SEGURIDAD Y DEFENSA: Manuel Sánchez Gómez-Merelo




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Durante los últimos años, el sector de las seguridades ha experimentado una madurez significativa en tecnologías como la videovigilancia inteligente, los controles mediante biometría, la aplicación de drones y la gestión de la seguridad en la nube. Paralelamente, han emergido soluciones de carácter más avanzado como la ciberseguridad post-cuántica o los modelos de IA predictiva que, aunque aún no generalizadas, comienzan a sentar las bases para los objetivos de la prevención y protección futura.


Las tendencias clave que definen la evolución y cambio en 2025 son principalmente:
 

  • Automatización operativa, mediante IA para reducir tiempos de gestión y respuesta.
     
  • Integración física y lógica, que elimina espacios de riesgo entre la seguridad patrimonial y la ciberseguridad.
     
  • Sensorización IoT, que amplía la capacidad de monitorización, gestión y eficacia en tiempo real.
     
  • Arquitecturas avanzadas de ciberseguridad, como base para una seguridad global, integral e integrada.
     
  • Servicios remotos 24/7, con gestión integral y en la nube.
     
  • Nuevos enfoques en privacidad y cumplimiento normativo, ante un creciente tratamiento y protección de datos.
     

Como Plan Estratégico y Operativo 2025-2026 para instituciones y empresas, antes de adoptar nuevas plataformas de gestión y tecnologías de seguridad, las organizaciones deberían seguir estas recomendaciones:
 

  • Identificar y evaluar riesgos específicos según el sector, criticidad de activos y exposición a amenazas.
     
  • Seleccionar soluciones integrables entre sistemas físicos y lógicos para lograr una visión unificada de seguridad global.
     
  • Invertir en capacitación y formación especializada, minimizando riesgos de perfiles indebidos y potenciando la personalización.
     
  • Cumplir estrictamente con normativas de protección de datos, privacidad y ciberseguridad.
     
  • Analizar los aspectos diferenciales y sectoriales, principalmente en el ámbito de infraestructuras esenciales, críticas y estratégicas.
     
  • Ejecutar pilotos escalables, evaluando eficacia real antes de un despliegue global.
     

La evolución del ecosistema de seguridad en 2025-2026, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

Este análisis y evaluación ayudará a centrar los objetivos y maximizar el retorno de inversión y la eficiencia de la gestión operativa en la adopción de tecnologías emergentes.
 

Las tendencias 2026 en las tecnologías en seguridad se redefinen sobre las bases de inteligencia, integración y gestión global.
 

El sector e industria de la seguridad y su integración física y lógica, está pasando por una transformación silenciosa pero profunda. Ya no se trata solo de prevenir delitos o proteger personas, activos e instalaciones, los objetivos actuales se centran en anticipar, analizar, gestionar y responder eficazmente con la ayuda de tecnologías que combinan inteligencia artificial, biometría, IoT y análisis predictivo.
 

Estos nuevos paradigmas vienen estableciendo un punto de inflexión donde la seguridad deja de ser un conjunto de dispositivos para convertirse en un ecosistema vivo, inteligente, conectado y sostenible, donde la información y la comunicación son la clave.
 

A continuación, las seis principales tendencias que marcarán este nuevo paradigma.
 

  • Biometría avanzada. La seguridad que identifica a las personas mediante el reconocimiento facial, del iris del ojo o de la voz, pasará a ser el estándar de autenticación más confiable. Impulsada por la inteligencia artificial. Esta tecnología ofrece una identificación instantánea, precisa y sin contraseñas, ideal tanto para entornos corporativos como residenciales. Pero el desafío va más allá de la tecnología: implica también una nueva ética del dato con el manejo responsable de la información biométrica que será tan importante como la precisión del reconocimiento, en un contexto global de regulación estricta en materia de privacidad.
     

La evolución del ecosistema de seguridad en 2025-2026, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

  • Inteligencia Artificial y analítica de video. Pasando del monitoreo a la predicción mediante la inteligencia artificial aplicada a la seguridad que ya no solo observa, sino que identifica, interpreta y predice. Los sistemas de video analítico pueden detectar comportamientos inusuales —una persona que deambula fuera de horario, un objeto abandonado, un movimiento anómalo— y activar alertas automáticas sin intervención humana. El salto será la detección proactiva, es decir, la capacidad de los sistemas de adelantarse a un posible incidente mediante análisis de patrones y contexto. Según estudios internacionales, más del 60% de las organizaciones planean invertir en IA aplicada a seguridad en los próximos dos años.
     
  • IoT aplicada a la seguridad. El Internet de las Cosas (IoT) se ha convertido en la columna vertebral de la seguridad actual. Sensores interconectados —de movimiento, humo, temperatura o apertura— se comunican en tiempo real con sistemas de alarma y plataformas en la nube, fusionando la protección física y la digital. En 2026, esta integración será total y un mismo sistema podrá activar una alarma, enviar una notificación al teléfono del usuario, cerrar una válvula de gas y avisar al servicio técnico si detecta una anomalía. La conectividad inteligente permitirá no solo proteger, sino optimizar el uso de energía y recursos de control y gestión.
     
  • Control de acceso predictivo y biométrico. Los nuevos sistemas de acceso combinarán biometría, analítica de comportamiento y algoritmos predictivos para anticipar y gestionar patrones de movimiento. Este enfoque, ya adoptado por grandes corporaciones, se expandirá a oficinas, consorcios y centros logísticos y comerciales, ofreciendo seguridad sin fricción, interoperabilidad entre sedes y trazabilidad total convirtiéndose en una herramienta de gestión integral, no solo de seguridad.
     
