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La física cuántica arroja una nueva visión de los procesos sociales

El infinito mundo de posibilidades de las partículas elementales es la base de la libertad humana


El conocimiento es fruto de la experiencia social, pero nunca se es consciente de todos los acontecimientos simultáneos porque la percepción actúa a modo de barrera. Con la física cuántica, sin embargo, empezamos a entender que la realidad que observamos no tiene fronteras. Sólo existen probabilidades que propician la construcción de nuevas realidades, que se concretan según la voluntad del actor, el cual actúa como “atractor extraño” de dichas posibilidades. Sin embargo, las valoraciones sociales actuales no dejan de responder a la ilusión de que estamos viviendo un progreso lineal. Como consecuencia, se adopta una concepción determinista y trágica del ser humano y de sus funciones sociales. Luego nos sorprendemos de “la desidia y del conformismo existentes”. Por Alicia Montesdeoca.



Bruce Sterling: Schismatrix
Bruce Sterling: Schismatrix
La unidad social no viene dada por la homogeneización del pensamiento, sino por aquella expresión colectiva que permite que el conocimiento alcanzado sea fruto de la experiencia común, en la que cada sujeto es protagonista y aporta, con sus vivencias, un matiz diferente, con lo que se obtiene una intensidad mayor del color del producto social logrado.

La pregunta permanente se abre paso a través de las mentes y, en su desarrollo, trata de buscar explicaciones para comprender y a la vez explicar. Este proceso, que es colectivo, siempre, en algún momento, encuentra una forma de salir a la superficie. El vehículo puede ser un individuo o un grupo. En ambos casos, estarán vinculados a la realidad que se conceptúan, y que se sintetizan, y, por lo tanto, son recolectores de los frutos que han sido cultivados en el campo de la mente social.

El conocimiento es, pues, un producto fruto de la experiencia, gestada y nutrida por todos, aunque no se tenga conciencia de ello, porque, aunque lo pretendamos, nunca se es consciente de todos los acontecimientos simultáneos en los que estamos involucrados. En este contexto, también, hemos de enunciar aspectos que ayuden a encontrar una comprensión mayor, para acabar con la percepción falsa de límites, separaciones, divisiones o fronteras.

Llegar a comprender la verdadera naturaleza del ser humano y de su entorno supone adentrarnos, a través de la maraña densa que la historia, interpretada por la ciencia, la filosofía y las religiones, ha construido sobre aquella.

Ken Wilber, en la introducción a su obra “La conciencia sin fronteras” dice: “Es como si nuestra percepción habitual de la realidad no fuera más que una isla insignificante, rodeada por un vasto océano de conciencia, insospechado y sin cartografiar, cuyas olas se estrellan continuamente contra los arrecifes que ha erigido a modo de barreras nuestra percepción cotidiana” .
Fronteras

Este autor parte del principio de que existe una unidad de conciencia o identidad suprema, la cual constituye la naturaleza y condición de todos los seres sensibles, pero, paulatinamente, vamos limitando nuestro mundo y nos apartamos de nuestra verdadera naturaleza al establecer fronteras.

“Efectuamos, dice, una división artificial en comportamientos de lo que percibimos: sujeto frente a objeto, vida frente a muerte, mente y cuerpo, dentro y fuera, razón e instinto, y así recurrimos a un divorcio causante de que unas experiencias interfieran con otras y exista un enfrentamiento entre distintos aspectos de la vida”.

La importancia de esta forma bipolar de divisiones que establecen líneas de conocimiento, “es que siempre tendemos a tratar la demarcación como si fuera real, y después manipulamos los opuestos así creados. Aparentemente, jamás cuestionamos la existencia de la demarcación como tal. Y como creemos que ésta es real, imaginamos tercamente que los opuestos son irreconciliables, algo que está para siempre separado y aparte”.

Visión cuántica de la sociedad

Con la física cuántica, sin embargo, empezamos a entender que la realidad que observamos ni está dividida, ni es previsible. El universo visto desde la física subatómica no tiene fronteras, ni se puede medir con exactitud cómo va a conducirse.

Así se descubre que, en los comportamientos de un sistema formado a partir de la construcción de “metademarcaciones”, sólo existen probabilidades, es decir, sólo se pueden ofrecer conjeturas. Con la enunciación de su principio de incertidumbre, Heisenberg pone de manifiesto el fin del “marco rígido”, el desplome de las viejas demarcaciones establecidas por la física clásica. Admitiendo la incertidumbre se admite, también, la posibilidad de cambio y de construcción de nuevas realidades, se tiene presente la potencia de la realidad, lo contingente.

