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El Dios de nuestros padres Juan Antonio Martínez de la Fe , 22/09/2025

La "gran novela" de la Biblia


El Dios de nuestros padres
Ficha Técnica

Título: El Dios de nuestros padres. La “gran novela” de la Biblia
Autor: Aldo Cazzullo
Edita: HarperCollins Ibérica, S.A., Madrid, 2025
Traducción: Arianna Alessandro
Fotografía del autor: Giulia Natalia Comito
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 366
ISBN: 978-84-1064-330-7
Precio: 20,90 euros

Quizás el subtítulo del libro pueda llamar a engaño: La gran novela de la Biblia. Sería imposible reducir a algo más de trescientas páginas un libro que supera con creces las de esta obra de Aldo Cazzullo.

Lo que hace el autor es novelar los pasajes más novelables de la Biblia. De hecho, como demuestra a lo largo de su ensayo, varios de ellos han sido llevados al cine o a la literatura. Y lo que, con gran acierto, hace es resumir el argumento, volcando en lenguaje actual el muy complejo del libro sagrado, intercalando frases extraídas de él. Recurre, así mismo, a ejemplos hodiernos que son como una reiteración de un hecho que se repite tras más de dos mil años de historia.

Así lo expresa el propio autor en el Prólogo, cuando nos explica que la Biblia es la autobiografía de Dios sobre la que se han publicado miles de diferentes libros “pero hay un elemento que ha permanecido estable, que no ha cambiado: el argumento. […] la Biblia no es solo un conjunto de normas y reglas. Es sobre todo palabras e historias”.

En el principio

No puede tener otro principio este libro que no sea la historia de la creación, con Adán, Caín, Abel, Noé y la torre de Babel. Son varios episodios refundidos en una narración con palabras y técnicas actuales.

Lógicamente, el autor saca sus propias conclusiones. Así, ante la tradicional concepción del pecado original, situado en la desobediencia de nuestros primeros padres, apunta que “queda abierta otra posibilidad: que el mal esté dentro de nosotros. La verdadera tentación es la soberbia, el egoísmo y el narcisismo. Es la ilusión de la eternidad y de la omnisciencia, que hoy se presenta con formas nuevas, como la clonación o la inteligencia artificial”.

La historia del diluvio universal y Noé tiene su par en narraciones procedentes de otras zonas culturales; aquí la revive el autor en un lenguaje actualizado, pasando, cómo no, por el primer estado de ebriedad protagonizado por este patriarca. Y, con la torre de Babel el hombre parece regresar a sus orígenes en el Edén, pretendiendo alcanzar lo más alto y querer ser como Dios.

De Abrahán a Isaac

Asistimos a la relación del Señor con estos patriarcas y podemos contemplar la destrucción de Sodoma y Gomorra y, al acercarnos al sacrificio de Isaac, parece que ese lugar, Moria es el sitio donde Salomón construye su templo y donde se levantará la Cúpula de la Roca, nombre que le viene por considerar que alberga la roca del sacrificio del hijo de Abrahán; un enclave escenario de enfrentamientos entre musulmanes e israelíes. No se resiste el autor a referirse al conflicto de Oriente Medio, en el que otro Isaac, de apellido Rabin, muere asesinado por un fundamentalista israelí por haber firmado los acuerdos de Oslo con Yasir Arafat.

José

“La historia de José es tal vez mi favorita. Resulta de una modernidad asombrosa, también porque se basa en la interpretación de los sueños. Es una historia en la que, contrariamente a las que preceden y las que la siguen, Dios habla muy poco. Se manifiesta de otras formas. Sobre todo, a través de los sueños”. Hecho que evoca al padre del psicoanálisis, Freud, y su interpretación de las imágenes oníricas.

En efecto: todo lo que ocurre en torno a este personaje bíblico constituye un moderno guion llevado a la pantalla. Pero, aparte de lo novelesco de la situación, destaca Cazzullo la difícil relación entre Dios y el hombre y cómo se da una constante en este libro sagrado: a cada nueva generación, Dios debe volver a ganarse al hombre.

Las diferencias entre Raquel y Lía cobran protagonismo para mantenernos interesados en la resolución del conflicto entre ambas. Y la lucha de Jacob contra el ángel, evoca al combate entre Muhammad Ali y Joe Frazier, en el que el primero resiste heroicamente los quince asaltos.

