Hace más de 10 años pocos imaginaban que una marca que se atrevía a romper los moldes preestablecidos y a desafiar a los gigantes de la industria se fuera a convertir en un icono global.

Apple es notable por su enfoque unilateral en el diseño de productos que son objetos de belleza. A su vez, su modelo de negocio mejora la experiencia del usuario. Apple es notable porque es intencionada, ya que representa una comunidad y tiene una historia convincente.

Nuevo siglo

Con el nuevo siglo, llegó el momento de Apple. En el 2001, con el lanzamiento del primer reproductor digital de audio, Apple se convierte en un auténtico fenómeno de masas. Desde entonces, el iPod ha liderado este mercado y ha evolucionado de classic a nano, shuffle o touch.

Las versiones son múltiples y todas han conseguido arrasar de la mano de iTunes, el sitio web en el que se realizan las descargas. El Ipod ha sido vendido a más de 280 millones de personas. No ha ido mal la evolución del producto para el que algunos expertos le vaticinaban un fracaso absoluto.

Apple se había cansado de ser el actor secundario de la historia y quería actuar como protagonista. Apple entendió que el futuro había que crearlo, que para ser una marca lider había que romper paradigmas y ser inimitable.

Para una empresa que había nacido para el mercado de los ordenadores, ampliarse al mundo de la música resultó todo un desafío. Cuando se propuso hacerlo al de la telefonia móvil, el mercado se quedo boquiabierto.

La irrupción del iPhone ha sido su confirmación. Pocas veces millones de consumidores en todo el mundo han deseado tan fervientemente adquirir un mismo producto. La presentación del iPhone resultó probablemente una de las más esperadas, comentadas, twitteadas y analizadas de la era moderna. El éxito es impresionante. El iPhone no solo ha revolucionado el universo de la telefonía móvil, sino también el acceso a Internet, el comercio móvil y on line.

Ya es el cuarto fabricante de telefonia móvil en el mundo y recien acaba de irrumpir.

De hecho, la compañía anunció que fabricaría 10 millones de iPhone 4 para satisfacer la demanda del último trimestre de 2010 y el aumento de las ventas con motivo de las fiestas navideñas.

Nuevo lujo

¿Que otra necesidad podriamos crear? Debe haber pensado Steve Jobs mientras caminaba por las montañas de California. ¿Por que no un Ipad? Algo que se encontrara en los límites entre un ordenador y un iPhone.

La presentación del Ipad ha traspasado las barreras de lo esperado y la repercusión en ventas acabó con todas las previsiones.

El Ipad, como el iphone, el macbook y el ipod son parte del “nuevo lujo”. Tecnología con un diseño icónico y excepcional.

Al mismo tiempo, la compañía ha continuado explorando nuevos segmentos. Llegó Apple TV, un dispositivo de vídeo que permitía combinar los contenidos de iTunes con los televisores digitales.

Las cifras de su éxito son abrumadoras: ha vendido 120 millones de dispositivos con iOS (230.000 al día) y App Store ha descargado 6.500.000 millones de aplicaciones (200 aplicaciones por segundo).

Hace un par de semanas, visité en Boston una de las tiendas de Apple más emblemáticas, la ubicada en Boylston Street, donde pude comprobar cómo esta marca es capaz de sorprender a sus clientes una y otra vez, con grandes dosis de innovación y mucha creatividad.

El establecimiento no dispone de cajas para cobrar. El cliente sólo tiene que acudir con su tarjeta de crédito y en el mismo sitio donde se encuentra ubicado el producto que desea, un empleado le facilita hacer la compra. La factura se recibe más adelante a través del correo electrónico. No se maneja efectivo, no hay que hacer colas, no hay papeles, ni tonners. Además de eficaz, es económico y rentable.

Capacidad ilimitada

La capacidad de Apple para sorprender parece ilimitada. Convierte el acto de compra en una experiencia sensorial, casi espiritual. Crea adeptos. Apple es el mejor ejemplo de que diseño y negocio pueden ser aliados perfectos para alcanzar el éxito.

De hecho, en el último ranking sobre brand value publicado por la revista Forbes, en el que se analiza a las mayores compañías del mundo, Apple aparece liderando la lista, seguida de su eterno rival, Microsoft y de Coca- Cola.

Asimismo, el valor de marca de la compañía ha sido el que más ha crecido en el año 2010 y ocupa las primeras posiciones, no sólo en Estados Unidos sino también a nivel mundial, en cuanto a capitalización bursátil.

Apple se ha convertido en un gigante gracias a una estrategia que combina novedad, diseño y conexión con el cliente. Precisamente, este último punto es el que ha conseguido que la compañía haya revolucionado la vida de tanta gente y siga haciéndolo gracias a sus propuestas.

Seña de identidad

La compra está motivada por condicionantes emocionales y no sólo racionales. El precio deja de ser un factor determinante. Poseer un producto Apple es una seña de identidad, de adhesión a una cultura es, incluso, una forma de ver la vida.

El culto del que antes hablaba se convierte en religión. Una religión que no conoce fronteras, ni culturas, ni clases sociales. La costumbre de la recomendación llega a su máxima expresión con Apple. Los clientes son sus mejores comerciales y se sienten es una esfera especial.

El 6 de enero Apple abrió una tienda de aplicaciones para sus ordenadores de mesa y portátiles. Un capítulo más en la historia.

Apple no tiene que hacer marketing en medios sociales, porque sus seguidores hacen la comercialización en su nombre.

Entonces, ¿Por qué Mark Zuckerberg es el nombre del año para Time y no Steve Jobs? Porque Facebook es de este año, y Apple existe desde hace décadas.

Las trayectorias tienen su recompensa. Apple sabe ser notable, representa los sueños y los deseos de una comunidad. Sabe contar una historia convincente.

Mientras escribo esto Steve Jobs debe estar inventando nuestro futuro una vez más. Su compañía ya es la segunda más valiosa del mundo.