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El cerebro es una máquina imperfecta

La educación permite “cargar” programas en el cerebro que se ajusten a la ética social


Nuestra vida social es seguramente una caja de resonancia de nuestras disfunciones cerebrales. Cuando nos confrontamos con personas y situaciones de nuestro entorno, ¿por qué a veces juzgamos incorrectamente? ¿Por qué nos dejamos llevar por emociones? ¿Por qué nuestras reacciones son a veces inadecuadas, maliciosas o insensatas? Las imperfecciones de nuestra máquina cerebral afectan las relaciones en la familia, en el trabajo y en sociedad. Es importante reconocer y concienciarse de las causas últimas de muchos malentendidos y de muchos sufrimientos inútiles, aún entre personas psicológicamente “normales”. Por Blas Lara.


Blas Lara
06/10/2007

Interfaz cerebro-máquina de Hitachi.
Interfaz cerebro-máquina de Hitachi.
Cualquier interacción de la vida ordinaria entre la persona A y la persona B, puede ser descrita como una sucesión de intercambios de mensajes verbales y no verbales, que son secuencias de recepción de informaciones y de emisión de repuestas entre dos cerebros.

En última instancia, toda interacción binaria es una confrontación en sincronía entre dos cableados cerebrales diferentes, el de A versus el del B.

La máquina cerebral

Por sí solo, cada cerebro es una máquina praxeológica, es decir, un sistema de producción de respuestas a los estímulos que le vienen del mundo exterior.

Esquemáticamente, la máquina cerebral posee unas memorias (o redes) perceptuales que reciben y tratan las entradas de información, y otras memorias ejecutivas que gestionan las salidas o respuestas. Y entre ambas tienen lugar unos intensos procesamientos intermedios.

Aunque tenga cierto valor pedagógico, no sería riguroso imaginar al cerebro como un conjunto de procesadores en serie en una línea de fabricación. En realidad su “modus operandi” es el de un procesamiento gradual con bucles, como una orquesta que elabora iterativa, progresiva y conjuntamente los temas melódicos, privilegiando por momentos conjuntos instrumentales particulares.

Disfunciones

La máquina cerebral no es tan perfecta como lo pretende la “doxa”, filosóficamente correcta. Y no solamente en casos patológicos sino en las personas aparentemente normales de la vida diaria. (Aunque en algunas ocasiones ciertas disfunciones sean atribuibles a lesiones ocultas pero menores de tal o tal región del cerebro).

Siguen algunas de las disfunciones frecuentes agrupadas por funcionalidades.


I. Actividad de las memorias perceptuales

• Las señales que se refieren a un mismo “objeto” del mundo exterior son múltiples y emergen dispersas en la topología del cerebro. Provienen del cortex sensorial y de asociaciones de memorias preexistentes. Esos miles de señales tampoco aparecen en simultaneidad. Por eso es necesario que algo agregue e integre esa diversidad de señales “intencionalmente” asociadas a un mismo objeto.

• El proceso de reconocimiento de forma y de identificación del objeto no es meramente pasivo. Entran en juego memorias asociativas de experiencias pasadas que rellenan los “huecos” de una información entrante incompleta, además de proveer el marco de clasificación. El objeto será identificado mediante comparaciones ascendientes y descendientes a lo largo de redes neuronales jerarquizadas. Finalmente se producirá un “etiquetado” del objeto en las memorias semánticas.

Disfunciones

• La integración de las señales requiere sincronización de los ritmos al compás del metrónomo que es el cerebelo. Además las diferentes localizaciones cerebrales deben sintonizar sobre la misma frecuencia de 40Hz generada por el tálamo. Cuando la sincronización y la sintonización no son perfectas por insuficiencias eléctricas o de neurotransmisores, aparecen disfunciones tales como la hiperactividad o el déficit de atención.

• El cerebro representa mal las situaciones. Percibimos al Otro como quizás no es. Las percepciones del mundo son incompletas. Por eso las memorias asociativas y declarativas preexistentes tienen que colmar los « agujeros » en lo “dado” (das Gegebene) y proveer el marco global interpretativo. Resultado indeseable: esas añadiduras activas del cerebro deforman a veces la imagen « objetiva » del objeto.

