Para tratar de entender el estado del mundo, Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, nos plantea en su reciente edición del Atlas las múltiples facetas del complejo “teatro del mundo”, en el que nuestro futuro se juega claramente en tres tableros distintos.

El Político y Militar, donde imperan los Estados-Naciones, con la supremacía de Estados Unidos y su voluntad de imponer un modelo unipolar, es el primer tablero. El Económico y Comercial, donde juegan las empresas y los intereses financieros, con el condicionante de la globalización, en un contexto cada vez más multipolar, es el segundo tablero. Por último, el tablero Ecológico y Social, dominado por los problemas medioambientales, la necesidad de establecer nuevas reglas de orden internacional y el amenazante desequilibrio de una población donde predominan pobreza, desorden y caos…

Parece lógico que estos tres conceptos estén interrelacionados, a menudo de manera evidente, otras de forma aleatoria e incluso enigmática, para configurar una realidad no exenta de conflictos. El telón de fondo, las guerras, el terrorismo, la amenaza nuclear, el fenómeno migratorio y otros muchos que no vamos a mencionar.

Buscando el paralelismo, el mundo de las TIC, puede igualmente analizarse desde tres perspectivas distintas donde se juegan estrategias muy diferentes en otros sendos tableros equivalentes: El de las Redes e Infraestructuras, donde dominan los Operadores y Proveedores de Servicios de Telecomunicación, con el reciente fenómeno de la convergencia tecnológica y el papel de los organismos reguladores que tratan de imponer reglas para desarrollar la competencia y abaratar los servicios.

El mundo de la Tecnología y la Innovación, donde se encuentran los Suministradores e Integradores de soluciones, confrontados a la permanente reducción de márgenes, en constante proceso de fusiones, centrados en el I+D e inmersos en el fenómeno de la deslocalización.

El tercer tablero sería el de los Dispositivos de Acceso y los Contenidos en la Red, donde juegan los usuarios para satisfacer sus necesidades de comunicación, tanto de voz como datos e imágenes a través de las redes fijas y móviles, donde el papel de Internet es cada vez más determinante, pero con diferencias en prestaciones, precios y calidad. Todo ello a lo largo y ancho de una geografía donde la penetración de los servicios y el acceso a las redes determinan la brecha digital, condicionando el desarrollo de la Sociedad de la Información a nivel planetario.

De la misma manera las interrelaciones entre estos tableros, son complejas e impredecibles y a veces con indeseados “efectos colaterales.” La realidad es bien conocida. Los conflictos aquí se llaman, seguridad y neutralidad de las redes, interoperabilidad de servicios, gestión del espectro radioeléctrico, internacionalización de los mercados, externalización de actividades, derechos de propiedad intelectual y un largo etcétera.

Se configura así, el nuevo estado del mundo de las comunicaciones, marcado por los dos grandes desafíos que tenemos que afrontar: la plena liberalización del sector y la llegada de la era digital. Eppur si muove!