Otros detalles curiosos se nos ofrecen, como el matrimonio reparador por el que un violador, si se casaba con su víctima, era absuelto del delito, una costumbre que en Italia llegó a estar amparada por la ley, permaneciendo vigente hasta 1981. Tal y como ocurría a los personajes bíblicos y sus costumbres.

Moisés

Capítulo propio merece este personaje. Como dice el autor, “si el protagonista de la Biblia es Dios, el coprotagonista es Moisés”. ¿Quién no recuerda a Charlton Heston interpretando al personaje en Los diez mandamientos, cubierto con su manto rojo y portando las tablas de la ley? En dibujos animados, El príncipe de Egipto recrea su aventura, mientras que el personaje sirve de inspiración a artistas de la talla de Miguel Ángel para reproducir su rostro en su extraordinaria escultura.

Las diferentes plagas que sufre el faraón por negarse a dejar salir al pueblo sugieren diferentes situaciones actuales, como la creciente desertificación o la idea de una subversión de la naturaleza.

La travesía del Mar Rojo trae a la mente del autor lo ocurrido el 6 de octubre de 1973, cuando otro ejército egipcio estaba a punto de lanzar un ataque contra los hebreos.

Por supuesto, el análisis de los mandamientos recogidos en la Biblia traduce sus instrucciones a situaciones actuales. Por ejemplo, cuando el segundo nos pide no tomar el nombre de Dios en vano, no se refiere únicamente a no blasfemar, sino a no instrumentalizar a Dios con fines ideológicos o militares. Honrar a los padres supone también hacerlo con la patria.

No podía faltar la cita al Arca de la Alianza, ese sagrado símbolo del contrato entre Dios y su pueblo que ha despertado la fantasía a lo largo de los siglos hasta nuestros días, como ocurre con las aventuras de Indiana Jones.

La tierra prometida

La travesía por el desierto hasta llegar a la tierra prometida no es solo una marcha militar; es, ante todo, un viaje espiritual, plagado de peligrosas situaciones. Por citar un ejemplo, la aparición de Baal, deidad principal de los habitantes de la tierra de Canaán, dios de la fertilidad y de la fecundidad, vinculado a ritos procreativos y sexuales.

Baal es el Balbec, nombre que Marcel Proust da al pueblo normando donde el protagonista de la Recherche veraneará y conocerá a su gran amor, Albertine. Derivado de Baal es Belcebú, cuya traducción es El señor de las moscas, como ocurre en la famosa novela de William Golding.

Pero la historia no se detiene. Aparece en escena Josué, quien detuvo el sol para poder ganar completamente la batalla que mantenía. Todo ello en su intento de alcanzar la tierra prometida que, según el autor, es una alegoría de la lucha entre el bien y el mal.

Sansón, David, Salomón

La historia de Sansón es más conocida por las reiteradas películas sobre el tema: Hércules contra Sansón, Combate de gigantes, Sansón y Dalila. Y Gad Lerner, en su libro Gaza, en referencia a la masacre de palestinos en la zona que el ejército israelí está llevando a cabo, cita la última frase que pronunció el héroe: “Muera yo con los filisteos”, preguntándose si Israel no se está arriesgando a perderse a sí mismo.

Otro héroe es el que llegó a ser el rey David, quien, siendo un humilde pastor, derrotó a Goliat, el imponente filisteo, lo que provocó la envidia de Saúl, que pretendió, sin éxito, eliminarlo. Enamorado de Betsabé, la esposa de Urías, ordena David a su general que sitúe al militar a luchar en primera línea a fin de que muera y poder acceder a su hermosa viuda; pecado que Natán le hizo reconocer. Historia que lleva al autor a considerar la situación de viudas tras perder a sus maridos, planteándose un nuevo matrimonio, y trayendo a colación la figura del general Giuseppe Perotti, una de las figuras más luminosas de la resistencia italiana, fusilado por los fascistas, quien antes de morir invita a su mujer a contraer nuevas nupcias para el bien de sus tres hijos.

¿Quién no ha oído hablar del rey Salomón y su prudente justicia? La más famosa de sus decisiones fue la que tomó cuando dos prostitutas se disputaban ser la madre de un bebé. Fue él quien levantó el templo, destruido tanto por Vespasiano como por Tito y del que solo queda en pie el Kotel, el Muro de las Lamentaciones.

