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Las lluvias, relacionadas con erupciones volcánicas y terremotos

Provocan el ascenso del magma y movimientos telúricos


Las fuertes lluvias están asociadas a las erupciones volcánicas y los terremotos. Aumentan la presión de las aguas subterráneas, provocando el ascenso del magma y movimientos telúricos.


Redacción T21
05/05/2020

Dos nuevas investigaciones arrojan luz sobre las causas de las erupciones volcánicas y de los terremotos.

Según estas investigaciones, tanto las fuertes lluvias como la naturaleza del terreno pueden provocar ambos episodios telúricos.

La primera investigación, desarrollada en la Universidad de Miami y publicada en la revista Nature, se basa en el estudio sobre la erupción del volcán Kilauea, en Hawai en 2018, que fue la más grande de los últimos 200 años.

El evento fue precedido por varios meses de precipitaciones inusualmente altas, destaca esta investigación.

Los científicos midieron las presiones del agua subterránea a profundidades de 1 a 3 km, antes, durante y después de la erupción.

Y descubrieron que la presión de las aguas subterráneas había aumentado de 0,1 a 1 kilopascal, la unidad de presión del Sistema Internacional de Unidades.

La penetración del agua procedente de las fuertes lluvias a través de las rocas del terreno fue la que provocó el aumento de la presión de las aguas.

Al aumentar la presión del agua subterránea, se facilitó la ruptura de las rocas y el ascenso del magma a la superficie, con las consabidas consecuencias.

Más a fondo

Para Llegar a esta esta conclusión, los investigadores Jamie I. Farquharson y Falk Amelung, estudiaron la cronología de las erupciones pasadas del volcán Kilauea desde 1790.

Constataron que el 60% de las erupciones había tenido lugar durante la temporada de lluvias en la isla.

La revista Nature añade que, aunque las variaciones en la presión del agua subterránea no fueron importantes en 2018, es posible que hubieran precipitado la erupción si las rocas ya estuvieran próximas a la ruptura.

Y terremotos

Un factor no recogido en esta investigación, según destaca también Nature, es que la erupción de 2018 vino acompañada de un terremoto de magnitud 6.9 en la escala de Richter.

Destaca que hay muchos ejemplos de terremotos causados por pequeños cambios en la presión de las aguas subterráneas, por lo que considera plausible su relación con la erupción de 2018.

También añade que no siempre puede considerarse suficiente la presión del agua subterránea para provocar una erupción volcánica, sin olvidar tampoco que ha habido muchas erupciones que han ocurrido sin presencia de lluvia.

Terremotos y terreno

Una segunda investigación desarrollada en la Universidad McGill revela que las placas tectónicas de la Tierra pueden exhibir diversos grados de aspereza.

Las propiedades de estas fallas, como la rugosidad de las superficies, pueden influir en la extensión de los fenómenos sísmicos, señalan los autores de esta investigación.

Llegaron a esta conclusión después de analizar datos sísmicos para medir la rugosidad de 350 km2 de una falla geológica situada frente a la costa del Pacífico de Costa Rica.  Esta parte del mundo ha experimentado terremotos de magnitud moderada (M7).

En un estudio publicado en Nature Geoscience, James Kirkpatrick y sus colegas revelaron que algunas partes de la falla estudiada tenían una superficie más rugosa que otras.

Otros horizontes

James Kirkpatrick cree que las rugosidades del terreno que encontró el equipo podrían explicar la intensidad sísmica de esta zona del planeta.

Piensa aplicar la misma metodología en otras zonas de actividad sísmica para comprobar la posible relación entre la rugosidad del terreno y los terremotos.

“Este vínculo entre la aspereza de las fallas y la magnitud de los terremotos podría algún día ayudarnos a determinar la magnitud y el tipo de terremotos con mayor probabilidad de ocurrir para una falla dada,” concluye Kirkpatrick en un comunicado.

Hay que tener en cuenta al respecto que la frecuencia de las lluvias torrenciales, que pueden provocar inundaciones repentinas, enfermedades transmitidas por el agua, además de erupciones volcánicas y terremotos, ha aumentado en todo el mundo en los últimos 50 años como consecuencia del calentamiento global, según el Instituto Global para la Seguridad del Agua de la Universidad de Saskatchewan.

Referencias

Extreme rainfall triggered the 2018 rift eruption at Kīlauea Volcano. Jamie I. Farquharson & Falk Amelung. Nature, volume 580, pages491–495(2020). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-020-2172-5
 
Subduction megathrust heterogeneity characterized from 3D seismic data. Kirkpatrick et al. Nature Geoscience (2020). DOI:https://doi.org/10.1038/s41561-020-0562-9
 
 
 
 



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