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Septiembre es para muchas personas y en varios lugares la vuelta a la normalidad y la rutina tras las vacaciones de verano, con el regreso al trabajo y a las actividades académicas y sociales.
Se ha acabado agosto, un mes que se recordará por la virulencia y la rapidez con la que más de 400.000 hectáreas forestales se han quemado en España con duda de si las administraciones, organizaciones y ciudadanos aprenderán la lección de esta catástrofe para los años venideros.
Lo grave de esta nueva crisis y desastre, principalmente por una falta de la adecuada prevención y gestión, es que pone de manifiesto que no se han quemado los bosques por las altas temperaturas, sino también por la descoordinación.

En cualquier caso, hemos de agradecer al personal de todos los ámbitos públicos y privados (UME, Policías Nacionales y Locales, Guardia Civil, Bomberos, Forestales, Voluntariado, etc.) su despliegue y esfuerzo. También tener un especial recuerdo para las víctimas habidas.
El próximo año, seguiremos sufriendo los efectos del calentamiento global y es importante y urgente reeditar los planes de prevención y dimensionar los operativos de lucha contra el fuego. Esta es la prioridad, invertir más en la prevención continua, porque de lo contrario habrá más fuegos ante los que no habrá bomberos ni medios suficientes para su extinción.
Hay que generar una estrategia de seguridad alineada con los objetivos de las Comunidades con una visión sistémica orientada a crear concienciación, prevención y resiliencia ante las potenciales vulnerabilidades.
Una visión integral y metodológica, sobre cómo alcanzar un nivel aceptable de de seguridad basada en una nueva cultura, percepción, prevención, protección y gestión de la seguridad en nuestras organizaciones y comunidades, a pesar de estar inmersos en entornos de incertidumbre y crecientes riesgos y amenazas.

Cultura de seguridad
Ante un riesgo de esta magnitud, los ciudadanos y organizaciones no solo necesitan más información sino también mayor formación y cultura de prevención y protección, pues cualquier previsión y alerta meteorológica pierde eficacia si no se complementa con una adecuada cultura preventiva en la población que tiene que afrontar la situación.
Y dado que los incendios forestales, las Danas y otros fenómenos climáticos violentos cada vez son y serán más frecuentes, los expertos en emergencias proponen incluir cultura preventiva en ámbitos escolares y dar formación específica a los adultos, así como que cualquier plan de emergencia vaya acompañado de un simulacro donde se ponga a prueba y se detecte cómo la población responde ante los procedimientos de evacuación y cómo percibe y responde ante las alertas que se les comunican.
Una cultura y formación de seguridad para la población que puede reducir y contrarrestar su vulnerabilidad y lograr que, ante una alerta de emergencia, reaccione con mayor racionalidad y aumente las posibilidades de salvar la vida.
Percepción de la seguridad
La seguridad es una sensación, donde todas las personas perciben los riesgos de forma distinta, y que está apoyada en el estado de ánimo, por tanto, en constante evolución y cambio (políticas, del entorno, económicas, sociales, ambientales, etc.) y es la base para sus objetivos como contraposición a los riesgos, amenazas y vulnerabilidades de cada caso y circunstancia en busca de esa deseada seguridad.
Prevención
La prevención ante desastres está basada en la evaluación del riesgo y es resultado de la combinación de la exposición, la probabilidad y la vulnerabilidad.
La prevención de incendios forestales requiere una gestión continua que abarque todo el año, no solo el verano, y se centre en una gestión forestal dinámica y de vigilancia constante.
Conocer la probabilidad de ocurrencia del fenómeno natural y la anticipación, mejorando las predicciones, son las bases de trabajo que debemos perfeccionar para reducir al mínimo los riesgos y vulnerabilidades.
Establecer nuevas medidas de prevención: Concienciación ciudadana; Realizar trabajos de limpieza y mantenimiento de zonas para reducir la acumulación de combustible vegetal, así como la creación de cortafuegos; Establecer zonas de riesgo y diseñar medidas de prevención específicas.
La falta de prevención y adecuada gestión de incendios forestales puede tener graves consecuencias, tanto ambientales como económicas y sociales.
Actualmente, este es un escenario sin demasiada concienciación y la gente sigue haciendo vida normal completamente ignorantes del peligro y las consecuencias.
Protección
Para una adecuada prevención y protección contra los incendios forestales y otros desastres naturales, es crucial contar con los adecuados recursos, tanto de equipamientos técnicos como humanos. Esto incluye equipos de vigilancia, evaluación, sistemas de combate y personal capacitado para la prevención y extinción de incendios.