Mujeres bíblicas. El Cantar de los Cantares

No falta en esta obra un apartado dedicado a las grandes mujeres de la Biblia: Débora, Yael, Rut, Susana, Judit y Ester. La profetisa Débora promueve a Yael para que mate al comandante de los cananeos, Sísara. Alaba la dulzura de Rut, la fuerza de Judit (recuerda el cuadro de Artemisia Gentileschi, Judit decapitando a Holofernes): cómo Ester salvó al pueblo judío; la fortaleza de Susana plantando cara a sus acosadores, airados por no haber conseguido que ella satisficiese sus libidinosos deseos.

Aunque carentes de fuerza narrativa, no deja de lado el autor a dos libros importantes del Antiguo Testamento: el Cantar de los Cantares y el Eclesiastés. Nadie sabe la razón por la que un libro como el Cantar de los Cantares está en la Biblia y qué función tiene; pero sí es seguro que ningún libro bíblico exalta a la mujer como lo hace este poético texto.

El Qohélet, el Eclesiastés, no cuenta una historia, sino que consiste en una recopilación de reflexiones, con una visión sobre el hombre y la historia. Son famosos muchos de sus párrafos: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, “lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol”.

El diablo, que tan presente está en la tradición religiosa, tiene especial acto de presencia en la historia de Tobías y Job. Especialmente en la segunda tiene un destacado protagonismo, porque entabla diálogo con Dios, apuesta con Él, resultando siempre perdedor porque la paciencia de Job y su sumisión y aceptación de la voluntad divina han pasado a ser símbolo universal.

El último capítulo del libro alude al profeta Ezequiel, así como a la esperanza en la resurrección de la carne, la vida eterna, profeta que alcanzó fama en la película de Quentin Tarantino Pulp fiction, que resulta un homenaje al personaje bíblico.

Concluyendo

Como reconoce el autor, “la Biblia es mucho más de lo que está en estas páginas, las cuales no tienen en absoluto la pretensión de ser exhaustivas. Al contrario, aspiran más bien a que te animes a leerla entera y a conocer aquellas historias que no se han tratado en este libro y que, sin embargo, son maravillosas”.

Sentada esta premisa, es indudable que el esfuerzo de Aldo Cazzullo por contarnos el libro sagrado en un lenguaje actualizado y con unas dimensiones más acordes con la extensión habitual en las narraciones de hoy, se ve recompensado con el éxito.

El lector se sentirá atrapado por cada una de las aventuras que hallará en estas páginas; quizás, un tanto abrumado por la abundancia de personajes que se suceden con nombres que, siéndonos familiares en muchos casos, no son ampliamente conocidos.

Tal estilo narrativo no impide centrarnos en lo esencial de su mensaje: la relación del hombre con Dios, el Dios de nuestros padres, como reza el título de la obra. Cada personaje y su entorno gira continuamente en la manera en que dialoga con su creador, con su protector, con su cuidador.

En suma, el texto se encuentra redactado en un lenguaje muy asequible, cercano, que justifica el gran éxito cosechado en la patria del autor, Italia. Y, desde luego, resultará una muy amena y atractiva lectura. A lo que ayudará en gran medida la extrapolación que el autor hace de su narración trasladándola a situaciones muy posteriores en el tiempo y que alcanzan, con frecuencia, a nuestros días.

Podemos cerrar con estas palabras de Cazzullo: “La Biblia no es un libro edificante. Ciertamente transmite a menudo valores morales universales; sin embargo, lo hace a través de historias terribles. Historias que pueden ser dolorosas de contar y leer. Además, en la Biblia hay tal cantidad de historias que a veces su lectura se hace densa y difícil de disfrutar para un lector contemporáneo, acostumbrado a la sencillez y la brevedad”.

Índice

Prólogo

1. LA CREACIÓN
La luz y el tiempo
Y la mujer le dio al hombre una vida
Abel y la primera sangre
La vida infinita de Matusalén
El diluvio: matar a todos no sirve de nada
El primer vino y una torre demasiado alta

2. LA FUNDACIÓN
“Serán benditas todas las familias de la tierra”
El Señor llegará como fuego
Sodoma, Gomorra y las hijas de Lot
Agar e Ismael en el desierto
El sacrificio de Isaac
La dulce Rebeca

3. EL HIJO DEL AMOR
Por un plato de lentejas
Una novia velada
El hijo de la mujer amada por Jacob
El que lucha con Dios
José esclavo de los egipcios
El vicio de Onán y la lujuria de Judá
“Acuéstate conmigo”
Siete vacas gordas y siete vacas flacas
“¡Yo soy José, vuestro hermano!”

