Tendencias 21
   




Los fotones se comportan como onda o partícula según el observador

Incluso cuando la pretensión del observador se retrasa al máximo y se ejerce de forma aleatoria


Físicos franceses han realizado con éxito un experimento propuesto por John Wheeler en 1978 y comprobado que el fotón se manifiesta como una onda cuando se ha decidido observar un comportamiento ondulatorio y que se comporta como una partícula cuando se ha decidido observar un comportamiento corpuscular, incluso cuando la pretensión del observador se retrasa al máximo y se ejerce de forma aleatoria. El experimento acentúa la controversia sobre la influencia del observador o medidor en la mecánica cuántica, ya que si alguna fuente concebible estaba informando secretamente al fotón, debió mandarle un mensaje que viajaba más rápido que la velocidad de la luz, algo físicamente inconcebible desde la perspectiva de la teoría de la relatividad, según el director de esta investigación. Por Yaiza Martínez.


23/02/2007

Esquema del experimento. CNRS.
Esquema del experimento. CNRS.
Científicos del Laboratorio de Protónica Cuántica y Molecular (del CNRS francés y la Ecole Normal Supérieure de Cachan), han determinado en qué momento un fotón “elige” comportarse como una onda o como una partícula, y que esta elección responde al propósito del observador incluso cuando la pretensión del observador se retrasa al máximo y se ejerce de forma aleatoria.

El célebre experimento de la doble ranura de Thomas Young, aplicado a los fotones, puso de relieve la misteriosa influencia de un observador en la mecánica cuántica. En el experimento, fotones individuales son lanzados hacia una pantalla distante, parcialmente obstruida a medio camino por una pared que contiene dos ranuras.

La experiencia demostró que, si no se comprueba por cual de las ranuras pasa un fotón, éste parece interferir consigo mismo, lo que sugiere que se comporta como una onda, viajando a través de ambas ranuras como si fueran una sola.

Nueva versión

Pero, si se controlan las ranuras cuidadosamente, dicha interferencia desaparece, y cada fotón viaja a través de una sola ranura, como una partícula. Por tanto, ¿pueden elegir los fotones cómo comportarse en función de las mediciones?

En el año 1978, el físico John Wheeler señaló que un fotón podría de algún modo conocer por adelantado el tipo de observación al que sería “sometido”, y cambiar su comportamiento a onda o partícula en concordancia.

Para probar esta posibilidad, Wheeler pensó entonces en un experimento en el cual la decisión del modo de observación de los fotones se tomara sólo después de que éstos ya hubieran sido emitidos.

Ahora, según informa el CNRS en un comunicado, una investigación dirigida por Jean-François Roch y François Treussart, en colaboración con Philippe Grangier, ha logrado por vez primera realizar fielmente el experimento propuesto por Wheeler. Los autores explican su experimento en la revista Science.

El equipo sustituyó las dos ranuras de los aparatos de Young por dos vías en un interferómetro o instrumento que bifurca los rayos de luz para producir luego interferencias y medir así la distancia a los astros, longitudes de onda, etc. Estas vías conducían directamente a dos detectores distintos, permitiendo que se observara claramente el camino que cada fotón tomaba.

Por otro lado, los físicos también diseñaron un sistema automático que, de manera aleatoria, insertaba un bifurcador de emisiones en el último momento. Cuando este bifurcador estaba en su sitio, resultaba imposible para un observador saber qué camino había escogido el fotón y cuál no.

No más rápida que la luz

El experimento se realizó de la siguiente manera: se emitieron impulsos de fotones únicos uno por uno en un interferómetro. Cuando los fotones pasaban el primer espejo semi-reflectante (BS1), “elegían”, con idéntica probabilidad, entre dos vías de 48 metros de longitud y que continuaban hasta llegar hasta dos detectores distintos.

Justo antes de estos detectores, un segundo espejo semi-reflectante (BS2) se insertaba o retiraba de manera aleatoria a través de un sistema sincronizado con el emisor de fotones. Cuando este espejo sí estaba, los fotones podían alcanzar uno u otro detector, lo que detenía la determinación de su recorrido. Cuando este espejo no estaba colocado, los detectores permitían determinar u observar el camino seguido por el fotón.

La experiencia demostró que, sin el bifurcador de emisiones, el fotón tomaba un camino u otro, es decir, se comportaba como una partícula. Pero con el bifurcador incorporado, los detectores registraban interferencias, como si el fotón se estuviera comportando como onda, yendo por ambas vías simultáneamente.

El observador decide

Al contrario que en otros experimentos anteriores de dos ranuras, por tanto, este sistema toma la decisión de vigilar al fotón sólo después de que éste haya tomado un camino, el otro, o ambos a la vez.

Lo que quedó de manifiesto con este experimento es que el fotón se manifiesta como una onda cuando se ha decidido observar un comportamiento ondulatorio y que se comporta como una partícula cuando se ha decidido observar un comportamiento corpuscular.

El experimento retrasó al máximo posible la elección de la experiencia que vivirá el fotón, esperando que esté dentro del aparato de medida, en este caso un interferómetro de una longitud de 50 metros. Una vez dentro de este aparato, los investigadores eligieron de forma aleatoria la medida que iba a ser efectuada, pero el fotón aparentemente se comportaba como si ya lo supiera.

