SEGURIDAD Y DEFENSA: Manuel Sánchez Gómez-Merelo




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Desde hace mucho tiempo, la Seguridad con mayúscula ha sido y, actualmente es irreversible que debe ser, algo más que una “seguridad por diseño” o cosa de ingenieros especialistas. Una nueva seguridad global, integral e integrada debe ser totalmente protagonista “desde y no por” el diseño, como valor compartido con la arquitectura.
Durante muchos años, los que llegamos al mundo de la seguridad procedentes de la arquitectura, hemos visto y sufrido como este “no valor compartido”, esa falta de “seguridad desde la arquitectura”, ha generado o incrementado riesgos y vulnerabilidades en el ámbito de muchos sectores de actividades sociales, industriales y comerciales como hospitales, puertos y aeropuertos, centros de producción, entidades públicas, centros comerciales y de ocio, estadios, centros penitenciarios, etcétera.


Desde hace varios años atrás se han venido desarrollando, en diferentes partes del mundo, propuestas respecto de la incorporación de la seguridad en la arquitectura, buscando de esta manera entregar lugares de trabajo donde se minimice la posibilidad de ocurrencia de un accidente laboral u enfermedad profesional durante su construcción y posterior funcionamiento por errores u omisiones en el diseño.


La propuesta de “seguridad desde el diseño”, puede definirse como el proceso que se desarrolla durante la fase de desarrollo arquitectónico en el que se incorpora el análisis de los riesgos relacionados con la actividad, las seguridades y salud del trabajador.


Tenemos nuevos riesgos y amenazas con nuevos retos y exigencias. Vivimos momentos donde se están gestando y provocando grandes cambios globales en nuestra sociedad: una pandemia con gran afectación en todos los países y sus actividades; una cambio climático que nos amenaza; una internalización de amenazas como la ciberdelincuencia; un cambio de hábitos de trabajo no presenciales; un incremento de riesgos y vulnerabilidades derivados de la desglobalización; un cambio de estilos de vida, etc.


La arquitectura y los sistemas que están diseñados desde el punto de vista de la aplicación de riesgos/seguridades desde el proyecto, tienen como objetivo prevenir la aparición de vulnerabilidades en las organizaciones y sus actividades. Por ello, estos diseños se centran en establecer espacios, medidas y controles que eviten que surjan los problemas.


La “seguridad desde el diseño”


En general, hasta hace poco tiempo, cuando hablábamos de seguridad, siempre era de los últimos aspectos en los que se pensaba cuando se diseñaba un nuevo espacio y siempre se trataba como algo que se debía adaptar a lo que ya teníamos diseñado, ahora con la aplicación de este nuevo concepto de “seguridad desde el diseño” todo cambia. Hemos visto como se está consiguiendo que la seguridad adquiera una importancia en el proyecto desde las primeras reuniones y bocetos del proyecto, y con ello conseguir mejoras de diseño con una seguridad menos invasiva, más efectiva, con una minimización del impacto ambiental.


La Seguridad desde el Diseño. El Valor Compartido, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo


El proceso denominado “seguridad desde el diseño”, también llamado Prevención a través del Diseño, durante las fases de arquitectura e ingeniería para proyectos, está siendo desarrollado con reiteradas experiencias positivas.


Analizando la tendencia de ataques que sufren las organizaciones públicas y privadas, podemos observar que un porcentaje muy elevado se debe a errores de proyecto o de configuración.


Muchas entidades, conscientes de ello, realizan auditorías de seguridad periódicas para visualizar y corregir las vulnerabilidades detectadas.


La “seguridad desde el diseño” permite el desarrollo de ambientes, edificios e instalaciones seguras mediante la incorporación de reconocidas técnicas internacionales durante la fase de configuración de los proyectos. De esta manera se obtienen los mejores resultados con el menor coste e impacto en la actividad.


Lo más destacable de la “seguridad desde el diseño”, es que evita cargas y errores desde una etapa temprana, es menos invasiva, más natural, sostenible y se proyecta pensando en las personas.


Cuando definamos las infraestructuras, el sistema, las funcionalidades, etc. debemos tener presente siempre las bases de una seguridad integral y emprender las acciones pertinentes para adecuarnos a ellas.


No se trata de diseñar la seguridad de las organizaciones cuando el edificio ya esta construido, que también, sino de incluir la seguridades desde el propio diseño del proyecto como un capítulo más de la propia construcción, como el mismo caso que cualquier otra instalación, espacios o acabados de la edificación.