Hay que establecer nuevas medidas de protección: Disponer de personal formado y equipado, así como de medios aéreos y terrestres suficientes para la gestión y extinción de incendios; Establecer protocolos claros de actuación y sistemas de comunicación eficientes para una respuesta rápida y eficaz desde los niveles más básicos: Invertir en investigación para mejorar las técnicas de prevención y extinción.
Hay que realizar una evaluación permanente de la situación de los riesgos y amenazas y poner los medios necesarios para gestionar los incendios forestales y los recursos, técnicos y humanos, necesarios para extinguir el fuego.
Gestión integral
Es importante repetir y recordar que la Seguridad es igual a Prevención + Protección puesto que la Seguridad es un fin y la Prevención y la Protección los medios para obtenerla.
La gestión integral del riesgo permitirá la eficiencia y eficacia de la seguridad y exige una actitud preventiva y proactiva que enfrente sin demora la realidad de los peligros de los riesgos, amenazas y vulnerabilidades.
En este sentido, siguen desarrollándose constantemente nuevos medios y servicios de prevención y protección que tratan de, optimizando los recursos económicos, dar la mejor respuesta ante el análisis y evaluación de nuestras inseguridades pero han de gestionarse de forma adecuada.
A modo de conclusiones
El reto permanente más importante para la seguridad ente desastres naturales e incendios forestales, está basado en la perfecta adecuación de la prevención y demanda un estudio personalizado de la protección de la actividad y la situación del medio (información, datos, dispositivos y medios) en total convergencia con las diferentes medidas organizativas generales y específicas de cada actividad diferenciada.
El desarrollo de los Planes de Prevención y Protección personalizados, es y será la base para el desarrollo de la mejor seguridad para las personas, los bienes y el medio ambiente.
Todo ello, sin olvidar que, la Estrategia de Seguridad Nacional, indica que: “la Protección Ante Emergencias y Catástrofes precisa de una labor continua y coordinada de todos los organismos implicados, en aras a la compatibilidad, complementariedad y eficacia de las actuaciones de carácter preventivo y, en caso necesario, de respuesta”.
Es imprescindible preparar a la población en riesgo, aplicando de forma eficaz las reglas básicas para cualquier situación de emergencia, entre las que se encuentran, principalmente: La evaluación del riesgo, amenazas y vulnerabilidades; La planificación de la respuesta ante emergencias, desarrollando un plan integral de intervención; La formación y el entrenamiento regular con simulacros para asegurarse el adecuado comportamiento ante una emergencia; El equipamiento adecuado y esencial para un eficaz afrontamiento de las emergencias; La disposición de la información y la comunicación adecuada a cada emergencia, incluidos los sistemas de notificación masiva.

Finalmente, es importante analizar incidentes y su comportamiento reflexionando para mejorar y sacar todo el provecho que se deriva del análisis pormenorizado de cualquier emergencia real.
La dramática experiencia de la reciente DANA (depresión aislada en niveles altos), así como los últimos incendios forestales, han vuelto a poner de manifiesto el problema histórico de la prevención y la desordenada coordinación de las Administraciones Locales con la Administración Central.
La actual alarma social, generada por la destrucción que se está provocando en España y distintos países europeos por la ola de incendios, necesita un análisis urgente de la situación y la implicación de todos para conseguir una nueva normalidad
Las olas de calor, consecuencia del cambio climático, no solo son las que ocasionan los incendios forestales pues más del 55% son intencionados y otro 23% se deben a negligencias o accidentes, según indica la organización ecologista WWF. No obstante, el calentamiento global causado por el hombre convierte cualquier fuego en potencialmente devastador. Desde 2017, coincidiendo con la sucesión de los años más cálidos desde que hay registros, los expertos hablan de incendios de sexta generación, explosivos, impredecibles y complicados de extinguir.
Son tormentas de incendiarias que se autoalimentan cada vez con más frecuencia por todo el mundo. Si 2025 comenzó con la devastadora serie de fuegos en California, en la Unión Europea en lo que va de año, han ardido más de 400.000 hectáreas, un 117% más que el año pasado en igual período.
Este año en España, ya se han quemado ya más de 300.000 hectáreas, superando la media de los últimos 18 años a estas alturas del año.

El Ministerio del Interior ya ha declarado la fase de preemergencia y, en las tareas de extinción colaboran más de 1.500 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), un millar de bomberos forestales y más de 5.000 policías y guardias civiles. Igualmente, miles de personas han tenido que ser evacuadas.