Por consiguiente, si alguna fuente concebible estaba informando secretamente al fotón, debió mandarle un mensaje que viajaba más rápido que la velocidad de la luz, algo físicamente inconcebible desde la perspectiva de la teoría de la relatividad.

Según Roch, esta restricción asegura que el fotón no “sabe” qué va a encontrarse al final del interferómetro cuando entra en él, lo que acentúa la tensión entre la mecánica cuántica y la relatividad.



Artículo leído 119980 veces





Comente este artículo

1.Publicado por Gonzalez el 24/02/2007 19:44
Resume así Yaiza Martínez, muy sintéticamente, la idea principal de este, su artículo: “Físicos franceses han realizado con éxito un experimento propuesto por John Wheeler en 1978 y comprobado que el fotón se manifiesta como una onda cuando se ha decidido observar un comportamiento ondulatorio y que se comporta como una partícula cuando se ha decidido observar un comportamiento corpuscular, incluso cuando la pretensión del observador se retrasa al máximo y se ejerce de forma aleatoria. El experimento acentúa la controversia sobre la influencia del observador o medidor en la mecánica cuántica, ya que si alguna fuente concebible estaba informando secretamente al fotón, debió mandarle un mensaje que viajaba más rápido que la velocidad de la luz, algo físicamente inconcebible desde la perspectiva de la teoría de la relatividad, según el director de esta investigación”. Hasta el resumen del artículo de Yaiza Martínez.

Sintetizando más todavía la idea que se encuentra tras el anterior parágrafo, podríamos simplemente afirmar que lo que pone de presente el experimento de Thomas Young es la auto-suficiente facultad de la luz de demostrar UNITARIA auto-referencia, es decir su aptitud de auto-conciencia y ello sin, en absoluto, tener la necesidad de depender de un “observador” externo a ella para que ejecute acciones tales como las de tapar y/o destapar, es decir, de “medir” las ranuras en el experimento de Young, o con “astucia”, retardar la toma de decisión para hacerlo.

Esta auto-conciencia - que automáticamente excluye la necesidad de un “observador” externo - se encuentra claramente demostrada por las recíprocas relaciones UNITARIAMENTE inversas (o lo que es lo mismo: relaciones no-lineales)* entre el número 2 (único número primo que es par) y el también primo pero impar, número 5:

A) 1/2= 0.5 o lo que es lo mismo: 1/2 = 5/10: y aquí hemos multiplicado por 5/5 a 1/2
B) 1/5= 0.2 o lo que es lo mismo: 1/5 = 2/10: y aquí hemos multiplicado por 2/2 a 1/5

Las igualdades: 1/2=5/10 y 1/2=5/10 son en verdad, razones-proporciones que se resuelven en la UNIDAD y debido a ello, en la práctica, tornan indiscernibles a las funciones que individualmente cumplen el 2 y el 5 “observándose”, "midiendose" a si mismos en un acto auto-consciente, toda vez que se desempeñan indistintamente cuando instantáneamente se conmutan, bien como el subjetivo lenguaje propio de los denominadores o bien como el muy objetivo, directo y concreto accionar de los numeradores-cocientes, como muy claramente se observa en las operaciones que siguen:

A) 1/2 = 5/10-----: (2×5) / (1×10) = 10/10 = 1 (El 2 es denominador y el 5 numerador)
B) 1/5 = 2/10-----: (5×2) / (1×10) = 10/10 = 1 (El 5 es denominador y el 2 numerador)

No olvide el lector que, de acuerdo a mi propuesta** para entender(nos) a nosotros mismos en tanto que seres conscientes, es la operación 1/2= 0.5 la que define las discontinuo-asimétricas: física, lógica y ontología del especular fermión y que es la “otra” mitad de la UNIDAD 1/2= 0.5, la que igualmente define a la física, a la lógica y a la ontología del también discontinuo-asimétrico y especular antifermión. Como contraparte, las también UNITARIAS y continuo-simétricas propiedades del bosón, están representadas por la operación contraria: 2/1= 2= bosón.

En la página*** : “Onde ou particule? Une décision prise à la dernière nanoseconde”, publicada en Paris, en febrero 16 de 2007, se comenta: “Detalles de este experimento expuestos en la revista Science del 16 de febrero, se traducen en un elemento clave para la información cuántica: el concepto de no-localidad cuántica, concepto de repercusiones fundamentales cuando de establecer teóricamente la seguridad de los protocolos de la criptografía cuántica se trata”. Pues bien, la no-localidad, analizada desde el punto de vista de la continuidad y simetría propia del bosón, no es otra cosa que precisamente el imperio de una continuidad y una simetría de tal condición, que impiden establecer diferencias espaciales y/o temporales entre sectores de los campos estudiados, como sí sucede en el especifico caso de los pares mutuamente especulares: fermión-antifermión. Esta continuidad-simetría del bosón puede extenderse espacialmente con valores arbitrariamente grandes, sin afectar para nada sus naturales y definidas condiciones internas.

……………………………………

* Ver páginas 5 y 6 en:
www.upcomillas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/documentos/CORNELIOdic06.pdf

** Propuesta desplegada a lo largo de varios meses en los comentarios a diversos artículos que a bien ha tenido publicarme Tendencias 21.

