivando la divulgación de la ciencia y la participación ciudadana.
4. Luchar por la existencia de un nivel adecuado y estable de inversión pública en investigación científica que esté de acuerdo con el potencial económico del país.
5. Defender la investigación básica.
6. Mantener un personal científico cualificado que permita el progresivo relevo generacional en las instituciones públicas de investigación y el despegue de la innovación en el sector privado.
7. La promoción de cambios en el sistema de gobierno de las instituciones científicas y de los organismos de gestión científico-técnicos.
8. La contribución al desarrollo de una estrategia que permita que la ciencia sea más reproducible, fiable, transparente y llegue a más gente.
9. La consolidación de las oficinas parlamentarias de evaluación de las opciones científicas y tecnológicas en nuestras cámaras legislativas.
¿Qué iniciativas habéis puesto en marcha como primeras actuaciones de la Asociación?
Hay que tener en cuenta que la AEAC es en este momento una iniciativa muy por así decirlo embrionaria en sí misma. De momento hemos realizado dos puestas en escena, la primera el 23 de abril en un acto de presentación en el CIEMAT, y la segunda el 28 de mayo en la Universidad de Salamanca, todas ellas mientras esperábamos aún estar oficialmente inscritos en el registro de asociaciones. Nuestras actuaciones han ido enfocadas a organizarse internamente: montar una web para comenzar a darse a conocer entre la comunidad científica, montar el mecanismo para captar un número adecuado de socios fundacionales, organizarnos en redes sociales con (perdón por la falta de modestia) un equipazo de gente voluntaria que nos permite tener presencia en Facebook, Twitter, Linkedin, YouTube e Instagram y buscar gente que quiera colaborar e integrarse. Todavía seguimos buscando gente, así que quien quiera echar una mano que envíe un email o que nos contacte a través de las redes sociales. Algunos de nuestros socios fundacionales y promotores, como Amaya Moro, Renata Kubus o yo mismo, hemos participado en actos de terceros donde hemos podido presentar la asociación, principalmente en Madrid y en Barcelona. Sé que mucha gente tiene ganas de lanzarse a hacer cosas, pero hay que tomar este proceso con calma, la AEAC no es una iniciativa tan directa como otras (por ejemplo la anteriormente mencionada Ciencia en el Parlamento). Esto es algo mucho más largo de engranar. Nuestro objetivo para este verano es acabar nuestro debate estratégico sobre los 9 puntos anteriormente mencionados y organizar esos dos grandes actos abiertos a la sociedad junto a un congreso interno más institucional. Repito, si queremos conseguir nuestros objetivos de devolver la ciencia a la agenda política, de reivindicarla como un derecho y de promover el diálogo bidireccional entre ciencia y sociedad, tenemos que hacer las cosas de forma distinta a cómo lo han hecho los demás. Si no, llegaremos a los mismos lugares.
MEJORAR LA CIENCIA
¿Cómo tenéis previsto mejorar la política científica de España?
Política científica que por cierto ha quedado en el olvido durante la última década. No hace mucho que publicaba un artículo en El País que, justamente, se titulaba “¿Dónde ha quedado la política científica?” y que comparaba la situación de esta década con la vivida por la ciencia en la década de los 80, cuando se redactó la Ley de Ciencia y la Ley de Sanidad del 86, cuando se creó el Plan Nacional, se dio el impulso al ISCIII, se promovió la biotecnología etc. Verás, tener una política científica o, lo que es lo mismo, una vía legislativa mediante la cual los poderes públicos inciden de forma deliberada en el progreso científico del país, requiere de grandes dosis de cultura científica entre nuestros dirigentes. ¿La tenemos? Creo que no, sólo hay que comparar nuestro gobierno con otros, y aquí que cada cuál saque sus propias conclusiones y que compare con el periodo histórico que quiera. La política científica no se trata sólo de invertir en I+D determinadas cifras, hay que hacerlo de forma inteligente y hoy, más que nunca, en convergencia con las políticas europeas tan enfocadas a la innovación, pero sin olvidarnos de la ciencia denominada básica. Parar esta vía ha sido un error garrafal de nuestros últimos gobiernos, y veremos el impacto que esto tendrá en el sistema de ciencia y durante el denominado sistema de innovación durante los próximos años. Por lo pronto el registro de patentes ya ha caído un 60%.