Gary Zukav, en La Danza de los Maestros, considerada la mejor obra divulgativa de la física cuántica, dice: “La mecánica cuántica nos enseña que nosotros no estamos separados del resto del mundo, como habíamos creído. La física de las partículas nos enseña que el resto del mundo no es algo que permanece ocioso allá afuera. Por el contrario, es un brillante campo de continua creación, de transformación y, también, de aniquilamiento. Las ideas de la nueva física pueden dar lugar a que se produzcan experiencias extraordinarias cuando son captadas en su totalidad”.

Si proyectamos filosóficamente las conclusiones de la mecánica cuántica, podemos afirmar que no sólo influimos en nuestra realidad sino que, en cierta medida, la creamos. Es decir, podemos afirmar que materializamos ciertas propiedades en la sociedad porque elegimos medir esas propiedades.

El famoso físico John Wheeler escribió: “Al universo ¿lo atrae, de alguna manera, a la existencia la participación de los participantes?... El acto vital es el acto de participación. Participador es el nuevo concepto incontrovertible ofrecido por la mecánica cuántica. Derrota el término observador, de la teoría clásica, que designa al hombre que está seguro detrás de un grueso cristal protector y observa lo que ocurre a su alrededor sin participar en ello. Esto es algo que no puede hacerse en la mecánica cuántica”

Causa y efecto de la experiencia

Desde estas aportaciones teóricas, podemos precisar, con mejor luz, que el objeto social, tomado para el análisis, es causa y efecto de la experiencia individual y colectiva: esta experiencia se va construyendo con cada acción (entendiendo ésta como acto consciente e inconsciente; voluntario e inducido; físico y mental). De esta manera, también podemos percibir que cada presente es una captación instantánea de todos los presentes, el cual interpretamos con los recursos cotidianos de nuestro espacio tiempo.

En consecuencia, cualquier comunidad, en cualquier presente, es producto de los factores que laten en ese instante, con su propia impronta derivada de los elementos que están interactuando, para la configuración de esa realidad: económica, política, cultural.

Cada presente está impregnado así de la “información” necesaria para reproducir, en cualquier instante o en cualquier condición, el impulso de la vida con sus ciclos. Desde esta perspectiva, las sociedades se configuran como macro-células de un gran organismo planetario, sujeto a las mismas leyes de la materia cósmica que se encuentra en el universo.

Nuevo conocimiento y viejas creencias

Toda esta reflexión nos hace descubrir las contradicciones que existen entre las ideas que sugieren el nuevo conocimiento y las creencias que existen sobre lo que conocemos y cómo lo conocemos.

En primer lugar, el sujeto del conocimiento se siente el “observador de la realidad”. Una realidad que está fuera de sí mismo y a la que puede conocer objetivamente. Sin embargo, según señala en su obra “Languages of the brain” el neurocirujano de Stanford Kart Pribram, ese ser, en apariencia individual, que se presenta como sujeto porque se siente en ese instante “el observador”, desconoce que su cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico.

Y es que con la física cuántica aparece también el concepto de realidad como un todo que no se puede fragmentar para ser explicado, tal como ocurre con un holograma. También, la realidad aparece como potencia para la creación, donde se dan, simultáneamente, infinitas posibilidades de formas de expresión, que se concretan según la voluntad del actor, el cual actúa como atractor extraño  de dichas posibilidades.

Para la física cuántica, cualquier realidad es posible, pero, según sea el “observador-participador” sólo se concreta una: todo es posible y sólo hay una concreción; todo es posible aunque se concrete sólo una expresión. El potencial cuántico depende de las interacciones entre las “partículas” del sistema y el contexto.

Si proyectamos los principios de la mecánica cuántica al escenario de lo social, podemos concluir que cualquier estructura se sostiene porque no se cuestiona. Las realidades son alimentadas por la rigidez de los pensamientos que se adueñan de nuestra capacidad de conocer, y que, como verdaderas murallas, nos impiden acceder a una comprensión mayor de aquella realidad última que perseguimos, incansablemente, los humanos de todos los tiempos.

La comprensión de esto nos lleva a observar la realidad a partir de su potencia de creación, no sólo de su concreción temporal, y a mirar, críticamente, la posible arbitrariedad de aquel pensamiento que se sostiene con afán categorizador, porque limita las posibilidades de conocimiento, de creación y de cambio, impidiendo que se despliegue toda aquella otra realidad que no está dentro de su ángulo de focalización.

