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El alojamiento compartido será una de las actividades de economía colaborativa que podría multiplicarse por 20 en 2025. Fuente: Pixabay.
Cinco formas de negocio (todas ellas emergidas de la economía colaborativa) prometen multiplicarse por 20 en Europa de aquí a 2025: las finanzas colaborativas, el alojamiento compartido, el transporte compartido, los servicios profesionales bajo demanda y los servicios para el hogar bajo demanda.
¿Qué son estas formas de negocio? Las finanzas colaborativas hacen referencia a personas y empresas que invierten, prestan o toman prestado directamente entre ellas (a través de plataformas de préstamos, crowdfunding); el alojamiento compartido consiste en compartir espacios de la propia casa con extraños o alquilar las viviendas cuando no se están habitando (por cortos periodos de tiempo, como en vacaciones, por ejemplo); el transporte compartido supone compartir coche o aparcamiento con otras personas, y, finalmente, los servicios bajo demanda (para el hogar o profesionales) suponen encargar tareas específicas en múltiples ámbitos.
Todas estas actividades crecerán exponencialmente en los próximos años, hasta multiplicarse por 20, señala como principal conclusión el estudio “Evolución del tamaño y la presencia de la economía colaborativa en Europa”, que ha realizado la consultora Pricewaterhouse Coopers (PwC) por encargo de la Comisión Europea. Los resultados obtenidos han superado las expectativas incluso de los propios autores del estudio, afirman estos en el resumen ejecutivo del trabajo.
En cifras, el informe calcula que el monto total de las transacciones de economía colaborativa en el continente podría alcanzar para 2025 los 570.000 millones de euros; y que alrededor de un 85% de este monto será captado por personas que ofrezcan sus servicios.
Asimismo, los resultados obtenidos muestran que el crecimiento de la economía colaborativa en el continente se ha acelerado desde 2013, a un ritmo que ha superado significativamente las expectativas arrojadas por un estudio global previo sobre el tema, realizado por la propia consultora en 2014.
También se ha estimado que, desde la aparición de la economía colaborativa en Europa, se han fundado en la región al menos 275 plataformas de economía colaborativa; y que estas plataformas alcanzarán los 83.000 millones de euros en 10 años, frente a los 4.000 millones actuales.
¿Qué son estas formas de negocio? Las finanzas colaborativas hacen referencia a personas y empresas que invierten, prestan o toman prestado directamente entre ellas (a través de plataformas de préstamos, crowdfunding); el alojamiento compartido consiste en compartir espacios de la propia casa con extraños o alquilar las viviendas cuando no se están habitando (por cortos periodos de tiempo, como en vacaciones, por ejemplo); el transporte compartido supone compartir coche o aparcamiento con otras personas, y, finalmente, los servicios bajo demanda (para el hogar o profesionales) suponen encargar tareas específicas en múltiples ámbitos.
Todas estas actividades crecerán exponencialmente en los próximos años, hasta multiplicarse por 20, señala como principal conclusión el estudio “Evolución del tamaño y la presencia de la economía colaborativa en Europa”, que ha realizado la consultora Pricewaterhouse Coopers (PwC) por encargo de la Comisión Europea. Los resultados obtenidos han superado las expectativas incluso de los propios autores del estudio, afirman estos en el resumen ejecutivo del trabajo.
En cifras, el informe calcula que el monto total de las transacciones de economía colaborativa en el continente podría alcanzar para 2025 los 570.000 millones de euros; y que alrededor de un 85% de este monto será captado por personas que ofrezcan sus servicios.
Asimismo, los resultados obtenidos muestran que el crecimiento de la economía colaborativa en el continente se ha acelerado desde 2013, a un ritmo que ha superado significativamente las expectativas arrojadas por un estudio global previo sobre el tema, realizado por la propia consultora en 2014.
También se ha estimado que, desde la aparición de la economía colaborativa en Europa, se han fundado en la región al menos 275 plataformas de economía colaborativa; y que estas plataformas alcanzarán los 83.000 millones de euros en 10 años, frente a los 4.000 millones actuales.