Tener una política científica también requiere de un diálogo constante entre todos los actores implicados; no vamos a ningún lugar si el Estado invierte en I+D y el sector privado no hace lo propio (uno de nuestros mayores lastres por cierto), ni tampoco poniendo dificultades para que nuestros científicos participen en empresas de base tecnológica o spin-offs, tampoco sin el apoyo del sector educativo, y no hablo sólo de la educación superior, hablo de la Primaria, ESO, Bachiller, FP. Es aquí donde una asociación cívica como la AEAC puede incidir, sobre todo, tendiendo puentes entre los distintos actores y actuando sobre la sociedad. Si la sociedad presiona, pueden conseguirse muchísimas mejoras estables a nivel de política científica, tanto nacional como regional… o incluso a nivel de administración local. Les sugiero que miren el ejemplo del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología, un centro de investigación mixto entre el CSIC, Universidad de Oviedo y Principado de Asturias, puntero en su área, y que está localizado en el ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, y en el que la colaboración entre su director y el Consistorio han sido claves. Colaboración, diálogo bidireccional y tender puentes en búsqueda del fomento de la ciencia y la tecnología, son piezas clave sobre la que la AEAC trabajará para conseguir reinstaurar una política científica como la que España se merece, y que otrora tuvo, como en la denominada Edad de Plata de la Ciencia o, más recientemente, en la década de los 80.
Desde la AEAC vamos a explorar vías para que políticos y ciudadanos adopten la idea de que la ciencia, la tecnología y en definitiva la apuesta por una inversión sostenida en I+D, son elementos clave para ser competitivos en un futuro. En este sentido, la aspiración de la AEAC es incidir sobre los políticos que están por llegar, a los que, espero, no haga falta darles seminarios ni asesoramientos sobre la importancia que para nuestra economía de futuro tiene la política científica, formar una sociedad innovadora, y establecer los sistemas oportunos de gobernanza de la ciencia.
¿Cómo tenéis previsto reunir a miembros de la comunidad científica española?
Básicamente nuestra tarea para este año es seguir dando a conocer nuestra iniciativa, y ya hemos comprobado que a los socios hay que ganárselos uno a uno: está siendo muy difícil captar gente entre la propia comunidad científica. En este sentido son esenciales entrevistas como esta, es esencial también el trabajo que estamos haciendo en redes sociales, también a nivel de contacto con otras iniciativas científicas que están desarrollándose en España (la lista es larga). Tenemos socios fundacionales con una larguísima trayectoria en distintos sectores científicos, porque recordemos que la investigación es sólo una parte de la ciencia, también es ciencia la docencia, la divulgación, la gestión, la transferencia… Ahora bien, todos los que nos dedicamos a esto lo hacemos altruistamente, es normal que el proceso de darse a conocer sea lento, y en este sentido será clave alcanzar cierto ritmo a partir de septiembre, instaurar nuestra web como un foro constante de participación ciudadana y científica, participar en actos para hablar de iniciativas como ciencia ciudadana, cocreación, sociedad innovadora, ciencia como derecho…
Y sobre todo va a ser crucial la publicidad que consigamos hacer a los dos actos abiertos que organizaremos a lo largo de este otoño. Digo dos, pero personalmente me gustaría que fueran cuatro, añadiendo el norte de España y el sur a los actos de Madrid y Barcelona
¿Tenéis prevista la creación de una revista equivalente a Science para la difusión de la ciencia?
