Hasta el oleaje más suave es capaz de romper los frágiles embriones de coral. Y esto sucede porque, a diferencia del resto de animales multicelulares, no tienen a su alrededor ninguna capa protectora, “por eso les llamamos embriones desnudos”, explica a SINC el investigador Andrew Negri.
Negri y su colega Andrew Heyward se han sorprendido al descubrir que cuando las olas rompen los millones de embriones liberados por el coral, estos no mueren, sino que “cada fragmento genera una pequeña larva capaz de adherirse a una superficie sólida y metamorfosearse en un pólipo de coral”, cuenta Negri. Su hallazgo se publica en Science.
Los resultados de esta investigación, realizada en el Instituto de Ciencias Marinas de Australia, demuestran que este organismo, capaz de crear estructuras como la gran barrera de coral que se ve desde el espacio, tiene distintas estrategias de reproducción. Los autores especulan que esta variedad permite al coral adaptarse a las condiciones impredecibles del océano.
Negri y su colega Andrew Heyward se han sorprendido al descubrir que cuando las olas rompen los millones de embriones liberados por el coral, estos no mueren, sino que “cada fragmento genera una pequeña larva capaz de adherirse a una superficie sólida y metamorfosearse en un pólipo de coral”, cuenta Negri. Su hallazgo se publica en Science.
Los resultados de esta investigación, realizada en el Instituto de Ciencias Marinas de Australia, demuestran que este organismo, capaz de crear estructuras como la gran barrera de coral que se ve desde el espacio, tiene distintas estrategias de reproducción. Los autores especulan que esta variedad permite al coral adaptarse a las condiciones impredecibles del océano.