Como en cualquier proyecto, debe considerarse desde el principio un análisis de riesgos en función de la actividad, emplazamiento y los requerimientos del cliente, incluyendo la seguridad en el diseño de los procesos, espacios y usos para obtener una seguridad efectiva y sostenible.


La “seguridad desde el diseño”, tiene cuatro especialidades básicas desde donde se plantea: la seguridad por conocimiento, la seguridad por exigencias, la seguridad por tecnología y la seguridad por procedimiento.


Los que mejor entienden estos conceptos son los arquitectos, sobre todo los que se preocupan por la arquitectura pasiva, más que los departamentos de seguridad, por eso probablemente sean ellos quienes los deben implantar.


La Seguridad desde el Diseño. El Valor Compartido, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo


La “seguridad desde el diseño” existe cuando se sigue el principio de la arquitectura de “la forma sigue a la función” estrictamente, con su correspondiente análisis de riesgos. Se trata de realizar un análisis sistemático de la necesidad arquitectónica de una función o actividad para detectar y corregir fallos de seguridad en el diseño. El objetivo es obtener una serie de requisitos de seguridad que permitan contener el nivel de riesgo por debajo de un valor previamente acordado.


También la “seguridad desde el diseño” se aplica a la Ingeniería de software y hardware en la prevención de, particularmente en la era de la Inteligencia Artificial, el aprendizaje automático y el Internet de las Cosas (IoT). Desde la primera funcionalidad que se desarrolle, se implementarán en el proceso de construcción, tanto técnicas de seguridad como buenas prácticas de programación que garanticen la prevención de vulnerabilidades.


Una vulnerabilidad es un agujero de seguridad dentro de un sistema, el cuál puede ser explotado con el fin de violar la seguridad del mismo.


A modo de conclusiones


Partiendo de la base de que la seguridad física y lógica no son un estado, sino un proceso, podemos significar que la “seguridad desde el diseño” es el desarrollo de ambientes, edificios e instalaciones seguras mediante la incorporación de técnicas en la fase inicial de los proyectos para la mejora de la seguridad integral (prevención+protección), basado en la calidad ambiental, la sostenibilidad, la vigilancia natural, la planificación adecuada de los accesos, los espacios abiertos, la iluminación y los procedimientos.


La seguridad debe incorporarse a los procesos desde el nivel inicial de los proyectos y debe dejar de ser algo en lo que se piensa en la etapa final.


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Construir considerando la seguridad desde los cimientos en lugar de anexarla tiene sentido incluso desde una perspectiva de mitigación, tanto de riesgos y vulnerabilidades, como de costes.


El enfoque de la “seguridad desde el diseño” en primer plano plantea cambiar la perspectiva sobre la seguridad de una postura reactiva a una proactiva.


En definitiva, todo este valor compartido consiste, fundamentalmente, en alinear el éxito de nuestros proyectos con el éxito de nuestra sociedad, al reconocer que tenemos la responsabilidad –además de la oportunidad- de mejorar el entorno de nuestras infraestructuras y la salud fundamental de la comunidad que la sustenta.


El Valor Compartido es un concepto que hace referencia a la forma en la que una organización o proyecto genera beneficios para la sociedad. La primera vez que este término salió a la opinión pública fue en 2011 en Harvard Business Review, en un artículo escrito por el profesor Michael Porter y hemos de seguir aplicando el concepto sobre la base del conocimiento, las experiencias y los modelos de éxito conseguidos.



Estamos viviendo tiempos de especial incertidumbre e inseguridades derivadas de las consecuencias que están produciéndose de larga pandemia de la COVID-19 y de la reciente invasión de Rusia en Ucrania.
Yendo de lo general a lo particular, tenemos una pandemia con afectación global, una invasión con consecuencias europeas, un incremento de coste de la energía que han provocado huelgas en el transporte con consecuencias en todos los sectores y ciudadanos. Y todo, basado en un importante clima de incertidumbre y crisis que deriva en inseguridad ciudadana.
Ello nos lleva al planteamiento de “Vísteme despacio que tengo prisa”, una frase originaria del emperador romano Augusto a sus ayudantes que aconsejaba algo así como: «Caminad lentamente si queréis llegar antes a un trabajo bien hecho».
También se les ha asignado esta frase a otros personajes históricos como Napoleón Bonaparte o Carlos III.


Inseguridades por la pandemia


La pandemia del coronavirus todavía no ha terminado y lo que se estamos viviendo en estos momentos es solo el fin de la sexta ola, marcada por el impacto de la variante Ómicron.


