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"Geometría del instinto", una exposición de Germán Bandera

La obra del pintor granadino evoluciona para mostrar el misterio de las formas, el azar de la naturaleza


El pintor Germán Bandera (Málaga, 1962) ha reunido en la exposición Geometría del instinto, que puede verse en en Motril (Granada) durante el mes de octubre de 2014, cuadros que buscan la expresión de lo que rozamos de manera rutinaria: el misterio de las formas. La geometría ayuda a componer, a estructurar lo informe, hasta crear un sentido que, al igual que los sueños, se resiste a ser aprehendido en su totalidad. Por Carmen Anisa.


Carmen Anisa
17/10/2014

“Invención”, de Germán Bandera, obra que puede verse en la exposición “Geometría del instinto, en Motril (Granada), durante el mes de octubre de 2014.
“Invención”, de Germán Bandera, obra que puede verse en la exposición “Geometría del instinto, en Motril (Granada), durante el mes de octubre de 2014.
El pintor Germán Bandera (Málaga, 1962) ha reunido en la exposición Geometría del instinto, que puede verse en la Casa de la Condesa de Torre-Isabel de Motril (Granada) durante el mes de octubre de 2014, cuadros gestados de manera lenta y meditada a lo largo de doce años.

Su visión de la vida y su experiencia como persona y artista se reflejan en una pintura que parece romper con su anterior etapa. Lejos quedan los paisajes urbanos de Planos de luz (2002) donde predominaban el blanco y el azul de Salobreña, las formas geométricas inundadas por la luz del Mediterráneo.

La pintura de Germán Bandera ha evolucionado pero, a la vez, ha regresado a sus orígenes, al difícil equilibrio entre lo figurativo y lo abstracto. Aunque esa abstracción es otro modo de mostrar aquello que no vemos pero que está a nuestro lado, bajo la superficie; lo que rozamos de manera rutinaria, sin percibir el misterio de las formas, el azar de la naturaleza.

Geometría que genera sentido

El pintor nos invita a mirar lo cotidiano con los ojos del arte; así una humilde chirimoya se nos desvela como el poliedro perfecto que aparece en cuadros tan distintos como “Invención” o “Último fruto”. La geometría nos ayuda a componer, a estructurar lo informe hasta crear un sentido que, al igual que los sueños, se resiste a ser aprehendido en su totalidad.

En 1987, tras licenciarse en la especialidad de pintura por la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, Germán Bandera comienza a trabajar como profesor de instituto. Desde 1989, enseña en el IES José Martín Recuerda de Motril. En sus clases, y en las publicaciones y actividades que coordina, transmite a sus alumnos la pasión por el arte, convencido de que la educación artística es esencial para crecer como seres humanos.

Durante estos años, en los que ha compaginado la enseñanza con la creación, Germán Bandera ha realizado exposiciones individuales y colectivas, ha ilustrado libros y ha colaborado con numerosos proyectos culturales como la Muestra de Cine Negro de Salobreña en la que ha organizado un concurso de cómic.

Un nuevo lenguaje expresivo

Para Germán Bandera, “un cuadro es mucho más de lo que el autor ha querido expresar; mucho más, también, que lo que su autor ha expresado inconscientemente. Un cuadro vuelve a hacerse cada vez que se establece una relación con un observador”.

Bandera define las obras de Geometría del instinto como “inquietantes y amables”; reclaman un observador activo que indague y busque pistas, reconstruya un relato, no como un acertijo, sino como creación de nuevos significados.

La exposición Geometría del instinto parece narrarnos una historia en la que el cuadro “Invención” se convierte en el eje esencial, como si todos los motivos y los temas confluyesen en él.

¿Quiénes son esos personajes extraños? ¿En qué piensa ese Paul Klee cuya figura evoca la silueta del Jovellanos de Goya? “Invención” está poblado de historias surgidas de la vida, de los sueños y el arte.

“Último fruto”, de Germán Bandera.
“Último fruto”, de Germán Bandera.
La pintura como forma de conocimiento

Tampoco falta un guiño literario y socarrón. En el cuadro, junto a un gran rinoceronte, toman forma los animales tal y como aparecen en la clasificación de esa “cierta enciclopedia china” –Emporio celestial de conocimientos benévolos– citada por Borges en su texto “El idioma analítico de John Wilkins”.

“Invención” es también un diálogo con los maestros clásicos: Goya, Velázquez y, sobre todo, Durero. Pero a su vez, hallamos influencias del surrealismo, el arte pop y el cómic.

En este sentido, Germán Bandera no oculta alguna afinidad con el pintor alemán Neo Rauch quien, formado en el academicismo del realismo socialista, se ha servido de esta técnica para crear un nuevo lenguaje expresivo.

Alrededor de “Invención” giran los otros cuadros de Geometría del instinto en los que aparecen enigmáticos seres como los peces “tipófagos”, las larvas solitarias, los insectos silenciosos que habitan el subsuelo, las plantas que componen geometrías caprichosas, las formas que surgen en las cristalizaciones, los mundos sutiles creados por la naturaleza.

Lo que pueda parecernos abstracción es una manera distinta de mirar hacia el fondo de las cosas; solo hay que detenerse a contemplarlas. Germán Bandera entiende la pintura como una búsqueda, una forma de conocimiento y una experiencia vital. Por ello sus obras son también fruto de una manera personal de ver el mundo, de afrontar la vida, la muerte y la memoria. Todo ello se refleja en la exposición Geometría del instinto cuyos cuadros, en palabras de su autor, “invitan cortésmente a la inquietud”.



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