Son palabras mayores, sobre todo visto desde la situación que tenemos ahora mismo, pero es desde luego un objetivo a alcanzar en el medio plazo. De momento comencemos con algo más modesto: un “simple” newsletter con el que arrancaremos en septiembre y en el que esperamos vaya sumándose más gente a modo participativo ¡Necesitamos gente que comente el panorama científico! Decir también que cualquiera podrá recibir el newsletter, sea socio o no, inscribiéndose a través del formulario que tenemos disponible en nuestra web.
¿Cuáles son los mecanismos de financiación de la Asociación?
Hasta el 2 de julio el único mecanismo de financiación era el altruismo de unas cuantas decenas de personas aportando su granito de arena, unos organizando las jornadas de presentación, otros captando socios fundacionales, otros poniendo en marcha nuestros perfiles de redes sociales… Estamos aún en proceso de engranaje, pero formamos un equipo muy valioso y, sobre todo, muy capaz. A partir del 2 de julio ya podemos captar socios, y nuestro deseo es que la AEAC se autofinancie con las cuotas de los socios, de los posibles patrocinadores interesados en posicionarse con nuestra causa y también aceptaremos donaciones.
Nuestro objetivo general a medio plazo es alcanzar un pacto social por la ciencia y la tecnología que las sitúe de nuevo como una prioridad en la agenda política y reivindicarlas como derechos, retomando la obligación de los poderes públicos de promover “la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general”, tal y como dice el artículo 44.2 de nuestra Constitución. En segundo lugar, nuestro objetivo a medio plazo es también establecer mecanismos para acercar ciencia y sociedad de manera que la ciencia tenga en cuenta a la sociedad y la sociedad se apoye en la ciencia como motor del desarrollo económico y la sostenibilidad del estado de bienestar.
Pero antes de pensar en el medio plazo, nuestra mayor preocupación ahora es ver cómo nos organizamos a corto plazo y ver cuánta gente quiere liderar iniciativas en nombre de la AEAC. Hace poco más de un mes que hemos obtenido el CIF, y poco más de una semana que hemos abierto una cuenta bancaria con la que poder afiliar socios. Esto puede parecer muy sencillo pero en la práctica no lo ha sido. Volviendo al medio plazo, los socios promotores y fundacionales tenemos abierto un período de debate que se extenderá hasta septiembre en el que iremos recogiendo ideas y definiremos un documento de trabajo que llevaremos a (al menos) dos reuniones abiertas, tanto a la comunidad científica como a la ciudadanía, una en Madrid y otra en Barcelona, y en la que recogeremos y debatiremos todas las enmiendas y aportaciones a dicho documento siempre que enriquezcan y diversifiquen la estrategia de la AEAC. Por nuestro lado organizaremos un congreso en otoño, con representantes de la AEAC e institucionales, en el que también debatiremos sobre la estrategia y por tanto los objetivos para los años venideros.
Todos estos debates giran en torno a estas nueve líneas, lo cual da una idea de cuáles son las iniciativas a medio plazo de la AEAC:
1. Aumentar el impacto del sector de la investigación científica en el incremento del bienestar social y en la disminución de la brecha de bienestar y de oportunidades.
2. Exigir políticas públicas basadas en la evidencia científica.
3. Promover en la comunidad científica la investigación socialmente responsable incentivando la divulgación de la ciencia y la participación ciudadana.
4. Luchar por la existencia de un nivel adecuado y estable de inversión pública en investigación científica que esté de acuerdo con el potencial económico del país.
5. Defender la investigación básica.
6. Mantener un personal científico cualificado que permita el progresivo relevo generacional en las instituciones públicas de investigación y el despegue de la innovación en el sector privado.
7. La promoción de cambios en el sistema de gobierno de las instituciones científicas y de los organismos de gestión científico-técnicos.
8. La contribución al desarrollo de una estrategia que permita que la ciencia sea más reproducible, fiable, transparente y llegue a más gente.
9. La consolidación de las oficinas parlamentarias de evaluación de las opciones científicas y tecnológicas en nuestras cámaras legislativas.
¿Qué iniciativas habéis puesto en marcha como primeras actuaciones de la Asociación?
