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Una nueva investigación descubre la base neurológica de la espiritualidad

Dos científicos de la Universidad de Pennsylvania afirman haber encontrado en el cerebro el circuito de la religiosidad


Investigaciones realizadas en voluntarios de diferentes confesiones religiosas en sus momentos de meditación, han apreciado cambios en el cerebro relacionados con estos estados de conciencia que posibilitan la disolución de la individualidad y la identificación con la totalidad. Según los artífices de esta investigación, el cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico que es la base de las tradiciones religiosas. Por Eduardo Martínez.


Eduardo Martínez
06/04/2003

Una nueva investigación descubre la base neurológica de la espiritualidad
Las creencias religiosas han surgido en la especie porque el cerebro humano está biológicamente preparado para mantener algún tipo de relación con lo que pueda haber más allá del universo físico, según los investigadores de la Universidad de Pennsylvania, Andrew Newberg y Eugene D’Aquilli.

Ellos han observado durante años, a través de imágenes de tomografía por emisión de positrones (TEP), el cerebro de voluntarios en estado de meditación.

Los resultados de su investigación, publicados en Estados Unidos en un libro rápidamente convertido en best-seller, aparecen ahora en España de mano de la editorial Martínez Roca (Grupo Planeta).

Andrew Newberg y Eugene D’Aquilli descubrieron que el estado de meditación o de relajación mental desactiva zonas del cerebro que regulan la personalidad, permitiendo que los voluntarios pierdan durante un tiempo la capacidad de distinguirse de los demás y se sientan identificados con una totalidad trascendente.

Este descubrimiento coincide con los relatos de las experiencias místicas o de trance y para los investigadores constituye la evidencia de que el cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico.

Neuroteología, nueva disciplina

Ello ha dado origen a una nueva disciplina, la neuroteología, según la cual Dios ha dejado huellas de su presencia en el cerebro para que los seres humanos puedan llegar a conocerle y sientan el impulso de llegar hasta él.

Para verificar esta teoría, la investigación se centró en voluntarios especializados en la búsqueda espiritual procedentes de diferentes confesiones religiosas, como monjes tibetanos y frailes franciscanos.

Estos voluntarios accedieron a realizar sus prácticas de oración y meditación bajo observación neurológica, que se realizaba mediante una especie de radiografía cerebral llamada Spect, un escáner que mide el flujo sanguíneo relacionado con la actividad cerebral.

El Spect se basa en las posibilidades de las nuevas Cámaras Gamma para adquirir imágenes en tridimensión y reconstruir todos los planos necesarios (axiales, coronales, sagitales y 3D) de un órgano, lo que constituye una poderosa herramienta para el diagnóstico de enfermedades. Estas Cámaras Gamma son llamadas SPECT, que quiere decir "Tomografía Computada Por Emisión de Fotón único".

Modificación del encéfalo

Lo primero que arrojó esta investigación con cámaras Gamma es que la actividad del encéfalo se modifica con las actividades espirituales. La actividad se intensifica en la parte frontal del cerebro cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración.

Al mismo tiempo, el Spect reveló un descenso de la actividad en la región de los lóbulos parietales, que es la que desempeña la función fundamental para ubicarnos en el espacio y la que permite al yo distinguirse de los demás.

Este descenso de la actividad en los lóbulos parietales origina percepciones espaciales anormales y la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.

Es en ese momento cuando se posibilita la así llamada experiencia mística, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido.

Repercusión social

La investigación de Newberg y d’Aquili ha sido objeto de todo tipo de comentarios, ya que si para sus artífices debe ser considerada como un argumento a favor de la existencia de Dios, para otros, más críticos, este circuito cerebral de la espiritualidad confirma que la experiencia espiritual o religiosa de la especie es sólo un producto más de la actividad cerebral, sin ningún soporte real fuera de nuestra percepción.

Para los defensores de este punto de vista, la creencia religiosa ha sido prevista por la evolución con una doble función: por un lado, para ayudar a los seres humanos a superar las dificultades de la vida, y por otro lado, para contribuir a la supervivencia, lo que explica por sí mismo su implantación en la neurogénesis.

De todas formas, al margen de las lecturas que puedan hacerse de la investigación, lo cierto es que dentro del ámbito científico crece el interés por el estudio del cerebro y de su implicación en los procesos relacionados con la experiencia religiosa.

Roy Mathew, de la Universidad de Duke, lleva años investigando la relación que pueda existir entre las experiencias religiosas y los estímulos cerebrales provocados por drogas alucinógenas.

The Washington Post también ha dedicado algún trabajo a explicar la búsqueda de la sinapsis de la espiritualidad, desvelando la amplitud de las investigaciones que se realizan en este campo.

