CONO SUR: J. R. Elizondo

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Chile es un modelo en la región, pero... José Rodríguez Elizondo


Con motivo de la inauguración del Diplomado sobre América Latina, la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile ha difundido un comunicado de prensa que reproducimos para nuestros lectores.



El académico, analista internacional y ex diplomático, José Rodríguez Elizondo, señaló que Chile es una paradoja, un modelo en la región, pero sin seguidores francos. Ese fue parte del análisis que realizó sobre la situación de Latinoamérica durante la inauguración de un diploma de postítulo sobre la materia que imparte la Facultad.

Reiterando sus críticas a la diplomacia chilena, contenida en su última publicación “Las crisis vecinales del Gobierno de Lagos”, el profesor de Derecho U. de Chile dijo que más que una política pública, como debiese ser, la política exterior chilena es una política secreta.

Al mismo tiempo, planteó que en el ámbito de las relaciones exteriores se adaptan políticas de otros países antes de ser proactivos.

El profesor Rodríguez Elizondo aseveró que en la cultura nacional existe un “chilenocentrismo”, lo que afecta nuestra apertura y convivencia en la región. Agregó que si Chile tiene relaciones frágiles con sus vecinos no puede ser plataforma o puente comercial de Latinoamérica, como se aspira.

Para el profesor, el diploma que imparte la Facultad y del cual es director -codirector es el ex embajador Héctor Casanueva-, apunta a entender la realidad política y económica de la región, formulándose las preguntas precisas para obtener las respuestas adecuadas.

Inscripciones y mayores informaciones sobre este diploma pueden obtenerse en la Escuela de Graduados, ubicada en Av. Santa María 076, 1er. Piso.
Teléfonos: 978 5305- 978 5307 Fax: 738 0130 - 978 5290.
E-mail: magíster@derecho.uchile.cl

José Rodríguez Elizondo
Sábado, 19 de Agosto 2006



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'Bachelet carga una mochila kafkiana' José Rodríguez Elizondo

"El autor del libro Las crisis vecinales del gobierno de Lagos, que acaba de estrenarse en librerías, acusa que el excesivo personalismo del ex mandatario y las erradas directrices con que comandó la política regional, le han terminado por pasar la cuenta a Michelle Bachelet. Aquí analiza luces y sombras de nuestras controvertidas relaciones con el barrio, donde el gas, el incómodo convidado de piedra, ya saca chispas". Así presenta la revista Capital la entrevista publicada el 11 de agosto, que reproducimos para este blog.


Si la oposición no ha escatimado en denunciar la "basura" que Ricardo Lagos habría dejado bajo la mullida alfombra de palacio, el escritor y experto en temas intemacionales, José Rodríguez Elizondo, añade una mayúscula: "Michelle Bachelet recibió un gobierno en un muy mal pie vecinal. Y no se puede culpar a Patricio Aylwin o a Eduardo Frei, porque ellos sí entendieron su importancia. Pero Lagos no lo consideró así y entregó a su sucesora una difícil herencia. Una mochila con la que deberá cargar y que ya le está pasando la cuenta ... ", afIrma sobre las hoy ambivalentes relaciones con Bolivia y Argentina, tensionadas a más no poder por el tema gasífero.

Narrador y periodista, es además profesor de Relaciones Internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y prepara un gran diploma sobre el estado de situación de América latina. Columnista de los diarios La Tercera y La Vanguardia de Barcelona, fue editor internacional de la revista Caretas de Perú, donde vivió por largos años y recibió el Premio Rey de España de Periodismo. En tiempos de Allende fue también fiscal de la Corfo, luego director del Centro de Información de la ONU en España, director de Información y Asuntos Culturales de la cancillería chilena y embajador en Israel. Entre sus libros -donde se cuenta incluso una novela que casi fue llevada al cine-, tras la publicación de “Chile: un caso de subdesarrollo exitoso”, y “Chile-Perú: el siglo que vivimos en peligro”, vuelve a la carga con “Las crisis vecinales del gobierno de Lagos”, donde aborda las complejas relaciones con Argentina, Bolivia y Perú.

-Una de las críticas que plantea en su libro es que el ex presidente privilegió los TLC con el resto del mundo (lo que nos dejó como un país exitoso) (el mejor alumno del curso) pero mal compañero.Y eso no cayó bien ...

