Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Estoy absoluta y totalmente de acuerdo con la postal de mi amigo el Dr. Fernando Bermejo publicada el miércoles pasado en este Blog, salvo en una pequeña nota que en nada afecta al contenido, que es lo importante. Escribe Fernando “En España la han mantenido particularmente G. Puente Ojea, J. Montserrat y -en tiempos recientes- un servidor”. Aquí omite Fernando de un modo totalmente involuntario, y por un simple olvido puesto que cita en primera línea el trabajo que voy a presentarles ahora en un artículo suyo del Journal for the Study of the Historical Jesus. De acuerdo con Fernando Bermejo, e incluso incorporando algunas sugerencias suyas voya a recordar aquí un trabajo mío escrito en 2009 y publicado en 2010, de 95 páginas, cuyo título es “Jesús y la política de su tiempo”. Ensayo-Epílogo anexo al libro El discípulo, de Emilio Ruiz Barrachina, Ediciones B. Barcelona, 2010, pp. 217-311. ISBN: 978-84-666-4326-9. Quiero rememorar algunos párrafos de este trabajo porque creo que desde hace mucho tiempo llevo defendiendo la misma postura, y me parece conveniente corroborar la posición del Dr. Bermejo que es muy discutida en España y fuera. En ese trabajo escribo lo siguiente: “La interpretación de Jesús de Nazaret defendida por la novela “El Discípulo”, de Emilio Ruiz Barrachina (que vio la luz en público después de la película del mismo título, a cuyo guión colaboré con algunas escenas), es la siguiente: Jesús no fue sólo el judío profundamente religioso, amante de los pecadores, predicador de la bondad y del futuro reino de Dios, base y fundamento de la religión cristiana, sino también y ante todo un dirigente espiritual de un grupo de judíos del siglo I de nuestra era, seguidores primero de Juan Bautista y luego discípulos suyos, comprometidos de corazón con la liberación religiosa y política del pueblo judío. La liberación política de la tierra de Israel del yugo de los romanos formaba parte importante del ideario religioso de este grupo, puesto que religión y política iban ligadas en este tiempo. “En la novela “El Discípulo”, corregida y un tanto reelaborada por mí por deseo del autor, Jesús no es presentado simplemente como un galileo armado, preocupado sólo o casi especialmente por la violencia física, la única capaz de expulsar a los romanos de su amada tierra, sino como un dirigente espiritual que –con ciertas dudas y tormentos interiores, y un tanto a su pesar- acepta la herencia espiritual de Juan Bautista, su maestro. En la práctica ésta le lleva a conducir espiritualmente a un conjunto de gentes religiosamente comprometidas a una empresa semimilitar, orientada a apoderarse del templo de Jerusalén, incluso por la violencia si fuere necesario, para “forzar” a Dios a que interviniera finalmente con su potente brazo y liberara a Israel de la presencia de extranjeros impuros, los romanos. Esta emancipación sería el primer paso, necesario, para el cumplimiento pleno de la ley divina, y para la instauración del reino de Dios sobre la tierra de Israel, conforme a las promesas divinas repetidas innumerables veces a través de los profetas en las Escrituras sagradas. “Esta tesis puede ser sorprendente para un lector cristiano de hoy día, acostumbrado al ambiente religioso general de un país de tradición cristiana, a la educación religiosa usual, o a los sermones dominicales. Sin embargo, este supuesto ha estado siempre presente en el estudio serio y científico de los Evangelios, y del Nuevo Testamento en general, desde los inicios mismos de la investigación crítica de los orígenes cristianos. Nuestra primera tarea será poner de relieve este aserto”. Sigue a continuación una larga historia de la investigación en la que paso revista a las obras de Hermann Samuel Reimarus (1694-1768); de Karl Kautsky, quien en 1908 publicó una obra también de gran impacto: El origen del cristianismo; de Robert Eisler, Jesús, el rey que nunca reinó (Munich 1929-1930: El título en realidad está en griego: Iesoús basileús ou basileúsas), obra que tuve ocasión de leer, aunque no entera, cuando hacía mi tesis doctoral; Archibald Robertson, The Origins of Christianity, International Publishers, Nueva York , 1954, 2ª ed. corregida de 1962; Samuel G. F. Brandon, Jesus and the Zealots, Manchester University Press. Brandon había comenzado a escribir sobre esta relación ya en 1951 en su obra The Fall of Jerusalem and the Christian Church (“La caída de Jerusalén y la iglesia cristiana”); Hyam Maccoby, Revolution in Judaea. Jesus and the Jewish Resistence (reedición, Nueva York, Taplinger 1980). Más tarde siguió desarrollando su tesis en diversos artículos de la revista Encounter; Otros autores de menor talla que tomé –y asi lo señalé-- del libro Jesus and the Politics of his Day (eds. E. Bammel y C. F. D. Moule), Cambridge University Press, 1988), que es una especie de “summa” (resumen) de argumentos, ordenados por temas/capítulos, dirigidos expresamente contra la obra de Samuel G. F. Brandon, Jesus and the Zealots de Manchester University Press, 1967, ya citado; G. Puente Ojea el investigador que con mayor consistencia ha seguido la línea interpretativa de Reimarus hasta Brandon sobre la figura y misión de Jesús. Desde su primera obra de 1974, Ideología e historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico, Editorial Siglo XXI, Madrid 91991, hasta sus más recientes, La existencia histórica de Jesús, y La religión, ¡vaya timo!, Siglo XXI, Madrid, 2009 y Editorial Laetoli, Pamplona, 2009, respectivamente, Montserrat Torrents, estudioso del cristianismo antiguo, con su obra El galileo armado. Una historia laica de Jesús Edaf, Madrid, 2007. Para el transfondo de su pensamiento es también fundamental el conocimiento de su obra, La sinagoga cristiana, edición revisada, Trotta, Madrid, 2005, y de otros autores que no piensan lo mismo pero que ayudan a delinear una imagen de Jesús comprometido con la situación social y política de su tiempo como Joseph Klausner, Jesús el Nazareno. Su época, su vida y su enseñanza, en la versión española de J. Piatigorsky, Paidós, Barcelona, 1991, o Paul Winter, On the Trial of Jesus, Berlín, 1961, 2ª edición ampliada, Brill, Leiden 1974. Además de este repaso, hago un análisis de varios textos evangélicos que pueden sustentar la imagen de un Jesús violento que ocupa bastantes páginas, que son los siguientes: • La predicación de Jesús del reino de Dios en la tierra de Israel, con sus típicas características de bienes materiales y espirituales que la divinidad habría de conceder en esos tiempos, supone un cambio tal de la situación política y social que no podría conseguirse sin una acción armada, bien fuera milagrosa, de parte de Dios –que enviaría por ejemplo doce legiones de ángeles a expulsar a los malvados (Mt 26,53)-, bien por mano humana pero con la ayuda igualmente de la divinidad. En cualquiera de los casos los romanos tenían que ser expulsados de la tierra de Israel, propiedad sólo divina, lo que naturalmente no ocurriría sin violencia. • El Evangelio de Lucas -que es menos circunspecto que el de Marcos en algunas cuestiones políticas, ya que escribe más tarde y bajo circunstancias menos preocupantes- tiene algunas noticias que dejan traslucir el carácter guerrero de Jesús. La primera aparece en 22,35-38: “Y les dijo: «Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin sandalias, ¿os faltó algo?» Ellos dijeron: «Nada». Les dijo: «Pues ahora, el que tenga bolsa que la tome y lo mismo alforja, y el que no tenga que venda su manto y compre una espada; porque os digo que es necesario que se cumpla en mí esto que está escrito: “Ha sido contado entre los malhechores”. Porque lo mío toca a su fin». Ellos dijeron: «Señor, aquí hay dos espadas». EÉl les dijo: «Basta»”. • Jesús jamás condenó la violencia de los celotas o sus principios. En las dos fuentes más antiguas de la tradición sinóptica (el relato de Marcos y el conjunto de dichos atribuidos a Jesús conocido como Fuente Q) no aparece ninguna condena explícita de la violencia. • Jesús tenía entre sus discípulos un celota al menos, Simón el “cananeo”, como discípulo íntimo. Es muy improbable que lo hubiera elegido sin comulgar con su ideología. El apelativo “cananeo” significa “celote” (arameo qanna’), no un “individuo que procede de la ciudad de Caná” como se ha pretendido. • Julius Wellhausen, un famoso investigador del Antiguo Testamento y también comentarista notable del Evangelio de Marcos, había sugerido a principios del siglo XX que (Judas) Iscariote no significaba “hombre de Kerioth”, sino “sicario”. Igualmente el sobrenombre de dos de los discípulos predilectos de Jesús, Santiago el Mayor y Juan, como “Boanerges” o “hijos del trueno”, alude sin duda a un espíritu celota, más bien agresivo. • Jesús se mostró expresamente como un hombre violento tal como indican diversos pasajes de los Evangelios. Así el citado texto de Lc 22,35-37, donde Jesús incita a armarse a sus seguido¬res: “El que no tenga (espada) que venda el manto y se compre una…; de hecho lo que a mí se refiere toca a su fin”. Mt 10,34: “No vine (al mundo) a poner paz, sino espada...”; igualmente Mt 11,12: “El reino de Dios padece violencia y los violentos lo toman por la fuerza”, dicho que aparece también en Lc 16,16. • La frase de Jesús “"Si alguien quiere ir tras de mí, niéguese sí mismo y coja su cruz y sígame” no significa lo que entiende normalmente un piadoso cristiano, a saber una incitación al sacrificio en el marco del discipulado de Jesús, en el cual el vocablo “cruz” es entendido metafóricamente. Por el contrario, estas palabras deben entenderse en su significado más real, como la pena que imponían usualmente los romanos a quienes prendieran como sospechoso de rebelión contra el Imperio, los celotas. Jesús afirmaría entonces: “El que desee seguirme debe atenerse a las consecuencias. Si los romanos lo capturan, puede acabar en la cruz”. Ello indicaría que las acciones y dichos de Jesús podrían, al menos en ocasiones, situarse en el ámbito de una acción políticamente peligrosa desde el punto de vista romano. • Los evangelios muestran que los discípulos iban armados. Se prueba por alguna que otra frase suelta que se ha conservado en el Evangelio de Lucas. Importante es de nuevo el texto de Lc 22,38: “Ellos , los discípulos, dijeron: «Señor, aquí hay dos espadas»”, junto con el episodio del prendimiento en Getsemaní: “Viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿herimos a espada?»” (Lc 22,49). • El Evangelio de Lucas trae también un pasaje que debe interpretarse como una velada alusión a dos episodios, cuyo exacto contenido no es posible saber, pero en los que estaban involucrados muy probablemente celotas: En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo» (Lc 13,1-5). Jesús se muestra compasivo con ellos, probablemente celotas como decimos, lo que indica un espíritu afín. • La entrada en Jerusalén (Mc 11,7-10) fue un acto claramente mesiánico en el sentido más verdaderamente judío, que implica un mesianismo con tintes de monarca guerrero, naturalmente enemigo de los dominadores romanos: Traen el pollino donde Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él. Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos. Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!». Parece bastante claro que Jesús deseaba mostrar de una manera ostentosa su condición de mesías de Israel. Durante el desarrollo de la escena las gentes, incluidos los discípulos, aclaman a Jesús como “hijo de David” y consecuentemente, rey de Israel. En la época de Jesús se sabía muy bien que un mesías “hijo de David” suponía ser un político y un guerrero. Lo mínimo que las masas esperaban de él era que expulsara a los romanos del país, de modo que éste quedara libre de impurezas y pudiera practicar sin impedimentos la ley divina. Tal acogida, como muestra la escena, jamás habría sido dispensada a Jesús si el pueblo hubiera sabido que él era en lo más mínimo favorable a los romanos. Además es claro que, según el Evangelio de Lucas (19,30-40), Jesús no contradice a quienes así lo aclaman, sino todo lo contrario: Algunos de los fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: «Maestro, reprende a tus discípulos.» Respondió: «Os digo que si éstos callan, gritarán las piedras». • El Evangelio de Juan, generalmente no fiable desde el punto de vista histórico, después de narrar el milagro de la multiplicación de los panes, que enfervorizó a las gentes y les hizo pensar que Jesús era el mesías, trae una noticia en el capítulo 6 que parece atendible: “Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarlo por la fuerza para hacerlo rey, huyó de nuevo al monte él solo”. (6,14-15). Naturalmente, “hacerlo rey” supone lo que antes indicábamos: un monarca político y guerrero de acuerdo con el pensamiento que el pueblo albergaba como posible en Jesús. Según el evangelista y cómo veremos luego, el que éste lo rechazara supone que Jesús tenía otra idea del mesianismo, algo en verdad improbable, pues no habría dado pábulo a que le hicieran la propuesta. Para no cansarles hoy con demasiado material, termino mañana con mi resumen. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 14 de Noviembre 2014
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Hoy escribe Fernando Bermejo
He recibido recientemente un par de preguntas de lectores, relativas a mi posición sobre la hipótesis de la implicación de Jesús en ideología y/o actividad anti-romana (lo que he denominado en ocasiones, para simplificar, el “Jesús sedicioso”). Aunque está a punto de publicarse un extenso artículo mío sobre esta cuestión en el Journal for the Study of the Historical Jesus donde explico cuál es mi posición al respecto de un modo sistemático y con abundancia de argumentos, creía haber expresado ya el núcleo de mi posición con anterioridad, en particular en algunas páginas de mi artículo “¿(Why) Was Jesus the Galilean Crucified Alone? Solving a False Conundrum”, Journal for the Study of the New Testament en 2013 (v. pp. 144-149) accesible a los lectores en la página ya facilitada: https://uned.academia.edu/FernandoBermejoRubio Aunque los argumentos serán detalladamente expuestos en el citado artículo en prensa, reformulo aquí sintéticamente algo. Si bien hay muchas cosas que ignoramos e ignoraremos acerca de Jesús (igual que acerca de otras innumerables figuras del pasado), podemos estar completamente seguros de que una parte nada desdeñable de la tradición evangélica ha sido editada y reformulada de acuerdo con ciertos intereses concretos de los transmisores y los evangelistas. La razón es –como he dicho en varias ocasiones– que un buen número de pasajes clave son