Religión y salud

Entre ellas se refiere a la de Michael Persinger, de la Universidad Laurentian de Sudbury, en Ontario, quien consigue provocar experiencias místicas en voluntarios a través de irrigar sus cráneos con débiles señales electromagnéticas. Wired le ha dedicado también un interesante artículo.

Benjamín Elías Hidalgo ha elaborado por su parte un interesante dossier sobre la utilidad de la neuropsicología para la experiencia religiosa, que constituye una referencia sobre las investigaciones que se realizan en este campo y las reflexiones que suscitan.

Estos son algunos ejemplos de las investigaciones que se realizan en el marco de la así llamada neuroteología. Otro ejemplo se refiere a las investigaciones médicas sobre la relación entre la meditación o la oración y el estado de salud, de las que ya nos hicimos eco oportunamente en Tendencias.

Más de 1.200 estudios (de los cuales el 90% en Estados Unidos) se han publicado en los últimos diez años que relacionan la espiritualidad con la salud.

Como conclusión de la mayoría de ellos puede establecerse que tener la convicción de estar protegido por una fuerza superior o de estar unido en una creencia con otras personas, es un elemento que potencia la eficacia del sistema inmunitario humano frente a las más diversas enfermedades, desde el cáncer a las cardiacas.

Sin embargo, el ingrediente activo, el factor determinante de esta constatación, no se ha encontrado, por lo que la investigación sobre los cambios cerebrales ocurridos en procesos de oración puede ayudar a profundizar en estas investigaciones.









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1.Publicado por quintero carlos julio el 15/06/2007 00:23
GENIAL ESTE DOCUMENTO

2.Publicado por Dra. Carmen Rodriguez el 08/05/2008 20:10
Saludos, fui editora de la primera revista de Psicologia en Puerto Rico y autora de varios libros. Me encanto este articulo y desearia pedirle autorizacion para publicarlo en otra revista que tengo y asi darle el credito de autor.

Apreciare me envie un correo

3.Publicado por Paulino el 07/07/2008 21:09
LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL SE PUEDE DAR SIN NECESIDAD ALGUNA DE DESPERSONALIZACION, BASTA CON LA ELECTROESTIMULACIÓN DEL GIRUS ANGULAR CERBRAL O CON TECNICAS DE REPIRACIÓN RELAJACION, Y DE SUEÑO LUCIDO PARA DEJAR EL CUERPO; Y DE PASO DE MOSTRAR QUE LA MENTE NO ES EL CEREBRO. POR CIERTO MUY EN CONGRUENCIA CON LA FISICA MODERNA INTELIGENTE.

4.Publicado por Drona el 17/09/2009 09:18
Está claro que las personas que observan la espiritualidad (que NO la religión fanática excluyente) a través de la meditación o de diferentes técnicas. Son más felices y esta felicidad genera las llamas proteínas "positivas" que afectan a todas nuestras células y órganos de nuestro cuerpo otorgandoles larga vida.

Además estas personas tienen mayor calidad de vida (que NO dinero ó posesiones, aunque una cosa bien enfocada puede derivar a la otra) en sus relaciones y consigo mismo. Son brillantes y carismáticos; tienen la bioenergía de su cuerpo ó kundalini elevado.

También son generosos, dan sin esperar recibir nada a cambio, miran a todos por igual. Aman a todos con lo cual no tienen conflictos con nadie, etc.

Por consiguiente, tienen mayor salud.

Amor y Paz

5.Publicado por Angel el 14/02/2010 12:35
Hola, llegué a esta página y a este artículo en particular, desde el libro "Desarrolle su Cerebro" del Dr. Joe dispenza. El autor lo cita en el capítulo en donde habla justamente de la experiencia mística relacionada con el cerebro.
A partir de estas lectura y otras que he realizado acuerdo con la idea generalizada que sostiene que usamos muy poco porcentual de nuestra capacidad cerebral y que, a pesar de toda la investigación realizada y la que sigue en curso, conocemos poco de éste órgano y de su poder.
La experiencia del día a día, que no es poca, y las experiencias trascendentales tienen origen en ese frágil órgano que es el cerebro. Mi expectativa es que no sólo lo desarrollemos para equilibrar la salud física, psíquica y espiritual sino también que podamos mejorar la salud en lo social.
En este maravilloso kilo y medio apróx. se encuentran todas las posibilidades para funcionar como ángeles o demonios.
Me gusta mucho esta página. Por favor mantengan la seriedad y objetividad en los artículos, eso nos enriquece a todos. Gracias.
Saludos a todos y que estén bien.

6.Publicado por jhon el 12/03/2015 09:29 (desde móvil)
Hola soy estudiante de teología y me llamó la atención el tema.

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