-Se produjo un gran desfase. Tuvimos un éxito rimbombante, amarramos acuerdos económicos, pero simultáneamente se nos fue cayendo la relación vecinal. Una tremenda paradoja: si Chile quiere ser una plataforma entre dos mundos, un puente entre la economía de Asia Pacífico. Europa y América latina, sus pilares -Argentina, Bolivia y Perú- deben ser sólidos. Pero con Lagos la relación se deterioró de una manera potente. No hubo equilibrio en el manejo de la politica exterior.

-¿Y en los gobiernos de Aylwin y Frei sí?

-Lagos recibió una herencia preciosa: la mejor relación histórica con los tres países vecinos. Y no lo digo solo yo: también José Miguel Insulza lo afirmó en uno de sus libros. Pero, durante su gobierno eso se perdió. ¿Las causas? La descompensación entre la diplomacia presidencial y la cancillería. Mientras el ex mandatario asumió la política exterior como un tema propio, el Ministerio de Relaciones Exteriores no siguió profesionalizándose. Él quiso ser su propio canciller, confiado en que conocía muy bien las materias de la política mundial. Y por eso no le importó acceder a la petición de Soledad Alvear de ser nombrada ministra de Relaciones Exteriores. Sin duda, una mujer inteligente y exitosa, pero que no estaba preparada. En un reflejo de prudencia nombró subsecretario a Heraldo Muñoz, un experto en política exterior para que asesorara a la ministra. Pero, como es sabido, ambos tuvieron una pésima coexistencia. Así fue como Lagos acometió una empresa imposible.

-¿Pecó de soberbia al querer hacerse cargo de las relaciones exteriores y pasar a la historia como líder de una de las eco¬nomÚls más abiertas del mundo?

-Nadie ha hablado nunca de la modestia del presidente Lagos ...

-¿Hubo tambiénfalta de visión estra¬tégica al privilegiar la finna de TLC por sobre las relaciones regionales?

-Lagos actuó con una perspectiva voluntarista. Creyó que mientras mejores vínculos y tratados económicos, mientras más fuertes las inversiones de Chile en Perú, Bolivia y Argentina, mejor sería la relación. Pero la ley del mercado no es absoluta.

-Según su tesis del "mejor alumno", se produjo una suerte de chaqueteo vecinal, donde la salida al mar de Bolivia fue un efecto catalizador para nuestras diferencias con el barrio ...

-Este cartel no nos ayudó a detener la avalancha. Mesa se colgó de Chávez para pintarnos como el prepotente del barrio. Toledo comenzó a hacerle una zancadilla tras otra a su antes amigo Ricardo y Kirchner aprovechó ese clima para convertimos en la "variable de ajuste" de su producción gasífera.

-¿El gas se ha transformado en el gran poder político de Bolivia en su relación con Chile?

-Gracias a nuestros déficit e imprevisión, por primera vez Bolivia está en condiciones de negociar con Chile desde una posición de relativa equiparidad. La "diplomacia del gas" partió desde ese cálculo, que es legítimo.

-¿De qué fonna podría el tema energético, manejado entre Bolivia, Argentina y Perú, afectar nuestras aspiraciones de crecimiento y de desarrollo estratégico?

-Se lo pongo así: imagínese cuánto puede subir el riesgo país y la inversión extranjera si tuviéramos una crisis simultánea con los tres países vecinos, como estuvo a punto de producirse entre 2003 y 2004.

-Por tanto, el gas se ha transformado en el talón de Aquiles para la polftica exterior chilena ...

-Está empezando a influir. Y muy fuertemente. Pero eso ya no es responsabilidad del presidente Lagos, sino de toda una historia de Chile en la cual se ha venido subestimando la existencia de un vecino con el que no se tienen relaciones diplomáticas. Una situación de conformismo peligroso, camuflada bajo la aseveración burocrática de que el problema es bilateral... Se olvida que omisión no es gratis. Bolivia nos ha minado el terreno y provocado aquella vieja simpatía por David contra Goliat.

-¿Qué tan viable se vuelve, en futuro inmediato, la consigna boliviana "gas por mar'? En abril del próximo año vence el contrato entre Metrogas y Argentina ...

-Estamos viviendo una crisis energética que nos la soluciona Argentina gracias a que compra gas boliviano ... ¡Es absurdo! Me recuerda aquella época de la guerra fría en la que para ir a Cuba había que pasar por Checoslovaquia ... Una situación insostenible. Reconozco que el eslogan "gas por mar" revela falta de finura. Es una deformación de la "diplomacia del gas", diseñada por buenos expertos, diplomáticos y analistas bolivianos, que buscaban potenciar la posición negociadora de su país. Al mutar en el trueque de un commodity agotable por un océano infinito, es lógico que chocara con lo más profundo de nuestro sentimiento nacionalista.