  • Protección de infraestructuras críticas. El incremento de los ataques a infraestructuras esenciales -energía, hospitales, transporte, agua, telecomunicaciones- convierte en prioridad la necesidad de una mayor protección integral e integrada de la seguridad de estos entornos que dependen de la convergencia entre lo físico y lo digital: cámaras, sensores ambientales, firewalls y redes OT que deben funcionar como una sola capa de protección y defensa, más allá del cumplimiento normativo. Esta integración también es relevante para instalaciones privadas de gran escala, como parques industriales o centros comerciales.
     
  • Seguridad laboral inteligente. La aplicación de tecnología para proteger a las personas es también tendencia para la seguridad de los trabajadores. La combinación de sensores inteligentes, equipos de protección personal con telemetría y sistemas de alerta en tiempo real, permitirán prevenir accidentes y responder de forma inmediata ante incidencias o emergencias. En industrias, hospitales o grandes edificios, los sensores detectarán humo, gases o variaciones térmicas, movimientos anómalos y emitirán notificaciones automáticas a los responsables de seguridad o servicios médicos.
     

Estamos ante una seguridad, no solo más inteligente, sino más humana y ética. La inteligencia artificial, la biometría o el IoT no reemplazan al profesional de seguridad, lo potencian, ofreciéndole herramientas para prevenir, anticipar, decidir y actuar mejor. Estamos frente a una nueva era en la que las tecnologías de seguridad serán predictivas, sostenibles y profundamente conectada con la vida y las actividades cotidianas.
 

La seguridad privada en España entra en 2026 marcada por un contexto de transformación acelerada, donde convergen la digitalización, la automatización y la integración entre seguridad física y ciberseguridad. Las organizaciones, desde las infraestructuras críticas hasta empresas de servicios y comercio, afrontan un escenario de riesgos crecientes donde las amenazas evolucionan con rapidez y exigen soluciones tecnológicas más inteligentes, predictivas y conectadas.
 

En conjunto, las organizaciones deben equilibrar inversión y retorno estratégico, priorizando tecnologías que aumenten la resiliencia, reduzcan vulnerabilidades y mejoren la capacidad de respuesta ante incidentes, mientras planifican la incorporación progresiva de soluciones emergentes que serán críticas en los próximos años.
 

A modo de resumen
 

La videovigilancia inteligente con IA, los sensores IoT, las arquitecturas avanzadas de ciberseguridad, la seguridad híbrida y la analítica predictiva se posicionan como las tecnologías de máxima prioridad, al ofrecer una protección integral, detección temprana de amenazas, automatización y una mejora significativa en la eficiencia operativa.
 

De forma complementaria, el control biométrico de accesos y los sensores térmicos o especiales aportan valor en entornos críticos, con una prioridad media-alta por su coste e infraestructura necesaria.
 

La ciberseguridad post-cuántica y las redes avanzadas (5G/6G), aunque aún en fase de adopción temprana, representan inversiones estratégicas de medio plazo para anticipar amenazas futuras.
 

El balance de 2025 indica que la seguridad privada en España está en un punto de madurez suficiente para incorporar soluciones basadas en IA, integración y monitorización avanzada. Las empresas deben planificar sus inversiones priorizando tecnologías con impacto inmediato en protección, detección temprana y resiliencia operativa, sin perder de vista herramientas emergentes que serán críticas ante futuras amenazas -especialmente en el ámbito cuántico y la hiperconectividad.
 

La clave para 2025-2026 será combinar innovación tecnológica con una gestión inteligente del riesgo, la formación especializada del personal y el cumplimiento normativo, asegurando que la tecnología no solo se implemente, sino que se explote y gestione de forma efectiva y estratégica.
 

La seguridad privada entre 2025 y 2026 seguirá evolucionando hacia modelos altamente integrados, predictivos y automatizados. Las empresas que equilibren adecuadamente inversión, beneficio estratégico y madurez tecnológica estarán mejor preparadas para afrontar riesgos presentes y futuros. Planificar también la adopción de tecnologías emergentes será clave para garantizar la resiliencia y continuidad operativa en un entorno cada vez más exigente.


La seguridad, tanto pública como privada, es un pilar fundamental del Estado y de la convivencia ciudadana. Sin embargo, históricamente ha sido un sector masculinizado, donde las mujeres han enfrentado obstáculos estructurales para acceder a cargos de responsabilidad, recibir formación técnica avanzada o participar en la toma de decisiones.
Es preciso un Plan de Igualdad y Liderazgo Femenino en Seguridad Pública y Privada, que pasa por el establecimiento de un marco estratégico integral orientado a promover la igualdad real, impulsar el liderazgo femenino y consolidar una cultura organizacional inclusiva en todas las instituciones y entidades vinculadas a la seguridad.


Como marco conceptual y diagnóstico hemos de considerar los desafíos actuales como la: Brecha de género persistente en puestos de mando, operaciones y áreas técnicas; Insuficiente presencia femenina en formación avanzada en ciberseguridad, análisis de inteligencia, gestión de crisis y defensa; Escasa incorporación sistemática de la perspectiva de género en protocolos, operaciones y planificación estratégica; Déficit de políticas de conciliación adecuadas a turnos operativos; Falta de visibilización del liderazgo femenino en Fuerzas y Cuerpos de seguridad y empresas del sector privado.
 

Igualdad y Liderazgo femenino en Seguridad Pública y Privada, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

Igualmente, hemos de tener en cuenta las oportunidades como: Creciente reconocimiento del valor añadido de la diversidad en la toma de decisiones; Avances legislativos y normativos en igualdad laboral; Mayor demanda social de modelos de seguridad inclusivos, éticos y orientados a la ciudadanía.
 