4. LA LIBERACIÓN
Salvado de las aguas
“Yo soy el que soy”
Las plagas de Egipto
La matanza de los primogénitos
La guerra del Mar Rojo, tres mil años después
El maná del cielo
Los diez mandamientos o, mejor dicho, los nueve
Jesús y Moisés
El Arca de la Alianza
El becerro de oro y los cuernos de Moisés
No comas murciélagos y lleva mascarilla
El jubileo y el chivo expiatorio

5. LA CONQUISTA
El primer censo
Doce exploradores en la tierra prometida
La serpiente de bronce
Baal, el enemigo de Dios
Moisés tampoco entrará en la tierra prometida
“Ven con Josué a luchar en Jericó”
Y Josué detuvo el sol

6. EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS
Trescientos hombres bebieron llevándose el agua a la boca con las manos
La hija de Jefté
El acertijo de Sansón
Las puertas de Gaza
Una historia terrible (que el lector se puede saltar)
Un rey para los hebreos
¿Dónde está el Arca de la Alianza?
Saúl, el más alto
David, el más pequeño
La cabeza de Goliat
La bruja y el espíritu

7. EL TEMPLO
La danza de David delante del Arca
El marido de Betsabé
Una violación en la familia real
El cabello demasiado largo de Absalón
La despedida de David
El juicio de Salomón
El Templo y los templarios

8. LAS MATRIARCAS
La estaca de Yael en la cabeza de Sísara
La mujer ideal: la dulzura de Rut
La fuerza de Judit
Cómo Ester salvó al pueblo judío
La reina sabe cómo hacerse obedecer
Susana les planta cara a sus acosadores

9. AMOR Y MUERTE
“¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres!”
“Porque fuerte como la muerte es el amor”
“Tiempo de guerra, tiempo de paz”

10. EL ÁNGEL Y EL DIABLO
Tobías, el ángel y el perro
El pez milagroso
Asmodeo se va volando a la región de Egipto
La paciencia de Job
Dios apuesta con Satán
El juicio a Dios

11. LA PROFECÍA
Eliseo y Lázaro
El valle de los huesos vivientes

Nota del autor y agradecimientos


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22/09/2025 Comentarios

Reseñas

El monstruo como condición humana. Antropoceno y colapso de la civilización
Ficha Técnica

Título: El monstruo como condición humana. Antropoceno y colapso de la civilización
Autor: Adriano Messias
Edita: Punto de Vista Editores, Madrid, 2024
Colección: Historia y Pensamiento
Traducción: José Luis Sansáns
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 314
ISBN: 978-84-127476-4-5
Precio: 24 euros

Antropoceno. Un término que es frecuente encontrar en cualquier ámbito al que dirijamos la mirada. Pero no es sencillo definirlo. La pretensión de situarlo como una nueva era geológica se ha tropezado con la negativa de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas; pero, sin embargo, se ha instalado en el lenguaje habitual de nuestro tiempo.

Sí parece existir consenso en que su comienzo arranca cuando el ser humano empieza a intervenir de manera activa en la casa común, en nuestro planeta tierra. Ahora bien, ese punto de inicio es el campo donde se desarrolla el debate. Y es aquí donde se sitúa este libro de Adriano Messias.

Propone tres pilares de teorización: antropoescenas, el sujeto en el antropoceno y antropotécnicas.

En el primero, antropoescenas, emplea una perspectiva antropológica con introspecciones sobre el origen de la especie humana y sus interferencias en el planeta. En el sujeto en el antropoceno presenta cuestiones relativas a la conformación de la subjetividad en el siglo XXI; mientras que antropotécnicas aborda las relaciones entre la tecnología y el cuerpo humano.

Antropoescenas

Analiza Messias varios aspectos de nuestra realidad: el uso más que frecuente de los selfies; la costumbre creciente de evitar el cara a cara para resolver cuestiones, llevándolas por las vías virtuales; el plantationoceno, es decir, las transformaciones devastadoras provocadas por las plantaciones y la agricultura intensiva y extensiva; etc.