*** http://www2.cnrs.fr/breves/41.htm, Onde ou particule ? Une décision prise à la dernière nanoseconde. Paris, febrero 16 2007.

2.Publicado por pazos el 26/02/2007 04:22
y no sera que la luz es particula y onda al mismo tiempo siempre y lo unico que hace el observador es "observar" solo un estado posible, por la imposibilidad de "ver" los dos al mismo tiempo?

3.Publicado por Gonzalez el 26/02/2007 17:07
La pregunta de Pazos - y gracias por tu intervención -, lleva implícita la explicación del por qué, a velocidades sub-lumínicas, es necesaria la aplicación de la incertidumbre de Heisenberg: es imposible determinar simultáneamente tanto la continuo-simétrica condición ondulatoria del bosón, como la discontinuo-asimétrica índole corpuscular - es decir, su condición de partícula(s) - del par especular: fermión-antifermión. Sin embargo, cuando la velocidad de la luz C, alcanza el 0.999999…(infinito) de la UNIDAD, es decir cuando las einstenianas energia y masa se hacen equivalentes según la operación: energia/masa= 0.999999…(infinito) de C= 1, los aspectos másico-corpusculares y energético-ondulatorios no solo se adicionan para actuar el uno al lado del otro, sino que van más allá: se integran, por multiplicación, en la UNIDAD, de tal manera que, instantáneamente y en sentido(s) físico-lógico-ontológicos contrarios pero a la vez complementarios, la corpuscular discontinuidad-asimetría propia del par especular: fermión-antifermión actúa y se desempeña en función de la continuidad-simetría del bosón, y/o a la inversa: la ondulatorio- energética continuidad y simetría del bosón actúa y se desempeña en función de la másico-corpuscular discontinuidad y asimetría del par especular: fermión-antifermión. Con otras palabras: la luz se “observa”, se “mide”, en si misma, por si misma y para si misma, sin necesidad de “observadores” externos a ella que la “midan” y muchísimo menos, que la justifiquen física, lógica y ontológicamente. Y son precisamente estas las condiciones que se cumplen, cuando en mi primer comentario expliqué que (me he permitido, para su mejor comprensión, pequeñas adiciones al texto original):

Esta auto-conciencia - que automáticamente excluye la necesidad de un “observador” externo - se encuentra claramente demostrada por las recíprocas relaciones UNITARIAMENTE inversas (o lo que es lo mismo: relaciones no-lineales)* entre el número 2 (único número primo que es par) o bosón, y el también primo pero impar, número 5, o par especular: fermión-antifermión:

A) 1/2= 0.5 o lo que es lo mismo: 1/2 = 5/10: y aquí hemos multiplicado por 5/5 a 1/2
B) 1/5= 0.2 o lo que es lo mismo: 1/5 = 2/10: y aquí hemos multiplicado por 2/2 a 1/5

Las igualdades: 1/2=5/10 y 1/2=5/10 son en verdad, razones-proporciones que se resuelven en la UNIDAD y debido a ello, en la práctica, tornan indiscernibles a las funciones que individualmente cumplen el 2 (bosón) y el 5 (par especular: fermión-antifermión) “observándose”, "midiéndose", entre si y a si mismos, en un acto soberano y auto-consciente, toda vez que indistintamente desempeñan sus funciones, cuando instantáneamente se conmutan, bien como el subjetivo lenguaje propio de los denominadores o bien como el muy objetivo, directo y concreto accionar de los numeradores-cocientes, como muy claramente se observa en las operaciones que siguen:

A) 1/2 = 5/10-----: (2×5) / (1×10) = 10/10 = 1 (El 2 es denominador y el 5 numerador)
B) 1/5 = 2/10-----: (5×2) / (1×10) = 10/10 = 1 (El 5 es denominador y el 2 numerador)
…………………………………………………….
* Ver páginas 5 y 6 en:
www.upcomillas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/documentos/CORNELIOdic06.pdf

