CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
¿Son válidos hoy día los criterios de autenticidad para investigar los hechos y dichos de Jesús (II) ?

​Escribe Antonio Piñero
 
Continúo haciendo un resumen con comentarios propios  del capítulo de G. del Cerro sobre estos criterios en el libro ¿“Existió Jesús realmente?”. El tercer criterio o herramienta en el proceso de averiguar la autenticidad de un dicho o hecho de Jesús es el “Criterio de atestiguación múltiple”
 
Se puede definir del siguiente modo:
 
“Pueden considerarse auténticos aquellos dichos o hechos de Jesús que están testimoniados por diversos estratos de la tradición, por ejemplo , la Fuente “Q”, Marcos, material propio de Mateo o de Lucas, tradiciones especiales recogidas por Juan o por otras fuentes exteriores al Nuevo Testamento si son fiables y muestran una información independiente (por ejemplo, ciertos Evangelios apócrifos como el texto primitivo reconstruible del Evangelio de Pedro; el Evangelio de Tomás, el llamado Papiro Egerton 2; el Papiro de Oxirrinco 840). Igualmente debe considerarse como atestiguados múltiplemente los dichos o hechos de Jesús recogidos por formas y géneros literarios diferentes, y por tanto de diverso origen: relatos, exhortaciones, controversias, parábolas, plegarias”.
 
Ejemplos:
 
· La predicación del Reino de Dios como tema central de la actividad de Jesús aparece testimoniado en todas las fuentes (desde “Q” hasta el Evangelio gnóstico de Tomás) y en diversos géneros literarios como parábolas, diálogos didácticos, bienaventuranzas, etc..
 
· La presencia de discípulos junto a Jesús, algunos relatos de milagros, alguna clase de relación entre Juan Bautista y Jesús, la enseñanza de éste en parábolas, su interés por los marginados y pecadores, un cierto conflicto con sus contemporáneos sobre la observancia del sábado, la mención habitual de la expresión Hijo de hombre
 
Dificultades de este criterio:
 
·La presencia de muchos testigos textuales podría deberse, no tanto al carácter genuino del dicho transmitido, sino al interés que suscitó en los individuos o grupos cristianos que lo transmitieron, y este interés pudieron suscitarlo también dichos tempranamente atribuidos a Jesús 
 
· Además, cabe sospechar que, cuanto más afín resultó un dicho (o una historia) a los primeros cristianos, menos probabilidades existen de que Jesús lo compusiera. Por otra parte, resulta fácil entender por qué muchos dichos posiblemente genuinos no gozan de atestiguación múltiple: porque eran susceptibles de crear problemas teológicos u ofender sensibilidades (v. gr. Lc 9,59-60), porque su sentido dejó de entenderse (v. gr. Lc 16,16), o porque no resultaban relevantes en contextos diferentes (v. gr. las polémicas con fariseos en Lc 11,39-52).
 
Un subcriterio importante es el denominado “Patrones de recurrencia”,  saber, cuando un motivo o tema se reitera a menudo en las fuentes, en distintos estratos y formas literarias, presenta indicios genéricos de historicidad, sin que para ello sea necesario –a menudo, de hecho, no sería posible– adquirir certeza de la autenticidad de todos y cada uno de los pasajes aislados. La lógica subyacente es que la presencia recurrente del motivo sugiere que este se introdujo en la tradición en un período temprano y mediante varios transmisores, y que por tanto ya pronto fue aceptado como central. Lo que resulta instructivo es que el motivo de la naturaleza –y su pretensión– regia emerge con tal frecuencia en los evangelios que es apenas creíble que haya sido inventado o sea el fruto de una mera casualidad.

Ejemplo: 

Jesús se presentó al menos al final de su vida como el mesías de Israel. Este mesianismo no estaba reñido con cierta violencia al menos pasiva. Puede también  considerarse como un mesianismo con pretensiones regias, a saber al  trono de David, lo que implicaba un rechazo dela dominación romana sobre Israel. Y como consecuencia, el que Jesús fuera considerado, desde el punto de vista del Imperio Romano, un sedicioso que deseaba acabar con la estructura del Imperio, al menos en Israel.

Otros ejemplos pueden ser:
 
            · Indicios sobre los numerosos puntos de contacto entre Jesús y Juan Bautista tanto de actuaciones como ideológicos
 
            · Indicios sobre el carácter material y político, terreno en suma, del concepto del reino de Dios según Jesús.
 
Así, siguiendo el primer ejemplo, el  complejo  de ideas  se sustenta en unos treinta y cinco indicios dispersos por todos los Evangelios y en muy distintas circunstancias. Estos indicios han sido recogidos entre muchos otros, por mí, en parte y en especial por Fernando Bermejo siguiendo la norma de Dale Allison a propósito de la necesidad de indexar las recurrencia del mismo o similar motivo
 
Dificultades de este subcriterio:
 
Escribe Fernando Bermejo: “Dado que cabría objetar que la propia reiteración de un motivo en las fuentes puede hacer sospechar la presencia de intereses ideológicos de sus autores, es necesario reiterar que en ninguno de los evangelios Jesús es presentado de manera clara y sistemática como aspirante a la realeza (es material furtivo). Los indicios textuales que nos permiten inferir la existencia de esa pretensión están diseminados en varias obras diferentes (evangelios y Hechos), y además dispersos dentro de cada una de ellas. Solo cuando estos disiecta membra (miembros esparcidos allá y acá) son examinados sinópticamente, es decir, en conjunto, reunidos, es posible vislumbrar la imagen que en conjunto conforman. Además, hay cierto material destinado a contrarrestar las obvias implicaciones de esa imagen. Todo esto indica que la recurrencia del motivo no parece deberse al interés de los evangelistas en resaltarlo, sino más bien a que no pudieron evitar reproducirlo, y ello por haber estado firmemente anclado en la tradición”.
 

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 

Jueves, 1 de Diciembre 2016


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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