Especial relevancia cobra el momento en que accedimos a la categoría de Homo sapiens, que el autor sitúa en los primeros sonidos que dan lugar al nacimiento del lenguaje y todas sus premisas de aprehensión del simbolismo. Insinúa Messias que esto es lo que realmente nos convierte en humanos. Desde aquí, recorre varios hitos de nuestra especie: el sedentarismo, la agricultura, el cerebro y su relación con el clima, la industria, etc.

Realiza su personal trayectoria de nuestra especie hasta hoy. En ella afirma que estamos sujetos a los caprichos de la evolución natural; que nuestro cerebro ya no necesita crecer tanto para acumular datos; que atravesamos una fase de inercia genética de resistencia a las modificaciones; que las ricas interacciones humanas propician más intensos hibridismos con un mayor intercambio genético. Augura, pues, grandes modificaciones futuras en la especie humana.

El sujeto en el Antropoceno

El autor, en este bloque, no se refiere únicamente a las consecuencias del lado perverso de la cultura para con lo que se suele llamar ecología. Incluye aquí todos los intentos de eliminar al otro, de no tolerar las diferencias culturales o étnicas, de imponer la propia voluntad, coaccionar y reprimir los derechos del otro; de considerar a animales y plantas como meros sujetos de explotación. “En este sentido, el antropoceno es fruto de la pulsión de muerte y, por otro lado, de rasgos altamente perversos que pueden caracterizar a los individuos de nuestra especie”.

En este apartado son recurrentes las citas a Lacan y Freud, principalmente, autores cuya sombra planea continuamente sobre las propuestas que nos ofrece Adriano Messias.

Antropotécnicas

Las dos grandes antropotecnias occidentales tienen que ver con el derecho y la biomedicina. El deseo de inmortalidad va llevando cada vez más a intervenciones biotecnológicas en nuestro organismo. Tema que se trata en las más altas cumbres de personalidades, como se desveló en el reciente encuentro entre Putin y Xi Jinping, recogido por medios de comunicación.

A tal extremo pueden llegar las intervenciones en nuestro cuerpo que, no sin cierta ironía, el autor afirma que “a partir de ahora no pensaremos solo en otras prendas de ropa, sino también en otros cuerpos, en continua interacción con el internet de las cosas y con entornos autoconectados”.

Con base en las tendencias del arte, no faltan en este bloque las alusiones a todo tipo de máquinas: autómatas, robots, androides, ciborgs, drones, clones, hombres-máquina, máquinas bélicas, máquinas sexuales, etc.

Y, acudiendo a la vertiente del derecho, surgen cuestiones de todo tipo. Por ejemplo, quién es el responsable de las acciones de estas figuras, si deben cobrar por trabajar, si existe una clara separación entre humanos y máquinas. En definitiva, la pregunta definitiva que se extiende como una sombra sobre todo el libro: ¿qué significa ser humano? Junto a ella, a esta básica pregunta, abre una gran variedad de cuestiones el autor, suscitada por el arte, la psicología, el derecho, la cultura, etc.

Antropoceno: un punto de no retorno

Tras los pilares básicos en los que apoyaba el autor la estructura de la obra, añade este cuarto capítulo, que se abre con la preocupante pregunta: ¿estamos cerca del fin? Se trata de un importante compendio de todo lo expuesto a lo largo de más de doscientas páginas del libro.

Lo inicia con las siguientes palabras: “En los múltiples enfoques de este libro, he tratado de exponer lo razonable que me parece pensar que el esbozo del Antropoceno se haya producido en los primeros ‘garabatos’ de los albores del lenguaje simbólico, este, a su vez, la impronta especial del Homo sapiens y su agente en los seres y en las cosas”.

Confiesa que no considera aceptable cualquier pseudoteoría alarmista, predicción apocalíptica y postura sensacionalista, mientras desconoce si el Homo sapiens se revigorará en su trayectoria civilizacional eligiendo un camino menos violento y entrando en la sublimación de la pulsión de muerte a favor de la tolerancia, el respeto y la ética.

Igualmente, considera demasiado simplista asociar el antropoceno únicamente con el daño que el ser humano ha causado a la naturaleza. Y no pretende decir que las catástrofes naturales sean instrumentos de ella en venganza por la forma en que la tratamos.