• Errores de identificación. Sobrevienen porque los procesos en bucle de reconocimiento de formas y de identificación son interrumpidos prematuramente, unas veces para economizar energía, otras por la urgencia del tiempo.

Así fabricamos etiquetas interpretativas erróneas de manera expeditiva. Un ejemplo entre miles: los prejuicios relativos al estatuto social, profesión, clase social, raza o sexo del Otro. Es más rápido y económico servirse de estos estereotipos culturales que son abstracciones almacenadas en el neocortex como etiquetas simplificadoras.


II. Procesamientos intermedios

Tienen lugar en dos instancias la límbica y la cortical. Aunque, repetimos, funcionan en bucle.
La amígdala y el cortex orbitofrontal acoplan las entradas sensoriales a redes informativas sobre estados emocionales y somáticos.

Instancia límbica

• Los estímulos sensoriales, inductores primarios, producen placer o aversión en zonas específicas de la amígdala. Sobrevienen reacciones motoras, autónomas y endocrinas que son las expresiones emocionales que hacen que el “yo” se implique bajo la forma de conciencia corporal.

• La situación planteada puede dar lugar a la acción- respuesta - o a la inhibición.
Instancia cortical

• Antes desencadenar la respuesta, paralelamente con los mecanismos límbicos, entran en cooperación las funciones de anticipación y de planificación del cortex prefrontal, ya que el cortex crea por asociación imágenes del futuro y es responsable de los comportamientos orientados hacia la consecución de finalidades.

Disfunciones

Las disfunciones se traducen en: a)lanzamientos inapropiados del programa de acción, b) bloqueos, inhibiciones.

La consecuencia visible del lanzamiento inapropiado es la producción de excesos verbales o acciones indeseables. Se trata de programas de acción incontrolados. Los filtros de la razón impedirían el lanzamiento de la acción a lo largo de la cadena constituida por los ganglios basales, cortex motor, cerebelo, etc.

Las perturbaciones emocionales que causan disfunciones tienen multitud de causas posibles. Por ejemplo:

• la asociación improcedente de la experiencia actual con una memoria ya vivida y “marcada” negativamente,

• el “recalentamiento” límbico,

• el estrés, la fatiga,

• la intolerancia de los efectos de la somatización de las emociones por la vía del sistema autónomo (simpático-parasimpático).

La incoherencia lógica de los razonamientos. Debida a ¿impregnación emocional, intereses personales? ¿A falta de inteligencia? ¿Qué es en neurociencias la falta inteligencia? ¿Baja conectividad sináptica, falta de sensibilidad,…?


III. Memorias ejecutivas

Las memorias ejecutivas, si non bloqueadas, concurren al “disparo” de la acción.

• Los estados emocionales pueden ser inhibidos de una de dos maneras: 1) A la raíz, por una cooperación límbico amigdalina preconsciente, para conseguir volver al estado de homeostasis emocional y biológica. 2) Al nivel consciente, el neocortex junto con la región baso lateral amigdalina inhiben los “incendios” emocionales.

• La activación de las redes cognitivas y emocionales se prosigue en bucle constante hasta que es interrumpida por el disparo – firing –de origen límbico y/o basoganglial, bajo control neocortical más o menos presente. De ahí se sigue la respuesta o acción.

Disfunciones en la producción de respuestas

Los programas de acción provienen del sistema límbico y / o del neocortex. En caso de programas competidores, habrá disfunción cuando prevalezcan indebidamente la razón o el sentimiento. Pero, decimos indebidamente, ¿con relación a qué estándar? Estamos bordeando la ética y no es tarea científica entrar en ese terreno.

Sin embargo creo que se puede convenir generalmente en llamar disfunciones de comportamiento a los casos siguientes:

• Prevalencia del límbico en comportamientos paradójicos bien estudiados por los economistas. El miedo al riesgo o la ambición excesiva nos desvían de la decisión racional a pesar de que la esperanza matemática de ganancia o utilidad sea claramente adversa. De ello sacan partido los Seguros (miedo), y las instituciones de juegos de azar (ambición). La aversión al riesgo y el gusto excesivo por el riesgo conducen a errores flagrantes de la estimación de probabilidades no solamente en el área económica sino en muchas áreas del comportamiento.