-¿Pero usted de qué es partidario?

-La realidad dice que nos conviene tener acceso directo al gas de Bolivia, que este país debe tener el más amplio acceso al mar y que debemos dialogar sobre su aspiración. Por eso me parece notable que Joaquín Lavín esté de acuerdo en "sensibilizar" a nuestro pueblo respecto a la demanda boliviana, incluso rectificándose y entrando en contradicción con su propio partido. Es un ejemplo para la propia Concertación, que ha estado enfrascada en un debate absurdo desde que se planteó el "tema marítimo" como un punto de la agenda con Bolivia. Si ese país viene reivindicando soberanía sobre el mar en la OEA, y Chile le ha respondido que es un asunto bilateral ... ahora, cuando acepta la bilateralidad, lo procedente es conversar "sin exclusiones", como dijo la presidenta Bachelet.

-¿Entonces la única salida es entregar soberanía marítima?

-No necesariamente. Ya pasó la época en que se cambiaba el color en los mapas. Hoy rige la cultura de las integraciones. A Suiza, por ejemplo, no se le ocurriría pedir acceso territorial al mar porque puede disfrutarlo cómo y cuándo quiera; está inserta en un sistema en el cual todos los países de la Unión Europea han cedido atributos soberanos, como política exterior, moneda común e incluso están pensando en fuerzas armadas comunitarias.

-Entonces usted plantea ...

-Una integración fronteriza, como la que se esbozó en el régimen de Pinochet, cuando con Banzer se dieron el abrazo de Charaña. Una réplica chileno-boliviana-peruana de la comunidad económica del carbón y el acero, germen de la Unión Europea. Claro que aplicada sobre los recursos del mar y los energéticos, sin necesidad de que Chile se desprenda formalmente de toda su soberanía. Como dijo el propio Sánchez de Losada: "no es necesario ser dueño de la vaca para tener leche".

Relación muy especial

-Con Argentina también tenemos una relación muy especial -sostiene Rodríguez Elizondo-. Los militares chilenos tienen una antigua hipótesis: la HV3, sobre un conflicto vecinal en tres frentes simultáneos. En esta hipótesis el país trasandino juega un rol primordial: si estamos en mala onda, al punto de iniciar una crisis de marca mayor, seguro será la oportunidad de Bolivia y Perú para plegarse. Por tanto, el objetivo diplomático permanente de Chile debe ser impulsar o mantener una alianza estratégica con Argentina. No hay que burlarse de esta formulación -afirma en referencia a los sarcasmos que recibió la presidenta Bachelet al afirmar que confiaba que ese país honrara esta "alianza estratégica" y cumpliera con los compromisos adoptados en el tema del gas.

-Sobre todo en la oposición se mofaron mucho de esta frase ...

-De pésimo gusto porque el problema es que dicha alianza es una necesidad para nuestra seguridad nacional. Tan sencillo como eso. Y que no funcione, es una verdadera calamidad. No podemos pensar que la unión terminó porque nos subieron el precio del gas. Hay que ser más humildes y pensar que, afortunadamente, gracias a la relación de Bachelet con su homólogo argentino, aún no nos han cortado el caño. De lo contrario se produciría un colapso tan grande que nos dejaría en posición crí¬tica, vecinal y regional.

-Recientemente Michelle Bachelet envió una carta a la Casa Rosada manifestando su decepción por el comportamiento trasandino en el caso del gas. ¿Fue correcto?

-Correctísimo. Poner los puntos sobre las íes, sin agresividad, es uno de los deberes duros de la diplomacia. Nuestra necesidad de esta alianza estratégica no es unilateral ni tampoco una razón para que nos desconsideren.

- ¿Hay razones para esta "falta de cariño" de N éstor Kirchner en el tema gasífero?

-Existen elementos perniciosos que vienen de la historia reciente. En mi libro menciono el comportamiento de Pinochet en la guerra de las Malvinas, agravado por el reconocimiento solemne y hasta arrogante de Matthei, cuando dijo: "mi trabajo era impedir que Argentina ganara la guerra" ... ¡Horrible! Olvidó que su deber de proteger la seguridad nacional va más allá de la jubilación. Todo esto agravado con un libro británico sobre "la historia oficial de la guerra de las Malvinas" que nos propinó Blair. Creo que estos elementos sirvieron de sus trato eficiente para la primera decisión de Kirchner de "sentarse" en el protocolo gasífero del 95.

