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En la evolución natural de la sociedad digital, es necesaria una nueva relación jurídico-tributaria del individuo con el Estado. No creemos que sea prematuro concebir ya las pautas y criterios de esa nueva relación, y proponer un nuevo Sistema Tributario y Financiero acorde con la actual sociedad tecnificada.


Nos vamos a centrar en la llamada Celtiberia Digital, como posible primer asentamiento regulado de esta nueva sociedad. En este territorio podrán existir empresas, sometidas a una tributación directa muy próxima al actual Impuesto sobre Sociedades. Pero la característica peculiar de este territorio será que, todas las operaciones económicas realizadas a través de operadores (Bancos, Cajas, cooperativas de crédito, etc…), serán registradas automáticamente en el ordenador de la Administración tributaria, con la adecuada identificación. La Administración Tributaria conocerá cada ingreso y cada pago realizado a través de las entidades finacieras.

No obstante, vamos a centrarnos en la tributación de las personas físicas, o incluso en las pequeñas empresas. En el caso de los jubilados y trabajadores por cuenta ajena, no sería necesario las declaraciones anuales del IRPF, de tal forma que la propia administración tributaria dispondría de un registro de cada contribuyente, accesible al interesado, y a partir de las rentas detectadas, calcularía los ingresos fiscales a realizar por el contribuyente o las devoluciones a las que pudiera tener derecho.

En algún caso concreto, en el supuesto de operaciones no habituales, estos contribuyentes podrían ser requeridos a aportar datos o cuantías concretas de sus ingresos y rentas.
 
Autónomos

Existirán un gran porcentaje de contribuyentes autónomos, cuyos ingresos y gastos quedarán registrados automáticamente, incluso cuando el pago sea realizado con tarjeta de crédito o de debito. Únicamente deberán hacer declaraciones periódicas de las operaciones realizadas en metálico.

Aquel empresario que no realizase ningún pago en efectivo, no tendrá que presentar ninguna declaración.

En ningún caso estos trabajadores autónomos deberán llevar libros registros o contabilidad, ya que esta sería realizada por la propia administración.

Por otro lado, si su obligación nace con el devengo de ingreso recibido, no tendrá que adelantar cuotas a la Hacienda, al trabajar automáticamente en régimen de caja. Con un plazo suficiente la AEAT le informará del ingreso que tendrá que realizar, a cuenta del IRPF, por las rentas obtenidas. Deberá ser cuidadoso y no utilizar ese dinero que tendrá que ingresar en una fecha concreta en el Tesoro Público. En cambio, el IVA y el resto de Impuestos indirectos que pudieran obligarle, como ya hemos comentado en otro artículo, se ingresarán automáticamente en la recaudación tributaria, por la entidad financiera que actúe de intermediario.

Cotizaciones a la Seguridad Social

Un factor importante para los autónomos, ya sean profesionales o empresarios, son las cotizaciones a la Seguridad Social, pues estas son mensuales y disponen de sus propios sistemas de recaudación, con capacidad de embargo de bienes.

En nuestra opinión, ha venido siendo absurdo ese abandono tradicional de estos contribuyentes, que tienen que ingresar sus impuestos, pero también sus cuotas mensuales a la Seguridad Social, de sus propias cotizaciones o de las de sus trabajadores, con riesgo de ser sancionados por extemporaneidad, y posible embargo de sus bienes en caso impago en plazo.

Podemos plantearnos sencillas preguntas, que parecen haber sido olvidadas por los políticos: ¿Qué deseamos? ¿Sorprender a los autónomos con el expolio de sus bienes y crear nuevos parados? ¿No sería más racional disponer de un sistemas tributario/ cotizaciones / créditos financieros que reduzcan el número de autónomos con problemas y en el paro o recibiendo subsidios?

Siempre hemos sugerido que el paro es el resultado de un sistema anacrónico, consecuencia de la falta de la adecuada organización. El Estado debería disponer de un sistema global que evite ir al paro, salvo situaciones excepcionales. Esto puede conseguirse con una buena organización, que premie el puesto de trabajo, y no favorezca el desempleo.