4.Publicado por Álvarez Silva el 27/02/2007 19:50
El fotón (todas las partículas) "va" en todo "momento en forma dual "onda-corpúsculo". Cuando existe una medición (suceso o acontecimiento) la probabilidad (que es simepre onda) se "decanta" en corpúsculo. ¡Ahí está todo el misterio!. No hay ninguna paradoja, es más, el "ver" esta paradoja significa que no "entendemos" realmente el significado de esa dualidad "onda-corpúsculo". El fotón no "va" por una u otra vía: ¡va siempre por las dos, por todas las trayectorias posibles que nos da la función de ondas! El que al "final" uno de los detectores "parezca indicar" uno de los trayectos por el que habría "pasado" el fotón, es una apreciación errónea: ¡No se ha entendido la dualidad onda-corpúsculo! El fotón sigue "habiendo pasado" por las "dos" trayectorias. Una vez más hay que recordar que sólo son "reales" las mediciones, los acontecimientos, los sucesos; las trayectorias (sólamente teóricas, si no hay ningún suceso o acontecimiento, es decir, medición, por el camino) sólamente pueden "definirse" como ondas de probabilidad y por tanto están sometidad a interferencias, no como la trayectoria de un móvil (o corpúsculo) que, precisamente, tradicionalmente ha sido definida en cada punto por un suceso (un tiempo y un espacio en un sistema de coordenadas). La "indefinición" de la onda (probabilidad) hace que la supuesta trayectoria recorrida por el fotón no lo es tal: ¡no puede hablarse nunca, por consiguiente, de trayectorias físicas, sino de ondas de probabilidad!
Como el mundo es "cuántico" en su totalidad, las trayectorias no existen; lo que ocurre es que la superposición de estados y materia "macroscópicamente" apuntan a una ficticia trayectoria que por su tremnda probabilidad (cercana a la certeza, uno) se extrapola como "certeza", o sea, como una "realidad física inmutable" que es lo que "mide" la física relativista. Hay, pues, un error de fondo en la relatividad al asumir sistemas de coordenadas con unas "bien definidas" trayectorias (o si queremos, "intervalos de universo" o geodésicas), y su caracterización de los puntos de su espaciotiempo perfectamente "determinados". Esta especulación sería cierta sólo y únicamente para los sucesos-acontecimientos o "puntos medibles" (la realidad física). Hay, mejor, "existen" por contra una cantidad infinita de "trayectorias posibles" u ondas de probabilidad que unen entre sí todos esos "puntos medibles" (reales) de la relatividad. De todo esto pueden establecerse las siguientes conclusiones.
1) La "malla del universo" es estrictamente cuántica, y el estudio de dicho universo debe basarse, mejor, estudiarse, primaria y básicamente desde la física cuántica (y nunca al revés, como suponía el mismísimo Einstein): ¡No todo es el espaciotiempo, como sugiere la relatividad, ni está comprendido dentro de él!
2) El espaciotiempo relativista es una "imagen" de lo "real", el mundo de los acontecimientos (la medida), pero el universo "total" es la suma del "existente" más el "real".
3) Las implicaciones filosóficas de los dos puntos anteriores son enormes (¿Habría que reivindicar tal vez algo parecido al mundo de las ideas de Platón?), e incidiría profundamente en cosmología, psicología y en el llamado "mundo de las cualidades".

La mecánica ondulatoria ha de ser la base inicial de todo lo que existe; su cuantificación es el segundo paso que debe conducir, tras una "extrapolación" macroscópica, a la relatividad general. pero esto supone que la relatividad general no es una teoría última, sino una aproximación en el campo macroscópico de la "verdadera teoría". Hay que encontar esta "verdadera teoría" (¿unificada?) que desde los presupuestoa cuánticos, su "extrapolación macroscópica" (o "real") sea la relatividad general. La fase inicial del "Big Bang" sería el dominio claro de esta "verdadera teoría", en el que las singularidades (relativistas), no serían tales, sino que serían reueltas mediante consideraciones en principio cuánticas.

El error en cuanto a la "prioridad" de la relatividad sobre la cuántica, consiste en suponer que como "todo" tiene que estar enmarcado en el tiempo y el espacio (primera suposición "incierta"); primero hay que definir ese "marco" que son "las coordenadas", los intervalos de universo y "geodésicas", y después incluir en ellas los "presupuestos cuánticos".
Pero, sobre todo en los orígenes del universo, la cuestión es muy otra, pues en ese "Big Bang" se "crea" tanto el espaciotiempo como la masaenergía, es decir, el universo "material" que conocemos, con su "historia" (real-medible). así que, cuando no existía ni espaciotiempo ni masaenergía, la relatividad "deja de tener validez", y hay que acudir a otro panorama en el que "no existan tales", sino los "principios cuánticos" que rigen "en cualquier ámbito", por supuesto "previo" o pre-existente" al relativista.
Las leyes de la causalidad son unas leyes "históricas" en que "todo" tiene "algo" atrás y "algo" delante de forma secuencial, y que "ordenan" de esta forma los sucesos-acontecimientos (medidas), pero "tal ordenación" deja de tener validez en el mundo cuántico, así que los "efectos" podrían ser "anteriores" a las causas y otras circunstancias que parecen "contradecir" a "nuestro sentido común", pero el sentido común "nace" de la observación cotidiana, y las circunstancias a que nos referimos son por definición "inobservables" (no medibles).
Es hora, pues, que nos "afanemos" en desechar la citada "prioridad" de la relatividad sobre la cuántica; veremos como de inmediato ello supone un considerable adelanto sobre el conocimiento de nuestros orígenes y lo que en verdad somos, no sólo cuantitativamente sino cualitativamente. Y no vale aquello de que todo provino del "vacío cuántico"; en todo cso sería de los vacíos cuánticos, pues cada teoría tiene el suyo. Si queremos verdaderamente avanzar en ese sentido y aclarar la "neblina" que significa acudir continuamente al vacío cuántico, debemos estudiar a fondo lo que "significa" la teoría cuántica, entenderla en su totalidad, y no sólo "aplicarla" sin ir más allá en ese entendimiento profundo.