• Parálisis de la decisión por exceso de información o por déficit de combustibles bioquímicos del “motor” límbico. (Lo que corresponde a la expresión popular de falta de “testosterona”).

• Hiperracionalización inhumana: el síndrome del terrorista suicida. La capacidad crítica del cerebro es mucho más baja de lo que el racionalismo filosófico admite. Hay quien llega a suicidarse- y lo que es peor (?) a matar a otros - por una “creencia” religiosa o política. (Los imperativos éticos y religiosos responden a cableados en las memorias declarativas). ¿Cómo explicar científicamente el acto del terrorista suicida en cuyo cerebro hay conflicto entre evitar el acto por miedo, límbico, y actuar según el programa cultural concurrente, neocortical? En casos menos extremos de la vida ordinaria se plantean conflictos similares entre programas de respuesta concurrentes.

• Comportamientos irracionales. Prevalecen los programas que satisfacen los impulsos hedonistas de recompensa inmediata, como es la producción adicional de un neurotransmisor, por encima del análisis neocortical cuya función es imaginar y evaluar el futuro. Caso de la droga.

• El decisor perplejo. No hay programa en las memorias ejecutivas disponible para responder a los estímulos y que haya sido evaluado como deseable o adecuado por el complejo límbico-neocortical. En ese caso, predomina un estado de indecisión y hasta de miedo al riesgo que impide a los ganglios basales enviar mensajes al lóbulo frontal y hace posible la difusión de emociones vagas y confusas y los comportamientos incoherentes.

Unas ideas para concluir

1) Los errores de funcionamiento del cerebro normal ocasionan diariamente malentendidos y conflictos. Moralmente, no siempre son enteramente imputables al sujeto, puesto que corresponden a las limitaciones de nuestro cerebro o a lesiones menores. Otras veces las causas hay que buscarlas en programas que nuestra biografía ha almacenado en nuestras memorias, condicionando percepciones, emociones y comportamientos. En suma, motivos para la comprensión y la tolerancia.

2) Es más preocupante que esas disfunciones cerebrales afecten a los gobernantes. Algo que queda de manifiesto a través del análisis lógico de su estructura de discurso y de su comunicación no verbal, que hoy nos es dado realizar delante del televisor.

3) La adquisición de una amplia panoplia de respuestas para compensar en parte las deficiencias de nuestra máquina imperfecta, debiera ser uno de los objetivos mayores de los proyectos educativos. La educación permite “cargar” programas en el cerebro que se ajusten a la lógica de las situaciones y a la ética social requeridas en las interacciones futuras.



Blas Lara es Catedrático emérito de la Universidad de Lausanne en Suiza y Editor del Blog Negociación de Tendencias21.



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Tags : cerebro




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1.Publicado por Sánchez el 06/10/2007 21:52
Más que una máquina imperfecta, el cerebro es una máquina en evolución, estamos evolucionando aún y sobre todo por las exigencias modernas de nuestra civilización. Habría que preguntarse si las referencias de "perfección" son válidas para el cerebro humano.

2.Publicado por luigi donato el 07/10/2007 01:02
Interesante articulo que me recuerdauna escena de la película "Expreso de Oriente", donde el protagonista destaca viendo a enfermos mentales en una carcel "somos máquinas imperfectas"
Y creo que así es no solo nuestro cerebro.