Hay que tener en cuenta que la AEAC es en este momento una iniciativa muy por así decirlo embrionaria en sí misma. De momento hemos realizado dos puestas en escena, la primera el 23 de abril en un acto de presentación en el CIEMAT, y la segunda el 28 de mayo en la Universidad de Salamanca, todas ellas mientras esperábamos aún estar oficialmente inscritos en el registro de asociaciones. Nuestras actuaciones han ido enfocadas a organizarse internamente: montar una web para comenzar a darse a conocer entre la comunidad científica, montar el mecanismo para captar un número adecuado de socios fundacionales, organizarnos en redes sociales con (perdón por la falta de modestia) un equipazo de gente voluntaria que nos permite tener presencia en Facebook, Twitter, Linkedin, YouTube e Instagram y buscar gente que quiera colaborar e integrarse. Todavía seguimos buscando gente, así que quien quiera echar una mano que envíe un email o que nos contacte a través de las redes sociales. Algunos de nuestros socios fundacionales y promotores, como Amaya Moro, Renata Kubus o yo mismo, hemos participado en actos de terceros donde hemos podido presentar la asociación, principalmente en Madrid y en Barcelona. Sé que mucha gente tiene ganas de lanzarse a hacer cosas, pero hay que tomar este proceso con calma, la AEAC no es una iniciativa tan directa como otras (por ejemplo la anteriormente mencionada Ciencia en el Parlamento). Esto es algo mucho más largo de engranar. Nuestro objetivo para este verano es acabar nuestro debate estratégico sobre los 9 puntos anteriormente mencionados y organizar esos dos grandes actos abiertos a la sociedad junto a un congreso interno más institucional. Repito, si queremos conseguir nuestros objetivos de devolver la ciencia a la agenda política, de reivindicarla como un derecho y de promover el diálogo bidireccional entre ciencia y sociedad, tenemos que hacer las cosas de forma distinta a cómo lo han hecho los demás. Si no, llegaremos a los mismos lugares.
MEJORAR LA CIENCIA
¿Cómo tenéis previsto mejorar la política científica de España?
Política científica que por cierto ha quedado en el olvido durante la última década. No hace mucho que publicaba un artículo en El País que, justamente, se titulaba “¿Dónde ha quedado la política científica?” y que comparaba la situación de esta década con la vivida por la ciencia en la década de los 80, cuando se redactó la Ley de Ciencia y la Ley de Sanidad del 86, cuando se creó el Plan Nacional, se dio el impulso al ISCIII, se promovió la biotecnología etc. Verás, tener una política científica o, lo que es lo mismo, una vía legislativa mediante la cual los poderes públicos inciden de forma deliberada en el progreso científico del país, requiere de grandes dosis de cultura científica entre nuestros dirigentes. ¿La tenemos? Creo que no, sólo hay que comparar nuestro gobierno con otros, y aquí que cada cuál saque sus propias conclusiones y que compare con el periodo histórico que quiera. La política científica no se trata sólo de invertir en I+D determinadas cifras, hay que hacerlo de forma inteligente y hoy, más que nunca, en convergencia con las políticas europeas tan enfocadas a la innovación, pero sin olvidarnos de la ciencia denominada básica. Parar esta vía ha sido un error garrafal de nuestros últimos gobiernos, y veremos el impacto que esto tendrá en el sistema de ciencia y durante el denominado sistema de innovación durante los próximos años. Por lo pronto el registro de patentes ya ha caído un 60%.
Tener una política científica también requiere de un diálogo constante entre todos los actores implicados; no vamos a ningún lugar si el Estado invierte en I+D y el sector privado no hace lo propio (uno de nuestros mayores lastres por cierto), ni tampoco poniendo dificultades para que nuestros científicos participen en empresas de base tecnológica o spin-offs, tampoco sin el apoyo del sector educativo, y no hablo sólo de la educación superior, hablo de la Primaria, ESO, Bachiller, FP. Es aquí donde una asociación cívica como la AEAC puede incidir, sobre todo, tendiendo puentes entre los distintos actores y actuando sobre la sociedad. Si la sociedad presiona, pueden conseguirse muchísimas mejoras estables a nivel de política científica, tanto nacional como regional… o incluso a nivel de administración local. Les sugiero que miren el ejemplo del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología, un centro de investigación mixto entre el CSIC, Universidad de Oviedo y Principado de Asturias, puntero en su área, y que está localizado en el ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, y en el que la colaboración entre su director y el Consistorio han sido claves. Colaboración, diálogo bidireccional y tender puentes en búsqueda del fomento de la ciencia y la tecnología, son piezas clave sobre la que la AEAC trabajará para conseguir reinstaurar una política científica como la que España se merece, y que otrora tuvo, como en la denominada Edad de Plata de la Ciencia o, más recientemente, en la década de los 80.
Desde la AEAC vamos a explorar vías para que políticos y ciudadanos adopten la idea de que la ciencia, la tecnología y en definitiva la apuesta por una inversión sostenida en I+D, son elementos clave para ser competitivos en un futuro. En este sentido, la aspiración de la AEAC es incidir sobre los políticos que están por llegar, a los que, espero, no haga falta darles seminarios ni asesoramientos sobre la importancia que para nuestra economía de futuro tiene la política científica, formar una sociedad innovadora, y establecer los sistemas oportunos de gobernanza de la ciencia.
¿Cómo tenéis previsto reunir a miembros de la comunidad científica española?
Básicamente nuestra tarea para este año es seguir dando a conocer nuestra iniciativa, y ya hemos comprobado que a los socios hay que ganárselos uno a uno: está siendo muy difícil captar gente entre la propia comunidad científica. En este sentido son esenciales entrevistas como esta, es esencial también el trabajo que estamos haciendo en redes sociales, también a nivel de contacto con otras iniciativas científicas que están desarrollándose en España (la lista es larga). Tenemos socios fundacionales con una larguísima trayectoria en distintos sectores científicos, porque recordemos que la investigación es sólo una parte de la ciencia, también es ciencia la docencia, la divulgación, la gestión, la transferencia… Ahora bien, todos los que nos dedicamos a esto lo hacemos altruistamente, es normal que el proceso de darse a conocer sea lento, y en este sentido será clave alcanzar cierto ritmo a partir de septiembre, instaurar nuestra web como un foro constante de participación ciudadana y científica, participar en actos para hablar de iniciativas como ciencia ciudadana, cocreación, sociedad innovadora, ciencia como derecho…
Y sobre todo va a ser crucial la publicidad que consigamos hacer a los dos actos abiertos que organizaremos a lo largo de este otoño. Digo dos, pero personalmente me gustaría que fueran cuatro, añadiendo el norte de España y el sur a los actos de Madrid y Barcelona
¿Tenéis prevista la creación de una revista equivalente a Science para la difusión de la ciencia?
Son palabras mayores, sobre todo visto desde la situación que tenemos ahora mismo, pero es desde luego un objetivo a alcanzar en el medio plazo. De momento comencemos con algo más modesto: un “simple” newsletter con el que arrancaremos en septiembre y en el que esperamos vaya sumándose más gente a modo participativo ¡Necesitamos gente que comente el panorama científico! Decir también que cualquiera podrá recibir el newsletter, sea socio o no, inscribiéndose a través del formulario que tenemos disponible en nuestra web.
¿Cuáles son los mecanismos de financiación de la Asociación?
Hasta el 2 de julio el único mecanismo de financiación era el altruismo de unas cuantas decenas de personas aportando su granito de arena, unos organizando las jornadas de presentación, otros captando socios fundacionales, otros poniendo en marcha nuestros perfiles de redes sociales… Estamos aún en proceso de engranaje, pero formamos un equipo muy valioso y, sobre todo, muy capaz. A partir del 2 de julio ya podemos captar socios, y nuestro deseo es que la AEAC se autofinancie con las cuotas de los socios, de los posibles patrocinadores interesados en posicionarse con nuestra causa y también aceptaremos donaciones.