- ¿Así pudo justificar su decisión ante un inminente problema interno?

-Él ya estaba viendo que no iba a tener gas para exportar. Y sin preocuparse mucho por el aspecto protocolar-diplomático-internacional (los mismos argentinos dicen que no tienen ninguna vocación para esta parte de su oficio), nos cortó el caño parcialmente. Algunos dijeron tenemos un tratado y hay que respetarlo, y otras voces exigieron denunciar el caso ante la OMe. Pero la visión política, que es la que debe ir al frente de todo, privilegió la alianza estratégica.

-¿Eso fue lo que nos amarró?

-También una cierta dosis de realismo resignado. Si denunciamos el caso ante cualquier puede cortamos el gas como "medida precautoria" y, como las soluciones jurisdiccionales suelen tardar años, en el intertanto puede producir un efecto terrible para Chile.

-¿Cuál es entonces el peso específico que tiene Chile para Argentina, considerando la gravitación que ha adquirido Bolivia?, ¿quién le importa más finalmente?

-Los analistas argentinos saben que una de las pocas políticas de estado permanente de ese país es la relación con Chile. No porque seamos flacos y tengamos pocos recursos energéticos dejamos de ser importantes. Somos reconocidos como un país modelo desde el punto de vista del desarrollo político y económico. Y no solo eso: también tenemos una gran posición estratégica para Argentina, precisamente en el tema Malvinas.

-¿En qué sentido?

-Cuando se produjo el caso de espionaje en Punta Arenas, con agentes de inteligencia militar actuando al más puro estilo Superagente 86, nadie se preguntó seriamente qué buscaban. Bastaba mirar el mapa para ver que esa austral ciudad está justo frente a las Malvinas. Hoy es la base logística continental de los kelpers (isleños). Ahí tienen hospital, turismo, aprovisionamiento. Por un efecto de posguerra y del libre mercado, reemplazó al sur argentino y privó a ese gobierno de una fuerza negociadora decisiva ante los isleños y el Reino Unido. Esto explica que Kirchner y Lagos firmaran un acuerdo el 2004 ratificando la alianza estratégica y enfatizando que Chile apoyaría la recuperación argentina de las islas. Claro que no es gratis: nos plantea problemas con una potencia de la UE, con la cual tenemos un valioso acuerdo de cooperación.

-En la cumbre del Mercosur en Córdoba se hizo evidente el protagonismo que ha ido adquiriendo Venezuela en la región. No solo tiene potentes lazos con Bolivia, sino además acaba de trabar fuertes relaciones con Argentina al hacerse cargo de su deuda. ¿Desplazó a Brasil en el mapa del poder?

-Brasil jamás perderá relevancia. Mal que mal, es la octava economía mundial. Lo que sí es nuevo es el desafiante, el “clutllenger”. Antes lo era Argentina, pero hoy emerge la Venezuela de Chávez, con tremendo ímpetu petrolero. Si vemos el cuadro desde ese ángulo, tendremos una perspectiva regional más realista. Y no es mala para Chile, porque Brasil necesitará más que nunca de nuestro apoyo.

-Eso, mientras el voto de Chile es decisivo en la opción de Venezuela en la ONU. Complejo equilibrio ...

- Y debe manejarse con cuidado. Recuerde que, justamente por pelearnos con Chávez aumentó la potencialidad extra de Bolivia. Cuando se produjo el golpe de Estado frustrado del 2002, Chile no lo denunció como tal, de acuerdo con el principio democrático plasmado en la OEA. Fue un momento fatal para las relaciones chileno-venezolanas. Ahí fue cuando al mandatario venezolano le vinieron unas ganas locas de bañarse en una playa boliviana y La Paz aumentó la dureza de su demanda.

Herencia de Bachelet

"Esa es la herencia que recibe Michelle Bachelet", retorna el hilo de la conversación este experto. "Una América latina en estado de confusión, con el fantasma de un colapso energético y la interrogante de si está frustrada la integración. Pero, sabemos que todo momento de crisis es también una oportunidad" .

-No es por ser pesimista, pero cuesta ver una salida ...