La OMS avisa de que la pandemia de la COVID-19 no ha acabado y que, además, sufriremos las consecuencias económicas durante años y nos recuerda que es necesario que los países más ricos ayuden a los más pobres.


En este sentido, el director de la OMS, ha celebrado que la reunión de Finanzas del G20 incluyera una discusión sobre la crisis sanitaria, pues la pandemia, dijo, "requiere del compromiso de todos los sectores, especialmente el financiero".


Las consecuencias de la invasión rusa


Ahora, tras varios años de una pandemia que aún no ha terminado, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha aumentado la ansiedad física y la angustia emocional en muchas personas y hemos de manejar la inseguridad que nos genera esta nueva situación bélica.


“La invasión de Ucrania por Rusia es una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas y un acto de agresión que constituye un crimen de derecho internacional”, ha declarado Amnistía Internacional, que ha pedido que todos los implicados en este crimen rindan cuentas por estas violaciones.


Inseguridades: Pandemia y Guerra. «Vísteme despacio que tengo prisa», por Manuel Sánchez Gómez-Merelo


Así, la guerra en Ucrania nos sumerge nuevamente en un estado de incertidumbre y de inquietud, cuando todavía no hemos dejado atrás las huellas emocionales y socioeconómicas de la pandemia.


Además, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que angustiosamente estamos viviendo estos días, ha pillado a toda la humanidad en el peor momento emocional posible por la pandemia.


Por tanto, si a la incertidumbre y el sentimiento de pérdida de control que aún estamos viviendo por la COVID-19, le sumamos la amenaza de una escalada bélica de imprevisibles consecuencias, entenderemos que muchas personas estén notando cómo su inseguridad y umbral de aguante emocional esté desbordado y no sepan cómo afrontar esta nueva situación.


Todos los sectores productivos y de servicios afectados


Precisamente cuando la economía española estaba acelerando su crecimiento y el desembolso de los fondos de ayuda europeos estaban iniciando una cierta velocidad de crucero y la recuperación se empezaba a sentir en la calle,  la invasión rusa de Ucrania ha vuelto a ponerlo todo patas arriba y desbaratado muchos planes.


Los sectores más afectados por la COVID-19 se empezaban a bandear por la crisis. Hostelería, comercio, turismo y automoción se estaban reinventando con nuevas ideas basadas en la digitalización y la venta 'online' para impulsar sus actividades afectadas en mayor o menor medida por la crisis y del frío surgió la siguiente.


Así, muchas empresas entrarán de nuevo en fase de economía de guerra ante las dudas sobre las futuras consecuencias del conflicto en Ucrania iniciado a finales de febrero. Lo que ya está claro es que el impacto, especialmente, en el turismo será demoledor en los próximos meses si se mantiene o se agrava la situación.


Sectores que evolucionaban positivamente sufrirán un cambio en la tendencia alcista de su actividad destacando, por su elevado peso en el PIB, los de construcción, materiales básicos y actividades inmobiliarias. En algunas industrias las consecuencias del fuerte deterioro de la economía también penalizarán previsiblemente su actividad en los próximos meses.


Cadena logística de suministros


Este sector ya llevaba tiempo arrastrando un alza de precios de costes y combustibles por la pandemia, ahora con la huelga de transportistas ya hay empresas que no pueden continuar con las pérdidas.


La huelga de transportistas afecta a toda la cadena de suministros y deja a muchas industrias sin materias primas o productos.


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Igualmente, afecta a la cadena de suministro de la mayoría de los sectores de consumo y, en algunos establecimientos y mercados, ya ha habido desabastecimientos de importantes productos básicos como pescado, leche, aceite, etc.


La huelga de los transportistas se ha prolongando, incluso con continuas acciones violentas de los piquetes y ha obligado a que las fuerzas de seguridad tengan que escoltar a los camioneros que no la secundan para evitar agresiones y desperfectos.


Incertidumbre, riesgos y amenazas


La idea de riesgo, expresado en catástrofes, hambrunas, terremotos, guerras, etc., siempre ha existido pero riesgo no es igual que la amenaza o el peligro. El riesgo se refiere a situaciones que se analizan activamente con relación a posibilidades o probabilidades de que se produzcan.


La incertidumbre es diferente del riesgo. Los riesgos aparecen contemplados en las previsiones macroeconómicas con mayor o menor grado de probabilidad, y pueden materializarse o no. Así, a principios del presente año, había consenso sobre que los riesgos para la economía global eran las nuevas variantes de la COVID19, la inflación, los problemas en las cadenas de suministro, la desaceleración económica de China y, en España, las dificultades para implementar el plan de recuperación. También aparecían como amenazas las posibles invasiones de Ucrania o Taiwán, pero se les otorgaba baja probabilidad.