En Celtiberia Digital, no existiría ningún impuesto fijo por el mero hecho de realizar una actividad económica. El autónomo tributará en proporción a sus ingresos. Por tanto, las cotizaciones a la Seguridad Social constituirían el único coste fijo.

Lógicamente deberá aplicarse la tarifa plana análoga a la vigente, y si es posible se mejoraría, pero simultáneamente, los organismos locales, provinciales o autonómicos, en colaboración con el ICO, deberían disponer de un sistema automático de concesión de créditos para cubrir las cotizaciones que no puedan ser pagadas en plazo por esos autónomos.

Es preferible disponer de un sistema crediticio, en favor del contribuyente, pero también en favor del sistema tributario y de la sociedad, pues la falta de pago de las cotizaciones no sería causa suficiente para el embargo de su patrimonio y el obligado acceso indeseado al desempleo.

Una nueva Ley General de Ordenamiento

Esta nueva organización, y sus procedimientos, se desarrollarían en una nueva Ley General de Ordenamiento y Tributaria, en la que se reforzarían las garantías de los contribuyentes y su seguridad jurídica, impulsando la unificación de criterios en la actuación administrativa, ante la utilización de las nuevas tecnologías.

La ley permitirá también modernizar los procedimientos tributarios, y de la Seguridad Social, establecer mecanismos que refuercen la lucha contra el fraude, el control fiscal y el cobro de las deudas tributarias y disminuir los niveles de litigiosidad en materia tributaria. Todo ello, en el entendimiento de que el sistema, además de constituir el mecanismo fundamental de obtener los ingresos del Estado, es también un servicio a los administrados, que deberá ejercerse también con este propósito por las diversas administraciones tributarias.

Como en la vigente Ley General Tributaria, la Ley dispondrá de un título, sobre Disposiciones generales del ordenamiento tributario, en el que se incluirán los principios generales y preceptos relativos a las fuentes normativas y a la aplicación e interpretación de las normas tributarias. Se establecerán las reglas de distribución de competencias que derivan de la Constitución Española, tanto en lo que se refiera al Estado, como a las Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales, y las condiciones básicas que garantizan la igualdad en el cumplimiento del deber constitucional de contribuir, de cotizar y de disponer de un crédito para los autónomos.

Determinará la aplicación y eficacia de las normas jurídicas y las fuentes del derecho tributario; estableciendo los conceptos, principios y normas básicas del sistema tributario en el marco de la Hacienda general. También la adaptación del procedimiento administrativo común a las especialidades del ámbito tributario, garantizando a los contribuyentes un tratamiento similar ante todas las Administraciones tributarias.
 
Rechacemos el desempleo

En este proyecto, que esperemos no sea utópico ni distópico, la adecuada organización de las administraciones, al servicio de los ciudadanos, permitirá ofrecer a los trabajo autónomos las garantías suficientes para que su riesgo resulte el mínimo posible, dando especial énfasis a los más jóvenes que deseen independizarse económicamente.

Dada la masa forestal de Celtiberia Digital, siempre existiría necesidad de limpieza y mantenimiento de cauces, bosques, etc…Para ello existiría un sistema mancomunado de búsqueda de puestos de trabajo para aquellos que no queriendo ser autónomos, deseen residir en Celtiberia Digital. Siempre existiría una bolsa de trabajo a disposición de los ayuntamientos, para la limpieza de bosques, y cauces y para el mantenimiento del ecosistema, que absorbería esas contingencias.

En Celtiberia Digital existiría un portal mancomunado por los ayuntamientos como oficina de información a autónomos o a nuevos residentes en busca de trabajo.
 
En el nuevo libro de Rafael Martinez-Cortiña: (Tu) Nación Digital, se plantea como la inteligencia colectiva podría comprender mejor las necesidades de nuestro futuro y colaborar en generar distintas soluciones que pudiesen permitir construir una sociedad más armónica con el medio ambiente y más generosa entre los seres humanos. Propone articular esa inteligencia colectiva en un proyecto innovador y disruptivo denominado Nación Digital.

¿Lo podremos conseguir?






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