Marco regulatorio
El estudio también ha analizado la evolución del marco regulatorio aplicado a la economía colaborativa en Europa. Señala que en los últimos años ha surgido una amplia gama de políticas fiscales y de regulación, seguida de diversos niveles de aplicación y cumplimiento.
La investigación alerta asimismo que, dado que la economía colaborativa se está convirtiendo en una tendencia económica que está cambiando la forma en que “vivimos nuestras vidas”, así la describe el informe, debe considerarse tanto una oportunidad de desarrollo económico sostenible como un desafío, ya que plantea importantes retos a los responsables políticos y a los reguladores.
Por ahora, la Comisión Europea ha tratado de afrontar este reto con un documento-guía con recomendaciones no vinculantes (publicado el pasado 2 de junio de 2016), destinado a ayudar a que consumidores, empresas y autoridades públicas puedan gestionar e implicarse de manera segura con la economía colaborativa.
Pero la posibilidad de establecer un marco regulatorio para todo el continente parece muy difícil, un auténtico escollo, por la velocidad de avance de esta economía, y porque, a medida que se produce ese avance, las autoridades nacionales y locales ya han ido respondiendo con acciones regulatorias distintas.
Este método fragmentado de regulación que genera incertidumbre entre los operadores tradicionales, los nuevos proveedores de servicios y los consumidores, y puede lastrar la innovación, la creación de empleo y el crecimiento económico que la economía colaborativa favorece. Por eso, la Comisión Europea ha trabajado por sentar las bases para una futura normativa unificada, que afecte a todas las plataformas de economía colaborativa de la UE.
Esas bases pueden encontrarse en el documento "A European agenda for the collaborative economy ” (Agenda europea para la economía colaborativa). La cuestión no es baladí, si consideramos algunas cifras: El valor de estas transacciones ha aumentado de 10.200 millones de euros en 2013 a 28.100 millones en 2015. Más allá de Europa, en Norteamérica, la economía colaborativa creció entre 2014 y 2015 un 25%, según un reciente informe basado en datos de más de 50.000 usuarios. Así que, en un futuro, quizá haya que plantearse un marco regulatorio aún más global.
El estudio también ha analizado la evolución del marco regulatorio aplicado a la economía colaborativa en Europa. Señala que en los últimos años ha surgido una amplia gama de políticas fiscales y de regulación, seguida de diversos niveles de aplicación y cumplimiento.
La investigación alerta asimismo que, dado que la economía colaborativa se está convirtiendo en una tendencia económica que está cambiando la forma en que “vivimos nuestras vidas”, así la describe el informe, debe considerarse tanto una oportunidad de desarrollo económico sostenible como un desafío, ya que plantea importantes retos a los responsables políticos y a los reguladores.
Por ahora, la Comisión Europea ha tratado de afrontar este reto con un documento-guía con recomendaciones no vinculantes (publicado el pasado 2 de junio de 2016), destinado a ayudar a que consumidores, empresas y autoridades públicas puedan gestionar e implicarse de manera segura con la economía colaborativa.
Pero la posibilidad de establecer un marco regulatorio para todo el continente parece muy difícil, un auténtico escollo, por la velocidad de avance de esta economía, y porque, a medida que se produce ese avance, las autoridades nacionales y locales ya han ido respondiendo con acciones regulatorias distintas.
Este método fragmentado de regulación que genera incertidumbre entre los operadores tradicionales, los nuevos proveedores de servicios y los consumidores, y puede lastrar la innovación, la creación de empleo y el crecimiento económico que la economía colaborativa favorece. Por eso, la Comisión Europea ha trabajado por sentar las bases para una futura normativa unificada, que afecte a todas las plataformas de economía colaborativa de la UE.
Esas bases pueden encontrarse en el documento "A European agenda for the collaborative economy ” (Agenda europea para la economía colaborativa). La cuestión no es baladí, si consideramos algunas cifras: El valor de estas transacciones ha aumentado de 10.200 millones de euros en 2013 a 28.100 millones en 2015. Más allá de Europa, en Norteamérica, la economía colaborativa creció entre 2014 y 2015 un 25%, según un reciente informe basado en datos de más de 50.000 usuarios. Así que, en un futuro, quizá haya que plantearse un marco regulatorio aún más global.
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