CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Jesús y el fariseísmo (y VI). Educación de Jesús

Escribe Antonio Piñero
 
 
En algún caso, más raro,  los evangelistas añaden a los saduceos como enemigos de Jesús. Así Mc 8,11:
 
“Y salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba.”
 
Pero  contrástese con Mt 16,4-6:
 
“ ¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.» Y dejándolos, se fue. 5 Los discípulos, al pasar a la otra orilla, se habían olvidado de tomar panes. 6 Jesús les dijo: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos»”…
 
 
Y luego con Mc 8,15:
 
 
“Él (Jesús) les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.»”
 
 
Véase que el dicho estaba dirigido muy probablemente “a esta generación”.
 
 
Un caso que refuerza la idea del paso que dan los evangelistas entro la tradición impersonal o genérica a lo personal y en concreto a la mención de los fariseos, y el añadido delos saduceos,  para caracterizarlos como malvados es el siguiente contraste entre Lc 3,7:
 
 
“Decía, pues, a la gente que acudía para ser bautizada por él: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente?” (Fuente Q hacia el año 50, impersonal)
 
y Mt 3,7 (hacia los años 85… personal:
 
“Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente?”
 
 
En todos estos casos es claro que las indicaciones más precisas son secundarias, es decir no proceden de una tradición oral primitiva, sino que es añadida por el evangelista muchos años después. Se constata, pues, de nuevo una tendencia de esa tradición secundaria o de los evangelistas mismo. En Mateo es clara la inquina contra los fariseos. Igualmente el desconocido autor del Papiro de Oxirrinco 840, que citamos hace varios días: el interlocutor es un jefe de los sacerdotes fariseo (¡!), y en Evangelio de Juan aparecen continuamente como adversarios de Jesús los fariseos y los jefes de los sacerdotes cuando en tradiciones semi paralelas adivinamos que no era así
 
 
Señala Rudolf Bultmann que esta tendencia de añadir adversarios típicos no era solo de la tradición secundaria palestinense, sino de la helenística, de lengua griega, donde ya se había fijado como tradicional que los enemigos de Jesús eran los fariseos, legistas, saduceos y jefes de los sacerdotes. Y nótese que estos adversarios a menudo aparecen con artículo determinado, no indeterminado, en los textos, lo que traiciona el subconsciente de los evangelistas, pues los caracteriza como “los” enemigos. Por tanto, debemos concluir que no podemos asegurar con rotundidad que los adversarios de Jesús y la primera comunidad de Jerusalén fueran estos personajes, sobre todo los fariseos, sino que es la tradición evangélica la que los ha dibujado así y continúa hasta hoy con graves consecuencias.
 
Y como había, según los Hechos de apóstoles, fariseos (15,5) e incluso sacerdotes (6,7) dentro de la comunidad jerusalemita primitivísima hay que pensar que la presentación de fariseos y jefes de los sacerdotes como enemigos de Jesús es independiente de la disputa intrajudía entre fariseos y no fariseos. Lo que se oponía a la comunidad primitiva  “creyentes en el mesías” era la masa de “no creyentes en el mesías”. Bultmann opina que algunos de estos debates fueron incluso un producto de la comunidad primitiva (por ejemplo, debates sobre el ayuno, pureza, ritual, divorcio) que luego los retrotrasladó a la vida de Jesús para buscar en el ejemplo del Maestro un apoyo. Esta opinión es dudosa, pero es más que posible. Y otra conclusión: no todos los casos son meramente redaccionales. Puede haber –sobre todo en caso de coincidencia entre los Sinópticos (y eventualmente Juan)– que los enemigos fueran tal cual, incluso fariseos.
 
 
Para confirmar lo que decimos a saber, que los fariseos no eran ni mucho menos tan “malvados” como los presenta la tradición tardía, constatamos que faltan en el Nuevo Testamento algunos indicios que señalan una conexión en algunos casos distinta y favorable entre Jesús y los fariseos. Los evangelios dejan traslucir ciertos detalles positivos respecto a los fariseos. Lucas, por su parte, nos pinta a un Jesús en contacto amistoso con ellos. En varias ocasiones (véase 7,36-50; 11,37-54; 14,1-24) acepta participar de su mesa y mantiene con ellos diálogos instructivos. Y lo que es más importante, en Lucas 13,31 son los mismos fariseos quienes avisan a Jesús del peligro que corre e intentan salvarlo: "Vete de aquí porque Herodes quiere matarte". Otro ejemplo: en Marcos 12, 28-34, en los momentos finales de la vida de Jesús cuando la relación entre el Nazareno y los fariseos debía de ser más tensa, el evangelista nos pinta un diálogo entre un escriba, fariseo, y Jesús en el que ambos están de acuerdo y en el que el Nazareno alaba a su "contendiente": "Al ver Jesús que había respondido con sensatez, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios".
 
 
En conclusión: cuidado con la aparente “tradición”. Tiene sus sesgos y debemos aprender a descubrirlos. En concreto, la relación de Jesús con los fariseos  pudo ser bastante menos agresiva que la que dibujan los Evangelios, en bastantes casos amistosa y no es extraño ni descabellado que Jesús fuera considerado por los fariseos como un personaje afín al ideario de su secta. Y desde luego se alegraban cuando dejaba callados a los saduceos: Mt 22,34.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 

Domingo, 27 de Noviembre 2016

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Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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