Agregaría que si somos autoperfectibles, y esto es grandioso de alli lo valioso de lo comentado.-

Y recuerden:las personas significativas hablan de ideas, en tanto que las promedio de cosas y las iinsignificantes de personas.-

Saludos -gracias por el comentario.-ciencia cosmo.-

3.Publicado por Sánchez el 07/10/2007 21:38
La cuestión es el enfoque. Si no usamos un enfoque biológico y dinámico, usando uno netamente lógico-cognitivo, por supuesto que el cerebro humano es sumamente imperfecto. El cerebro,fundamentalmente, no es líneal ni secuencial, si lo fuera, sería entonces "perfecto", pero esa perfección anularía la variabilidad semántica y significativa de las palabras. La poesía no existiría porque sería "irrelevante y sin sentido real" y la creatividad estaría reducida a la simple gama de posibles combinaciones útiles de distintos elementos. Si usáramos un enfoque lógico-cognitivo, el cerebro de un gato es perfecto, ya que cumple perfectamente con la función para la que ha evolucionado: Hacer que el gato actúe como un felino en todas las circunstancias posibles.

Por suerte, ese no es el caso de un ser humano. Justamente, lo que se enfoca como "imperfección" es lo que nos permite tener cierta capacidad de arbitrariedad y libertad en nuestros actos y conductas. Nuestra capacidad de equivocarnos es la fuente de nuestra capacidad de crear, más allá del horizonte lógico-cognitivo. El problema no es nuestra libertad, sino lo que hacemos con ella.

4.Publicado por Gonzalez el 10/10/2007 15:54
Entre líneas, en este artículo de Blas Lara (que rezuma, por donde se lo mire, las secretas incógnitas del cerebro humano y la sabiduría alcanzada sobre el tema por el citado autor y por la cual, con sinceridad, lo felicito), se nos muestra claramente la concurrencia en este órgano de los dos aspectos UNITARIA y electromagnéticamente contrarios-complementarios que subyacen tras la “alta gerencia” que los dos hemisferios cerebrales ejercen sobre la actividad electro-magnético-químico-nerviosa y cognitiva del HOMBRE, a saber:

A) El UNITARIO proceso magnético, contrario-complementario respecto al proceso descrito en B), polarmente continuo-simétrico denominado bosón, responsable de un conocimiento igualmente continuo-simétrico y por ello LIMBICO es decir: IRRACIONAL-inmediato (y por ello atemporal)-objetivo-directo-intuitivo-afásico-emotivo-artístico.

B) El proceso eléctrico y UNITARIAMENTE contrario-complementario respecto al proceso descrito en A). Este proceso es debido al polarmente discontinuo-asimétrico par mutuamente especular: fermión-antifermión y es el responsable de un conocimiento también discontinuo-asimétrico y por ello RACIONAL, es decir: mediato (y por ello temporal)-subjetivo-indirecto-lingüístico, y

C) La UNIDAD que TOTALIZA a ambos procedimientos eléctrico-y-magnético, que genera y soporta al campo bio-electromagnético propio del HOMBRE, campo en el cual los mutuos y relativos movimientos espacio-temporales entre la continuidad-simetría de las dos bosónicas polaridades magnéticas, y/o la discontinuidad-asimetría entre las dos “cargas” de los fermiónicos-antifermiónicos polos eléctricos, auto-inducen la vida y la consciencia, en el seno de un UNITARIO campo bio-electromagnético así concebido.

En lo que sigue, procederé de una manera para nada “ortodoxa” respecto al tradicional método de comentar, con notas de pié de página, las afines ideas con otro autor. Se trata más bien de intercalar, entre paréntesis, mis comentarios respecto a algunos importantes apartes de este “cerebral” artículo de Blas Lara. Con ello y con la tácita venia de su autor - a quien pido anticipadas disculpas si tal procedimiento lo incomoda - espero obtener la mejor comprensión de la idea global que trato de transmitirle a usted, amable lector.

Comienzo con este primer parágrafo:

“...Prevalencia del LIMBICO (es decir: prevalencia de un conocimiento IRRACIONAL, objetivo-directo-intuitivo-afásico-emotivo-artístico) en comportamientos paradójicos bien estudiados por los economistas. El miedo al riesgo o la ambición excesiva nos desvían de la DECISION RACIONAL (vale decir: nos desvían del conocimiento racional-subjetivo-indirecto-lingüístico) a pesar de que la esperanza matemática (que es un MUY RACIONAL y CASI preciso lenguaje) de ganancia o utilidad sea claramente adversa...”.