El pensamiento social, de espaldas al conocimiento científico

Por eso, las valoraciones sociales que hoy se hacen y que marcan profundamente la acción, no dejan de responder a una ilusión: la ilusión de que estamos viviendo un progreso lineal. Una linealidad que somete a la sociedad y a sus individuos a la creencia misma en dicha ilusión y que se retroalimenta con una formación a-crítica, generadora de conductas individualistas.

Las opciones sociales, nunca fruto de la elección personal sino del discurso con mayor autoridad y prestigio temporal, no suelen ser cuestionadas por las ciencias humanas, que se limitan a relatarlas. Las ciencias humanas, también, quedan atrapadas en ese discurso y en la ilusión evolucionista (lineal), a pesar de los nuevos conocimientos sobre la realidad que provienen, fundamentalmente, de las nuevas ciencias físicas y biológicas.

Las consecuencias prácticas son trascendentales. Tomada “la realidad social”, como un universo aislado, estático, inercial y previsible, se cae en el análisis de los valores “imperantes” en bloque. De esta forma no se tiene en cuenta la coyuntura en la que los valores se producen, dándoseles categoría de absolutos y pensando siempre que son consecuencia de un proceso civilizador. Este análisis no considera la importancia de las creencias en las bondades del modelo imperante, sostén imprescindible para la existencia de dicho modelo.

Es el precio del desarrollo, se afirma, dando por sentado que las consecuencias no deseadas son fruto de una ley de compensación natural contra la que no se puede hacer nada. Una afirmación que se niega a mirar las distorsiones que se producen a causa de la propia visión fragmentadora o categorizadora que la caracteriza.

Como consecuencia, se adopta una perspectiva del presente que juzga el aquí y ahora con una concepción determinista y trágica del ser humano y de sus funciones sociales. Al sujeto se le supone, aparentemente por consenso, sin esencia alguna que le sirva de timón, gobernado por los valores especulativos, sin intereses que no sean los propuestos por el mercado, sin impulsos de proyección, sin potencial ni esperanza para construir algo distinto al ideal que se predica. En definitiva, sin capacidad de reacción.

Agujero negro social

Con esta visión funcional, el sujeto parece quedar atrapado por las leyes del sistema y engullido por un enorme “agujero negro” de “no vida”. Esta visión abarca, mecánicamente, al sujeto de todas las culturas, de todos los estratos sociales, que de esta forma queda convertido en una abstracción esperpéntica: el ciudadano es un tipo sin alma; una marioneta sin voluntad, movida por los vientos de la especulación y el mercantilismo, gobernada por un discurso vacío del que permanentemente se hacen eco, multiplicando sus efectos, los llamados “medios de comunicación”.

Es como si la “muerte de Dios” por decreto, incluyera la desaparición del sujeto como expresión de un espíritu con voluntad creadora. Ese sujeto sin espíritu, sin voluntad, sin sentimientos, es un ente vacío, robotizado, dirigido con mando a distancia (a cuanta más distancia de él mejor se le dirige): de ahí a carecer de responsabilidad en sus actos no hay ni un paso.

Luego nos sorprendemos de “la desidia y del conformismo existentes”, de los niveles que alcanzan los conflictos, de las características que adoptan las violencias, de la magnitud de los integrismos, de la masiva aceptación de las políticas neo-nazis... de los modos suicidas con que nuestros jóvenes “viven a tope” sus mejores años: cada vez se les dificulta más el encuentro con la identidad, también las referencias para alimentarla. Todo ello porque la mirada adolece de un grado intenso de miopía para ver a lo lejos y en múltiples direcciones.



Domingo, 19 de Noviembre 2006
Alicia Montesdeoca
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Comente este artículo

1.Publicado por Eleth el 20/11/2006 17:41
Bravo!.
Me parece que has dejado muy claras las bases por las cuales la ciencia occidental se está acercando a lo que los grandes místicos y las grandes tradiciones orientales llevan pregonando desde hace miles de años: la realidad no es lo que creemos tener a nuestro alrededor, la realidad la vamos creando nosotros mismos, no con la mente, sino con el ser y la intención...

2.Publicado por naturopata el 23/11/2006 10:28
Analicen el lead de la noticia semánticamente: no dice nada científico con sentido: "El conocimiento es fruto de la experiencia social, pero nunca es consciente de todos los acontecimientos simultáneos porque la percepción actúa a modo de barrera." El conocimiento NO es quién es consciente de nada...