incongruentes, y que la incongruencia es en todos los casos del mismo tipo: los pasajes o los hilos conductores referidos al uso de violencia, uso de armas, nacionalismo anti-romano o pretensiones regio-mesiánicas han dejado sus huellas en los textos, pero son huellas siempre truncadas. Este hecho apunta a que la tradición ha sido editada en el sentido de una despolitización –algo que es reconocido por todo estudioso que se precie, independientemente de su posición ideológica, aunque cuando esto se reconoce en ciertos ámbitos suele ser a la chita callando–. Cuando a esto se le suma la presencia –más abundante de lo que parece a primera vista– de los rastros de material en los Evangelios y Hch que apunta a una implicación de Jesús y su grupo en ideología y actividad anti-romana (predicación de la venida inminente del Reino de Dios, que implicaría automáticamente el fin de todo dominio pagano; visión displicente de los paganos; crítica de los gobernantes; pretensión regio-mesiánica de Jesús; elección de un grupo de discípulos a los que se prometen posiciones como gobernantes-jueces en el futuro Israel; probable oposición al pago del tributo; al menos en el último período, carácter armado –con espadas– del grupo; incidentes en Jerusalén durante la Pascua, etc.), la hipótesis de un Jesús que no solo fue un predicador religioso visionario sino también un nacionalista convencido se impone a las conciencias de los estudiosos. Desde Reimarus, la han mantenido gente con trasfondos ideológicos y creencias muy diferentes: Charles H. Hennell, Karl Kautsky, Robert Eisler, Samuel Brandon, Hyam Maccoby, Joel Carmichael, etc. En España la han mantenido particularmente G. Puente Ojea, J. Montserrat y -en tiempos recientes- un servidor. De lo que, sin embargo, en principio al menos no podemos estar seguros es del alcance de esa edición. Esto explica que existan al menos dos visiones diferentes sobre este asunto. Algunos autores creen que la tradición ha sido completamente remodelada, y que Jesús habría sido, además de un visionario religioso, una suerte de jefe militar que se habría hecho responsable o de una guerra de guerrillas o de un golpe de mano en Jerusalén para hacerse con el Templo. Variantes de esta posición se hallan en Eisler y recientemente en Montserrat. No me atrevo a decir que esta visión sea absurda, como hacen muchos autores que la ridiculizan sin advertir que sus propias reconstrucciones son históricamente inverosímiles y, por tanto, sí verdaderamente ridículas. Y no me atrevo precisamente porque –repito- no sabemos cuál es el alcance de la edición sufrida por la tradición (es considerable, pero no conocemos cuál es su exacto alcance). Y, sin embargo, hay algunas razones que invitan a pensar que la manipulación de la tradición no fue tan completa, y que por tanto existe una alternativa más probable a la ya expuesta. La primera es una razón de economía: esa reconstrucción de los hechos parece obligar a postular prácticamente una reescritura completa de la tradición, algo que psicológicamente es posible pero no probable. La segunda es una razón de complejidad: la tradición deja entrever que Jesús no fue solo un insurgente, sino también un predicador carismático. La tercera es que, dada la aparente itinerancia de Jesús y su aparente renuncia a contar con medios materiales autónomos, no parece plausible que haya podido tener un ejército. La cuarta es que es perfectamente posible considerar a Jesús un nacionalista anti-romano rodeado de un grupo armado sin necesidad de postular una interpretación “militar”. En efecto, Hyam Maccoby explicó los testimonios disponibles conjeturando que Jesús y su grupo esperaron la irrupción escatológica de Dios en el Monte de los Olivos, y que se armaron precisamente para secundar esa manifestación divina –de un modo parecido a como los autores y destinatarios del Rollo de la Guerra de Qumrán creyeron en una sinergia humano-divina y planearon su participación en la guerra escatológica–. Esta interpretación es la que –sin citar a Maccoby – ha sido expuesta por el respetado exegeta Dale B. Martin en un recentísimo artículo del Journal for the Study of the Historical Jesus al que he hecho referencia en un post anterior. Y es también esta interpretación la que, siguiendo a Maccoby, yo he mantenido en mis artículos. Así pues, yo no veo necesariamente a Jesús como un mata-romanos, porque no tengo constancia de que matara a ninguno, y porque no creo que su interés principal fuera ese; esta tarea de eliminar a Roma ya se la dejaba él a Dios. Desde luego, sus discípulos estaban dispuestos a hacerlo, y él fue quien eligió a sus discípulos y quien les dio órdenes. Pero que Jesús se opuso teórica y prácticamente al dominio romano de Judea, rechazando el pago del tributo, criticando a las autoridades sacerdotales colaboracionistas, enarbolando pretensiones usurpatorias, diciendo a sus discípulos que se armaran con espadas, y que estuvo dispuesto a apoyar a su Dios con armas bien reales en el momento crucial de lo que equivocadamente pensó sería su manifestación definitiva, esto me parece que es lo mínimo que se sigue de una lectura crítica de los textos. Si esta hipótesis no fuera razonable, entonces los evangelios no serían solo textos infestados de incongruencias; serían algo peor: serían cuentos contados por idiotas. Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 12 de Noviembre 2014
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Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: Quería preguntarle por su opinión personal sobre lo que cree que le habría ocurrido a Jesús y sus seguidores si no hubieran fracasado, es decir, si Jesús no hubiese sido detenido y crucificado por los romanos. Cree que podría haber iniciado un levantamiento contra los romanos desde el templo de Jerusalén que podría haber acabado en la independencia de Israel de Roma y el nombramiento de Jesús como sumo sacerdote-gobernador o rey de los judíos de manera similar a como ocurrió con los héroes macabeos frente a los seléucidas anteriormente en el siglo II a. C.. Por otro lado quería añadir que llego a estas conclusiones porque Jesús en vida fue considerado profeta y al final mesías, lo que da a entender que podía tener derechos como rey de los judíos. Gracias. Respuesta: Esa hipótesis es un futurible y por tanto difícil de responder. Pero las circunstancias políticas en tiempos de Jesús no eran las mismas que con los monarcas seléucidas, en especial Antíoco IV Epífanes hacia el 168 a.C. De ningún modo, porque Roma bajo Tiberio era ya un imperio potentísimo, y jamás habría permitido el triunfo de una insurrección. Ya se vio clarísimamente en la Gran Guerra del 66-70 d.C. Además, si es verdad la imagen general de Jesús que pintan los Evangelios aun con sus correcciones, no parece que jamás se hubiera dedicado a formar un ejército en serio, porque para él la implantación del reino de los cielos dependía de Dios absolutamente que tenía sus propias legiones de ángeles. Pregunta: Hola Antonio, tanto darle bueltas a la vida de jesus enfocansode en pequeñeses que opina usted del sacrificio de jesucristo por nosotros ante el dios que era mas presente durante la creacion en adelante?. puede ser que nos trato de liberar de Jehova vindandole su energica corporal en la tierra insinuando que la umanidad no esta sola, digo