Bitácora

El valor de una ciudad como marca

Andy Stalman


Acaba de finalizar en Melbourne, Australia, el primer Grand Slam de 2011. En ese mismo escenario, hace dos años Rafa Nadal vencía a Federer en un apasionante duelo y se convertía en el primer español en ganar ese torneo.

La marca Melbourne encierra una historia digna de compartirse. Una ciudad no es sólo lo que muestra, sino lo que transmite. La marca de una ciudad es un activo estratégico en términos de comunicación y de negocio. Una buena construccion de marca ciudad conduce a buenos resultados económicos y financieros.

En esta era de hiperconexión, los dirigentes comienzan a entender el factor clave que tienen entre manos, aunque en general, todavía lo minusvaloran o ignoran.

El caso de Melbourne, representa el de una ciudad que tuvo un plan y lo puso en práctica.

La oportunidad empezó a madurarse de la mano de la candidatura a los Juegos Olímpicos en 1996. El trabajo de diseño de Cato Partners fue la excusa para interactuar con personalidades del deporte y de la política de la ciudad. Melbourne no se alzó con la victoria, pero había hecho una apuesta muy fuerte que, de alguna forma, tenía que rentabilizar.

Cuando, para los Juegos Olímpicos de 2000 Melbourne quiso repetir, se estableció un acuerdo: Sidney se quedaría con los Juegos y Melbourne con los grandes eventos deportivos: tenis, golf, Formula 1, etc.

Esa apuesta se transformó en un reto: convertirse en la capital del deporte. Una iniciativa que, unida a una potente estrategia de imagen, ha hecho posible que la percepción internacional de esta ciudad australiana haya evolucionado hasta cotas impensables.

Melbourne acoge eventos como el ya mencionado Open de Australia, el Gran Premio de Fórmula 1 o el torneo de Golf Vic Open. Asimismo, una vez al año se convierte en el centro mundial del diseño y la arquitectura, del arte, del cine y del humor, por citar sólo algunos de los temas de congresos, festivales y otros encuentros multitudinarios.

Por otro lado, la ciudad de Melbourne se encuentra entre las diez primeras ciudades del mundo con mayor nivel de vida y de sostenibilidad.

El objetivo ha sido doble: al mismo tiempo que se erige como foco de eventos, ha creado una potente imagen de marca que está presente en todas las ocasiones. Por eso, ya posee una identidad unívoca, personalísima, reconocible y memorable.

En estos días, millones de personas han observado minuto a minuto esta imagen. La ciudad entendió la relevancia de una marca. Un estilo visual innovador, basado en la idea de que este lugar es como un buen libro, en el que a través de sus diferentes capítulos se puede experimentar la calidad y la diversidad de la oferta existente. Ese ha sido el emblema que el gobierno de la ciudad ha sabido combinar con acierto, coherencia y oportunidad.

La marca de una ciudad es una tarea muy difícil, mucho más que la marca de un producto o un servicio.

Las ciudades tienen que competir todos los días para atraer el turismo, la inversión y los negocios. No se puede imponer la marca de una ciudad pero se pueden encontrar los aspectos que atraen la atención del mundo. Se trata de una tarea a largo plazo. Toma mucho tiempo, esfuerzo y coherencia construir una marca pero el resultado compensa con creces.

Madrid decide este año si volverá a intentarlo en 2020. Melbourne puede ser un referente de cómo una ciudad puede reconvertirse. Es indudable que la capital de España posee ingredientes de calidad para lograr unos resultados mucho mejores. Estamos en un momento crucial para la economía del país y esta puede ser una buena oportunidad para reinventarse, para crear futuro.

El Open de Australia es el último de estos encuentros en los que se puede ver como la marca Melbourne se ha convertido en el elemento que mejor identifica no sólo a la ciudad, sino la idiosincrasia de sus habitantes y la particularidad de su cultura. Lamentablemente Rafa no repetirá triunfo en esta nueva edicion del Grand Slam, lo que está claro es que la marca Melbourne es ganadora desde hace años.

No hay fórmulas secretas. Solamente una mezcla de trabajo duro, visión y profesionales destacados. Asimismo, es preciso entender que el branding es un activo estratégico en el desarrollo de cualquier negocio.
Andy Stalman

| Lunes, 31 de Enero 2011

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