Recomiendo que se plantee la teoría cuántica sin hacer "suposiciones" sobre dónde se enmarca, se decir, sin definir primariamente el "sistema espaciotemporal" en el que se asienta. A
continuación, al queres comprobar los "desarrollos" de la teoría, es decir, al intentar buscar "pruebas", tendremos ya que "efectuar medidas", y habrá que buscar "el marco", el "sistema de coordenadas" en el que queda definido cada acontecimiento-suceso, que es lo que es en sí el "hecho medible". Y tal procedimiento o método de trabajo debe ser siempre seguido y no al contrario, como en la generalidad de casos ha sucedido hasta el presente.
En aplicación de esto, las teorías cosmológicas no deben ser construidas desde la omnipresente ecuación de la relatividad general de Einstein, sino que hay que basarse inicialmente en plantemientos cuánticos, a los que con posterioridad, y para magnitudes macroscópicas se aplicarán las ecuaciones einstenianas.

5.Publicado por C.R. el 28/02/2007 11:18
completamente de acuerdo con Alvarez Silva

6.Publicado por Gonzalez el 28/02/2007 20:38
Aunque la verdad es que son muchos, muy variados e importantes, los temas que Álvarez Silva toca en su intervención, comentarlos, así sea someramente, exigiría todo un académico tratado, por lo que quiero en especial ocuparme del parágrafo en el cual se refiere a la capital importancia de la Teoría Cuántica y su preponderancia sobre la Teoría de la Relatividad, y ello al punto de que, en última instancia, es la Teoría Cuántica la que debe englobar a la Teoría de la Relatividad y no al revés: “…La mecánica ondulatoria ha de ser la base inicial de todo lo que existe; su cuantificación es el segundo paso que debe conducir, tras una "extrapolación" macroscópica, a la relatividad general. Pero esto supone que la relatividad general no es una teoría última, sino una aproximación en el campo macroscópico de la "verdadera teoría". Hay que encontrar esta "verdadera teoría" (¿unificada?) que desde los presupuestos cuánticos, su "extrapolación macroscópica" (o "real") sea la relatividad general. La fase inicial del "Big Bang" sería el dominio claro de esta "verdadera teoría", en el que las singularidades (relativistas), no serían tales, sino que serían resueltas mediante consideraciones en principio cuánticas…”. Hasta aquí Álvarez Silva.

Desde mi punto de vista, son especialmente precisas y lúcidas sus palabras respecto al primordial papel de “…la mecánica ondulatoria (la cual) ha de ser la base inicial de todo lo que existe; su cuantificación es el segundo paso que debe conducir, tras una "extrapolación" macroscópica, a la relatividad general…”. Son igualmente precisas, cuando afirma: “…hay que encontrar esta "verdadera teoría" (¿unificada?) que desde los presupuestos cuánticos, su "extrapolación macroscópica" (o "real") sea la relatividad general…” Dicho muy a mi manera y enfatizo sobre ello: es directamente en la cuantificación decimal 1, 2, 3, 4, 5, 6,7,… (infinito), intrínseca a la Naturaleza y por ende a su producto bandera: el HOMBRE, donde este último debe buscar la Información clave sobre Ella y por lo tanto, sobre Él mismo.

En este último sentido y para corroborar lo expresado por Álvarez Silva, es algo esencialmente cuantificado de manera decimal como lo son las tablas de multiplicar del 3 del 6 en tanto que TOTALIZADAS en la tabla de multiplicar del 9 *, lo que muy gráficamente nos muestra(n), (utilizado para ello un término muy propio de John A. Wheeler) a una estadístico-probabilista geometrodinámica, es decir, a una coordenación cartesiana compleja comprendida a la vez que limitada, entre 0 y/o 1. Esta natural geometrodinamica es propia de la física-lógica-ontológica oposición--complementación entre las cuántico-relativistas onda--partícula y en consecuencia, también propia de una geometrodinámica intrínseca al par fermión--bosón.

Fue precisamente esta co-relación, lo que llevó al físico Niels Bohr a establecer su Principio de Complementariedad entre la probabilista estadística del bosón en tanto que onda simétrica y continua y la probabilista estadística del fermión en tanto que partícula asimétrica y discontinua. El lema: Contraria sunt complementa, inscrito en su escudo de armas, encubre una no todavía reconocida TOTALIDAD que UNIFICA a la relación fermión-bosón y testifica de su convicción sobre el tema, surgida sin duda alguna, de sus profundas reflexiones al respecto. Por esto es muy importante que el lector conserve siempre en mente, que cuando se hable de bosón--(par especular: fermión-antifermión), estos tienen, de forma natural, un físico-lógico-ontológico y cuántico-relativista, carácter netamente estadístico-probabilista. De hecho, la en anteriores comentarios explicada no-lineal correlación entre el número 2 (bosón) y el número 5 (par especular: fermión-antifermión), está también limitada y comprendida estadístico-probabilísticamente, entre 0 y/o 1, según se observa en las siguientes cuantificadas secuencias:

A) Límite: 0= 0/2, 1/2, 2/2= 1= Límite= la UNIDAD que TOTALIZA a la secuencia, y

B) Límite: 0= 0/5, 1/5, 2/5, 3/5, 4/5, 5/5= 1= Límite= la UNIDAD que TOTALIZA a la secuencia.

