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ALMA capta las corrientes de gas que “engordan” a los planetas gigantes

El registro del radiotelescopio ayudará a comprender el proceso de formación de estos cuerpos celestes


El radiotelescopio ALMA ha captado por vez primera una fase clave en la formación de planetas gigantes: cuando estos captan gas del disco exterior de las estrellas a medida que crecen. La observación de una joven estrella situada a 450 años luz de nuestro planeta, y rodeada por un disco de gas y polvo cósmico, ha permitido a los astrónomos observar dichas corrientes de manera directa, lo que supone un aporte importante a las hipótesis actuales sobre la formación de planetas, afirman los investigadores.


ESO/T21
03/01/2013

Impresión artística del disco y corrientes de gas alrededor de HD142527. Fuente: ESO.
Impresión artística del disco y corrientes de gas alrededor de HD142527. Fuente: ESO.
Gracias al radiotelescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un equipo de astrónomos ha captado por vez primera una etapa clave en la formación de planetas gigantes. En esta fase, grandes corrientes de gas fluyen a través del disco de material situado alrededor de una estrella joven.

Estas son las primeras observaciones directas de estas corrientes, que se cree son originadas por planetas gigantes que toman el gas a medida que crecen. Los resultados del hallazgo han aparecido detallados en Nature.

Los astrónomos estudiaron a la joven estrella HD 142527, localizada a más de 450 años luz de la Tierra, que se encuentra rodeada por un disco de gas y polvo cósmico (los restos de la nube que dio origen a la estrella). Un espacio vacío divide el disco de polvo en dos partes, una interna y otra externa. Se cree que esta división ha sido moldeada por planetas gaseosos gigantes, de reciente formación, que van despejando sus órbitas a medida que rodean a la estrella.

El disco interior se extiende desde la estrella hasta el equivalente a la órbita de Saturno en el Sistema Solar, mientras que el disco externo comienza unas 14 veces más afuera. El disco exterior no rodea a la estrella de manera uniforme, más bien parece una herradura, lo que probablemente ha sido ocasionado por el efecto gravitacional de los planetas gigantes en órbita. De acuerdo con la teoría, los planetas gigantes crecen al tomar el gas del disco exterior, en corrientes que forman puentes a lo largo de la división en el disco.

“Los astrónomos han estado anticipando que estas corrientes efectivamente existen, pero esta es la primera vez que hemos sido capaces de verlas directamente", ha declarado Simon Casassus (Universidad de Chile) en un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO).

Casassus, director del presente estudio, ha añadido que “¡gracias al nuevo telescopio ALMA, hemos sido capaces de obtener observaciones directas, que serán un aporte a las teorías actuales que intentan explicar cómo se forman los planetas!”

Ver más allá de la luz

El astrónomo y su equipo utilizaron ALMA para observar el gas y el polvo cósmico alrededor de la estrella, obteniendo mayores detalles, y para alcanzar una perspectiva más cercana del astro, mucho más de lo que se había podido captar con telescopios anteriores.

Las observaciones de ALMA, en longitudes de onda submilimétricas, no se ven afectadas por la luz de la estrella, que sí afecta a los telescopios infrarrojos o de luz visible. El vacío de material en el disco de polvo ya se conocía, pero ellos también descubrieron restos de gas disperso en este espacio, además de dos corrientes de gas más densas que circulaban desde el disco exterior, a través del espacio divisorio, hacia el disco interior.

“Creemos que hay un planeta gigante oculto dentro, causando cada una de estas corrientes. Los planetas crecen a medida que capturan una parte del gas proveniente del disco exterior, pero ellos dejan escapar otra gran cantidad: el resto del gas lo rebasa y desemboca en el disco interior alrededor de la estrella”, dice Sebastián Pérez, un miembro del equipo, también de la Universidad de Chile.

Las observaciones dan respuesta a otro interrogante sobre el disco presente alrededor de la estrella HD 142527. Como la estrella central está todavía en formación, al tomar material del disco interno, este ya debiese haber sido devorado, si no fuese capaz de mantener de algún modo su mismo estado. El equipo descubrió que la velocidad a la cual el gas sobrante fluye hacia el disco interno, es la velocidad adecuada para mantenerlo totalmente recargado, y para alimentar a la estrella en desarrollo.

Otro descubrimiento importante es la detección de gas disperso en el espacio del disco. "Los astrónomos han estado buscando este gas por mucho tiempo, pero hasta ahora sólo teníamos evidencia indirecta del mismo. Ahora, con ALMA, podemos verlo directamente", explica Gerrit van der Plas, otro miembro del equipo de la Universidad de Chile.

ALMA determinará otras propiedades de los planetas

Este gas residual es una prueba más de que las corrientes son causadas por planetas gigantes, y no por objetos aún más grandes, como una estrella compañera. "Una segunda estrella habría eliminado cualquier elemento en este espacio, sin dejar ningún resíduo de gas. Al analizar la cantidad de gas residual, podemos determinar las masas de los objetos que lo toman", añade Pérez.

¿Qué sucede con los planetas? Casassus explica que, a pesar de que el equipo no los pudo detectar de manera directa, él no se sorprende. “Hemos buscado estos planetas con instrumentos infrarrojos de última generación instalados en otros telescopios. Sin embargo, creemos que estos planetas en formación aún se encuentran inmersos en lo profundo de las corrientes de gas, que son prácticamente opacas. Por lo tanto, pueden haber pocas posibilidades de captarlos directamente”.

Sin embargo, los astrónomos desean saber más acerca de estos supuestos planetas, analizando tanto las corrientes de gas como el gas que aún queda disperso.

El telescopio ALMA está todavía en construcción, y aún no ha alcanzado su máxima capacidad. Cuando esté completo, su visión será aún más aguda, y las nuevas observaciones de las corrientes podrían permitir que el equipo determine las propiedades de los planetas, incluyendo sus masas.

Referencia bibliográfica:

Simon Casassus, Gerrit van der Plas, Sebastian Perez M, William R. F. Dent, Ed Fomalont, Janis Hagelberg, Antonio Hales, Andrés Jordán, Dimitri Mawet, Francois Ménard, Al Wootten, David Wilner, A. Meredith Hughes, Matthias R. Schreiber, Julien H. Girard, Barbara Ercolano, Hector Canovas, Pablo E. Román, Vachail Salinas. Flows of gas through a protoplanetary gap. Nature, 2013; DOI:10.1038/nature11769.



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