La biodanza o "danza de la vida" se expande en España

En los años 60 del siglo XX, el psicólogo, antropólogo y artista chileno Rolando Toro Araneda creó un sistema basado en la música y el baile que se ha ido extendiendo desde entonces por todo el planeta.

Se trata de la biodanza, un neologismo que proviene de dos palabras que condensan todo el signficado de esta disciplina: del griego bio (vida) y del español danza.

Literalmente, por tanto, biodanza es la “danza de la vida”; una práctica que, según los que la desarrollan, ayuda a vivir y a reactivar potenciales humanos a veces olvidados o relegados, como la alegría natural, la creatividad o la autoestima. Además, la biodanza se realiza en grupos, por lo que, también, conecta a las personas con los demás; todo ello a partir solo de la música, el ritmo y el movimiento. En otras palabras, de la diversión y el disfrute.

Esta disciplina llegó a España hace más de 20 años, pero ahora parece estar viviendo un momento de esplendor. En nuestro país, actualmente existen 15 escuelas, según Biodanza.org, en lugares como Tenerife, Valencia, Sevilla o Bilbao.

Uno de los promotores del desarrollo de la biodanza en España en los últimos lustros, el profesor Tuco Nogales, fundador de la Escuela de Biodanza Al-Ándalus de Málaga nos explica en la siguiente entrevista para Tendencias21 en qué consiste y para qué sirve la biodanza.

¿Por qué recomendaría la biodanza?

Pues porque tiene muchos beneficios. Es un sistema que ayuda a conectar con la salud, con todos los potenciales innatos en el ser humano; y que la sociedad no permiten que afloren. Esos beneficios son nuestra conexión natural con la alegría o con la salud. También una mejoría de las relaciones personales y con el entorno, etc.

¿Por qué cree que la música, el baile, reportan esos beneficios a las personas?

Creo que porque la música es un lenguaje universal, que llega a todo el mundo. Además, tiene un poder deflagrador muy grande sobre las emociones. Esto lo podemos comprobar en cualquier momento, cuando oímos música. A nivel científico, está comprobando además que la música tiene ese efecto sobre nuestras emociones porque no pasa el nivel del córtex cerebral: va directamente al hipotálamo. Además, en función de las músicas que usemos en biodanza, siempre seleccionadas con suma atención y cuidado, podemos conseguir unos efectos u otros.

¿Cómo entró usted en contacto con la biodanza?

De manera casual, aquí en España. Alguien me invitó. Fue en Madrid, hace 20 años.

¿Qué proceso ha seguido la biodanza desde entonces en nuestro país?

Hace 20 años, solo había escuela de biodanza en Madrid y en Barcelona. Cuando vi cómo funcionaba en mí la biodanza, a nivel físico, emocional y espiritual, quise formarme en esta disciplina. Hice entonces la formación en Madrid, un proceso que dura un mínimo de tres años, y después, en 1999, empecé a facilitar biodanza.

Como deseaba vivir en el mar, en 2002 me vine al sur y me convertí en el primer profesor de biodanza afincado en Andalucía. Entonces me vi casi en la obligación de darla a conocer en todo Andalucía. Desde Málaga, la llevé a Granada, Almería, Córdoba y Sevilla. Después llegaron a Andalucía otros compañeros de biodanza, y se fundó la primera escuela, que fue la de Sevilla (2007), y en 2008 se fundó la de Málaga, que actualmente está en el tercer ciclo de formación.

En ese tiempo, la biodanza en Andalucía, y en España en general, ha hecho un gran avance. En Andalucía se ha extendido exponencialmente, y ahora mismo está en su mejor momento.

¿Es la biodanza un movimiento global? ¿Se ha extendido por otros países?

Es absolutamente global. La biodanza nació en Chile. Fue creada por Rolando Toro, un poeta, antropólogo y psicólogo chileno. Después pasó a Argentina y Brasil, país en el que eclosionó, por el carácter de los brasileños, que están muy en contacto con la música y la danza; pero se desarrolló también mucho en Argentina.

Hace unos 25 ó 30 años, la biodanza llegó a Europa de la mano de Rolando Toro, en concreto a Italia; y más tarde otros profesores la trajeron a España y a otros países del continente.

Actualmente, la biodanza se practica en toda Sudamérica, en Estados Unidos, Canadá, en casi toda Europa; ahora está llegando a Europa del Este. También en Japón y Sudáfrica.

¿Podría decirme cuántos facilitadores o profesores de biodanza salen al año nuevos en España?

No te sé decir. De mi escuela, desde que la fundamos en 2008, hemos terminado dos ciclos, lo que supone unos 40 alumnos. De ellos, unos 20 ya están trabajando como facilitadores de biodanza.

Desde otras escuelas, más o menos. En España hay funcionando ahora mismo unas 12 escuelas de biodanza: Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, dos en el País Vasco, Madrid, Zaragoza, Canarias, Sevilla y Málaga…

¿Qué proyectos han ido desarrollando esos nuevos alumnos?

La biodanza es muy compleja, en el sentido de que abarca muchas cosas. Además, es muy completa. Dentro de esa complejidad tiene muchas aplicaciones y extensiones.

Las aplicaciones contemplan los colectivos a los que se puede llevar la biodanza, como niños, ancianos, mujeres, enfermos mentales; a entornos de salud, de educación, etc. Por otro lado, tiene extensiones, temas vinculados a los arquetipos, a las diferentes facetas de la vida. Por ejemplo, biodanza acuática, biodanza de los cuatro elementos, biodanza y los ciclos de la naturaleza, b y los cinco sentidos, el árbol de los deseos, etc.

Dentro de todas esas aplicaciones y extensiones, los alumnos –luego profesores- se especializan en alguna o varias de ellas, dependiendo de sus inquietudes. Una vez que se han especializado –esta formación es menos extensa que la general-, los facilitadores se dedican a esas extensiones o aplicaciones.

En España ya se está usando la biodanza para trabajar con niños, con mujeres operadas de cáncer de mama o maltratadas; con internos de presiones; se está haciendo labor social (con colectivos más necesitados); e incluso se está llevando al terreno de la salud.

En este sentido, la biodanza se está aplicando a pacientes con Párkinson, a enfermos mentales o a personas con deficiencias físicas o auditivas. Por tanto, en muchos campos y en diversas partes de España, se está usando la biodanza dentro del sector de la salud.

Hace poco en Sevilla, además, se ha desarrollado la extensión de biodanza y acción social, con trabajos concretos. En Málaga tenemos un par de alumnos que, puesto que trabajaban ya de antemano en centros de salud mental, han llevado a ellos la biodanza, con unos resultados impresionantes.

Los profesionales de dichos centros se han interesado enseguida por ahondar más en el tema, viendo los resultados; y quieren llevar la biodanza a otros centros. Lo que sucede es que aun son pocos los especializados en esta rama específica.

¿Dónde se puede practicar hoy biodanza en España?

En todos los sitios dichos y e incluso en lugares más pequeños… Toda la información al respecto puede consultarse en una página importantísima, la de la Red de Profesionales de Biodanza: BiodanzaYa. Ahí puede encontrarse prácticamente toda la biodanza que se hace en España, con mapa incluido.