esto enfocando en los sacrificos que le brindaba a Abel y luego que paso el dilubio a Moises. me podria dar su opinion sobre el tema expuesto a debatir? Respuesta: Tal como lo cuentan los Evangelios y toda la teología de Pablo y sus sucesores, el esto de las epístolas paulinas del Nuevo Testamento, y podría decirse también lo mismo de los otros escritos, de ningún modo puede pensarse que Jesús con su sacrificio intentó liberarnos del poder de Yahvé como un dios irascible, celoso, etc. Pregunta: Prof. Piñero: Casi que intuyo la respuesta pero quiero conocerla por Vd. y sobre todo en sus detalles. ¿Está enterrado y cómo se supone que llegó allí, a Santiago de Compostela, el apóstol directo de Jesús, Santiago? Ello sin olvidar que supuestamente, a su paso por Zaragoza, se la apareció la Virgen, que en ese momento todavía no "había subido al cielo en cuerpo y alma", es decir, que estaba todavía en el planeta. ¿Qué base o qué origen histórico tiene todo esto? Saludos. Respuesta: Como puede comprender, es la más pura leyenda. Santiago el Mayor fue asesinado en Jerusalén por orden de Herodes Agripa I, para congraciarse con los judíos enemigos de los judeocristianos (Hechos 12,2). Teniendo en cuenta que no es improbable que Jesús muriera en la Pascua de abril del 33 d.C., y que la iglesia de Jerusalén estaba entonces totalmente encerrada en sí misma –o en todo caso haciendo proselitismo entre los propios judíos de la capital--, que no creían en absoluto en la Virgen, tal como se la imaginó el cristianismo posterior, una aparición de ella es también la más pura fantasía. Por último, es probable que el origen de la leyenda comenzara a gestarse hacia el siglo VI d.C. con el recuerdo vago de que los seguidores de Prisciliano habían transportado a su maestro --asesinado por el emperador Máximo en Tréveris, en el 389 (aprox.)-- por un camino que al entrar en España siguió más o menos desde los Pirineos una ruta parecida al posterior camino de Santiago y llevó su cuerpo para enterrarlo en el Bierzo, que entonces era Galicia. Pregunta: Estimado Profesor: Tengo una duda respecto de la preparación del cadáver de Jesus. He leido las prohibiciones del Shabat, y aunque si prohiben los entierros, hacen excepción en cuanto a la preparación de los cadáveres, entonces, ¿Porqué los textos bíblicos hacen referencia a las prisas por el entierro de Jesús y dejan para el Domingo su preparación? Gracias Respuesta: Efectivamente, no estaba prohibido enterrar en Shabat, aunque es norma se puso por escrito 200 años después de la muerte de Jesús. Pero el problema era que ese Shabat era la Pascua de ese año, y según Deuteronomio 21, 23, un colgado es una maldición de Dios y una impurificación del país que según los judíos de entonces habría impedido la celebración de la Pascua. Pregunta: ¿Tiene alguna posible base histórica la teoría de la conspiración que señala que los evangelios fueron creados por la familia Piso? Y otra pregunta, ¿cuál es la valoración histórico-científica más reciente que hay sobre la sábana santa? Respuesta: Supongo que se refiere a la familia de los Pisones. En absoluta ninguna posibilidad... y jamás había oído semejante hipótesis tan fantasiosa. No puedo pronunciarme sobre la sábana santa. Sencillamente no me ocupo de ella. Pero mi actitud es totalmente escéptica. Además un historiador no se ocupa de lo sobrenatural. Pregunta: Si fuera posible profesor, contestarme o ayudarme con información relativa al libro de Daniel. Más precisamente sobre una pregunta ¿cuándo fue compuesto según la filología el libro de Daniel?, ¿en el periodo de Nabucodonosor o en el periodo de Antíoco Epifanes? Respuesta: Hacia el 162 a.C. Es un apócrifo muy claro. Entró en la biblia porque los rabinos se creyeron la ficción de la autoría Sería conveniente que echara un vistazo, por ejemplo, al Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia", de la Editorial Clíe, que comenté un viernes pasado en los dos Blogs y en Facebook. Saludos cordiales
Martes, 11 de Noviembre 2014
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Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía IX Pedro estaba hablando sobre la posesión diabólica y sus circunstancias concomitantes. Los demonios son conscientes de sus deficiencias, pero pretenden suplirlas entrando en las almas y en los cuerpos de los hombres. Toman ciertas cualidades inherentes a la especie humana. Ello condiciona el natural desarrollo de la vida de los posesos. Pero éstos disponen del poder de Dios, muy superior a todos los poderes de los demonios. Para gozar de la ayuda divina, el hombre debe conquistar de alguna manera la voluntad de Dios por medio de las buenas obras. La posesión está siempre limitada por la vida de fe La posesión demoníaca está condicionada y limitada o hasta anulada por la fe del poseso. Una fe sincera es incompatible con la posesión diabólica. Una fe débil aumenta el poder del demonio posesor, como lo debilita una fe fuerte. La tarea principal del poseso ha de ser descubrir la forma de ahuyentar al demonio. Si tiene buena voluntad, puede estar seguro de que Dios estará a su lado para devolverle su libertad personal. Pero si el demonio está oculto en el interior del poseso, le infunde ideas, pensamientos y hasta terrores que privan al poseso de la libertad necesaria para actuar con rectitud de conciencia. Porque entre los efectos de la posesión se produce el falso convencimiento de que las ideas de los demonios son los razonamientos lógicos del alma. La moderación puede ser una solución Pedro trata de aclarar lo que sucede. Y explica que “los demonios que están ocultos en las almas de los posesos los hacen pensar que no es un demonio el que los aflige, sino una enfermedad corporal, tal como una materia áspera, o una bilis, una inflamación, un exceso de sangre, una meningitis o cualquier otra cosa. Y si también esto fuera así, nada impide que sean una forma del demonio” (Hom IX 12.3). El demonio y su magia pueden enmascarar su conducta real engañando a los posesos con la apariencia de una enfermedad o indisposición corporal. Una manera corriente de engañar es el desorden en la comida y la bebida. El poseso actúa llevado por la inteligente magia del diablo, que domina las técnicas del engaño con experiencias multiseculares. Pero lo material del alimento permanece en el cuerpo como un veneno terrible. De lo que se desprende que un medio de combatir la posesión diabólica es una vida de moderación. Es como quitar a los demonios la posibilidad de servirse de las facultades corporales de sus poseídos. Engaños y asechanzas de los demonios La impresión que se desprende de la posesión diabólica es que los demonios no tienen prisa. Es frecuente que en el principio traten de mantener en secreto el hecho mismo de su posesión para no alarmar al hombre indefenso e impedir que tome precauciones. Pero en el momento adecuado, bien por una circunstancia negativa, arranque de ira, contrariedad en el amor o cualquier otra causa, el demonio produce un daño al cuerpo del poseso. Y de todos modos, cuando los demonios se dirigen al fuego de su castigo, arrastran a las almas unidas a ellos y las hacen partícipes del fuego y del castigo que para los demonios es su destino natural. Estrategias nuevas de los demonios Hay otros hombres a los que los demonios engañan haciéndoles creer que las pesadumbres que sufren son consecuencia del abandono de los dioses porque los hombres se han olvidado de ellos. Lo que los lleva a recurrir al presunto y falso remedio del culto y los sacrificios. Todo es puro engaño y seguro castigo por una vida de idolatría y de injusticia generalizada. También caen en la desconfianza en los hombres buenos y justos que podrían prestarles ayuda y orientación en sus aporías. Los demonios se encargan de sembrar en las almas de los hombres la idea de que la religión es una forma de desviar a los creyentes del camino de la salvación. Por esa razón renuncian de hecho a la ayuda de los justos como si fueran precisamente los enemigos de sus almas. Es decir, se quedan sin el servicio de los hombres más generosos y dispuestos a prestar su ayuda a los necesitados. Los demonios presentan a los fieles como enemigos de la humanidad. Con ello alejan a los posesos del camino y los medios de su salvación. Penetrados por la magia de los demonios, los posesos son incapaces de descubrir el origen de los malos pensamientos que se imponen a todos sus actos. Por si algo faltaba, los demonios tienen la habilidad de aparecérseles en formas diversas. A veces recomiendan remedios eficaces para graves enfermedades, con lo que consiguen honores divinos. Y tratan de ocultar hasta el hecho de que existen demonios para evitar las cautelas de los descuidados. A unos los atemorizan, a otros dan oráculos, solicitan sacrificios y ordenan comer con ellos con el fin de devorar sus almas. Desde el interior de los posesos practican los demonios toda una teoría de estrategias para consumar la perdición de los posesos. Pedro resume su doctrina con claridad absoluta. Según él, “como las terribles serpientes atraen con su aliento a los gorriones, así también los demonios atraen a su voluntad a los que participan de su mesa, mezclándose con su mente mediante la comida y la bebida. Se transforman a sí mismos en sueños según la figura de las estatuas, para aumentar el error” (Hom IX 15,1). Los sueños son, en efecto, un medio de embaucar a los hombres incautos, tanto más cuanto que los sueños suelen confundirse frecuentemente con la realidad. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 9 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: Quisiéramos conocer su opinión sobre de la tesis del profesor O´Callaghan acerca de la identificación del papiro 7Q5, encontrado en la cueva 7 de Qumran. Mantiene la idea de que dicho fragmento corresponde al evangelio de Marcos (Mc 1,2-3). De ser cierta esta identificación, ¿habría que datar la redacción de Marcos antes del año 50?. No sabemos la fiabilidad del aparato estadístico que acompaña dicha propuesta. Respuesta: Hoy día parece ya resuelta una cuestión científica de importancia suscitada en 1972. En este año José O’Callaghan, jesuita español ya fallecido, profesor entonces del Instituto Bíblico de Roma, creyó poder demostrar que algunas obras neotestamentarias habían sido copiadas en Qumrán. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados en la revista Biblica, órgano de ese mismo Instituto. Sobre todo llamó la atención del mundo científico la hipótesis de O’Callaghan de que en la cueva VII de Qumrán (7Q) se podría haber encontrado un fragmento (el número 5, de ahí 7Q5) del Evangelio de Marcos, en concreto 6,52-53. Afirmaba también que en la misma cueva se habían hallado restos de copias de otros libros del Nuevo Testamento: Hechos de los Apóstoles, Romanos, 1 Timoteo, Epístola de Santiago. La hipótesis fue una verdadera bomba en el mundo cientí¬fi¬co, porque de ser cierta escritos cristianos considerados hasta el momento como tardíos (es decir, compuestos entre el 70 y el 100 d.C.) habrían sido redactados y difundidos antes del año 60. En el 68 fue aniquilado Qumrán por los romanos, por tanto, habría que pensar en unos años antes para que esos textos fueran compuestos, se difundieran, adquirieran fama y fueran copiados allí. Además el texto de tales fragmentos coincidiría substancialmente con la forma textual en la que los conocemos hoy, lo que indicaría que la transmisión manuscrita desde los primeros momentos había sido absolutamente fiable. Según la hipótesis de O’Callaghan habría que modificar no sólo la cronología del Nuevo Testamento, es decir, la fecha de composición de sus escritos, sino todas las ideas sobre cómo evolucionó la teología del cristianismo primitivo a lo largo de la segunda mitad del siglo I y primeros años del II, evolución que las ciencia histórica había ido formando trabajosamente a lo largo de los últimos doscientos años. Por ejemplo: una obra como los Hechos de los Apóstoles, cuya mentalidad teológica se emplazaba hasta el momento entre los años 90 100 d.C., ¡debía adelantarse por lo menos 50 años en su fecha de composición! Desgraciadamente, la teoría del investigador español está llena de dificultades. Ciñéndonos al caso más importante, el del Evangelio de Marcos, debemos señalar que de las aproximadamente 20 letras conservadas en el fragmento 7Q5 de Qumrán sólo se identifican bien 14; las otras 6 deben leerse de un modo algo distinto al usual, y, lo que es más grave, para que este fragmentito concuerde con el texto de nuestro evangelio actual habría que suponer en un pasaje tan breve –Mc 6,52 53— nada menos que la omisión de tres palabras, omisión que no aparece en nin¬guno de los 2.400 manuscritos que poseemos del Evangelio. Diversas combinaciones con las letras claramente legi¬bles, efectuadas por un ordenador, han dado la posibilidad de que ese pequeño frag¬mento fuera identificable, también con leves di¬ferencias, con otros textos del Antiguo Testamento o de los Apó¬crifos, o incluso con algún pasaje de la literatura griega clási¬ca. Pero el reciente descubrimiento de que cada hoja de papiro es identificable porque sus fibras tienen una disposición especial y única, casi como una huella digital, demuestra que 7Q5 forma parte de otro trozo suelto de un manuscrito descubierto en la misma cueva que 7Q5. Ambos fragmentos fueron escritos en la misma hoja de papiro. Como el texto del segundo trozo es más amplio, se ha podido identificar sin duda alguna como parte del antiguo Libro de Henoc. Por tanto 7Q5 forma otra parte de ese mismo libro. La identificación con el Evangelio de Marcos parece, pues, imposible. Igualmente se ha procedido con otros presuntos fragmentos del Nuevo Testamento en Qumrán, identificados como partes de obras que no pertenecen al Nuevo Testamento. En conclusión: no hay textos del Nuevo Testamento entre los manuscritos del Mar Muerto. Es probable que la datación del Evangelio de Marcos haya que situarla por lo menos en el 75 d.C. y quizás hacia el 79 d.C. , de acuerdo con las conclusiones del siguiente artículo: REDATACIÓN DE MARCOS, MATEO Y EL «PEQUEÑO APOCALIPSIS» DE LA DIDAJÉ REDATING OF MARK, MATTHEW AND THE “LITTLE APOCALYPSE” OF THE DIDAJE PEDRO GIMÉNEZ DE ARAGÓN SIERRA Universidad de Sevilla pgimsie@acu.upo.es ARYS, 10, 2012, 163-190 ISSN 1575-166X CONCLUSIÓN La redatación de estos tres “Pequeños Apocalipsis” -el de la Didajé en época de Nerón pero antes de la Guerra Judía; el de Marcos justo después de la toma de Masadá [la causa es que Maros es el primer autor en toda la literatura griega que nombre la “Decáapolis y ´sta no se dundó sino hasta el 72-75 por Vespasiano; y si se añade que quizás Marcos conocía la Historia Naturalis de Plinio, publicada en el 79, ya que repite algunos errores geográficos de Plinio el Viejo en su Evangelio, habría que datarlo hacia esa fecha] y la instalación de la X Legión en Jerusalén y el de Mateo a finales del siglo I, explica las diferencias existentes entre los diversos tipos de concepciones apocalípticas de cada uno. Si la Didajé aún no veía signos históricos del Fin, aunque lo situaba cerca, y Marcos veía la cuestión como algo inminente, el autor de Mateo, alejado ya no sólo de la muerte de Jesús, sino también de la Guerra Judía e incluso de la época Flavia, consideró necesario manipular los “Pequeños Apocalipsis” de Didajé y Marcos entrelazándolos e introduciendo palabras, como las añadidas a Mc 13,10: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo… en Mt 24,14 e incluso párrafos sumados a los versículos del Pequeño Apocalipsis de Marcos (cuatro parábolas que hacían hincapié en el hecho de que nadie sabía cuándo se iba a producir la Parusía, pero que había que permanecer atentos y vigilantes, porque sucedería cuando menos se esperase). La generación de los apóstoles había ya prácticamente desaparecido (el primo de Jesús, Simeón ben Cleofás, sería ejecutado en torno al año 100), por lo que el rebaño se impacientaba temiendo que se incumpliese lo predicho en Mc 13,3095. Había que reanimarlo con la misión a los gentiles, ya que sólo cuando esta hubiera terminado, Jesús regresaría entre nubes y con el sonido de las trompetas angelicales. Por otra parte,para evitar la desaparición de las comunidades cristianas que comenzaban a expandirse por todo el Imperio, qué mejor antídoto que el celo misionero. La expansión fuera de Judea era la mejor forma de combatir el desánimo que producía el incumplimiento de la profecía del Fin de los Tiempos. Nota 95 El versículo marcano -“En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda”-, fue copiado en Mt 24,34 pero enmendado en Mt 24,35 con la frase de Lc 21,33: “El cielo y la tierra pasarán más mis palabras no pasarán”, que parecen decir que todo pasará, incluso “esta generación”. Saludos cordiales
Domingo, 9 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Hace tiempo colaboré en algunos lemas/voces/artículos (el feo anglicismo “entradas” lo dejamos para el teatro, cine o deportes) en el impresionante “Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia”, de la Editorial CLIE (c/ Ferrocarril 8, 08232 Viladecavalls (Barcelona, España), que recibí hace tiempo en casa. Estoy, pues en deuda ante el comité editorial dirigido por Alfonso Romero Berzosa y ante el revisor general, Juan María Tellería Larrañaga. Hoy cumplo con mi deuda de hacer algunos comentarios sobre esta obra, pidiendo disculpas por la tardanza ya que me he dedicado a usarlo. De entrada diré que es imponente por su volumen: son 2673 pp., en papel biblia, a dos columnas, de tamaño folio, con un caudal de información enorme. Es, a pesar de su tamaño, muy manejable porque no es demasiado grueso y su encuadernación es magnífica, de esas en las que el lector abre el libro sobre una mesa y éste se queda en esa posición, sin cerrarse. Los autores de los diferentes artículos son cerca de 160, y son conocidos por haber escrito algo importante sobre lo que escriben. Los autores son de variadas orientaciones. Desde luego, como la dirección es protestante/evangélica, abundan más los concordes con esta línea, pero puedo decir que –después de haber utilizado este diccionario leyendo muchos artículos-- no he experimentado el menor sesgo sectario. Ni tampoco en los autores católicos, que los hay, o independientes. Se trata de verter en cada concepto lo que dice la filología, la historia, la crítica literaria y la teología, señalando bien claro los campos. Una enciclopedia, si es buena y fiable, como ésta, es utilísima, ya que es imposible abarcar con solvencia ni el cinco por ciento de lo que debería saber un investigador de cualquier disciplina. Y más hoy, cuando la bibliografía es abundantísima. Estoy de acuerdo con los editores que una enciclopedia es “un medio único, rápido y sistemático, de adquirir conocimientos, ya que sus páginas desvelan la vastedad del saber y se ofrecen para orientar al lector en el arduo camino de su aprehensión” (p. V). Creo que cualquiera estaría tentado de abandonar las lecturas más recientes y dedicar cada día un buen tiempo a leer pausadamente todos los artículos de una buena enciclopedia como ésta. Creo haber leído en alguna parte que eso fue lo que hizo Aldous Huxley (muerto en 1963), novelista, poeta y ensayista, quien tuvo tiempo para leer todos los artículos de cada uno de los tomos de la Enciclopedia Británica. En el caso del presente Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia” merece la pena hacerlo. Los diferentes artículos no eluden presentar al lector las diferencias existentes en la exégesis o en la interpretación histórica, así como los debates actuales entre los especialistas en cada tema, si los hay. Pero cada autor expresa su propia interpretación: no hay línea directriz obligatoria alguna impuesta por los editores. El contenido del Gran Diccionario es el usual, es decir, lemas/voces/artículos dedicados a todos los libros de la Biblia, incluidos deuterocanónicos (el uso de este vocablo es un buena muestra del respeto por los lectores católicos de esta obra) y apócrifos o pseudepígrafos a todos los topónimos, personajes, flora y fauna, objetos de la vida diaria o mencionados expresamente en los libros bíblicos, geografía, historia de ciudades, reyes, dinastías, etc., instituciones políticas; temas teológicos y religiosos en general, aspectos interesantes de los métodos exegéticos judíos y cristianos , traducciones antiguas de la Biblia, etc. Este Diccionario presenta también las voces hebreas/arameas y griegas (y su correspondiente latino en la Vulgata) con una transliteración clara, inteligible, no necesariamente fonético-científica, que es muy complicada, con definiciones breves de cada término. Cada uno de ellos lleva un número que corresponde a la Concordancia de Strong muy usada en lectores de la Biblia en lengua inglesa, y también en castellano, ya que hay traducción en nuestra lengua. La versión bíblica generalmente utilizada en las citas es la de Reina-Valera, pero en su edición revisada, pero hay artículos en los que cada autor presenta su propia, u otra traducción, señalándola convenientemente. Y con esto termino. Creo que la mejor alabanza de esta obra la he dicho ya. Merecería –si la vida no nos impusiera a veces la especialización-- la pena dedicarse a leer lentamente todos sus artículos. La idea general que se obtendría de la ciencia bíblica actual sería muy buena, segura y no sesgada. Ante la obra surge de inmediato la natural exclamación admirativa: “¡Cuánto tiempo empleado en este colosal Diccionario!”. Pero ha merecido la pena, sin duda alguna. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 7 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: Me queda una cierta laguna, ya que por una parte por más que investigo, llego a la conclusión de que realmente Galacia nunca existió como tal, con ese nombre y por ende, los Gálatas a los que Pablo escribe tampoco. La pregunta sería entonces ¿Cometemos un error al decir que Galacia no existió? Sabiendo de antemano que la población de la que hablamos estaba formada por celtas y galos. ¿Qué interés tendría Pablo de escribir a los celtas o galos? ¿Es posible que él estuviera escribiendo a otro público totalmente diferente del que el cristianismo a comprendido? Estoy absolutamente convencido de que sí, pero necesito saber con claridad, por eso acudo a usted profesor, de si cometo algún error al aseverar que Galacia nunca existió. Respuesta: Sí lo comete y grande, por ignorar la investigación y la historia del Imperio Romano. Por favor, investigue por medio de grandes diccionarios de la Altertumswissenschaft, por ejemplo, la Real Enzyklopädie de Pauli-Wisowa, que habrá traducciones al inglés. Y una buena historia del Imperio Romano. Busque en la Wikipedia inglesa y allemna y que alguien se lo traduzca Los gálatas entraron en Galacia hacia el 280 ac . Y en tiempos de Pablo estaban totalmente helenizados. Sólo hablaban griego. Su capital era Ancira/Ankyra, hoy Ánkara. Pregunta: Me atrevo a pedirle una recomendación sobre el libro de urantia. ¿Cree usted que lo ahí descrito sobre la vida de Jesús puede sostenerse históricamente? Francamente, que nos cuenten la historia de los años perdidos de Jesús es muy tentador y es difícil resistirse. Pero ya que la vida es corta, y mi intención es acercarme a la realidad de los hechos en todo lo posible, no quiero perder el tiempo leyendo algo que sólo es una invención. ¿Es posible que esa historia del viaje por el Mediterráneo este basada en textos reales, o es simplemente ciencia ficción? Un saludo, y muchas gracias, Respuesta: Ese libro es muy fantasioso: absolutamente legendario, con algunos detalles tomados de los evangelios apócrifos. Y es la base de la que ha copiado/ se ha inspirado J.J. Benítez para su “Caballo de Troya”, en unos diez volúmenes de éxito. No se crea nada de lo que dicen ni uno ni otro. Me atrevo a recomendarle algo serio sobre la Vida oculta de Jesús y es un libro mío, que acaba de salir en su 3ª edición totalmente reformada y ampliada: “La vida de Jesús a la luz de los Evangelios Apócrifos”, Editorial Los Libros del Olivo, Madrid 2014. Consulte la página web de esta editorial. Pregunta: ¿Qué formación pudo tener Jesús? ¿Sabía leer? Respuesta: Jesús fue un maestro de éxito en Galilea y Jerusalén; Lucas (4,16-30) afirma que leyó y comentó las Escrituras en un oficio religioso, un sábado, en la sinagoga de Nazaret. Marcos sostiene que la gente se admiraba extraordinariamente de su sabiduría (1,22) De ello puede deducirse que Jesús no era un artesano analfabeto, sino que sabía, al menos, leer y escribir. En el Evangelio de Juan (7,15: “¿Cómo es que éste tiene conocimientos de la Escritura [literalmente “sabe letras”] si no ha estudiado?”) parece indicarse, que era de conocimiento público, por un lado, que Jesús no había frecuentado ninguna escuela “rabínica” y, por otro, que debía saber leer y escribir porque utilizaba bien los textos de la Escritura como argumentos teológicos. Es bastante seguro que en época de Jesús casi todos los judíos varones –que tuvieran padres mínimamente religiosos-- sabían leer y escribir, y que lo aprendían normalmente en las escuelas adjuntas a la sinagoga, leyendo y memorizando, como los musulmanes actuales, el texto de los libros sagrados. Jesús debió de tener intereses religiosos desde muy pequeño. Su propia familia debía de ser muy piadosa, tal como lo pinta Lucas en el “evangelio de la infancia, sobre todo el capítulo 2: visitas al Templo, purificación de María y sacrificios en cumplimiento de la Ley. Por ello la familia debió de proporcionar los fundamentos básicos de la educación religiosa de Jesús. No es improbable que éste atendiera con gran presteza las lecturas de los oficios religiosos de los sábados en la sinagoga, donde se leían y comentaban párrafos selectos de los textos sacros porque le interesaba mucho la religión. Así debió de aprender lo que necesitaba para su posterior vida de predicación. Como Jesús ejercía un oficio, tenía que saber algo de cuentas y de letras, al menos para extender recibos. Saludos cordiales
Jueves, 6 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: Tal ves podría ayudarme con el tema de los diezmos, quisiera saber si Jesús lo abolió o no, y también con lo de Pablo. gracias. Respuesta: Ciertamente Jesús no los abolió porque Jesús no pretendió jamás fundar una nueva religión, sino reformar y pulir el judaísmo. Jesús predicaba el advenimiento inminente de un reino de Dios que vendría a la tierra de Israel. El que se arrepintiera y cumpliera toda la ley de Moisés, entendida en profundidad y sin problemas con las pequeñeces de ella muy discutidas, entraría en el reino de Dios. Pablo, igualmente no abolió los diezmos para los judíos que creían en Jesús como Mesías, ya que seguían siendo judíos. Pablo tampoco pretendió fundar religión nueva alguna sino vivir su “judaísmo en el mesías”. Para Pablo el judeocristianismo, una vez venido el Mesías era la única manera de vivir el judaísmo Pregunta: Tengo varias obras suyas: como leer el nuevo testamento,apocrifos de los hechos de los apóstoles, textos gnósticos biblioteca de nag hammandi 1,ahora bien me gustaría que me recomendará un libro de intruduccion al antiguo testamento Que me dice de introducción al antiguo testamento de otto eissfeldt? Ediciones cristiandad. Una pregunta por qué el canon cristiano no acepto el documento Q,osea por que no es parte del canon cristiano.? Respuesta: Le recomiendo vivamente la obra de Otto Eissfeldt. Pero que sepa que ahora, tras los descubrimientos de Qumrán hay muchas cosas que están en ese libro un tanto atrasadas. A ese propósito, le consejo que siga las publicaciones del Prof. Dr. Julio Trebolle de la Universidad Complutense de Madrid El Nuevo Testamento no puede aceptar el “Documento Q” o “Fuente Q”, porque no hay ningún manuscrito de él. Es sencillamente una hipótesis científica para explicar los enormes parecidos de algunas perícopas de Mateo y Lucas, también cuando no están copiando de Marcos. Tiene información en la “Guía para entender el Nuevo Testamento” y en la obra de Santiago Guijarro, “La fuente Q” en Ediciones Sígueme, Salamanca, hacia 20110 (consulte Internet) Pregunta: Hola profesor. En estos días han surgido noticias que una universidad de Inglaterra compró el Codex Zacynthius. Texto que esta relacionado con el nuevo testamento. ¿Ud. tiene algún conocimiento sobre el mismo? ¿Es de tipo gnóstico? Saludos Respuesta : El Codex Zacynthius (designación técnica Ξ 040) ha estado siempre, o desde hace mucho, en tiempos modernos en Londres (British and Foreign Bib. Society 24). Es un palimpsesto. Luego ha pasado a la Universidad de Cambridge. Signatura = Univ. Libr. BFBS Mss., 213, y solo contiene el Evangelio de Lucas, caps. 1 al 11, y muy fragmentario. Es de la Categoría III (Nestle-Aland), es decir, del tipo textual bizantino o eclesiástico, de no mucho valor textual-crítico, pero que contiene algunas lecturas interesantes, pero que no se saben de dónde provienen. Es, pues, un texto del Nuevo Testamento, y no puede ser gnóstico. Jamás un manuscrito del Nuevo Testamento puede ser gnóstico, porque entonces no sería un manuscrito del Nuevo Testamento, sino una obra gnóstica. Tiene información en la Edición 28 de Nestle-Aland (Nuevo Testamento griego) p. 803, y en la 123, de la obra de K. y B. Aland, “Der Text des Neuen Testaments”, Deustche