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Descubierta en Beiging una imagen de Cleopatra vestida de faraón masculino

Se sospecha que, al igual que Hatshepsut, recurría a los atributos de los hombres para afirmar su autoridad


En la universidad de Beiging se ha producido el sorprendente descubrimiento de una loseta con la figura de Cleopatra en relieve disfrazada de hombre. Es la tercera imagen de la reina egipcia que aparece bajo este atuendo, lo que hace pensar a los investigadores en su razón de ser. Algunos afirman que las reinas egipcias se disfrazaban de hombre para aumentar el efecto de su poder a través de la masculinidad. Según otros, Cleopatra aparece vestida de hombre por la simple pereza de los artistas que realizaron los grabados. En cualquier caso, desvela las dificultades de las mujeres influyentes en el Antiguo Egipto. Por Marta Morales.


Marta Morales
24/09/2005

Cleopatra. Busto de Margaret Floey.
Cleopatra. Busto de Margaret Floey.
Análisis recientes han demostrado que una imagen en relieve esculpida hace unos 2050 años en una antigua losa de piedra egipcia muestra a Cleopatra vestida de hombre. Cleopatra VII es la reina de Egipto cuya vida y muerte, así como sus amores con los dos personajes romanos, Julio César y Marco Antonio, más han pasado a la historia, y han servido de inspiración a través de los tiempos a literatos y cineastas.

La losa descubierta en la Universidad de Beiging (de la que no existen todavía imágenes en la red) es una de las tres conocidas que representan a Cleopatra como varón. Las otras dos datan de aproximadamente la misma fecha (año 51 antes de Cristo), cuando comenzó el reino de este personaje histórico. Más recientemente (1914), en la ópera de Massenet que lleva su nombre, la reina egipcia aparece también disfrazada de hombre en la escena segunda del acto segundo.

Los investigadores afirman que el descubrimiento de Beiging, una loseta de entre 34 y 25 centímetros, fue probablemente realizado en Tell Moqdam, una ciudad egipcia que los antiguos griegos llamaban Leonton Polis (ciudad de leones), informa Pravda.

La imagen muestra a Cleopatra vestida como un faraón que lleva una doble corona (característica de los faraones masculinos). En ella, la reina presenta un jeroglífico a un león situado sobre un pedestal. Por encima del león, puede verse un jeroglífico con un texto que reza “Osiris el León”. Con el león se identifica al dios del inframundo, Osiris.

En la mitología egipcia, Osiris es el juez de los muertos y el jefe de la tríada de Tebas, formada por Isis, Horus y Osiris. Según el mito, fue el fundador de la nación egipcia. A Osiris se le representa siempre momificado. En los textos funerarios, como el Libro de los muertos, el faraón difunto se identifica con Osiris, rey de los muertos.

Este análisis ha sido realizado por Willy Clarysse, egiptólogo de la Universidad católica de Lovaina, en Bélgica. Clarysse afirma que el cambio de sexo de Cleopatra se debe seguramente a la pereza del artista que la recreó. Hasta el año 51 antes de Cristo, Ptolemaios XII, padre de Cleopatra, fue el rey de Egipto. Cuando murió, algunas de las losetas ya habían sido grabadas, y sólo faltaba por añadir el nombre del nuevo soberano en ellas. Sin embargo, no se cambió la imagen del faraón por la de una mujer porque era muy difícil hacerlo y suponía un gran trabajo.

En declaraciones a la cadena internacional ABC, Clarysse afirma que una de las piernas de Cleopatra fue retocada, lo que significa que tal vez alguien comenzó a rehacer la imagen, pero abandonó pronto sus intenciones. Los resultados de este análisis saldrán publicados el próximo año en la revista alemana Antique World.

Reafirmar el poder a través de lo masculino

Otras reinas aparecen como hombres en las expresiones artísticas egipcias. Por ejemplo, la reina Hatshepsut, que vivió durante los siglos XV y XVI antes de Cristo, a menudo es representada sin pechos, con ropa de hombre y con barba.

Algunos historiadores opinan que esta reina asumía así los símbolos de la masculinidad como reafirmación de su poder y para reclamar su derecho al trono, ya que la mayoría de las mujeres de la época no demostraban oficialmente su autoridad.

Hay que tener en cuenta que de las treinta dinastías que se desarrollaron en el antiguo Egipto, sólo hubo una en la que una mujer tomó el título de faraón: Hatshepsut. Ascendió al trono a la muerte de su esposo y gobernó de 1479 a 1457 (a.C.).

Durante ese período, Hatshepsut se hizo retratar en monumentos como hombre, barba postiza y demás símbolos que correspondían al rey. Otro de los casos en los que se dio esa situación fue la de la reina Tausert, que gobernó Egipto entre 1188-1186 (a.C.).

Esta incorporación de atributos masculinos a las figuras de las reinas egipcias puede estar relacionado con el hecho de que las mujeres que ostentaban el cargo cumplían con las mismas funciones de un faraón masculino.

Clarysse afirma que, en el caso de Cleopatra, no había dudas acerca de su género, puesto que aparece como mujer en monedas y en dibujos. Además su nombre, al contrario que el de Hatshepsut, es un nombre femenino, porque termina en “a”, como era típico tanto entre los griegos como entre los egipcios.

El descubrimiento de Beiging confirma las dificultades de las mujeres para ejercer sus funciones en el Antiguo Egipto, así como los recursos empleados para vencer las resistencias culturales del entorno.

La loseta de Cleopatra pertenece a la colección del museo Duan Fang, de la Universidad de Beijing. Fang fue un embajador chino que reunió numerosas obras de arte a lo largo de su vida, algunas de las cuales se encuentran en el Museo Field de Chicago.

La loseta ha sido encontrada por Yan Haiying, un profesor asociado de historia en la universidad de Beijing, que encontró la loseta en un rincón de uno de los almacenes del museo, para sorpresa de todos.



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