Presente y futuro de la mujer en seguridad pública y privada
 

El II Congreso Mujer y Seguridad, titulado “Presente y futuro de la mujer en seguridad. Con otra mirada”, organizado por el Observatorio Mujer y Seguridad, ha sido una jornada en la que mujeres expertas en el ámbito de la seguridad compartieron experiencias en torno al liderazgo, la representatividad y la necesaria incorporación de la perspectiva de género en el sector, donde se abordaron temas como el incremento de la representatividad en un sector altamente masculinizado, la necesidad de incorporar protocolos y políticas que integren la perspectiva de género en la seguridad, tanto pública como privada, y la importancia de formar a más mujeres para aumentar su presencia en este ámbito.
 

Igualdad y Liderazgo femenino en Seguridad Pública y Privada, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

El II Congreso Mujer y Seguridad reafirmó la necesidad de reforzar políticas que incrementen la representación femenina, integren la perspectiva de género en todos los niveles formativos y fortalezcan los sistemas de liderazgo inclusivo.
 

En este sentido, hemos de seguir profundizando para establecer una estrategia integral permanente que promueva la igualdad real, la inclusión, y el liderazgo femenino como ejes de transformación cultural y profesional, incorporando la perspectiva de género en la seguridad, la conciliación laboral y la formación con visión inclusiva.
 

Objetivos estratégicos
 

Como objetivo general, hay que fomentar la participación, la igualdad efectiva, el liderazgo y representatividad de las mujeres en el ámbito de la seguridad pública y privada, mediante políticas, programas y acciones que garanticen igualdad de oportunidades, formación inclusiva y cultura organizacional con perspectiva de género.
 

Y como objetivos específicos, hay que incorporar la perspectiva de género en la gestión, formación y operación de las instituciones y organizaciones de seguridad. Así como, se ha de incrementar la participación de mujeres en puestos de decisión y liderazgo y establecer políticas efectivas de conciliación y bienestar laboral, fortalecer la sensibilización y formación en igualdad en todos los niveles jerárquicos, fomentar la creación de redes y programas de mentoría femenina e implementar mecanismos de seguimiento y evaluación con indicadores de género verificables.
 

Ejes estratégicos y líneas de acción
 

Para ello, hemos de considerar una serie de ejes estratégicos y líneas de acción como:
 

Igualdad y no discriminación para garantizar condiciones equitativas: Implementando Planes de Igualdad Institucionales; Creando protocolos contra acoso y violencia de género; Incorporando auditorías de igualdad en empresas y organismos de seguridad.
 

Liderazgo y representatividad para aumentar mujeres en puestos de decisión: Estableciendo programas de mentoría intergeneracional; Promoviendo cuotas paritarias temporales en ascensos y dirección; Reconociendo públicamente el liderazgo femenino mediante premios o distinciones.
 


 

Formación con perspectiva de género para transformar la cultura profesional: Incluyendo módulos de igualdad, derechos humanos y liderazgo inclusivo en academias policiales y centros de formación privada; Fomentando cursos especializados en ciberseguridad, gestión de crisis y defensa dirigidos a mujeres jóvenes; Integrando la cultura de defensa y seguridad desde una visión de paz y cooperación.
 

Conciliación y bienestar laboral para facilitar la corresponsabilidad: Promoviendo horarios flexibles, permisos parentales igualitarios y teletrabajo; Creando espacios de conciliación familiar y cuidado infantil en instituciones de seguridad.
 

Evaluación y transparencia para medir impacto e informar avances: Diseñando indicadores de paridad y participación; Publicando informes anuales de igualdad y liderazgo femenino; Creando un Observatorio de Igualdad en Seguridad.
 

Igualmente, hay que establecer y consolidar programas complementarios como:
 

Mentorías en Seguridad, mediante la implementación de una red de mujeres líderes en seguridad pública, privada y defensa que acompañen al desarrollo profesional de jóvenes aspirantes.
 

Escuelas de Liderazgo Inclusivo, para la formación especializada en gestión, liderazgo ético, comunicación empática y perspectiva de género.
 

Programas de Conciliación Segura, para la implementación de medidas de flexibilidad laboral y apoyo familiar dentro de cuerpos policiales, empresas de seguridad y defensa.
 

Mecanismos de seguimiento y evaluación
 

Hay que establecer indicadores clave de desempeño, para el conocimiento, seguimiento y evaluación de los porcentajes de: mujeres en cargos de dirección, de participación femenina en formación técnica, instituciones y organizaciones con Planes de Igualdad activos e índices de satisfacción laboral por género.
 

Han de realizarse evaluaciones periódicas con: revisión semestral de avances, publicación de resultados y buenas prácticas, retroalimentación de participantes y entidades colaboradoras.
 

Todo ello, para la búsqueda de resultados a medio plazo como el: Incremento de la participación femenina en mandos medios y altos; la incorporación de la perspectiva de género en el total de los programas de formación en seguridad; la creación de redes y programas de mentoría activa en instituciones clave; la mejora comprobable en los índices de igualdad, satisfacción y conciliación laboral.
 

A modo de resumen
 

El incremento en la incorporación de la perspectiva de género en la seguridad pública y privada no solo promueve la equidad, sino que mejora la eficacia institucional y la confianza social.
 

Las mujeres aportan capacidades estratégicas esenciales: mediación, comunicación, análisis integral del riesgo y empatía operativa.
 

El desarrollo de los programas básicos y planes de Igualdad y Liderazgo Femenino en Seguridad Pública y Privada buscan consolidar una cultura inclusiva, donde la seguridad sea entendida como un derecho compartido y una responsabilidad de todas y todos.
 

La igualdad en el sector de la seguridad es un factor clave para la eficacia operativa, la innovación y la confianza institucional. Este Plan apuesta por un modelo de seguridad inclusivo, moderno y sostenible.
 