Prosigo con este segundo texto:

“....¿Cómo explicar científicamente el acto del terrorista suicida en cuyo cerebro hay conflicto entre evitar el acto por miedo, LIMBICO (es decir: entre ejecutar un acto IRRACIONAL, objetivo-directo-intuitivo-afásico-emotivo-artístico) y actuar según el programa cultural concurrente, NEOCORTICAL, (vale decir: actuar de una manera RACIONAL-subjetiva- indirecta- lingüística, características las cuales, por su propia naturaleza son: anti-objetivas, indirectas, anti-intuitivas, discursivas, anti-emotivas y artísticamente “frías”)?...”

Y Blas Lara, muy gráficamente cierra estos mis “comentarios dentro de otros comentarios”, cuando nos describe el patológico caso de la persona que se ve impulsada a actuar “entre aguas”, toda vez que: “....no responde a los estímulos de lo que haya sido evaluado como deseable o adecuado por el complejo límbico-neocortical...”:

“....El decisor perplejo. No hay programa en las memorias ejecutivas disponible para responder a los estímulos y que haya sido evaluado como deseable o adecuado por el complejo límbico-neocortical. En ese caso, predomina un estado de indecisión y hasta de miedo al riesgo que impide a los ganglios basales enviar mensajes al lóbulo frontal y hace posible la difusión de emociones vagas y confusas y los comportamientos incoherentes....”.

A este respecto puedo afirmar, que en la UNIDAD que TOTALIZA a nuestro campo bio-electromagnético (UNIDAD que como última etapa de nuestro proceso evolutivo debemos, todos y cada uno de nosotros, consciente y libremente consumar), este problema ni existe, ni puede existir, toda vez que la intemporal inmediatez propia de la continuidad-simetría del IRRACIONAL conocimiento bosónico, se da, existe, pero en función de su ontológica contraparte: la de la temporal mediatez propia de la discontinuidad-asimetría del muy RACIONAL conocimiento fermiónico-antifermiónico. Y como la UNIDAD del procedimiento es igualmente válida en sentido inverso, es decir, del RACIONAL conocimiento fermiónico-antifermiónico hacia el IRRACIONAL conocimiento bosónico, tal UNIDAD cerraría tan perfectamente sobre si mismo al Humano Conocer que no permitiría, en absoluto, la menor fisura físico-lógica-ontológica, al vital-consciente interior de nuestro personal campo bio-electromagnético, ya evolucionado totalmente y convertido por ello en un superconsciente SER.

5.Publicado por terrazas el 28/12/2007 01:55
busco la cacidad del cerebro al emitir ondas cerebrales y la sensibilidad de percibirle

6.Publicado por Carreno Rafael el 28/08/2008 06:30
El CEREBRO ?.
Escazamente quizas un 5% como humanoides medio entedenmos y medio conocemos que ,
tenemos un [ cerebro ],somos como Juan de la liendre,nada sabemos ni nada entendemos
pero nos atrevemos a hablar de Nanotegnologia, y Cauntico y miles de nombres redundantes
leyendo todos estos articulos me acorde de una caricatura que vi en un magazine,donde un
mono o primate tenia en su mano izquierda un globo del planeta tierra,y en con la derecha la tenia en actitud de estar pensando.
Con tantos Dogmatismos y Fanatismos etc etc,nos creemos capacitados a criticar alo creado por
DIos,si es que creemos en el claro,tenmos en el cerbro 12 SENTIDOS,y solos nos funcionan 5 de ellos,y estan mas atrofiados y manipulados que ya el ser humano mantiene su vida en el
LABERINTO HUMANO y hay terminaremos,quizas la proxima raza logre algo diferente.
hasta pronto mis Homossapiens!!!.
surame...

7.Publicado por Guille el 31/08/2008 17:37
El cerebro no es una máquina. Puede ser representado o concebido como una maquina. Las máquinas son creadas por los hombres, y son puramente funcionales, pasivas e incapaces de crear, emocionarse y realizar abstracciones, como sí lo puede hacer un cerebro.

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