CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero
 
Hasta este momento hemos reunido los elementos del patrón de recurrencia “Un Jesús sedicioso respecto al Imperio  romano”.  Pero estos elementos dispersos en los Evangelios no ofrecen por sí mismos una imagen nítida y clara de lo que ocurrió exactamente con Jesús a lo largo de su vida pública, y sobre todo en la semana, o semanas, que precedieron a su muerte en cruz. La investigación crítica del Nuevo Testamento ha presentado diversas propuestas de reconstrucción de los hechos y de su interpretación más convincente.
 
Hay que partir del Evangelio de Marcos y de su base anterior, pero gracias a los datos reunidos ya en las postales anteriores podemos albergar la sospecha de que los datos ofrecidos por los Evangelistas han sido cuidadosamente seleccionados, dispuestos y presentados a una luz determinada para ofrecer una versión concreta del motivo y del hecho mismo de la muerte de Jesús. Y se puede sospechar que esta presentación es una versión que hoy denominaríamos apologética, es decir que defiende una interpretación de Jesús determinada. En concreto un Jesús que intentó enfrentarse al judaísmo de su momento y que ni siquiera pensaba oponerse a la dominación romana. Pero ya empezamos a ver que esta interpretación no es la correcta.
 
La cuestión básica es si la actitud, los hechos y los dichos de Jesús iban dirigidos contra los romanos y su poderío en Israel (es decir, si iban en el fondo y la forma a pedir a Dios que instaurara un régimen político y religioso en Israel en el que no tenían cabida alguna los romanos) o bien contra los jefes de los judíos o contra ciertos aspectos de la religión judía (solamente).
 
A este respecto acepta F. Bermejo que
 
“Es cierto que, según Marcos, el conflicto principal de Jesús fue con los sumos sacerdotes de Jerusalén, y es muy probable que Jesús incluyera a la élite de Jerusalén entre los ' gobernantes injustos' a quienes Dios habría de juzgar en el futuro. No obstante, una parte importante de los testimonios recogidos (la crucifixión, la burla de los soldados, el tema del pago del tributo donde, según Lucas se trataba de entregar a Jesús al prefecto romano = Lc 20, 20: “Quedándose ellos –escribas y sumos sacerdotes– al acecho, le enviaron unos espías, que fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al poder y autoridad del procurador), el títulos crucis, la comparación del  movimiento de Jesús  con el de Teudas y el egipcio en Hechos 5,36; la mención de una cohorte en Jn 18,3 (y en Mc 15, 16 para describir el conjunto de soldados que se burlan de Jesús) apuntan inequívocamente a un conflicto con los romanos.
 
“Este choque entre Jesús y el Imperio romano es más perceptible en dos puntos del patrón recurrente, a saber, el dicho de Jesús sobre "cargar con la cruz" (Mt 10,38) y en pasaje del discurso de Caifás a los miembros del Sanedrín recogido en Jn 11,47-50 (“Este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación… conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación).  Es esta una perícopa que pretende reproducir la esencia de un discurso del sumo sacerdote, y que contiene la única mención de los romanos en los Evangelios”.
 
 
Dicho con otras palabras: estos dos pasajes están afirmando que si sigue la doctrina de Jesús y se proclama el futuro reino de Dios, se corre el serio peligro de acabar crucificado por los romanos.
 
 
Y es cierto también que la crítica de Jesús iba en especial contra los jefes de los judíos, pero no en general contra el pueblo, salvo apelaciones también generales a la incredulidad que mostraban acerca de su mensaje del Reino: (“¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! –en el juicio final que se acerca–; porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido: Mt 11,21).
 
Pero debe advertirse que esa crítica es típica de cualquier nacionalista que carga con especial dureza contra los colaboracionistas con las fuerzas invasoras (en especial los dirigentes de Jerusalén que se aprovechaban del comercio  favorecido por los romanos y el gran negocio del Templo) y bien que eran simples muñecos al servicio del poder romano (Herodes Antipas en Galilea). Ahora bien, esta crítica a los estamentos judíos importantes es también reducible a una crítica contra los romanos, contra el régimen imperial y por tanto contra Poncio Pilato y Tiberio.
 
Y concluye este sección F. Bermejo:
 
“A la luz de todo este material, negar que el mensaje de Jesús y sus actividades fueron dirigidas en contra de la dominación romana, o afirmar que los Evangelios no han registrado dichos explícitos de Jesús contra el Imperio Romano, no tiene en cuenta una línea importante de pruebas existentes en la tradición ni  tampoco una forma bastante evidente de la lectura de dichas pruebas”.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
 
En el otro Blog, “Across theAtlantic”, en inglés se está tratando de los siguientes temas:
 

1. Announcing A New Book Series In Spanish

 
2. The Teaching Of Paul Concerning Women (Part 1)
 
He aquí el vínculo:
http://www.pineroandhudgins.com/  

Sábado, 28 de Enero 2017

Nuevo comentario:



Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile