For European Sovereignty and Geopolitics

Isle of San Simón (Redondela, Pontevedra, Galicia, Spain), April 29th, 2011

The undersigned, together in San Simón, Isla del Pensamiento, from April 26th to 29th, 2011, and in the name of the institutions they represent,

DECLARE:

1. The world is undergoing a complex and uncertain geopolitical situation, provoked by the globalization of economy and the evolution of the multi-polar world that emerged after the fall of the Berlin Wall, as well as a consequence of the geopolitics of fear, provoked as of September 11th, 2001

2. The previous situation has originated a profound crisis, especially economic, SET apart by changes of the world power’s relations, provoking an era of re-composition in global geopolitics

3. This crisis has also turned globalization into a multi-polar environment, granting Europe the opportunity of becoming a key actor of global geopolitics and geo-economics

4. Europe however, suffers from acute economic and political frailties which condition its performance in the global geopolitical world

5. In order to overcome its limitations, Europe must reach a new consensus (regarding territory, villages and culture), forge a geopolitical vision, invent a new form of non-dominant sovereignty and boost its security systems, for which prevention and anticipation, and consequently, intelligence, is vital

6. Its priorities must be:

i. protect its model of society, its cultural and democratic values, its identity, villages and territories

ii. overcome its technological dependence, particularly in the TIC fields, of the new forms of energy generation and NBIC convergence, as well as in the fields of Space, Security and Defense, both internal and international

iii. evaluate the necessary budgets for the development of sovereignty technologies (in a time frame of 10 to 15 years) and determine what public investment is to be carried out

iv. anticipate the vast demographic, environmental and geopolitical challenges, where intelligence is a fundamental factor

v. promote the public-private cooperation

vi. improve training and education as issue of social change
 
vii. generalize the common use of 4 languages in the European community (mother tongue, Latin, Germanic and Slavic based) and promote intelligent automatic translation technologies

viii. generate, through training and education, true leaders that can be a reference for our society

AGREE:

1. Create the European Network of Geopolitical Reflection, with the objective of contributing to Europe’s position in the new context of world geopolitics

2. This European Network of Geopolitical Reflection will work on a temporary scope of 10 years and its mission will be to draw up proposals and documents of critical analysis with a spirit of constructive collaboration of companies and institutions. These documents will be distributed throughout Internet and/or traditional means through the implicated institutions and will likewise be delivered to an ample list of political, corporate and parliamentary leaders, both national and European

3. This Network will be open to the participation of other institutions and experts, natives of other European countries (including Russia), Mediterranean Africa and Latin America, who are willing to contribute ideas to the geopolitical reflection in a global context

4. This Network, aside from developing its activities through Internet without interruption, mainly establishes Isla del Pensamiento as its permanent headquarters

5. This Network will meet again in Isla del Pensamiento in the year 2012, with the participation of experts and institutions of other European countries, aside from France and Spain

Signatories (in alphabetical order):

Jean Paul Baquiast, President of the Automates Intelligents Association
Fernando Davara Rodríguez, President of the Sociedad de Estudios Internacionales (SEI)
Jean-Claude Empereur, Delegate Vice President of thePan-European Union in France
Eduardo Martínez, Editor ofTendencias21
Eduardo Olier, PresidentofInstituto Choiseul España
Xulio Ríos, Director of Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI)
Fernando Velasco, Director of the Cátedra Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos

La diplomacia de la República Popular China se ha conducido bajo la máxima de la tradicional modestia, fruto tanto de sus debilidades socioeconómicas y políticas como del influjo de aquel canon cultural que aconseja no mostrar las propias fortalezas a fin de no llamar la atención ni predisponer a nadie en su contra. No obstante, los Juegos Olímpicos de 2008 nos han mostrado la fuerza de una China que, en poco tiempo, se ha erigido como segunda potencia económica del planeta y sus ambiciones parecen no tener límites. En paralelo, su voz suena cada vez más firme en el concierto internacional donde ha pasado a ocupar una de las posiciones centrales del sistema, con capacidad para fraguar alianzas que le permiten sumar masa crítica para obligar a los países más avanzados de Occidente a hacer concesiones en órdenes de lo más diverso, una práctica a la que no estaban habituados. En poco tiempo, los BRICS, con China como líder objetivo del grupo, pueden superar al G7 y dicha fuerza aspirará a una mayor traducción y visibilidad en el orden político y económico global.

