Con un novedoso sistema diseñado por científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, se ha conseguido que un mono coja una pelota con un brazo en principio paralizado.

Esto ha sido posible gracias a que dicho sistema permite que las señales cerebrales se correspondan con movimientos musculares complejos, a tiempo real.

El proceso comienza en el cerebro, donde unos electrodos implantados distribuyen corrientes eléctricas acordes con las señales cerebrales. Las corrientes eléctricas son entonces distribuidas por el organismo hasta llegar a los músculos, provocando contracciones en ellos.

Según los científicos, el hecho de que la tecnología haya funcionado bien en las pruebas con el mono supone que, algún día, podría ser útil también para humanos con lesiones en la espina dorsal. A los músculos de estos pacientes no pueden llegar las señales eléctricas que emite el cerebro y que son las que causan los movimientos.

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