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Las escapadas a la sierra los días festivos perjudican a los polluelos

La UCM analiza la salud de las crías de herrillero común nacidas en nidos colocadas cerca de merenderos


Salir del huevo en un nido situado cerca de un merendero coincidiendo con un día festivo –con afluencia masiva de visitantes– perjudica al desarrollo de los polluelos. Es la principal conclusión de un estudio de la Universidad Complutense de Madrid en el que han analizado la salud de las crías de herrerillo común nacidas en 138 cajas nido colocadas cerca de merenderos o en zonas tranquilas de un bosque de la Sierra de Guadarrama (Madrid).


UCM
12/12/2016

Polluelos de dos días de edad en el interior del nido. Imagen: Carolina Remacha. Fuente: UCM.
Polluelos de dos días de edad en el interior del nido. Imagen: Carolina Remacha. Fuente: UCM.

Los polluelos nacidos en nidos cercanos a los merenderos que están instalados en zonas boscosas cercanas a las ciudades tienen peor salud si salen del huevo en un día festivo, al coincidir con el incremento masivo de visitantes.
 

“Fuera del merendero, donde no hay tantas personas, las aves recién nacidas se desarrollaron normalmente con independencia del día en que nacieron”, explica Javier Pérez-Tris, investigador del departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
 

En un estudio liderado por el biólogo y publicado en la revista PLOS ONE, los científicos monitorizaron 65 cajas nido situadas en zonas cercanas a merenderos y 73 alejadas.
 

El lugar elegido fue el bosque de La Herrería, ubicado en la Sierra de Guadarrama, a sesenta kilómetros de Madrid, y el ave estudiada, el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), un pájaro de unos diez gramos en su edad adulta que es muy habitual en los bosques españoles.
 

Los biólogos realizaron las mediciones en la primavera de 2009, registrando el día en que cada uno de los 191 polluelos estudiados salió del cascarón. De esta forma, había aves que en sus dos primeros días de vida soportaban una aglomeración masiva en el merendero al caer en festivo, o polluelos cuyo desarrollo inicial coincidía con días sin grandes afluencias de personas.
 

Las cajas nido fueron situadas por los propios científicos, que midieron, en cada polluelo, la masa corporal, la longitud del tarso (un hueso de la pata fácil de medir externamente) y la condición corporal (el peso relativo al tamaño) en cinco ocasiones, con edades de 2, 5, 8, 11 y 15 días.
 

“Las medidas se tomaron con reglas especiales para medir aves pequeñas, y el peso, con una balanza de precisión”, señala Carolina Remacha, investigadora de la UCM y primera autora del estudio, que se encargó de medir estos valores en el propio terreno, para no entorpecer la alimentación de las crías.


Desde que salen del cascarón
 

Los científicos comprobaron que la masa corporal de los polluelos registraba valores más bajos a los once días de nacer en aquellas aves cuya salida del huevo en nidos cercanos al merendero coincidía con festivos.
 

A los quince días, justo antes de abandonar el nido, estos polluelos tenían peor condición física y eran un 10% más ligeros que los demás, una diferencia que, según los expertos, puede comprometer la supervivencia en esta especie.
 

Sin embargo, los investigadores aseguran que el desarrollo anormal se produce desde que salen del cascarón. “Los parámetros de nuestras curvas de crecimiento no reflejan un cambio brusco de trayectoria en ningún grupo de pollos hacia el día once ni en ningún otro momento, aunque las diferencias de peso sean detectables estadísticamente solo a partir de la medida del día once”, aclara Remacha.
 

Según los investigadores, sería el estrés que genera la afluencia de gente a los merenderos y que coincide con el inicio del crecimiento del ave lo que condicionaría su desarrollo posterior. Las atenciones de los progenitores en todos los casos son las mismas; no se reducen por miedo a los humanos.
 

A juicio de los científicos, limitar las visitas a este tipo de espacios no es una buena solución y apuestan por buscar un equilibrio. “Bien gestionado, el uso recreativo de los espacios naturales tiene grandísimos beneficios, no solo en términos de bienestar sino también en cuanto a conservación de las especies, al ser una herramienta importante de sensibilización ambiental”, recalcan los biólogos.


Referencia bibliográfica:

Carolina Remacha, Juan Antonio Delgado, Mateja Bulaic y Javier Pérez-Tris. Human Disturbance during Early Life Impairs Nestling Growth in Birds Inhabiting a Nature Recreation Area. PLoS ONE (2016). DOI: 10.1371/journal.pone.0166748.



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