En este proceso del antropoceno, un primer paso ha sido nombrarlo; ahora se trata de medirlo y saber qué hacer con él. Y resume: “el Antropoceno, palabra clave del siglo XXI, comenzó cuando el lenguaje simbólico pasó a habitarnos, cuando la pulsión de muerte nos impulsó a eliminar a los otros en busca de poder, y cuando el sedentarismo engendró un modelo agropastoril al que, muchos siglos después, se sumó lo industrial y lo posindustrial”.

Y culmina su libro así: “Sigo defendiendo que la forma del monstruo está en la estructura de lo humano y en esa frágil red de ilusiones llamada civilización. Cuando hablo de monstruos, me refiero a nosotros”.

Concluyendo

Nos encontramos ante un libro que investiga sobre nosotros. Intenta responder a la cuestión que lo recorre a través de toda la exposición: ¿qué nos hace ser humanos? Porque, una vez que nos reconocemos como Homo sapiens, comienza nuestra interacción, por desgracia no siempre amable, con el otro: otro que abarca no solo a las otras personas con las que convivimos sino, también, a animales, plantas y nuestra casa común, la Tierra, su Naturaleza.

El autor no esconde la influencia que han ejercido en él personas como Lacan y Freud, principalmente, aunque son numerosos los nombres de científicos que se asoman en las páginas de su propuesta.

Ilustra su exposición con recurso a series televisivas, títulos de películas, textos de obras literarias o científicas, aspectos que nos aproximan más a nuestra más reciente actualidad y aligeran la lectura, a veces densa, de una obra de la profundidad de esta.

No es ajena a su exposición, la nacionalidad de Adriano Messias: es brasileño y, pese a que su larga formación ha transcurrido también fuera de sus fronteras patrias, como es el caso de España, Francia o Argentina, abundan en el texto firmas de sus compatriotas y ejemplos vividos en aquel país.

Un libro, en definitiva, muy útil para reflexionar sobre nuestra identidad como seres humanos y la manera en que la desarrollamos en relación con los demás y con la Naturaleza cuyo cuidado tenemos encomendado.

Índice

Prefacio de Gustavo Rick Amaral
Introducción

I. ANTROPOESCENAS
1. Antropoviolaciones bajo la Plaça del Rei
2. El hacedor de selfis
3. Los últimos y los primeros días
4. La cuestión catalana
5. El Antropoceno es (también) una queja

II. EL SUJETO EN EL ANTROPOCENO
6. El desierto de la comunicación humana
7. The walking dead y el destino pulsional de la humanidad
8. ¿De quién es la culpa?: decadencia de la metáfora paterna
9. Norman Bates al diván: una taxidermia sintomatológica de lo contemporáneo
10. Tres miradas sobre la melancolía
11. La literatura fantástica y el joven lector del siglo XXI
12. Zombis, ciborgs y fantasmas

III. ANTROPOTÉCNICAS
13. La invención de lo humano: antropotecnias
14. De los fantasmas en la tecnología hacia la tecnología fantasmagórica
15. Biociborguización: ¿qué cuerpo me pongo?
16. Máquinas célibes en el arte. La seducción por el/del artista
17. Cuando los robots se pongan Dior
18. Los robots humanoides y los problemas de diseño
19. Sloterdijk y la placenta: el hermano que (no) me diste
20. Siempre se nos escapa un gato: el bestiario de Baudelaire
21. Trastornados en el mundo poskafkiano
22. Un tipi para enfrentarse a lo real

IV. ANTROPOCENO: UN PUNTO DE NO RETORNO
23. ¿Estamos cerca del fin?
24. “Ingenuamente culpables”

POST-SCRIPTUM
25. El día que la Tierra se detuvo. Tanatopolítica y antropoceno

Bibliografía
Referencias audiovisuales
Anexo 1: Lista de referencias a animales en Las flores del mal
Anexo 2: Poemas originales de Baudelaire, con nuestras traducciones
Notas

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08/09/2025 Comentarios

Reseñas

El banquete de las brujas Juan Antonio Martínez de la Fe , 08/09/2025

Entre la historia y el mito se ocultan secretos que, a veces, es mejor no descubrir


El banquete de las brujas
Ficha Técnica

Título: El banquete de las brujas
Autor: Fabio García Saleh
Edita: Editorial Almuzara, Córdoba, 2025
Colección: Novela
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 312
ISBN: 978-84-10528-41-3
Precio: 24,95 euros

Novelar es el recurso literario del autor, Fabio García Saleh, para adentrarnos en los mensajes ocultos en los frescos del pintor grancanario Jesús Arencibia, junto a incursiones en la santería, el paganismo, la gnosis. Para ello, crea una trama atrayente donde el misterio se nos presenta por doquier. Ya lo dice el autor: “El misterio engancha, atrae, seduce, fascina”.

El protagonista es un descendiente de canarios que vuela a Gran Canaria desde Madrid para encontrarse con la tierra de sus ancestros. En el trayecto aéreo, traba conversación con un extraño personaje, aquejado de alzhéimer y que le servirá de guía durante su estancia insular, acompañándolo en la visita a los frescos del pintor desentrañando los mensajes ocultos que encierran.

Siete murales

El itinerario de estas visitas viene marcado por unas esquelas, redactadas en forma de enigmas a desentrañar, que conducirán a los misterios de las pinturas. Se desvela cómo un artista, Jesús Arencibia, cuando menos agnóstico, introduce simbología gnóstica, masónica y mitología pagana en las obras que realizó en instituciones públicas administrativas o sagradas, delante de las narices de los gerifaltes del régimen franquista que le hace encargos frecuentes. En palabras del autor, Arencibia lanza “Un mensaje pagano, herético e incluso —en algunos aspectos— esotérico. Y lo hizo a plena luz, en murales que todavía están ahí, en edificios públicos, en iglesias, visibles para cualquiera”, en un contexto de férreo nacionalcatolicismo.

Junto a este escenario principal, se desarrollan otras tramas, desvelando la historia menuda de una sociedad insular en la que se mezclan arte, mitología, masonería, brujería, etc., que desde una mirada en perspectiva hacen de la narración un entretenido y sugerente collage que atrapa al lector.

Instituciones como las religiones, en especial la Iglesia católica, son el blanco de los dardos del autor. Así, por ejemplo, afirma que es un oxímoron hablar de intelectuales católicos, cuando la realidad es que existen no pocos ejemplos de filósofos y científicos creyentes. En algún momento, se recoge que Jesús afirmó ser Dios, cuando, según biblistas especializados, nunca se produjo tal aseveración.

Pero esto no empece en absoluto el fondo y la documentada exposición de Fabio García en su novela: lógicamente, se puede estar o no de acuerdo con sus apreciaciones, lo que no resta fiabilidad a los documentados conocimientos de los que hace gala a lo largo de la novela.

La obra pretende ser una reivindicación de la figura de Jesús Arencibia quien, pese a ser una de las figuras relevantes del muralismo de las islas, junto a José Aguiar y Néstor y siendo más prolífico que ellos, no tiene el reconocimiento que se merece. A veces, se le confunde con otro muralista, José Arencibia Gil, canario también y autor de magníficos murales.

En este sentido, el libro puede resultar, además de una culta y entretenida lectura, una más que interesante y útil guía para visitar los siete murales reflejados en sus páginas, pues de cada uno de ellos se hace un detallado análisis que muestra interioridades de las pinturas que pasarían desapercibidas al espectador.

En un bloque diferenciado, en el libro se reproducen a color los murales que constituyen el núcleo de la narración.

El problema que se puede encontrar a quien desee visitarlos es la dificultad de acceso que tienen varios de ellos; es más: alguno presenta evidentes señales de deterioro por la humedad y la falta de cuidado por parte de quienes están llamados a proteger su conservación.

Concluyendo

Quien se acerque a esta novela se sentirá atrapado, desde las primeras páginas, por los misterios que se van desvelando. La habilidad del autor consigue que cueste cerrar el libro por la intensidad narrativa de los acontecimientos.

En la obra aparecen nombres; nombres y apellidos de personas que sobre todo existieron, muy conocidas en diferentes ámbitos de la sociedad canaria: cultura, política, social, … Al parecer, y según manifestó el autor en la entrevista que le hizo La provincia, en su edición del 10 de agosto de 2025, hubo intentos de impedir la publicación de El banquete de las brujas.


El estilo es directo y asequible, lo que facilita la lectura, sin peroratas al margen que distraigan del hilo de la trama que, en ocasiones, adquiere tintes de thriller con misterios a resolver. De lo que no cabe duda es de que quien se introduzca en la novela no solo pasará ratos muy gratos, sino que también enriquecerá su conocimiento de la sociedad insular y, sobre todo, de ese gran artista que fue Jesús Arencibia. Muy recomendable.




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08/09/2025 Comentarios



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