Reinvención y nueva normalidad
La nueva normalidad de los incendios es que se han vuelto cada vez más frecuentes y potentes y, por tanto, es necesario reexaminar y actualizar todas las estrategias de prevención, planificación territorial, gestión forestal, alerta y extinción. El cambio climático está dejando aceleradamente obsoletos los métodos de actuación seguidos hasta ahora.
Hemos de realizar nuevas investigaciones para definir la realidad de los incendios forestales en nuestro país y exigir e implementar nuevas acciones y recursos; calcular las superficies de cultivos abandonados que se han transformado en masas vulnerables al riesgo de incendio; trabajar para incidir en la necesidad de soluciones al riesgo de ignición y propagación y, sobre todo, respecto a la prevención y protección, alejadas de especulaciones y desinformaciones.
En este sentido, es fundamental priorizar la prevención y gestión de incendios forestales mediante la implementación de estrategias y recursos adecuados, tanto técnicos como humanos, para la extinción del fuego.
Una gestión forestal continua y una mayor concienciación ambiental son clave para reducir los riesgos, además de la videovigilancia y el uso de imágenes satelitales para la visión de vulnerabilidades y la detección temprana de incendios.
Prevención y Gestión
A modo de esquema general presentamos un decálogo de acciones a revisar y actualizar:
Pasado, presente y futuro
En España, los incendios forestales tienen una historia compleja, con un presente marcado por grandes desafíos y un futuro incierto debido al cambio climático. Si bien el número de incendios ha disminuido en las últimas décadas, la superficie quemada y la intensidad de los fuegos, especialmente los grandes incendios forestales, están en aumento. El cambio climático, con temperaturas más altas y sequías más prolongadas, es un factor clave que agrava la situación.
En el mes de julio se cumplieron 20 años del incendio más mortífero de este siglo en España: 11 bomberos fallecieron mientras luchaban contra las llamas en un pueblo de Guadalajara. La tragedia horrorizó a todo el país y fue un punto de inflexión que abrió la puerta a toda una serie de cambios legales y a una mayor concienciación social. La propia UME nació de esas cenizas. Pero también dejó como herencia un triste precedente de enfrentamiento político. La realidad es hoy todavía más compleja y peligrosa que entonces y no debemos dar pasos atrás en las lecciones aprendidas.
El presente está muy relacionado con cambio climático que está generando condiciones más propicias para los incendios, con olas de calor más frecuentes y prolongadas, así como sequías más intensas. Los grandes incendios forestales, aquellos que queman 500 hectáreas o más, están aumentando en frecuencia y tamaño, causando graves daños ambientales y socioeconómicos.
El futuro de los incendios forestales en España dependerá en gran medida de la evolución del cambio climático y de la capacidad de adaptación y prevención.
Estrategia Nacional
Hay que poner los medios necesarios para prevenir y gestionar el riesgo de incendios forestales y los recursos, técnicos y humanos, necesarios para extinguir el fuego.
Las consecuencias de la inacción son terribles y por eso hay que establecer una nueva Estrategia Nacional para la gestión de los bosques y cultivos que incluya la prevención de incendios forestales a lo largo de todo el año, no solo durante los meses de verano.
Establecer nuevas medidas de prevención y gestión implica:
- Concienciación ciudadana sobre los riesgos y cómo evitarlos, incluyendo la prohibición de hacer fuego en zonas no autorizadas y extremar precauciones con vehículos y maquinaria.
- Realizar trabajos de limpieza y mantenimiento de zonas para reducir la acumulación de combustible vegetal, así como la creación de cortafuegos.
- Establecer zonas de riesgo y diseñar medidas de prevención específicas para cada una, incluyendo infraestructuras de protección.
- Disponer de personal formado y equipado, así como de medios aéreos y terrestres suficientes para la gestión y extinción de incendios.
- Establecer protocolos claros de actuación y sistemas de comunicación eficientes para una respuesta rápida y eficaz desde los niveles más básicos.
- Invertir en investigación para mejorar las técnicas de prevención y extinción.
La falta de prevención y adecuada gestión de incendios forestales puede tener graves consecuencias, tanto ambientales como económicas y sociales. La pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo, la contaminación del aire y el agua, así como los daños a infraestructuras y viviendas son algunos de los efectos más negativos. Además, los incendios forestales pueden provocar la pérdida de vidas humanas.