-No si las cosas se hacen bien. Argentina tiene un problema que se llama peronismo y que no genera presidencias homogéneas: Menem, siendo peronista, fue el antípoda de Kirchner y no sabemos cuál será el rumbo del siguiente líder argentino. Esta impredecibilidad se compensa con la permanente hegemonía política de Brasil en América latina y su histórica buena relación con Chile. A su vez, el nuevo presidente peruano, Alan García, ha declarado que aspira a la mejor relación posible con nosotros. Incluso nos invitó a reincorporamos a la Comunidad Andina. En cuanto a Venezuela, está la gran posibilidad de mejorar significativamente la relación, sin necesidad de peleamos con nadie. Ahí está el arte de la diplomacia. Pero, si empezamos a poner el énfasis en el machismo con que Chávez toma del hombro a Bachelet, estamos sonados, no hemos aprendido nada. Es un excelente momento para que la presidenta ejerza un liderazgo conceptual, centrado, modesto y simpático, como es ella. Ser soberbio conspira contra cualquier tipo de liderazgo.

-¿Cuál cree que deba ser la solución para bregar con esta mochila que carga Bachelet en política regional?

-El dilema de la presidenta es literalmente kafkiano: es la cuarta presidenta de la Concertación y la sucesora de un mandatario muy exitoso, pero que "co-produjo" el peor momento en la relación vecinal. Está amarrada a una coalición victoriosa, a la lealtad con un antecesor y a un pesadísimo legado de política exterior vecinal. Sus eventuales alternativas son sincerar su mochila ante la ciudadanía para deslindar responsabilidades o seguir asumiéndola en silencio ... Y cual sea su decisión, planteará arduos problemas la hora de la ecuación costo-beneficios.~

"Me desconcertó el nombramiento de Foxley"

Con estas palabras el experto José Rodríguez Elizondo reconoce su inquietud frente a la designación del actual canciller.

-Evidentemente, es uno de los grandes capitanes de la política concertacionista, pero su especialidad fue siempre la economía. Ese ha sido su medio natural, donde jugó un rol fundacional durante el gobierno de Aylwin. Así como no se puede pensar en un gran médico para ser ministro de Hacienda, la política internacional contemporánea requiere que la cancillería sea manejada por un político experto en relaciones exteriores -manifiesta.

-¿ Qué gravedad tiene esto considerando el complejo escenario vecinal?

-Contribuye a mantener el statu quo deprimido de la profesionalidad diplomática.
Segundo, provoca un retardo estratégico en la toma de decisiones. Así, mientras se aprende el nuevo oficio, el mundo sigue andando, como en el tango.

-¿Que Foxley esté a la cabeza de la cancillería quiere decir que la diplomacia sigue centrada en las relaciones económicas más que en una política dirigida a subsanar las relaciones con los vecinos?

-No, tras el fracaso de la relación vecinal en el período anterior se sabe, por experiencia, que la política debe mandar la relación. Pero para implementar ese aprendizaje falta que nuestra clase política entienda, a cabalidad, que eso supone una reingeniería de la cancillería y retomar el ejemplo que dio Frei al designar a sus cancilleres, al nombrar a figuras como Carlos Figueroa, Juan Gabriel Valdés y Jose Miguel Insulza.

-¿ y Michelle Bachelet tampoco ha caído en la cuenta?

-Es posible que ya lo esté sospechando ...


Entrevista realizada por Lenka Carvallo y publicada en el número 186 de la revista Capital de Chile, de 11 de agosto de 2006.


José Rodríguez Elizondo
Sábado, 19 de Agosto 2006



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Alan, Michelle y la guitarra José Rodríguez Elizondo

Alan Garcia nos está colocando, a chilenos y peruanos, ante la tercera “ventana de oportunidad” en seis años.

La primera no se abrió. El breve aunque prestigiado Presidente Valentín Paniagua esperaba “gestos” e iniciativas por parte de Ricardo Lagos. Este pensaba que los gestos debían ser recíprocos y que no podíamos ser rehenes de la Historia. Resultado: empate a cero.

La segunda se abrió con Toledo, tuteos y parada militar. El esperaba una gran relación con “Ricardo” y éste elogiaba el manejo económico de “Alejandro”. Pero fue un cariño malo: no resistió el impacto del “caso Luksic” y lo que vino fue una sola crisis, con breves intermedios.

La rareza de que hoy se abra una tercera oportunidad, incluso de mejor ver, se explica por dos factores básicos: una extraña homogeneidad de las percepciones de aislamiento en ambos países y las circunstancias personales de Alan, como –con limeña informalidad- lo llaman hasta sus enemigos.