Pienso que tras esta manera de enfocar el carácter esencialmente mecanocuántico de la Naturaleza y por ende del HOMBRE, se realiza el pensamiento de Álvarez Silva, cuando en el último parágrafo de su sesuda y aplomada intervención nos dice: “…en aplicación de esto, las teorías cosmológicas no deben ser construidas desde la omnipresente ecuación de la relatividad general de Einstein, sino que hay que basarse inicialmente en planteamientos cuánticos, a los que con posterioridad, y para magnitudes macroscópicas se aplicarán las ecuaciones einstenianas…”.

…………………………………………………

* Que es el inverso de once: 1/11= 0.09..09...(infinito). Ver páginas 17 y 18 de www.hombreycosmos.org

7.Publicado por Joaquín Núñez Q. el 01/03/2007 20:32
Hermoso comentario el de Álvarez Silva. Lo voy a releer. Por lo pronto, me recuerda el Akasha de los hinduístas, que sí, se asemeja al (y posiblemente es el mismo) plano de las ideas de Platón. Sólo una observación semántica de un ignorante: La aparente necesidad de ver el comportamiento de los fotones como ondas o corpúsculos, ¿no proviene acaso de que vemos ondas y corpúsculos en la naturaleza? Pero, en realidad, no tendría por fuerza que parecerse a ninguno. Lo que parece un dilema científico posiblemente no sea más que una limitación de nuestro humano repertorio de metáforas visuales. Es sólo una pregunta.

Por otra parte, me parece fascinante la posibilidad de que los fotones ondulen entre "este mundo" -que la racionalidad positivista ha definido con dimensiones- y algún otro, sin perder su dirección. De manera que se nos representen, como paquetes viajantes, los picos de ondas que están literalmente en el límite del Universo descrito por Einstein.

8.Publicado por Gonzalez el 03/03/2007 15:43
Después de haber esperado un prudencial tiempo en la perspectiva de una respuesta por parte de Álvarez Silva (o de cualquier otro lector interesado en el tema), a la inquietud expuesta por Joaquín Núñez y muy consciente de que de pronto comienzo a parecer latoso a los habituales lectores de esta página, trataré de dar una apropiada solución a la pregunta de Núñez, cuando manifiesta que: “...la aparente necesidad de ver el comportamiento de los fotones como ondas o corpúsculos, ¿no proviene acaso de que vemos ondas y corpúsculos en la naturaleza...?”

El meollo de la cuestión no es tanto, simplemente “ver el comportamiento de los fotones como onda o corpúsculo”, sino no más bien entender, que de un mismo sistema natural atómico y en tanto que HOMBRE(S) de Conocimiento, solo podamos conocer únicamente y en distintos tiempos, bien su condición ondulatoria que reúne en si misma, simultánea e instantantaneamente y de una continuo-simétrica e indiscernible manera, a pares corpusculares conocidos como partícula-antipartícula (materia-antimateria), o bien su ya bien definida y discontinuo-asimétrica condición corpuscular, pero en esta oportunidad solo podremos conocer y en tiempos distintos, o bien la partícula, o bien la anti-partícula, pero nunca (subrayo la palabra nunca) conocer en profundidad a tal sistema como el par partícula-y-antipartícula, de manera TOTAL si nuestra intención es determinar, perfecta y simultáneamente, a cada uno de los componentes del par. Fue esta cognitiva humana limitación, lo que Heisenberg plasmó en su muy famoso Principio de Incertidumbre Cuántica.

En mi parca opinión, lo que muy en el fondo cuenta aquí es entonces, que el sistema que físico-psíquico-biológicamente y como HOMBRE(S) de Conocimiento nos constituye, cuenta natural y obligatoriamente con este limitante requisito y que lo mejor que podemos hacer, es tratar de entender el cómo, el por qué y el para qué, nuestra Humana Condición de Conocimiento, tiene una limitación cognitiva que de alguna manera involucra al discurrir del Tiempo como un elemento clave para su normal funcionamiento. Como el lector puede apreciar, la sola empresa humana de comprender la naturaleza y razón del Tiempo en nuestra forma de Conocer, es ya, de suyo, una colosal misión.

Para ello, afortunadamente y según Freud, la Naturaleza nos ha dotado con lo que este celebérrimo fundador del psicoanálisis denomina “pulsiones”*, es decir con una especie de instintos primarios, encaminados fundamentalmente a garantizar nuestra dual conservación, bien como individuos y/o bien, como la plural colectividad de ellos, es decir, como especie, como sociedad. Una de las más importantes - sino la más -, de entre ellas, es la curiosidad o afán por investigar a fondo las causas de todo lo que sucede a nuestro alrededor o de todo aquello que de alguna manera nos afecta. Estas “pulsiones” no se encuentran “mas allá” de la carne y la sangre que nos constituyen, todo lo contrario, “muy aquí y ahora mismo” se fundamentan en ellas, aunque la verdad es que se proyectan en lo que parecería ser un “mas allá”, es decir en los límites mismos de nuestra Humana Condición y por lo tanto, en los límites del Humano Conocer. Sobre estas últimas circunstancias, es muy útil conocer el pensamiento de Álvarez Silva, cuando nos dice:

“1) La "malla del universo" es estrictamente cuántica, y el estudio de dicho universo debe basarse, mejor, estudiarse, primaria y básicamente desde la física cuántica (y nunca al revés, como suponía el mismísimo Einstein): ¡No todo es el espaciotiempo, como sugiere la relatividad, ni está comprendido dentro de él! 2) El espaciotiempo relativista es una "imagen" de lo "real", el mundo de los acontecimientos (la medida), pero el universo "total" es la suma del "existente" más el "real". 3) Las implicaciones filosóficas de los dos puntos anteriores son enormes (¿habría que reivindicar tal vez algo parecido al mundo de las ideas de Platón?), e incidiría profundamente en cosmología, psicología y en el llamado mundo “de las cualidades”. Hasta aquí la trascripción de Álvarez Silva.