En resumen, una Estrategia Nacional de gestión forestal que integre la prevención, la gestión de emergencias y la investigación, es fundamental para proteger nuestros bosques y la seguridad de las personas y bienes frente a los incendios forestales.
Prevención y protección. Recursos y medios
Para una adecuada prevención y protección contra incendios forestales, es crucial contar con adecuados recursos, tanto técnicos como humanos. Esto incluye equipos de vigilancia, herramientas de combate y personal capacitado para la prevención y extinción de incendios.
Recursos técnicos:
- Equipos de vigilancia y sistemas de detección temprana de incendios; equipos de extinción como motobombas, vehículos anfibios y herramientas manuales;
- Equipos de protección, ropa ignífuga, cascos, gafas, mascarillas y otros equipos de protección individual para los combatientes.
Recursos humanos:
- Bomberos y agentes forestales y otros profesionales con formación específica en la prevención y extinción de incendios;
- Voluntarios formados, entrenados y organizados para apoyar en labores de prevención y combate.
Planes de prevención:
- Desarrollo de planes de prevención que incluyan medidas como la creación de cortafuegos, la vigilancia y gestión forestal sostenible y la educación de la población sobre el riesgo de incendios.
Control de masa combustible:
- Reducción de la cantidad de material combustible en zonas forestales para disminuir la propagación del fuego.
Educación y concienciación:
- Información a la población y organizaciones sobre las medidas de prevención y actos no autorizados.
Sistemas de protección:
- Implementación de sistemas de alerta temprana para notificar a la población sobre la proximidad de incendios y facilitar la evacuación.
Zonas de seguridad:
- Establecer zonas de seguridad donde la población pueda refugiarse en caso de evacuación por incendio.
Infraestructura de apoyo:
- Contar con carreteras de acceso a zonas forestales, puntos suministro de agua para la extinción y refugios temporales.
En resumen, la prevención y protección contra incendios forestales requiere una combinación de recursos técnicos y humanos especializados, así como la implementación de medidas de prevención y protección adecuadas.
Continúa leyendo el decálogo de acciones a revisar y actualizar
La transformación digital debe ser ordenada y segura, garantizando la resiliencia de las infraestructuras críticas especialmente frente a ataques cibernéticos.
Para abordar los nuevos riesgos y amenazas globales en ciberseguridad, especialmente en el contexto de NIS2 y la protección de infraestructuras críticas y estratégicas, es crucial adoptar un enfoque de Seguridad Global (integral e integrada) que combine la implementación de herramientas y soluciones tecnológicas con una gestión estratégica de riesgos y una cultura de concienciación en materia de ciberseguridad.
En el mercado existe un gran número de herramientas y soluciones para la
gestión de la
Ciberseguridad. Pero para conocer cuál aplicar en cada momento, aparte de
conocer sus fundamentos de aplicación y ventajas operativas, es necesario
realizar antes los pasos previos para una adecuada planificación, que al menos
debe incluir: una Evaluación de Activos, un Análisis de Riesgos y unas medidas
organizativas como la Elaboración de Planes de Respuesta y la Formación y
Concienciación de todo el personal.
- Evaluación de Activos
El análisis de riesgos y la evaluación de activos son pasos cruciales en la
ciberseguridad para identificar y mitigar amenazas. Se trata de identificar qué
es importante para la organización (activos), evaluar las vulnerabilidades y
amenazas que los afectan, y priorizar los riesgos para enfocar los esfuerzos de
seguridad en los más críticos.
El Esquema de trabajo para el Análisis de Riesgos y Evaluación de Activos es
el siguiente:
- Identificación de Activos Críticos. El primer paso es
determinar qué recursos son vitales para la operación y el éxito de la
organización. Esto debe incluir datos, sistemas, aplicaciones, infraestructura
de red y otros elementos relevantes.
- Análisis de Amenazas. Se deben analizar las posibles
amenazas que podrían afectar a los activos, incluyendo internas y externas,
ataques cibernéticos, errores humanos, etc.
- Evaluación de Vulnerabilidades. Se deben identificar las
debilidades en los activos identificados que podrían ser explotadas por
amenazas.
- Evaluación de Riesgos. Se deben evaluar los riesgos
combinando la probabilidad de ocurrencia de una amenaza y el impacto potencial
que tendría en los activos.
- Priorización de Riesgos. Una vez evaluados los riesgos,
se deben priorizar para determinar cuáles requieren atención inmediata y
cuáles pueden ser tratados posteriormente.

La evaluación y gestión de riesgos y activos es fundamental para: [...]