Sociedad, fútbol y seguridad. Entendiendo como “sociedad” ese movimiento colectivo de un sentimiento, lejos de ser una demostración deportiva; entendiendo como “fútbol” ese deporte de masas que es capaz de acaparar la mayor atención de público; y entendiendo como “seguridad” esa necesaria y exigida garantía de protección de los ciudadanos ante la violencia consustancial con este deporte.
Algunos datos históricos así lo demuestran, según ha aumentado su incidencia y protagonismo en nuestra “aldea global”, la violencia en el fútbol ha ido adquiriendo connotaciones muy preocupantes en muchos países.
En estos momentos, cuando el fútbol en su época más reciente y ordenada tiene más de 100 años, se ha convertido en el deporte más universal con importantes connotaciones políticas y sociales, en muchos casos, disparatadas y con graves incidencias en la seguridad ciudadana.
Pero ante todo, no hemos de perder el referente, “sociedad, fútbol y seguridad” están directamente entrelazados y cada vez más implicados.


Revisión del Plan de Seguridad en Grandes Eventos y Estadios de Fútbol, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

Por todo ello, hemos de reelaborar nuevos Planes de Seguridad y Prevención para grandes eventos y estadios de fútbol prioritariamente.
 

A modo de esquema general, presentamos un decálogo de acciones a revisar y actualizar:
 

Seguridad en Grandes Eventos y Estadios
 

La seguridad en los recintos para grandes eventos de ocio y deportivos no es un planteamiento puntual sino tiene que tener una buena cobertura de prevención y protección no solo por parte de las autoridades públicas sino también por el sector privado como complemento a todo lo que están igualmente exigiendo las entidades nacionales e internacionales respecto a la implementación de medidas y medios de seguridad y aplicaciones de inteligencia artificial y tecnológica que se deben adoptar, incluso para detectar comportamientos ilícitos.
 

También es importante concienciar a los sectores implicados y a la sociedad de la importancia de tener este tipo de sistemas y no escatimar en temas de seguridad. Porque la seguridad se tiene que ver como una inversión y no como un gasto.
 

Riesgos, Amenazas y Vulnerabilidades. Evaluación
 

El origen de la violencia en el fútbol es un fenómeno que aparece como tal en el Reino Unido, cuna igualmente del inicial y genérico football, siendo conocidos los practicantes de esta violencia como “hooligans” o “supoorters”. Este fenómeno saltó de esas islas, por contagio colectivo, al resto de Europa occidental llegando a adquirir un carácter mundial.
 

En España, el fenómeno de la violencia en el deporte se ha tomado con especial preocupación y, de forma prioritaria, se ha ido procediendo al incremento de los niveles de seguridad en las instalaciones deportivas y la puesta en práctica de numerosos dispositivos de seguridad.
 

Pero, si importante han sido los convenios y compromisos adquiridos, más importante es y sigue siendo el estudio y análisis de los factores influyentes en la violencia en el fútbol.
 

Los riesgos y amenazas y su valoración más importante y básica en este tipo de establecimientos se concentran, generalmente, en siete grupos principales: Violencia entre aficiones; Invasiones en el terreno de juego; Incidentes con dispositivos prohibidos; Riesgos de aglomeración; Riesgos estructurales; Riesgos médicos y de salud; Riesgos de incendio.
 

Objetivos y Políticas. Seguridad desde el diseño
 

Hemos de hacer notar la importancia de la seguridad desde el diseño y la arquitectura actual que trabaja en lo que se denomina “diseño basado en evidencias”, cuyo objetivo es establecer un vínculo directo entre las estrategias de diseño y los resultados esperados.
 

El término Security by Design hace referencia a una filosofía en la que la seguridad no se añade al final de un proyecto, sino que se integra desde la etapa inicial de su desarrollo. Es decir, en lugar de construir primero una infraestructura y luego añadirle medidas de seguridad (prevención+protección), se diseña pensando desde el principio en cómo evitar posibles vulnerabilidades o fallos indebidos.
 

Es importante recordar otros objetivos, como: profundizar en los grados de seguridad que deben presidir en todas las concentraciones públicas; Vigilar de forma especial la presencia y la posible acción de todas aquellas minorías de espectadores que se manifiestan de forma violenta; Controlar o excluir de los recintos a los promotores de disturbios; Controlar a los espectadores el introducir objetos prohibidos: Actuar sobre las personas identificadas como autoras de agresiones, daños u otros actos de violencia.
 

Igualmente, hay que definir los Objetivos y Políticas de Seguridad y establecer los objetivos claros del plan para garantizar la seguridad de asistentes, participantes y organizadores en el recinto y determinar las políticas generales que regirán la seguridad durante el evento.
 

Con todo ello, se debe mantener vigente, según lo establecido, la elaboración del Plan de Seguridad Integral en acontecimientos deportivos y grandes eventos.
 

Este debe comprender los siguientes aspectos:
 

Seguridad Pasiva, entendiendo como tal, la implementación de medidas que afectan a las instalaciones que no precisan intervención de personal.
 

Seguridad Activa, entendiendo como tal, la puesta en marcha de las medidas necesarias en previsión del riesgo o amenaza potencial del evento (medidas físicas y operativas en función de la clasificación de los niveles de riesgo).
 

Igualmente, tiene importancia un especial sistema de comunicación que garantice la posibilidad de difundir, en cualquier punto de su área y en cualquier momento, mensajes con calidad y con protección total de las informaciones transmitidas.
 

Prevención y Planificación. Claves del dispositivo
 

En 1983 la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) elaboró, para orden y seguridad en los estadios, unas instrucciones imperativas para las finales y partidos con riesgo elevado.
 

Estas medidas preventivas, revisadas en años posteriores, se centraban principalmente en: Controlar estrictamente la venta y distribución de billetes/entradas, así como verificar la veracidad de las mismas; Implantar medidas de control y vigilancia eficaces, policiales y operativas en el estadio mediante la organización de servicios de seguridad; Separar a los “hinchas” y colocar protección en el campo mediante alambradas.
 

