Investigadores del Hospital Infantil de Boston (en Estados Unidos) han desarrollado un videojuego que podría ayudar como terapia a adolescentes con problemas emocionales.

Los adolescentes, especialmente los problemáticos, no suelen ser receptivos a los tratamientos psicológicos. Con el videojuego se pretende cambiar esta actitud, ayudando a los jóvenes a ver el aspecto lúdico de dichos tratamientos.

El videojuego, en el que los jugadores deben disparar a invasores extraterrestres, está conectado a un sistema de seguimiento del ritmo cardíaco que se coloca en el jugador.

Si el pulso del jugador se eleva demasiado, la dificultad para controlar sus acciones dentro del videojuego aumenta. Como respuesta, el jugador tiene que emplear las técnicas de relajación aprendidas con anterioridad durante la terapia dentro del contexto del juego, disminuyendo el ritmo cardíaco y logrando calmarse.

Los científicos esperan que estos ejercicios de autorregulación emocional sirvan para que los adolescentes desarrollen la capacidad de autocontrolarse, que les resultará útil también en situaciones reales.

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