CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Notas


Escribe Antonio Piñero
 
Lo que estoy intento con la paráfrasis de unas páginas de R. Bultmann, “Historia de la tradición sinóptica”, que durará unas cuantas postales, es mostrar en lo posible que la tradición que pinta a Jesús discutiendo agriamente sobre todo con fariseos no es fiable. Es un producto polémico de la situación antifarisea sobre todo de la Iglesia primitiva, en especial la de Mateo. Esta dinámica afecta también a escribas y doctores de la Ley, y otros adversarios de Jesús, reales o presuntos.
 
Véase, por ejemplo, Mc 9,14-15:
 
“Al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle”.
 
En los paralelos de Mateo y de Lucas faltan los escribas. Así Mt 17,14 dice:
 
“Cuando llegaron donde la gente, se acercó a él un hombre que, arrodillándose ante él”. Y Lc 9,37-38:
 
“37 Sucedió que al día siguiente, cuando bajaron del monte, le salió al encuentro mucha gente. En esto, un hombre de entre la gente empezó a gritar: «Maestro, te suplico que mires a mi hijo, porque es el único que tengo…”.
 
En Mt 21,12-17, en el relato de la purificación del Templo (que en Mateo es aún más inverosímil, se añade al final una mención polémica a la unión de escribas y sumos sacerdotes contra Jesús: He aquí el texto:
 
“Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. 13 Y les dijo: «Está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración. ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella una cueva de bandidos!».
14 También en el Templo se acercaron a él algunos ciegos y cojos, y los curó. 15 Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron  16 y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen éstos?» «Sí –les dice Jesús – ¿No habéis leído nunca que  «De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza?»  17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, donde pasó la noche.
 
Y volvemos con los fariseos: la tradición primitiva era evidentemente impersonal. La corrección antifarisea. Lo que sigue es un contraste entre textos de Lucas y Mateo:
 
Lc 6,39:
 
“Les añadió una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?»”.
 
Compárese con Mt 15,12-14:
 
“Entonces se acercan los discípulos y le dicen: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?» 13 El les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. 14 Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.»
 
De nuevo el contraste:
 
Lc 6,42-43:
 
¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo”, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. 43 «Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno (Sermón del Llano, para todos).
 
Pero Mt 12,33-35 lo introduce en una polémica especial contra los fariseos:
 
“Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas.
 
Obsérvese que este dicterio antifariseo está enmarcado entre Mt 12,24-25
 
“Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios.» El, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir”,
 
y Mt 12:38:
 
 “Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver una señal hecha por ti»”.
 
Me parece que por ahora va quedando claro la regla que ya expusimos: “Cuando hay un hueco, porque la tradición de los diálogos de escuela o polémicos de Jesús se había transmitido de forma impersonal, ese hueco lo rellenan los evangelistas añadiendo el nombre de “fariseos” sobre todo.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com 

Jueves, 24 de Noviembre 2016


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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