Las iniciales medidas de seguridad, han sido complementadas con posterioridad, con la instalación de sistemas centralizados de videovigilancia y dotación de sistemas especiales de comunicaciones para emergencias. Igualmente, se han desarrollado protocolos y medidas de:
 

Control de accesos: implementando medidas como detectores de metales, revisión de bolsos y prohibición de objetos peligrosos (bengalas, botellas de cristal, etc.); Sistemas de gestión de multitudes para planificar y controlar el flujo de personas para evitar aglomeraciones peligrosas; Personal de seguridad, definiendo sus funciones y responsabilidades y contar con personal suficiente.
 

Vigilancia y control: instalando cámaras de seguridad y contar con vigilantes distribuidos por el recinto para la detección y control rápido de incidentes.
 

Planes de contingencia y evacuación: definir los protocolos de actuación y las rutas de evacuación y asegurar que el público esté informado a través de señalización y comunicación adecuada.
 

Servicios médicos de atención: habilitar zonas de atención médica y coordinación con los servicios de emergencia externos.
 

Inteligencia y Organización. Medios y Gestión
 

En la actualidad, los medios técnicos, los sistemas y tecnologías para su aplicación a la Seguridad de los Grandes Eventos y Estadios, están lo suficientemente evolucionados como para no existir problema alguno en el planteamiento de la prevención y protección de todos y cada uno de los riesgos y amenazas que comportan el amplio catálogo de aplicación a este tipo de organizaciones.
 

No obstante, otra serie de aspectos pueden condicionar la implantación de ciertos tipos de sistemas de seguridad para obtener la aprobación de las autoridades pertinentes para el establecimiento de los planes de seguridad.
 

En el contexto de estadios de fútbol, es importante el establecimiento de una Unidad de Análisis en Inteligencia y Seguridad, como departamento encargado de recopilar, analizar y utilizar información para mejorar la seguridad, la eficiencia operativa. Esta unidad puede emplear diversas tecnologías, incluyendo inteligencia artificial y análisis de datos, para monitorear el comportamiento de los asistentes, detectar posibles amenazas y optimizar la gestión del estadio.
 

Desde el punto de vista operativo, ha habido un reforzamiento de la cooperación internacional en materia de información e inteligencia con el fin de encuadrar los sistemas de apoyo y seguridad ante eventualidades ponderadas, en especial en materia de terrorismo y violencia organizada.
 

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El contexto internacional contemporáneo se caracteriza por una creciente complejidad de riesgos y amenazas globales que desafían los modelos tradicionales de seguridad. La interconexión tecnológica, la volatilidad geopolítica y la emergencia de nuevas formas de conflicto —como la ciberguerra o la desinformación— exigen una transformación profunda en las estrategias de prevención y respuesta.
En este escenario, resulta indispensable evolucionar hacia modelos de gestión de seguridad híbrida, integrando la tecnología y la inteligencia artificial, promoviendo la innovación constante, consolidando la colaboración público-privada y fomentando la cultura de seguridad y la formación especializada continua como pilares para fortalecer la resiliencia.


Fortalecimiento de la Resiliencia ante las nuevas amenazas globales, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

 

A modo de esquema general, presentamos un decálogo de acciones a revisar y actualizar:
 

Evolución hacia modelos de seguridad híbrida
 

El concepto de seguridad híbrida responde a la necesidad de integrar los ámbitos físico y digital dentro de una misma arquitectura estratégica. Las amenazas actuales, como los ciberataques a infraestructuras críticas o las operaciones de influencia digital, trascienden las fronteras convencionales entre la seguridad nacional, empresarial y ciudadana. Por ello, los modelos de seguridad deben ser adaptativos, interconectados y multiescalables, permitiendo una coordinación efectiva entre organismos públicos, empresas privadas y actores internacionales. Esta evolución implica también adoptar enfoques predictivos y resilientes, basados en la prevención y anticipación y no únicamente en la reacción frente a los riesgos y amenazas.
 

Seguridad Global
 

La Seguridad Global está experimentando una transformación, donde la protección de los ciudadanos se considera un elemento central.
 

La Seguridad, en este contexto, se refiere a las acciones y medidas que buscan proteger a las personas y organizaciones de diversas amenazas, tanto físicas como digitales, permitiendo un funcionamiento seguro y resiliente.
 

En este sentido, la transformación de la Seguridad Global implica una mayor:
 

- Colaboración: es fundamental la cooperación entre diferentes actores, incluyendo empresas, gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil, para enfrentar desafíos complejos de inseguridad.
 

- Innovación tecnológica: la adopción de nuevas tecnologías, como sistemas de videovigilancia inteligentes, análisis de datos y herramientas de comunicación seguras que pueden fortalecer la capacidad de respuesta ante amenazas.
 

- Adaptación al cambio: las organizaciones deben ser capaces de adaptarse a un entorno en constante evolución, donde las amenazas son cada vez más complejas y dinámicas.
 

En resumen, la Seguridad Global está transitando hacia un enfoque más integral e integrado y centrado en las personas y actividad de las organizaciones, donde la colaboración, la innovación y la adaptación al cambio son clave para construir entornos más seguros y resilientes.
 

Seguridad Estratégica y Operativa
 

La Seguridad Estratégica y Operativa son dos aspectos interrelacionados pero distintos en la gestión de la seguridad. La Seguridad Estratégica se enfoca en la definición de objetivos y políticas a largo plazo para proteger los activos de una organización, mientras que la Seguridad Operativa se centra en la implementación de medidas y procedimientos para garantizar la ejecución segura de las actividades diarias.
 

- Seguridad Estratégica: define la visión y misión de la seguridad dentro de la organización, estableciendo los objetivos generales y las prioridades; Desarrolla políticas y directrices que guían la toma de decisiones en materia de seguridad a nivel táctico y operativo; Evalúa los riesgos y vulnerabilidades a nivel global, identificando amenazas potenciales y áreas críticas que requieren atención. Establece los mecanismos de coordinación y comunicación entre los diferentes niveles de la organización para asegurar una respuesta efectiva ante incidentes de seguridad.
 

- Seguridad Operativa: implementa las políticas y directrices definidas por la seguridad estratégica en las actividades diarias de la organización; Establece procedimientos y protocolos para la gestión de incidentes, la protección de personas y activos; Realiza evaluaciones de riesgos y controles de seguridad a nivel local, identificando vulnerabilidades y aplicando medidas correctivas; utiliza herramientas y tecnologías para la detección, prevención, protección y respuesta ante amenazas; fomenta la Cultura de Seguridad a través de la capacitación y la concienciación del personal.
 

Seguridad Integral e Integrada
 

El planteamiento de la Seguridad ya no se limita a la protección física de instalaciones, sino que abarca aspectos como la Seguridad de la Información, la Ciberseguridad, la Seguridad Ambiental y la Seguridad Humana.
 

Componentes clave de la Seguridad Integral:
 

- Seguridad de la Información: protección de datos sensibles contra accesos no autorizados, robo o pérdida, incluyendo la implementación de políticas de privacidad y medidas de protección de datos.
 

- Ciberseguridad: defensa contra ataques cibernéticos que podrían comprometer la infraestructura tecnológica y la información de la organización, incluyendo la implementación de firewalls, sistemas de detección de intrusiones y capacitación en concienciación sobre seguridad cibernética.
 

Beneficios de un enfoque integral de seguridad:
 

- Mayor protección: un enfoque integral permite una protección más efectiva y completa contra una amplia gama de amenazas.
 

- Mayor resiliencia: las organizaciones con un enfoque integral son más capaces de recuperarse de incidentes y minimizar su impacto.
 

- Mayor eficiencia: la integración de la seguridad en todos los niveles de la organización puede generar eficiencias operativas.
 

En resumen, la Seguridad ha de seguir evolucionando hacia un enfoque integral que reconoce la interconexión de diferentes aspectos de la seguridad y la necesidad de abordarlos de manera holística para proteger  a las personas, los activos y el futuro de las organizaciones.
 

Integración de la tecnología y la inteligencia artificial
 

La tecnología, y particularmente la inteligencia artificial (IA), desempeñan un papel transformador en la gestión de la seguridad. El uso de sistemas de análisis predictivo, big data y aprendizaje automático permite identificar patrones anómalos, detectar vulnerabilidades y responder de manera automatizada a incidentes. No obstante, esta integración debe acompañarse de marcos éticos sólidos, regulaciones claras y supervisión humana para evitar sesgos, usos indebidos o dependencias tecnológicas excesivas.
 

La IA se utiliza para monitorear patrones sospechosos y sistemas de vigilancia móvil que se implementan para colaboraciones conjuntas entre organizaciones privadas y públicas.
 

Impulso a la innovación como motor de resiliencia
 

La innovación constituye un elemento esencial para anticipar y mitigar las amenazas emergentes. Invertir en investigación y desarrollo (I+D) dentro del ámbito de la seguridad —tanto pública como privada— permite generar soluciones ágiles frente a fenómenos como el uso malicioso de la IA, los ataques híbridos o la manipulación informativa.
 

En este sentido, el fomento de ecosistemas de innovación, integrados por startups, centros de investigación y administraciones públicas, contribuye a acelerar la adopción de tecnologías seguras y eficaces. La agilidad institucional y la reducción de barreras burocráticas son, por tanto, condiciones necesarias para sostener una cultura de innovación continua.
 

Medidas de Seguridad. Planes y protocolos
 

La elaboración de los diferentes Planes de Seguridad de los edificios e instalaciones, identificando vulnerabilidades y estableciendo criterios de aplicación de Medidas de Seguridad, tanto técnicas como organizativas es imprescindible para la implantación de la seguridad.
 

Igualmente lo es la elaboración de los Planes de Emergencia necesarios y los procedimientos de actuación para el cumplimiento en los establecimientos de la Norma Básica de Autoprotección (así como de normativa local y autonómica que pueda afectar a cada organización y actividad).
 

Capítulo aparte será el planteamiento de los Planes de Seguridad en aquellas organizaciones que son designadas como operadores críticos, que tienen la obligación de presentar un Plan de Seguridad del Operador (PSO) y, tras su aprobación por la Secretaría Estado u órgano delegado tras informe del CNPIC, un Plan de Protección Específico (PPE).
 

Gestión del Riesgo y las Seguridades
 

Identificar áreas de especial sensibilidad o preocupación y establecimiento de un proceso de desarrollo de perfiles de riesgo para la información, activos e instalaciones, resultado de la combinación de la posibilidad de materialización de una amenaza (probabilidad) y sus consecuencias (impacto).
 

Igualmente, se completará este capítulo con la identificación, análisis y evaluación de las correspondientes vulnerabilidades derivadas del entorno, ubicación y diseño de todas y cada una de las infraestructuras de la organización con:
 

- Desarrollo de la plataforma para la identificación, clasificación y evaluación de riesgos, amenazas y vulnerabilidades para la infraestructura e instalaciones de la organización, basada en diferentes estándares como la Norma ISO/IEC 31000 y normativas específicas de aplicación.
 

- Evaluación, aplicaciones y criterios para la selección e implantación de tecnologías específicas, protocolos, procedimientos y medios de protección, tanto de Seguridad Física y Operativa como de Seguridad Lógica, para alcanzar el nivel de prevención y protección requerido en la organización.
 

- Diseño e implementación de las bases del conjunto de políticas para la Seguridad en la organización conforme a la norma ISO/IEC 27001 y otras de aplicación para: diseño, implantación y mantenimiento de procesos para gestionar y asegurar eficientemente la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los activos, minimizando a la vez los riesgos de la Seguridad Lógica o Ciberseguridad.
 

Formación continua y cultura de seguridad
 

La transformación digital de la seguridad debe ir acompañada de una sólida política de formación y capacitación continua. El desarrollo de competencias digitales, el pensamiento crítico y la alfabetización en ciberseguridad son esenciales para mantener la eficacia operativa del personal y la conciencia preventiva en toda la sociedad.
 

Para ello, es precisa una nueva formación especializada que tiene como principales objetivos adquirir las capacidades imprescindibles para desempeñar funciones de seguridad (prevención y protección), adquiriendo las competencias profesionales necesarias para el diseño, planificación, gestión e implantación de los correspondientes planes y protocolos de seguridad.
 

En definitiva, a través de la formación especializada y la cultura de seguridad, podemos contribuir a mejorar la prevención y protección en todos sus ámbitos y modernizar de forma garante las condiciones de seguridad en nuestras organizaciones e infraestructuras públicas y privadas.
 

Colaboración público-privada y cooperación internacional
 

La seguridad en el siglo XXI requiere un enfoque de corresponsabilidad compartida entre el sector público y el privado. La protección de las infraestructuras críticas, la ciberseguridad y la gestión de crisis dependen de la colaboración activa entre ambos sectores. Establecer mecanismos de intercambio de información, protocolos conjuntos de actuación y alianzas estratégicas refuerza la capacidad colectiva de respuesta. Además, la dimensión global de las amenazas exige una cooperación internacional sostenida, basada en la confianza, la transparencia y el respeto a los marcos jurídicos internacionales.
 

A modo de conclusiones
 

Fortalecer la Resiliencia frente a las amenazas globales requiere una estrategia integral que combine tecnología, innovación, cooperación y formación.
 

La adopción de modelos híbridos y el uso responsable de la inteligencia artificial permitirán anticipar riesgos y optimizar recursos. Paralelamente, la innovación, la colaboración público-privada y la capacitación continua actúan como vectores estratégicos para consolidar una seguridad más inteligente, ética y sostenible.
 

En definitiva, el futuro inmediato de la seguridad dependerá de la capacidad colectiva para adaptarse, innovar y cooperar en un entorno cada vez más incierto y globalizado.
 

Los números son de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay


Las amenazas más importantes a las que actualmente está sometida la Seguridad en los Hospitales, son las agresiones a personal sanitario, y el robo de información y equipamiento.

Como cada 17 de septiembre, se celebra el “Día Mundial de la Seguridad del Paciente” y, este año una vez más, la OMS, a raíz de que la pandemia de la COVID-19 agravara significativamente el riesgo de errores y vulnerabilidades, insiste en recordar y concienciar a los profesionales sobre el importante papel que juegan en la seguridad del paciente en todo su recorrido.


Seguridad en Hospitales, referente de protección humana, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo
 

Las instalaciones hospitalarias, clasificadas como Infraestructuras Críticas o Esenciales, presentan nuevos retos y exigencias ante los riesgos, amenazas y vulnerabilidades. A modo de esquema general, presentamos un decálogo de acciones a revisar y actualizar:
 

Seguridad en los Hospitales un referente
 

La inversión para mejorar la seguridad puede conseguir ahorros considerables, así como mejoras para los pacientes, ya que el coste de la prevención del daño es, generalmente, menor que el coste derivado de afrontar sus consecuencias.
 

La seguridad de los pacientes está prevista en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo general es "garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades", siendo un objetivo primordial el procurar el acceso de todas las personas a los servicios de salud esenciales con todas las seguridades.
 

Ello es responsabilidad de todos los profesionales implicados en el amplio esquema de desarrollo de la actividad sanitaria, y se deben adoptar las acciones necesarias para aplicar todas las medidas de seguridad a nuestro alcance con eficacia y eficiencia, garantizando así, tanto la salud y bienestar del usuario, como los de los profesionales sanitarios.
 

La seguridad del paciente y de los trabajadores sanitarios no puede garantizarse sin acceso a infraestructuras, tecnologías y dispositivos de prevención y protección que deben estar bien informados, y con un personal sanitario, técnico y de gestión cualificado y comprometido, desarrollando su labor en un entorno propicio y seguro.
 

Riesgos, amenazas y vulnerabilidades
 

Los hospitales presentan, con carácter general, un catálogo de riesgos y amenazas muy diferenciado en razón a su categoría.  Su aplicación está muy condicionada a la conjugación de las distintas variables básicas, de las diferencias que definen a cada uno de los establecimientos hospitalarios y sus condiciones implícitas o puntuales de seguridad derivadas de circunstancias típicas o atípicas.
 

Los riesgos y amenazas en este tipo de actividad se orientan hacia la consecución de unos daños provocados a las personas, los bienes, las instalaciones y el equipamiento.
 

Los riesgos y amenazas y su valoración más importante y básica en este tipo de establecimientos se concentran, generalmente, en cuatro grupos principales:
 

Los riesgos de la naturaleza. En los establecimientos hospitalarios, este tipo de riesgos, se centra principalmente en la posibilidad y la probabilidad de que, por su situación geográfica y urbanística, puedan de manera ocasional verse afectados directamente por inundaciones o tormentas, principalmente de tipo eléctrico, de notable magnitud.
 

Los riesgos técnicos. Este tipo de riesgos, presentes en todo tipo de establecimientos, son aquellos que están más relacionados con la calidad de la construcción, de sus instalaciones y con los buenos o malos estudios y diseños de todos y cada una de las partes que constituyen el conjunto del propio establecimiento. Integran este grupo de los que llamamos riesgos técnicos, las potenciales averías, los incendios y explosiones fortuitas y los procesos de corrosión.
 