"Con la física cuántica, sin embargo, empezamos a entender que la realidad que observamos no tiene fronteras." Frase sin sentido real. El concepto de frontera no tiene ningún sentido objetivo en este contexto.

"Sólo existen probabilidades que propician la construcción de nuevas realidades, que se concretan según la voluntad del actor, el cual actúa como “atractor extraño” de dichas posibilidades." Eso es una interpretación de la física cuántica muy "exótica". No es la voluntad del actor quien colapsa la función de onda, es la medida.

"Sin embargo, las valoraciones sociales actuales no dejan de responder a la ilusión de que estamos viviendo un progreso lineal. Como consecuencia, se adopta una concepción determinista y trágica del ser humano y de sus funciones sociales. Luego nos sorprendemos de “la desidia y del conformismo existentes”. " Salto conceptual al vacío: la causalidad lineal existe en los fenómenos macróscoópicos. La sociedad huimana es un fenómenos físico macroscópico.

3.Publicado por velasco el 25/11/2006 14:32
Muy bueno.
Resaltar solamente que la mente del hombre es un acontecimiento colectivo (como queda claro en el artículo) y que son los sentimientos los que nos individualizan.

4.Publicado por Alejandro Sánchez el 26/11/2006 22:40
En realidad, hace ya 20 años, desde las ciencias sociales se generó una rebelión al determinismo del pensamiento. Me refiero a la Filosofía de la Liberación, que actualmente sirve de base a los esquemas de análisis y propuestas de renovación política y social en Latinoamérica. Muchos cambios sociales se están generando en base a esta filosofía. Antes del auge de la mecánica cuántica como inflexión en el pensamiento positivo angloeropeo, ya Enrique Dussel fue más hallá del positivismo y el ideologicismo europeo con su obra sobre la Filosofía De La Liberación (que ya planteaba esquemas ontológicos que superan la dicotomía ser-no ser, dicotomía que no existe a nivel cuántico por el principio de Heisenberg) Sobre la Filosofía De La Liberación se puede leer en:

http://www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/libros/dussel/dussel.html

5.Publicado por Venegas (Costa Rica) el 19/06/2008 06:05

Su articulo me ha parecido extraordinario, realmente lo he disfrutado muchisimo, estaba buscando informacion sobre el fisico John Wheeler y su articulo "Existe el Universo si no estamos mirarando?". Me encanta la forma en la cual concilias varios temas y ademas el concepto de "atractor extraño" me habre toda una linea de reflexion ese elemento. Tengo mucho tiempo de estar pensando sobre varias paradojas y elaborando ejercicios mentales para tratar de comprender porque existe el Universo? y mientras mas me adentro mas interrogantes encuentro, pero tambien mas maravilloso me parece todo. La felicito.

6.Publicado por Prado Ivan el 05/09/2008 17:59
Excelente el árticulo. Estoy en la busqueda de material para efectuar una presentación sobre gestalt y fisica cuantica en un congreso de psicología que se efectuará en la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, Bolivia

7.Publicado por ANA el 20/09/2008 16:07
Realmente bueno. Afortunadamente la humanidad se está dando cuenta, mínimamente, de cual es la realidad de las cosas y como se van construyendo las formas. Hablo de esas formas mentales que realmente pueden materializarse tanto individual como colectivamente.

8.Publicado por judith rasch el 14/10/2008 00:22
Muy interesante este articulo. Pero como hace el ser humano normal y corriente, para vislumbrar, ver, acceder, conocer, saber y finalmente escoger sobre ese sin fin de posibilidades o realidades y crear su dia? si queremos crear nuestro dia cada vez mejor y asi que miles de millones de seres humanos lo hagan para que nuestra bella tierra sea cada vez mejor como hacemos cada uno para "ver" esas realidades?? Hay algun manual, hay que estudiar fisica, alguna maestria o que?

9.Publicado por hugo luchetti el 19/05/2009 21:27


GALILEO Y BRUNO representan la ciencia y la mìstica. Hasta ahora, el mundo ha seguido a Galileo. Ambos se conocieron porque llegaron a dar clase en una misma Universidad. Uno es el saber fundado en la matemàtica y la experimentaciòn y el otro es el saber fundado en la imaginaciòn, la intuiciòn y el "arte de la memoria". La fìsica cuàntica le da la razòn a Bruno. Creamos nuestro destino segùn las imàgines y la matemàtica "va incluìda dentro de las formas"... ¿Nos atreverìamos a crear formas mentales como diseños para dirigir la realidad que percibimos...? Chau, gracias.