El primer factor es cosa vieja, en Chile. La geografía nos aisló, físicamente y la pos guerra del Pacífico nos tatuó una percepción política insular. Hemos vivido más de un siglo temiendo que una coalición trivecinal nos haga una trastada.

Lo nuevo es que muchos peruanos tienen, ahora, una sensación similar, catalizada por el rencor remoto de Fidel Castro y los pugilatos verbales entre Alan y Hugo Chávez. El viejo rencor nació porque el líder peruano, en su versión 1985, fue el primer gobernante de izquierdas que repudió, de manera pública, la tutoría del patriarca. Los pugilatos –quizas vinculados- comenzaron con la intervención electoral de Chávez a favor de Ollanta Humala.

Defensa americana

Sobre esa base, Alan y sus cow boys están poniendo las carretas en círculo, para defenderse de una Venezuela hostil; un Ecuador siempre áspero y “semi-chavistizado” (ya tuvo un Presidente “bolivariano”); una Argentina que, con Kirchner, tira más hacia Caracas, y una Bolivia donde Evo Morales reconoce como mentores a Chávez y Castro. Obviamente, Alan no hará nada que pueda poner a Michelle Bachelet entre los pieles rojas.

En cuanto a las circunstancias personales del líder peruano, son de tipo constante y variable. Entre las primeras están su doctrina aprista, raigalmente integracionista y la memoria del patriarca Víctor Raul Haya de la Torre, quien supo resistir, gallardo, la chapa de “chilenófilo”. Entre las segundas prima su personalidad, que podría describirse como una sofisticada mezcla de altivez y simpatía.

Esto significa que, si percibe gestos “sobradores” en sus interlocutores, gana la altivez. Entonces, es capaz de revolcar a un gigante político como Castro o de aserrucharle el piso a un gigante intelectual como Mario Vargas Llosa. Pero, si descubre que puede cantar y reir con sus contrapartes, éstas tienen su cordialidad asegurada.

Por cierto, la inteligencia emocional de Michelle Bachelet calza, aquí, como anillo al dedo. La simpatía de nuestra Presidenta, que algunos quieren subestimar como factor político, hoy la habilita para formar una afiatada dupla con Alan.

Si si eso resulta, el proximo encuentro será con guitarra.






Artículo publicado en La Tercera el 30 de julio 2006.

José Rodríguez Elizondo
Lunes, 31 de Julio 2006



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17votos
Michelle y un duelo de seductores José Rodríguez Elizondo
El jueves 20 de julio, el flamante canciller designado del Perú, José Antonio García Belaunde, dio las primeras señales sobre la política exterior vecinal que ejecutará Alan García.

Según ellas, la relación con Chile tendrá una alta relevancia, superándose las discrepancias que remecieron la relación cupular entre Ricardo Lagos y Alejandro Toledo,. La nueva relación se caracterizará, según García Belaunde, por un juego de suma variable, en el cual Chile apoyaría al Perú en los escenarios del Asia-Pacífico y el Perú lo invitaría a reintegrarse a la Comunidad Andina de Naciones (CAN).

En su declaración, el canciller en ciernes brinda un detalle interesante: durante el gobierno de Alejandro Toledo, dijo, "se maltrató gratuitamente la relación con Chile". Con certeza, un político chileno habría eludido una autocrítica nacional semejante… o puesto toda la culpa en el interlocutor peruano. Fue una elegancia, entonces, la expresión de García Belaunde pues, a decir verdad, el maltrato de la relación fue responsabilidad conjunta de ambos gobiernos. El daño comenzó con el pésimo manejo de “el caso Lucchetti” y culminó con una crisis alarmante, por límites marítimos..

Lo dicho confirma la finura política del futuro canciller y la disposición integracionista de García, que ya hemos reconocido en este espacio. Además, plantea una verdadera rareza histórica, por la inusitada frecuencia de las “ventanas de oportunidad” en la relación bilateral. En efecto, éstas ya se habían presentado dos veces durante el gobierno de Ricardo Lagos. La primera, cuando coexistió con Valentín Paniagua y que ni siquiera se abrió. La segunda, cuando asumió Toledo, que se abrió a medias … para luego cerrarse con estrépito.