La Seguridad Global Corporativa está experimentando una evolución hacia nuevos paradigmas que buscan una protección más efectiva, considerando la complejidad y la interconexión de los desafíos actuales. Estos nuevos paradigmas deben integrar la Seguridad con el desarrollo y los Derechos Humanos, promoviendo la participación ciudadana y teniendo como enfoque principal el uso de tecnologías emergentes para la prevención, protección y respuesta ante amenazas.
Nuevos Paradigmas de Seguridad Corporativa
Los nuevos paradigmas de Seguridad Corporativa enfatizan un enfoque integral
que va más allá de la protección física, abarcando aspectos como la Seguridad de
la Información y la Ciberseguridad, la Seguridad Ambiental y la Seguridad
Humana. Este enfoque holístico considera la seguridad como una estrategia
integrada que protege tanto los activos físicos como los intangibles de una
organización, incluyendo sus datos, sistemas, personal y entorno de actividad.

El enfoque global reconoce que las amenazas actuales son diversas y
complejas, incluyendo ataques cibernéticos, amenazas a la reputación, riesgos
ambientales y problemas de seguridad de las personas y activos.
Seguridad
Global Corporativa
La Seguridad Global Corporativa está experimentando una transformación, donde
la protección de los ciudadanos se considera un elemento central. La
colaboración, la innovación tecnológica, la adaptación al cambio y la
integración de la Seguridad Humana son esenciales para construir entornos más
seguros y resilientes.
La Seguridad Corporativa, en este contexto, se refiere a las acciones y
medidas que buscan proteger a las personas y organizaciones de diversas
amenazas, tanto físicas como digitales, permitiendo un funcionamiento seguro y
resiliente.
En este sentido, la transformación de la Seguridad Global Corporativa implica
una mayor:
La transformación de la seguridad privada impulsada por la tecnología y el talento en un mundo donde la globalización, la innovación y la colaboración marcan la diferencia, el sector industrial y de servicios de la Seguridad Privada sigue reinventándose.
La captación, retención y gestión del talento en la seguridad privada es fundamental para ofrecer soluciones y garantizar servicios eficientes y confiables. Implica atraer, identificar, desarrollar y retener profesionales cualificados que se adapten a las necesidades específicas del sector y del mercado, considerando tanto las habilidades técnicas como las cualidades personales.
El modelo español de seguridad privada está liderando una revolución que
fusiona tecnología, inteligencia artificial y soluciones personalizadas para
proteger personas y bienes, organizaciones,
infraestructuras críticas y servicios esenciales.
Una seguridad privada que evoluciona muy rápidamente, impulsada por la
tecnología y la inteligencia, el talento, la globalización de la seguridad
ciudadana y la integración operativa entre la seguridad pública y privada.
Esto es debido a que un amplio sector de la industria y servicios de
seguridad privada se encuentra en constante crecimiento e innovación basado en
ese desarrollo tecnológico y aplicaciones de la Inteligencia Artificial (IA), el
Internet de las Cosas (IoT), la
ciberseguridad y los sistemas inteligentes de control y gestión integral de
los
riesgos y las seguridades.

Evolución que se fundamenta, principalmente, en soluciones personalizadas
para cada sector y área de actividad y, muy especialmente, para aplicaciones en
seguridad ciudadana y
protección de infraestructuras críticas y servicios esenciales.
Industria y servicios de seguridad privada que son parte de la solución y
presentan una gran oportunidad para la implementación de una nueva cultura de
seguridad.
Captación, retención y gestión del talento
La seguridad es una actividad estratégica, el puesto, la función y la
contribución del profesional de la seguridad debe necesariamente ser más amplio
que el de un técnico. Las organizaciones deben pensar en la implantación y el
desarrollo del talento para la seguridad como algo que va más allá de la
experiencia básica o técnica.
Los retos a los que se enfrentan las organizaciones en la captación,
retención y gestión del talento en la actualidad, están marcados por una notable
escasez de profesionales y una auténtica guerra por el talento, y las
organizaciones se enfrentan a múltiples barreras que dificultan su capacidad
para atraer y fidelizar a perfiles cualificados.
La captación, selección, evaluación y retención de talentos han de respaldar
los objetivos estratégicos de una organización, incluida la inteligencia y
seguridad.
Para cada organización y sector de actividad ha de elaborarse una estrategia
para encontrar y retener el talento en el ámbito de la seguridad y para ello, ha
de tenerse en cuenta, al menos:
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850