10.Publicado por Alberto Rodríguez-Sedano el 06/07/2009 13:28
Me parece muy peligroso hacer analogías entre procesos con significado sociológico y procesos físicos. La sociología tiene poco que ver con un determinismo que se quiere problematizar con desde indeterminaciones que nada tienen que ver con los objetos sociales. El fisicalismo en sociología no ha dado ningún fruto de verdadera importancia. Si es triste ver a algunos pretendiendo hacer de la sociología ciencia al modo instituido, es lamentable hacer sociología como si se rigiese por los mismos principios que los de la física. ¿En qué estudio se pone a prueba que los objetos sociales forman parte de la mecánica cuántica?. En ninguno; es mera especulación y no tienn nada que ver. La conciencia se siente atraída no por partículas sino por proximidad a los significados. Eso no se estudia en física, sino en sociología, semiótica, filosofía o psicología.

11.Publicado por Ana el 06/07/2009 14:40
Como siempre mi más absoluto respeto a todos los conocimientos, criterios y opiniones, todos válidos en alguna medida.

Se habla de la física cuántica, algo bastante desconocido para la mayoría. ¿Hay demostraciones palpables? seguramente no o muy pocas, pero aquí ocurre como en todo lo nuevo, van llegando los rumores, las opiniones, los estudios, y con el tiempo y no siempre, la luz se hace. A nivel científico, ese descubridor de una nueva tecnología, de una vacuna, etc., se encuentra con toda la profesión en contra, por mil motivos diferentes: se caen los esquemas, las envidias hacen acto de presencia, y la manipulación dificulta el trabajo. Finalmente, algunos consiguen demostrar sus teorías y consiguen materializar sus descubrimientos.

Quiero decir que aquí no estamos hablando ni de ciencia, lo más de lo más; es algo totalmente novedoso y que se nos escapa, pero también se nos escapa saber como funciona el universo en el que vivimos nos movemos y tenemos nuestro ser, y no por eso deja de existir, simplemente nos falta mucho conocimiento.

Atentamente,

12.Publicado por hugo luchetti el 06/07/2009 18:54


FORMA Y SIGNIFICADO:

Patricia me pidiò que comprara las perillas de la cocina. Hacìa meses que estaban rotas y ella se manejaba solo con una, cambiàndola de lugar. Me dio de muestra una de las perillas rotas que habìa guardado. El dìa que me lo solicitò yo tenìa una bolsa verde y adentro de la bolsa un libro explicando un trabajo cientìfico de lecturas de manuscriptos antiguos. Esos manuscriptos se leen usando distinto tipos de luz, en este caso eran los còdices de Arquìmides originales en griego, que estaban escritos por debajo de un libro de oraciones medievales que habìa sido copiado encima de èl. Pasaron dos o tres dìas y cuando me decidì a buscar las perillas de la cocina, tomè la misma bolsa donde habìa guardado la perilla de muestra. Allì estaba el libro y lo llevè pensando que si me demoraban podìa esperar teniendo algo para leer . Fui a varios comercios buscando
las perillas de la cocina de la cual no recordaba la marca. Por fin las encontrè, comprè cuantro, paguè, me dieron el vuelto. Iba a irme cuando vi unas revistas al costado del mostrador. Eran revistas "Muy Interesante", preguntè si las vendìan. Me contestaron, "estàn allì para que la gente tenga para leer si tienen que esperar".
Mirè las tapas. En una de ellas decìa "El Còdigo de Arquìmedes". Saquè el libro de la bolsa y le comentè al muchacho que la informaciòn, unièndose, nos dispone al lugar donde llegamos. Es decir, llegamos a los lugares que "tocamos previamente" con una lazo o liga de una "forma" o vibraciòn (patrtìculas)... Ellos son los "hilos de vida" o memorias que constituyen "la parte fìsica" del significado. LA FORMA TRANSPORTA EL SIGNIFICADO Y EL LUGAR Y LO TRANSPORTA DE LUGAR EN LUGAR, màs allà de que "el lugar" de la forma sea la mente, lo fìsico, lo matemàtico, personas, sonidos imàgenes, etc. El universo es forma y lo que llamamos "yo" es el bucle enlazador ... Pero ese YO es SOCIAL, no sòlo individual. Y es aquello que hizo de
guìa entre el Còdigo de Arquìmedes en la bolsa, las perillas de la cocina, la mente de Patricia, y la revista en el negocio. Chau, gracias.


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