Obviamente, dicha rareza se inserta en el nuevo y confuso marco regional, tras la reciente cumbre del Mercosur. El venezolano Hugo Chávez, que hoy parece disputar el liderazgo subregional al brasileño Lula, tuvo una fuerte ingerencia en las recientes elecciones peruanas y protagonizó una insólita pelea verbal con García. Así, hoy por hoy, el nuevo gobernante peruano, además de su falta de complejos respecto a Chile, percibe una amenaza en cualquier alianza que aparezca dominada –o en trance de dominación- por Venezuela.

Seducción andina

Por cierto, Michelle Bachelet tendrá que tenerlo en cuenta para definir la política bilateral, vecinal, subregional y regional de Chile. Al respecto, es cierto que hoy está siendo políticamente acosada por Chavez, quien suele brindarle gruesas –y algo machistas- demostraciones de cariño. El líder venezolano parece disfrutar esos momentos, que hacen más evidente la mutua animadversión que lo enfrentó con Lagos.

Sin embargo –o quizás por lo mismo-, la seducción andina de García no le llega en mal momento a la Presidenta de Chile. Ella sabe que Chávez está detrás de su colega boliviano Evo Morales, la historia le dice que Fidel Castro –el patriarca de ambos- nunca ha tenido buenas relaciones con los presidentes chilenos, está experimentando la gaseosa impredecibilidad de Néstor Kirchner y, a mayor abundamiento, ni siquiera es socia plena del Mercosur.

En este contexto, no deja de ser importante ingresar, con todos los derechos, a una CAN flexibilizada, esto es, adaptada a la realidad económica de Chile. Al efecto, Bachelet contaría con el respaldo siempre decisivo de Brasil, podría hacer masa crítica para convocar a México y todo ello permitiría estructurar un bastión liberal-socialdemócrata interesante en el litoral Pacífico-andino.

En definitiva, de este magma puede salir una buena alternativa integracionista, para enfrentar la posibilidad de un cono sur “chavistizado”.

José Rodríguez Elizondo
Lunes, 24 de Julio 2006



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Castro y Chávez: del Caribe al Cono Sur José Rodríguez Elizondo


Hugo Chñavez sigue demoliendo la institucionalidad integracionista realmente existente en la sub-región. Hoy mantiene un fuerte intercambio político y petrolero con Centroamérica y el Caribe, cuenta con una sólida posición en la hidrocarburizada Bolivia, conserva buenas posiciones en Ecuador, tiene contactos con fuerzas irregulares en Colombia y su pupilo Ollanta Humala mostró buenos bíceps en las recientes elecciones del Perú. A mayor abundamiento, como el mango de la sartén revolucionaria está en su poder, muchos cubanos temen que, tras la desaparición de Castro, les sobrevenga una dependencia venezolana. Tras Madrid, Washington y Moscú, la sede del poder dominante podría ir a Caracas. Todo esto indica que la pugna por el liderazgo subregional ya no se está dando entre Argentina y Brasil, sino entre Venezuela y Brasil. Además, prueba que Chávez nunca fue lo que algunos quisieron creer: el imitador rico y burdo del empobrecido y sutil Castro.


Castro y Chávez: del Caribe al Cono Sur
Hugo Chávez llegó el jueves 20 a la cumbre cordobesa de Mercosur, con su insignia de socio a tiempo completo. Además, como esos invitados de última hora que se apoderan de la fiesta, trajo en su mochila al también caribeño Fidel Castro, para presentarlo a sus nuevos amigos.

Así, el líder venezolano sigue demoliendo la institucionalidad integracionista realmente existente en la sub-región. En abril abandonó la Comunidad Andina de Naciones (CAN), haciéndola tambalear. No le gustó que Alvaro Uribe y Alejandro Toledo, sus colegas de Colombia y Perú, telecés mediante, quisieran ser mejores amigos de George W. Bush. Luego, tras pagar la deuda argentina con el FMI, aceptó la agradecida invitación de Néstor Kirchner y, de un paraguazo, incorporó a Venezuela como miembro pleno del Mercosur.

¿Y eso para qué? …

A primera vista, diríase que para seguir desafiando a Bush, mediante la potenciación de una entidad que, gracias a la membresía de Argentina y Brasil, todavía luce importante. Pero, más allá de lo visceral, esta movida parece inscribirse en su estrategia “bolivariana”, que ya dejó de ser un eslogan efectista.