Parece natural que en virtud de estas nuevas circunstancias, China pase a defender con más empeño sus puntos de vista. ¿Quién no lo haría? Es lógico que se sienta más segura de sí misma, si bien lejos está de disponer de las capacidades (tecnológicas o militares, por ejemplo) del Occidente más desarrollado. Pero este último tendrá que hacerse a la idea de que la dimensión de China no permite ninguneo alguno y deberá dialogar y negociar con ella asuntos en los que anteriormente podía hacer y deshacer a su antojo. Que China reclame que se tengan en cuenta sus intereses es una exigencia que no solo responde a las vicisitudes de la actual coyuntura sino también a la necesidad de trasladar a terceros esa idea de que el ciclo histórico de decadencia, en buena medida forzado por Occidente en el siglo XIX con comportamientos no solo arrogantes sino bien agresivos, pudiera haber llegado a su fin.

Las autoridades chinas dan muestras de un comportamiento “arrogante”, sin duda, cuando en tantos contenciosos internos da muestras de una inflexibilidad del que la propia disidencia es un buen ejemplo. No está tan claro, sin embargo, cuando nos referimos a su política exterior, donde evitar la confrontación constituye un axioma aún vigente. Por ejemplo, ¿es China “arrogante” al abstenerse en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU que ha permitido avalar los ataques en Libia o lo son los demás países al participar de la idea de que la democracia puede imponerse por la fuerza? ¿Es China “arrogante” cuando suscribe 1,15 billones de dólares de la deuda estadounidense (finales de febrero) o realmente arriesga sus propias reservas contribuyendo a estabilizar la economía estadounidense y mundial? Los matices serían generosos. Cabría concluir que China es “arrogante” ante su propia ciudadanía porque puede serlo, y no lo es ante el mundo porque aún no puede. ¿Qué acabará imponiéndose, finalmente?

Europa siempre ha sido considerada por China un pilar esencial de ese orden multipolar al que aspira, un aliado incluso que debiera contribuir a ejercer cierto control de la tendencia al uso excesivo de la fuerza por parte del debilitado hegemón. No obstante, la indefinición europea le ha llevado primar en los últimos años la bilateralidad de sus relaciones con los principales actores continentales, desarrollando una diplomacia sumatoria que, uno a uno, y vértice a vértice, pueda permitirle superar sus dificultades y desentendimientos con la UE (reconocimiento como economía de mercado, levantamiento del embargo de la venta de armas, etc.) sin dejar de aprovechar sus horas bajas para ganar influencia en el entorno próximo (a la espera) y entre los socios más accesibles a través de la diplomacia de la deuda.

También en relación a China, Europa ha jugado en una segunda división, consciente de su incapacidad para lograr establecer una relación similar a la que Pekín mantiene con Washington. Aun siendo su primer socio comercial, la diplomacia europea no ha estado ni está a la altura de las exigencias en este capítulo decisivo de su actuar, ya sea por acción (en defensa de su propia soberanía) o por omisión (en la defensa de sus propios valores e intereses). La ausencia de una estrategia conjunta frente a un actor de tal envergadura constituye un problema endémico que facilita a China una mejor defensa de sus puntos de vista. Calificar esto de “arrogancia” solo explicita nuestro desconcierto e impotencia, además de pasar por alto las flaquezas de nuestra historia, algo que los chinos, por el contrario, tienen muy presente.

Xulio Ríos es director del IGADI y del Observatorio de la Política China. Su último libro: China en 88 preguntas (La Catarata, 2010).

Le mérite n'en reviendrait pas à la persévérance et à l'efficacité américaines, moins encore à Barack Obama, mais au fait que Ben Laden serait devenu non seulement inutile mais gênant aux yeux de ses protecteurs traditionnels, l'Arabie Saoudite et le Pakistan. Les Américains n'auraient été en ce cas que des exécuteurs compétents certes, mais instrumentalisés. Pas de quoi pour eux se vanter.