El riesgo de incendios fortuitos en los establecimientos hospitalarios, integrados igualmente en este apartado, es, sin duda, y desde un planteamiento general, la amenaza potencial más importante en la mayoría de los casos.
 

Los riesgos derivados de la actividad social y laboral. Son aquellos que están directamente relacionados con las distintas actividades que se desarrollan en el hospital, su dimensión y categoría. Están integrados por los derivados de accidentes laborales, pérdidas o hurtos internos, contaminación y abstención laboral.
 

En todo caso, se requerirá de la creación de un programa de análisis y evaluación continua, dentro de un plan de seguridad y salud laboral debidamente contrastado.
 

Los riesgos derivados de las actividades antisociales. Este tipo de riesgos y amenazas, según los casos y circunstancias, pueden llegar a materializarse en actos de intimidación o agresión (violación o agresión física de personas, secuestros, etc.); robo y hurto (bienes y valores, documentos, vehículos, etc.); fraude (manipulación de la información, balances e inventarios, etc.); atraco (agresión con violencia para el robo o hurto de bienes en habitaciones y vehículos aparcados, etc.); sabotaje de instalaciones (como reivindicación laboral o venganza por despido, etc.); agresión terrorista, vandalismos y destrozos (por diversas causas e intenciones); amenaza de bomba, etcétera.
 

Garantizar la seguridad de los profesionales es sinónimo de proteger la de los usuarios, por lo que la prevención de riesgos laborales es uno de los pilares sobre los que debe asentarse el trabajo desempeñado en los centros asistenciales y hospitalarios.
 

En cualquier caso, observando las cuatro áreas de riesgo que determinan el esquema básico relacionado y sus consecuencias históricas se puede comprobar que el riesgo más importante comúnmente presentado y protagonista es el riesgo de incendio en su modalidad de fortuito. Es el más importante y temido por sus consecuencias y, por ende, el que más preocupa a los empresarios y a las Administraciones Públicas e, incluso, a los visitantes y clientes de los hospitales. También a tener en cuenta, se encuentra en preocupante incremento el riesgo de agresión al personal sanitario.

Seguridad desde el diseño
 

Hemos de hacer notable la importancia de la seguridad desde el diseño y la arquitectura actual que trabaja en lo que se denomina “diseño basado en evidencias”, cuyo objetivo es establecer un vínculo directo entre las estrategias de diseño y los resultados médicos. Uno de los resultados obtenidos con los trabajos actuales es una herramienta que permite identificar posibles actuaciones de mejora, y ordenarlas según su coste, lo que puede resultar de gran utilidad para los centros sanitarios.

 

El término Security by Design hace referencia a una filosofía en la que la seguridad no se añade al final de un proyecto, sino que se integra desde la etapa inicial de su desarrollo. Es decir, en lugar de construir primero un sistema y luego añadirle medidas de protección, se diseña pensando desde el principio en cómo evitar posibles fallos o accesos indebidos.
 

Una nueva seguridad global, integral e integrada debe ser totalmente protagonista “desde y no por” el diseño, como valor compartido con la arquitectura.
 

La propuesta de “seguridad desde el diseño”, puede definirse como el proceso que se desarrolla durante la fase de diseño arquitectónico en el que se incorpora el análisis de los riesgos relacionados con la actividad, las seguridades y salud mental del trabajador.
 

La arquitectura y los sistemas que están diseñados desde el punto de vista de la aplicación de riesgos/seguridades desde el proyecto, tiene como objetivo prevenir la aparición de vulnerabilidades en las organizaciones y sus actividades. Por ello, estos diseños se centran en establecer espacios, medidas y controles que eviten que surjan los problemas. Durante muchos años, los que llegamos al mundo de la seguridad procedentes de la arquitectura, hemos visto y sufrido como este “no valor compartido”, esa falta de “seguridad desde la arquitectura”, ha generado o incrementado riesgos y vulnerabilidades en el ámbito hospitalario.
 

Seguridad global, integral e integrada
 

La Seguridad Global está experimentando una evolución hacia nuevos paradigmas que buscan una protección más efectiva, considerando la complejidad y la interconexión de los desafíos actuales.
 

Los nuevos paradigmas de Seguridad Global han de protagonizar un enfoque integral que va más allá de la protección física, abarcando aspectos como la Seguridad de la Información y la Ciberseguridad, la Seguridad Ambiental y la Seguridad Humana. Este enfoque holístico considera la seguridad como una estrategia integrada que protege tanto los activos físicos como los intangibles de una organización, incluyendo sus datos, sistemas, personal y entorno de actividad.
 

Hoy en día, se contabiliza a nivel mundial un número elevadísimo de víctimas y de daños a las personas, en gran medida evitables, a causa de las deficiencias, errores y vulnerabilidades, tanto en los procedimientos e infraestructuras, como en la propia atención sanitaria. Ya sea debido a falta de inversión o a mala gestión, lo que subyace es en gran medida las carencias derivadas de una deficiente cultura para la seguridad de los pacientes y trabajadores.

Medios y medidas de control y seguridad
 

En la actualidad, los medios técnicos, los sistemas y tecnologías para su aplicación a la Seguridad de los Centros Hospitalarios, están lo suficientemente evolucionados como para no existir problema alguno en el planteamiento de la prevención y protección de todos y cada uno de los riesgos y amenazas que comportan el amplio catálogo de aplicación a este tipo de establecimientos. No obstante, una serie de aspectos pueden condicionar la implantación de ciertos tipos de sistemas de seguridad.
 

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Editado por
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO
Eduardo Martínez de la Fe
MANUEL SANCHEZ GÓMEZ-MERELO, es consultor internacional de seguridad, arquitecto técnico y periodista. Completa esta formación con diversos cursos de postgrado en las áreas de seguridad pública y privada, defensa comunicaciones.

Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.

Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.

Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.

Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)

Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad

Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.