Por incertidumbre hay que entender algo radicalmente distinto del concepto de riesgo que nos es más familiar, y del que hasta ahora nadie la ha diferenciado claramente.


Con relación al par riesgo-incertidumbre, si bien el primero se puede calcular y se puede asociar a algo dado por cierto, por el contra la incertidumbre apunta a lo desconocido, retomando la distinción que de ello hacía el investigador Frank Knight.


Ahora, a la incertidumbre económica y sostenibilidad, principales amenazas para las organizaciones, además hay que sumarle los riesgos de la transformación digital y el teletrabajo.


Retos para el sostenimiento y la seguridad


Aunque los gestores de riesgos aprovechan cada vez más la tecnología innovadora para mejorar su identificación, análisis, evaluación y tratamiento, es esencial aplicar las lecciones aprendidas para esta recuperación post COVID-19 en todas nuestras organizaciones.


No obstante, la sensación de inseguridad crece en España y hay que tomar el asunto con rigor y combatir con nuevas soluciones para garantizar la sostenibilidad, convivencia y libertad. La seguridad es un derecho constitucional de los ciudadanos que, además, éstos reclaman de forma permanente y efectiva a sus gobiernos. Estar en alerta permanente afecta a la inseguridad ciudadana y a la salud mental.


Inseguridades: Pandemia y Guerra. «Vísteme despacio que tengo prisa», por Manuel Sánchez Gómez-Merelo


Algunos de los retos de la seguridad en el mundo post-pandemia, como el teletrabajo y la migración a la nube de datos, han aumentado el perímetro de seguridad de las organizaciones, que se ven expuestas a más ataques y a nuevas amenazas. La suplantación de identidad, los ataques 'ransomware', el 'phishing' o los ataques a la cadena de suministro son algunos de los riesgos a los que se enfrenta la seguridad cada día.


Igualmente, las huelgas y paros convocados por diferentes asociaciones del transporte por carretera, han alertado al Gobierno del peligro de distintos e importantes desabastecimientos, falta de componentes y productos básicos sin los cuales muchas actividades productivas y de servicios no pueden funcionar.


En cualquier caso, ha habido un amplio dispositivo policial durante la huelga de transportes, con leves incidentes. Más de 23.000 policías y guardias civiles han sido movilizados para garantizar, principalmente, el suministro de alimentos durante la convocatoria de paros de los transportistas por carretera.


Plan Nacional de respuesta


El Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania se ha centrado en determinar las ayudas y medidas en el ámbito energético, en materia de transportes por carretera, en el sector marítimo y portuario, así como medidas de apoyo al tejido económico y empresarial.


Las consecuencias económicas de esta negativa evolución son, principalmente, un aumento de la tasa de inflación (actualmente superior al 9%) y una ralentización del ritmo de crecimiento y ha agravado el choque de oferta que viene sufriendo la economía europea desde el verano de 2021 a causa de la escalada del precio del gas natural y ha añadido, además, una elevada incertidumbre respecto a su duración e intensidad.


Inseguridades: Pandemia y Guerra. «Vísteme despacio que tengo prisa», por Manuel Sánchez Gómez-Merelo


En definitiva, en este contexto de alta volatilidad, incertidumbre e inestabilidad de precios, se abordan nuevas medidas en el ámbito energético que contribuyan a reforzar la seguridad del suministro y garanticen un precio asequible a todos los sectores, desde el ámbito doméstico al conjunto del tejido productivo en todo el territorio nacional.


Finalmente, se estima igualmente necesario proteger de las consecuencias económicas y sociales de la guerra a los trabajadores y sectores vulnerables para asegurar el empleo y el tejido empresarial ante las situaciones que pueda causar la invasión de Ucrania o el aumento de los precios o costes energéticos, y las distorsiones económicas que ello conlleva.


En definitiva, para la reducción de las inseguridades derivadas de la pandemia y la invasión de Ucrania hemos de aplicar soluciones globales con un «Vísteme despacio que tengo prisa».



Editado por
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO
Eduardo Martínez de la Fe
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO, es consultor internacional de seguridad, arquitecto técnico y periodista. Completa esta formación con diversos cursos de postgrado en las áreas de seguridad pública y privada, defensa comunicaciones.

Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.

Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.

Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.

Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)

Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad

Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.