On peut penser en effet que l'Arabie Saoudite est de plus en plus inquiète de la révolte arabe, qui pourrait se traduire par des ébranlements la touchant directement. Mais elle l'est tout autant du fait que l'Iran chiite pourrait profiter de cette révolte, comme elle a déjà tenté de le faire en soutenant les insurgés de Bahreïn, afin de détruire indirectement le Royaume sunnite et s'emparer de ses richesses. Or pour se défendre contre l'Iran, elle n'aurait aucune confiance dans les Etats-Unis, jugés instables et sans politique affirmée dans la région, sinon protéger l'accès au pétrole et aux voies de transit. Il semble en effet que les Etats-Unis ne prendraient pas le risque de s'opposer directement à des révoltes populaires, analogues à celles s'étant produites en Tunisie, en Egypte et en Libye, si l'accès au pétrole et à ses bases militaires lui étaient garantis par de nouveaux gouvernements plus « démocratiques ».

L'alliance Pakistanaise deviendrait donc stratégique pour l'Arabie Saoudite. Le Pakistan, grande puissance militaire régionale, dotée de l'arme nucléaire, constituera indéniablement et quoiqu'il advienne un point fort dans la région. Son appui sera précieux. Manifestement le Pakistan ne soutient que très modérément les Etats-Unis, quand il ne les combat pas discrètement. Par contre, souffrant d'une pauvreté congénitale, il serait prêt à vendre son appui militaire à Ryad, y compris peut-être dans le domaine de l'arme atomique. Nous avons dans un article précédent rappelé que l'Arabie Saoudite poussait les 6 Etats membres du Gulf Cooperation Council à transformer celui-ci en une organisation analogue à l'Union européenne, principalement pour se doter en commun de l'arme nucléaire. Le Pakistan serait un « vendeur » très convenable.

Afin que cette exception notoire aux Traités de non-prolifération soit acceptée par les puissances occidentales, il fallait que tant la Monarchie Saoudite que le Pakistan se débarrassent définitivement du reproche de soutenir et financer Al Qaida. La présence de Ben Laden auprès d'Islamabad devenait ainsi plus qu'embarrassante. Devenu par ailleurs une référence nuisible aux yeux des nouvelles démocraties arabes, Ben Laden était désormais condamné. Selon Spengler, l'Arabie saoudite (comme accessoirement le Pakistan) avait une autre raison forte d'encourager la disparition de Ben Laden. Elle tenait aux contacts de plus en plus poussés qu'entretenait Al Qaida avec l'Iran. Al Qaida ainsi aurait joué un rôle important dans la déstabilisation du Yemen allié de Ryad, ceci au profit de l'Iran.

Séismes et tsunamis

Si ces explications au lâchage de Ben Laden par la Pakistan et par l'Arabie Saoudite sont pertinentes, elles mettent en évidence un changement d'importance en train de se produire dans les équilibres géopolitiques régionaux. On verrait ainsi une plaque tectonique (pour reprendre le terme de Spengler) constituée principalement de l'Arabie Saoudite et du Pakistan s'opposer à une plaque regroupant l'Iran et d'éventuels alliés. Face à cet affrontement riche en séismes dévastateurs (surtout si l'arme atomique s'en mêle), les Etats-Unis n'osant ou ne pouvant plus s'engager massivement en termes militaires, n'auraient plus guère de rôle à jouer. Inutile de dire qu'il en serait sans doute de même de la Russie, de la Turquie, de l'Inde et (nous allions l'oublier), de l'Europe. Accessoirement, la présence américaine en Afghanistan n'aurait plus non plus de raisons d'être, sinon affaiblir encore l'Amérique et ses alliés de l'Otan.

Mais peut-on penser que l'Iran, malgré la solidité apparente de sa dictature, serait en état de résister à une révolte éventuelle de sa jeunesse. Même question concernant l'Arabie Saoudite et le Pakistan? Si de telles révoltes se produisaient, les séismes et tsunamis résultant de l'affrontement des plaques tectoniques que nous venons de décrire prendraient un tout autre aspect.