Las proyecciones que podemos hacer de nuestra civilización son tan avanzadas que parecen increíbles. Según algunos escenarios, llegaremos a viajar a velocidades próximas a la de la luz para abrir paso a una civilización aún más sofisticada que hoy nos parece un sueño de la razón. Todo progreso futuro deberá pasar antes, sin embargo, por las revoluciones informática y genética, las cuales, unidas a la visión cuántica del mundo, polinizarán la ciencia en las próximas décadas. La nueva importancia que en estos contextos adquirirán la mente, la conciencia y la espiritualidad, constituyen el contrapeso humanista al modelo tecnológico que dibujan las tendencias del Siglo XXI. Por Adolfo Castilla.
La universidad imposible es aquella que debemos hacer cada día, aunque nunca se llegue a un puerto definitivo porque el viaje de las ideas no tiene fin. Sin embargo, sabemos que la universidad ha de ser integrada, emprendedora y generosa, y que debe enseñar a pensar, a conocer, a hacer, a ser y a convivir. Por Jacques Marcovitch.
Las nuevas tecnologías de la información han posibilitado una extraordinaria movilidad de los capitales a escala global, que operan en mercados cada vez menos regulados. Este fenómeno se conoce también como globalización financiera y constituye un rasgo fundamental del sistema económico mundial actualmente vigente. Sin embargo, la globalización financiera es el origen de diversas crisis que han repercutido muy negativamente sobre las condiciones de vida de millones de personas en los países del Tercer Mundo, que reclaman medidas para salir del desgobierno de la economía. Por Pedro González de la Fe.
René Thom, el científico que intentó explicar matemáticamente las catástrofes y estableció las bases de la teoría del caos, murió el 25 de octubre en Francia a los 79 años sin conseguir una metodología que pudiera evitar una crisis económica o un motín carcelario. Su principal contribución fue la Teoría de las Catástrofes, un intento estético de modelar matemáticamente la emergencia espontánea de la discontinuidad en los procesos naturales y de extender estos modelos a las ciencias biológicas. Por E. Martínez de la Fe
Factor de progreso para unos, de peligros inconmensurables para otros, el debate sobre la bondad o perversidad de la tecnología mantiene toda su vigencia en la sociedad del siglo XXI. Una sociedad tremendamente dependiente de los productos tecnológicos a pesar de que, una vez fuera de la mente humana, es decir, una vez hecha realidad física, y puesta al servicio de los intereses de unos y de otros, la tecnología adquiere autonomía, se rebela y causa, o puede causar, estragos sin límite en la vida del hombre. Por Adolfo Castilla.
El actual modelo de desarrollo industrial no es sostenible porque no sólo aumenta las desigualdades sociales, sino porque ahonda también la brecha digital. Necesitamos por ello un mundo de modernidades múltiples, sin ideologías, que alumbre una “modernidad indeginizadora” soportada por la sociedad...
La cumbre de Johanesburgo ha aportado pocas soluciones a los problemas medioambientales, a pesar del largo camino recorrido desde la Cumbre de Río de 1992. Diez años después se acaba de reconocer que los obstáculos políticos, sociales y financieros para encaminar al mundo al desarrollo sustentable y equitativo han sido casi insuperables. Por Víctor L. Urquidi.
Aunque los tiempos cambian, los problemas tecnológicos y científicos de los años ochenta y noventa persisten e incluso en algunos casos se han amplificado. Y aunque carecemos de una experiencia de pensamiento positivo a largo plazo, las tecnologías sociales, la evaluación científica y tecnológica,...
Nuestras democracias afrontan tres nuevos retos: las crecientes desigualdades sociales, la precarización laboral y la transformación tecnológica del trabajo. Son desafíos que demandan una reorganización de la democracia sobre la base de la reformulación de las cuestiones públicas, la definición de un nuevo marco social y el establecimiento de nuevos valores más acordes con la dimensión humana del progreso. Por José Félix Tezanos.