En mi personal caso, mi “pulsión” es la de averiguar, muy a fondo, cuales son, “más allá”, las UNITARIAS posibilidades que como subjetivas co-relaciones de Conocimiento, nos puede ofrecer la muy concreta y objetiva, física co-relación: ondulatoriedad del bosón--(corpuscularidad del par especular: fermión-antifermión), co-relación la cual, como ya se expuso, no puede ser conocida de manera simultánea y TOTAL. Para mi sorpresa he encontrado que tales posibilidades son infinitas, y lo que es todavía más importante: es el mismísimo HOMBRE de Conocimiento, el eje sobre el cual ellas pivotan, pero siempre y cuando encontremos y comprendamos el Código con el cual tales posibilidades trabajan y se expresan. Y para nuestra fortuna, tal Estatuto existe, se corresponde fielmente con lo que la Naturaleza y el HOMBRE en esencia son, y está felizmente nuestro alcance, toda vez que se nos revela como un cuántico-relativista y electromagnético “campo” cósmico: el campo electromagnético propio de la Microondulatoria Radiación de Fondo Cósmico de los 3º Kelvin. Este campo, grabado dinámicamente mediante un mutuo juego de especulares reflejos electromagnéticos, se encuentra fácilmente a nuestro alcance, toda vez que reposa, literalmente escrito, impreso, y desde la Eternidad, en el Código propio de la Intrínseca Teoría de los Números del Sistema de Numeración Decimal. (Ver página 20 y siguientes en: www.hombreycosmos.org )

Cuanta razón asistía al Nóbel de Medicina del año 1912, Alexis Carrel, cuando refiriéndose a lo que él estimaba como infinitas posibilidades del ser humano, exclamaba: “…el Hombre… ¡ese desconocido!…”


………………………………………………….

* El siguiente aparte es tomado de www.scb-icf.net/nodus/109PulsionesYDestinos.htm :

“Freud dice que la pulsión es "un estímulo para lo psíquico", un estímulo que tiene algunas particularidades: 1) No viene del exterior del cuerpo - como la luz, los sonidos, etc. - sino del interior del propio organismo.2) No aparece como una momentánea fuerza sino como una fuerza constante. 3) La huida no tiene ninguna utilidad para cancelar su efecto. 3) La única posibilidad es "tramitarla", esto es, proveerle la satisfacción que busca”. Dicho esto da, Freud, su definición del término pulsión: “la 'pulsión' es un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo Y ALCANZAN AL ALMA, como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico debido a su trabazón con lo corporal". (Hasta aquí la trascripción Web. Lo resaltado con mayúsculas es mío).


9.Publicado por Mónica Andrea el 24/05/2007 08:51
El Espíritu necesita cristalizar. La Materia necesita sublimar. Es un constante devenir. Es la belleza del Equilibrio que se busca y se complace a Sï Mismo.

10.Publicado por Aldo José Capellino el 15/09/2007 03:42
Interesantísimo y valioso el aporte de Alvarez Silva.
Estoy de acuerdo con él en que debemos partir desde el método de

conocimiento imperante en el mundo cuántico, el cálculo estadístico,

para desde allí construir las leyes relativistas que rigen el mundo

macro.

También concuerdo en que debemos terminar de conocer más a fondo la

constitución íntima del mundo subatómico, el cuántico, ya que todavía

no lo entendemos y nos desconcierta.

Cabalmente la dificultad de experimentar a ese nivel posibilita las mil

teorías aceptables pragmáticamente mientras sirvan para manejar la

realidad y no se demuestre lo contrario.

¿Qué es esa "neblina", como dice Alejandro, del vacío cuántico?

posiblemente el comodín de nuestra baraja que nos permite seguir

jugando en la física actual a pesar de no conocer su realidad última.

Puesto que no podemos conocer simultáneamente velocidad y posición de

una partícula debido a nuestros métodos de medición, debemos

conformarnos con asignarle una probabilidad y trabajarlo

estadísticamente, representando tal operación con una curva de

probabilidades, que puede ser imaginada, por analogía con las olas,

como una onda. Es decir que en el mundo de las subpartículas debemos

representar por ejemplo a un fotón con una onda mientras se traslada

hasta el punto de impacto, ya que no podemos predecir exactamente (con

precisión acorde a su tamaño) su punto de impacto hasta que éste

ocurre. Esta imprecisión en nuestro conocer queda subsanada por la

exactitud del cálculo estadístico: Podemos predecir exactamente los

fenómenos macroscópicos pues allí intervienen miles de millones de

partículas que exceden en mucho nuestro desconocimiento de la

trayectoria individual de una de ellas.

