Hace ya 15 años que el investigador francés Jacques Benveniste publicó sus trabajos sobre la supuesta capacidad del agua para recordar los componentes que en algún momento fueron disueltos en ella.
Benveniste aportó lo que podría ser la base de la homeopatía, una terapia ya centenaria que utiliza sustancias curativas disueltas en líquidos considerando que el agua es capaz de recordar mediante complicadas interacciones químicas los componentes de esas sustancias y reproducir sus efectos curativos independientemente de la cantidad de sustancias disueltas y de la intensidad de su presencia real en la solución final.
Los trabajos de Benveniste desataron una fuerte polémica en la comunidad científica y en la sociedad, pero no duró mucho tiempo. La polémica vuelve a resurgir ahora de la mano de un químico suizo, Louis Rey.
Rey ha retomado las investigaciones y publicado un artículo en Physica A en el que, si bien no habla de memoria de este líquido, asegura que el agua tiene lo que denomina un “efecto fantasma”. Lo ha descubierto al introducir en la investigación una nueva técnica, la termoluminiscencia, según la cual el agua una vez congelada puede ser irradiada y emitir luz al ser calentada de nuevo.
Efecto fantasma
Mediante una serie de experimentos, Rey pudo comprobar que sustancias como el cloruro de litio o el cloruro de sodio modifican la estructura de hidrógeno del agua, después de una dilución intensiva, incluso cuando su presencia en una porción de agua se reduce a la mínima expresión, lo que resulta inexplicable porque a esos niveles de presencia su influencia debería ser imperceptible. Es lo que Rey denomina “efecto fantasma” del agua.
Tal como recuerda la Dra. Mae-Wan Ho, directora del Institute of Sicience in Society, en un artículo comentado este experimento, el trabajo de Rey es el segundo, después del de Benveniste, que replantea la cuestión de la memoria del agua.
Hace dos años, químicos surcoreanos descubrieron que las moléculas disueltas en agua forman grupos cuya evolución depende de la historia de la dilución, lo que ha llevado asimismo a reflexionar sobre este efecto fantasma o supuesta memoria del agua.
Los trabajos de Rey han sido recibidos con cautela, si bien con mucho más respeto que los de Benveniste. Su contribución puede considerarse una invitación a profundizar en las investigaciones y a trascender el recelo a progresar en los misterios del agua que suscitó la experiencia de Benveniste.
Benveniste aportó lo que podría ser la base de la homeopatía, una terapia ya centenaria que utiliza sustancias curativas disueltas en líquidos considerando que el agua es capaz de recordar mediante complicadas interacciones químicas los componentes de esas sustancias y reproducir sus efectos curativos independientemente de la cantidad de sustancias disueltas y de la intensidad de su presencia real en la solución final.
Los trabajos de Benveniste desataron una fuerte polémica en la comunidad científica y en la sociedad, pero no duró mucho tiempo. La polémica vuelve a resurgir ahora de la mano de un químico suizo, Louis Rey.
Rey ha retomado las investigaciones y publicado un artículo en Physica A en el que, si bien no habla de memoria de este líquido, asegura que el agua tiene lo que denomina un “efecto fantasma”. Lo ha descubierto al introducir en la investigación una nueva técnica, la termoluminiscencia, según la cual el agua una vez congelada puede ser irradiada y emitir luz al ser calentada de nuevo.
Efecto fantasma
Mediante una serie de experimentos, Rey pudo comprobar que sustancias como el cloruro de litio o el cloruro de sodio modifican la estructura de hidrógeno del agua, después de una dilución intensiva, incluso cuando su presencia en una porción de agua se reduce a la mínima expresión, lo que resulta inexplicable porque a esos niveles de presencia su influencia debería ser imperceptible. Es lo que Rey denomina “efecto fantasma” del agua.
Tal como recuerda la Dra. Mae-Wan Ho, directora del Institute of Sicience in Society, en un artículo comentado este experimento, el trabajo de Rey es el segundo, después del de Benveniste, que replantea la cuestión de la memoria del agua.
Hace dos años, químicos surcoreanos descubrieron que las moléculas disueltas en agua forman grupos cuya evolución depende de la historia de la dilución, lo que ha llevado asimismo a reflexionar sobre este efecto fantasma o supuesta memoria del agua.
Los trabajos de Rey han sido recibidos con cautela, si bien con mucho más respeto que los de Benveniste. Su contribución puede considerarse una invitación a profundizar en las investigaciones y a trascender el recelo a progresar en los misterios del agua que suscitó la experiencia de Benveniste.