Para comenzar, si Chávez consigue que Evo Morales se aleje de la CAN y asuma como miembro pleno del Mercosur, este organismo ya nunca podrá ser lo que algunos soñaron: el buque insignia de la integración sudamericana, con eje argentino-brasileño-chileno (el viejo ABC). Mutaría, más bien, en la base de una alianza caribeño-andina, energéticamente poderosa y antibushista, con su estandarte de combate en el corazón del cono sur .

Jaque a Lula

Por cierto, un Mercosur mutante, con un Chávez avasallador, un Kirchner impredecible, un Morales “chavista” y retornantes de las viejas izquierdas asomándose a la puerta, no es una delicia para el Lula. Lo malo es que el Presidente brasileño, apostando al deterioro irreversible del organismo, ya había inventado, en 2004, la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN). Creyó más fácil liderar un proceso integrador desde una nueva estructura, sin adivinar que Chávez podría aprovechar su desgano para robarle los huevos al águila. Ello, sin perjuicio de luego someter a cerco a la propia CSN.

Todo esto indica que la pugna por el liderazgo subregional ya no se está dando entre Argentina y Brasil, sino entre Venezuela y Brasil. Además, prueba que Chávez nunca fue lo que algunos quisieron creer: el imitador rico y burdo del empobrecido y sutil Castro.

Es que, demócrata autoritario o dictador democratizado, el hombre es tan inteligente como cualquiera de sus colegas ilustrados y, seguro, bastante más creativo. La prueba más reciente la dio cuando acorraló al chileno Ricardo Lagos, con su empeño por bañarse en una playa boliviana. Pero la prueba original la dio mucho antes, cuando supo empequeñecerse ante Castro, para vencer los celos que éste solía lucir ante cada nuevo líder surgido desde las izquierdas. Así pudo llegar a un acuerdo de suma variable con “el líder máximo”: él lo sacaría de sus apuros energético-financieros y, como contrapartida, Castro le daría su bendición para levantar carpa de jefe revolucionario.

Con parte de la Historia a la vista, puede decirse que, intervencionistamente hablando, Chávez está siendo mucho más exitoso que Castro. Este mandó a la muerte a cientos de jóvenes admiradores, en toda la región; falsificó la muerte de Salvador Allende, para ocultar lo calamitoso de su ingerencia en Chile; catalizó la catástrofe de las izquierdas sesentistas, guerrilleras o no, y sólo en diferido –en los años 80- pudo apuntarse una pauperizada y efímera Nicaragua fidelista.

Un rol para Alan y Michelle

El líder venezolano, por el contrario, hoy mantiene un fuerte intercambio político y petrolero con Centroamérica y el Caribe, cuenta con una sólida posición en la hidrocarburizada Bolivia, conserva buenas posiciones en Ecuador, tiene contactos con fuerzas irregulares en Colombia y su pupilo Ollanta Humala mostró buenos bíceps en las recientes elecciones del Perú. A mayor abundamiento, como el mango de la sartén revolucionaria está en su poder, muchos cubanos temen que, tras la desaparición de Castro, les sobrevenga una dependencia venezolana. Tras Madrid, Washington y Moscú, la sede del poder dominante podría ir a Caracas.

Digamos que esto está sucediendo, en parte, por el flagrante descuido de la agenda latiniamericana, en que ha incurrido Bush. Es lo que ha permitido, también en parte, que la mítica “razón revolucionaria” se incline hacia al otoñal patriarca de Cuba. Si activamos la memoria, veremos que, hace la friolera de treinta y tres años, éste confesó a su instrumental escribidor Régis Debray, que “con el petróleo venezolano la revolución continental sería cuestión de meses”.

Según todos estos antecedentes, tiene mérito el reflejo del aprista Alan García de potenciar a la CAN, induciendo la reincorporación de Chile. La Presidenta Michelle Bachelet ya siente la carga de la mochila que heredara, tras la desafortunada gestión regional de Lagos. También sabe que, por imperativos de la estrategia económica nacional, no puede ser miembro pleno del actual Mercosur. Frente a eso, una CAN flexibilizada, para adaptarse a las circunstancias de Chile, permitiría levantar un bastión socialdemócrata interesante en el litoral Pacífico-andino.

En ese contexto eventual, el enorme peso de Brasil induciría una aproximación, comparativamente más rápida, entre la CAN y la CSN, para establecerse como alternativa integracionista a un cono sur “chavistizado”.

José Rodríguez Elizondo
Domingo, 23 de Julio 2006



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José Rodríguez Elizondo
Ardiel Martinez
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.





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