Tengo mis reservas con respecto a la interpretación que se dado al

experimento de Thompson, como a la del interferómetro. ¿Dicen que con

el último semireflector se vuelve a constatar la aparición del estado

ondulatorio en el fotón? Creo, modestamente, que lo que volvemos a

lograr es no saber con precisión cuál sea el recorrido del fotón, y me

explico:

Ya en comentarios anteriores he bajado a la liza de la discusión

filosófica sobre algunas afirmaciones de científicos incursionando en

metafísica: He remarcado que no debemos confundir la imprecisión de

nuestro conocimiento sobre velocidad y posición instantánea de una

partícula individual, con la velocidad y posición real de esa partícula

en cada instante.

Mi CONOCER pertenece al orden epistemológico; la partícula con su

tiempo espacio y energía, pertenece al orden ontológico. Los infinitos

universos posibles, en cuanto "posibles" pertenecen al orden del

conocer, pues sólo los conjeturamos, y tienen la consistencia de mi

pensamiento, son pura "res cogitata", es decir "pura idea", sin

existencia real. No existen multiversos "fuera" de mi pensamiento.

El universo en que vivimos pertenece al orden ontológico, de la

realidad. Puesto que existe este universo real, y en él nosotros que

lo conocemos, podemos pensar en la posibilidad de que hubiera sido

diferente.

Lo real es fundamento de lo posible; no viceversa. Si no existe,

tampoco es posible que exista.

Evidentemente no podemos ni pensar ni imaginar lo no-existente sino a

partir de la negación de lo existente.
Pero atreviéndonos, en contra de la Lógica, a preguntar "Qué pasaba

antes de que existiera?" deberíamos responder: ó "Tal pregunta no es

válida pues existió siempre", ó "No existía, ni siquiera como

posibilidad, pero comenzó a ser posible a partir de haber sido creado

sin necesidad alguna".

Y volviendo concretamente al experimento de la doble ranura y la del

interferómetro, es evidente que si la luz (un fotón) atraviesa

simultáneamente por las dos ranuras o pasa por el último semireflector

se verá DIFERENTE a que si pasa por una sola ranura o por uno de los

dos espejos. ¿Esta DIFERENCIA basta para afirmar que en una "hubo

interferencia" (y por tanto se comportó como onda), y en la otra no

hubo interferencia (y por tanto se comportó como corpúsculo)? ¿Cómo

logran saber que hubo interferencia o nó si en el blanco impacta

solamente un fotón, aunque de manera diferente en cada caso?. Esta

pregunta es mía con toda propiedad pues DESCONOZCO la respuesta, y

agradeceré al físico que la responda.


11.Publicado por Palos Cárdenas el 13/03/2008 09:55
FELICIDADES!
Da gusto pensar!

12.Publicado por Cristiano el 28/08/2008 01:04
Creo que la luz se materializa y desmaterializa cuando quiere y si Dios es luz como dice la Biblia queda perfectamente explicado lo inexplicable ¨se hizo hombre materia¨ (Jesucristo)

13.Publicado por carlos el 09/03/2009 18:10
Alucino con tu comentario Silva, lo siento, no te ofendas, no es mi intención.

¿Como que no hay misterio?
Efectivamente la función de onda va por "ambas" vias del interferómetro, pero es que la función de onda es un objeto matemático

¿Como puede un objeto matemático desplazarse por el espacio-tiempo CLÁSICO?

¿Es que nadie se sorpredende ante tal hecho?, porque los grandes olvidados de la cuántica, flipaban con ello.

¿Es que nadie se plantea que el desplazamiento del fotón se PUEDA ESTAR REALIZANDO por alguna clase de dimensión espacio-temporal, donde los objetos matemáticos Y NO LOS FÍSICOS?

Entrelazamiento cuántco, transformación de partícula a función de onda durante el desplazamiento "no visibile" de las partículas, proyecto global consciousness project, incluso la denostada homeopatía, ... que no hay misterio?

http://enladimensioncuantica.blogspot.com/

"Dos clases de verdad: trivialidades, donde los opuestos son obviamente absurdos, y las profundas verdades, reconocidas por el hecho de que lo opuesto es también una profunda verdad"
As quoted by his son Hans Bohr in "My Father", published in Neils Bohr : His Life and Work (1967), p.

"Todas las cualidades del átomo de la física moderna, que sólo puede simbolizarse mediante una ecuación en derivadas parciales en un espacio abstracto multidimensional, son inferidas; no se le puede atribuir directamente propiedad material alguna. Así pues, cualquier representación suya que pueda crear nuestra imaginación es intrínsecamente deficiente; la comprensión del mundo atómico de ese modo primario y sensorial... es imposible"
Werner Heisenberg


"Como hombre que ha dedicado su vida entera a la más clara y superior ciencia, al estudio de la materia, yo puede decirles que como resultado de mi investigación acerca del átomo, lo siguiente: No existe la materia como tal. Toda la materia se origina y existe sólo por la virtud de una fuerza la cual trae la partícula de un átomo a vibración y mantiene la más corta distancia del sistema solar del átomo junta. Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda la materia."
Max Planck. En el momento de aceptar el Premio Nobel de Física en 1918.


"I wish to see Some blood transfusion from the East to the West" to save Western science from spiritual anemia."
Erwin Schrödinger