Bibel Gesellschaft, 1989. Consulte el índice de esta obra. Pregunta: Lo he escuchado en algunas conferencias y debates que Ud. no cree en los extraterrestres, mi pregunta seria: ¿Por qué? Respuesta: Porque no está probado científicamente que esos personajes existan. Pregunta: a- ¿Cuáles de los grupos cristianos primitivos (judeocristianos, paulinos o gnósticos) puede ser considerado el primero en surgir? b- b- ¿Cómo consideraban los cristianos gnósticos al personaje de Jesús? c- ¿Cómo un personaje real e histórico o simplemente como uno mítico encargado de la transmisión de la "Gnosis" (Conocimiento)? Respuesta: Sin duda alguna el judeocristiano de Jerusalén y Galilea. Más tarde expandido a Samaria, Chipre, Antioquía. Consulte por favor los Hechos de los Apóstoles caps. 1-11 Los gnósticos pensaban que Jesús era un personaje real. La mayoría, sin embargo, opinan que su cuerpo era apariencial (docetas), que era la encarnación última del Revelador celestial, el Verbo / Logos / Hijo / Salvador / Hombre celestial (así se lo denomina según las ocasiones), que es el último escalón de los reveladores enviados por la divinidad. Tenía como dos misiones que correspondían a su ser doble, psíquico y espiritual. El Salvador psíquico revelaba doctrinas más o menos elementales correspondientes a los cristianos normales, psíquicos; el Cristo espiritual revelaba doctrina espirituales elevadas solo para les espirituales o gnósticos verdaderos. Consulte la "Introducción" a la Gnosis (Montserrat-Piñero) del primer volumen de Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi, Madrid 4ª edic. Trotta 2013, o bien, más Breves “Cristianismo derrotados”, EDAF, Madrid, 2009. Pregunta: Me gustaría que explique públicamente en su Muro esto. Mateo 13: 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. "Horno de fuego" aquí parece referirse al infierno. En otros pasajes se usa Gehenna (que se refiere al espantoso basurero del Valle de Hinón) y Hades (el inframundo griego). Respuesta: El Hijo del hombre, como sabe, es la figura mítica apocalíptica que procede del Libro de Daniel, 7,13. El evangelista Marcos es, en mi opinión, el primero que aplica a Jesús este apelativo como título mesiánico. Ciertamente Jesús se llamó a sí mismo “hijo de hombre” (no “El Hijo del hombre”), en sentido de persona humana, Lo que hizo Marcos también lo hicieron otros judíos, por ejemplo, los henóquicos consideraron que el Hijo del hombre era el profeta Henoc. Consulte, por favor, la “Guía para entender el Nuevo Testamento”, de Edit. Trotta Pues bien, ese Jesús, afirma que todo aquel que no crea en su mensaje de la venida del reino de Dios, y no se arrepienta, irá al castigo eterno. Los evangelistas llaman al infierno de distinta manera. Probablemente Jesús utilizó Gehenna que paso a ser no un valle terreno donde se quemaban las basuras, sin el “valle” del fuego eterno e infernal. Saludos cordiales
Miércoles, 5 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: Tengo un pequeño jaleo acerca de lo que un cristiano católico acepta como lo que le ocurre justo cuando muere. Según podemos leer en el Apocalipsis de San Juan Evangelista, ¿Qué ocurre exactamente con el cuerpo y con el alma? ¿Resucita directamente? ¿Espera a ese Gran Juicio Universal? Sé que tiene grandes obras sobre Los Apocalipsis, que ya tengo en mi poder. Y leyéndolos, me ha despertado la duda. Ahora no sé si cuando un sacerdote dice... "murió con la esperanza de la resurrección ....", significa que algún día resucitará...... y se le juzgará e irá al cielo o al infierno..... o resucita directamente. Todo esto referido al Apocalipsis de San juan, entiendo que el Pueblo Judío lo mismo ni se planteaba esto. ¿Los muertos en cristo y los pecadores resucitarían para esos 7 años de tribulaciones? ¿O sólo lo vivirán los que vivan en esa época ? ¿Y después? ¿Esos mil años ?¿quién los vivirán? ¿Es la resurrección posterior a esos mil años? ¿O va después? Perdone por tales preguntas de antemano. Espero que pueda contestarme y le mando un gran abrazo. Soy admirador suyo y procuro ir a todas las conferencias. Muchísimas gracias de antemano. Respuesta: En primer lugar, le recuerdo que el Apocalipsis es una obra de un autor distinto al del Cuarto Evangelio, aunque se llame Juan. Su vocabulario, sintaxis, estilo y teología son totalmente distintos. La resurrección en el cristianismo no es una vuelta a la vida en una suerte de estado espiritual, sino una resurrección en cuerpo y alma. Sólo que el cuerpo será espiritualizado para poder gozar de los bienes esencialmente espirituales del cielo (1 Cor 15). En la doctrina católica la resurrección será inmediatamente antes del Juicio Final. No hay resurrecciones previas, parciales ni particulares. Una primera resurrección para unos pocos selectos y durante mil años, seguida de una segunda resurrección universal es doctrina del Apocalipsis. Pero de hecho la Iglesia no la mantiene. (Es contradictorio porque eso plantea grandes problemas teológicos al aceptar o rechazar partes de un libro que está en el canon). Consulte, por favor, la voz/lema (no se diga “entrada”) “resurrección” en un buen diccionario de la Biblia como, por ejemplo, el Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, de la Editorial Clie, Terrasa, España, editado por Alfonso Ropero Berzosa. Pregunta: Me gustaría saber quien y cuando se impuso el sacramento de la confesión. Muchas gracias no solo por responder también por compartir sus conocimientos . Respuesta. No lo sé. La confesión, tal como se entiende ahora, ante un sacerdote, oral, y con arrepentimiento y penitencia es tardía. Sinceramente, no sé cuándo ni qué papa o concilio la estableció, porque me supera ampliamente lo que yo estudio que se centra en el siglo I a.C. y II d.C. Eso pertenece a la historia de los sacramentos, y a la de la Iglesia en general. Po favor una buena Historia de la Teología o Diccionario de Teología en la biblioteca de un Seminario o Facultad de Teología. Pregunta: • • • Ahora se ha abierto el debate sobre esta noticia que te pongo al corriente y saber tu opinión cuando puedas y sin prisa en serio, un fuerte abrazo de un gran admirador tuyo : • • http://pijamasurf.com/2014/04/confirman-autenticidad-de-antiguo-papiro-que-sugiere-que-jesus-estaba-casado/ Respuesta: Ya he escrito sobre eso. El comentario del autor de enlace que Usted me ofrece es sumamente superficial, inexacto y fantasioso. Reproduzco lo que ya he escrito en mi Blog o en mi obra “Jesús y las mujeres”, 2ª 2dic. Trotta, Madrid 2014, sobre ese presunto papiro copto recientemente descubierto. La tesis de K. L. King: Hacia inicios de octubre del 2012 prácticamente toda la prensa del mundo occidental publicó la noticia del descubrimiento de un pequeño papiro, del tamaño de una tarjeta de visita, presuntamente del siglo IV d.C., escrito en lengua copta, que fue entregado a la Profesora Karen L. King, de la Universidad de Harvard, sobre el que leyó una comunicación en un congreso de coptología en el verano de 2012, cuyas ideas centrales ha ampliado en un borrador de artículo que ha de aparecer en la Harvard Theological Review en enero de 1913 . La traducción del papiro en español es la siguiente 1 «Mi madre me ha dado la vida... 2 los discípulos dijeron a Jesús... 3 negó. María es digna de eso... 4 Jesús les dijo: Mi mujer... 5 podrá ser mi discípula. 6 Que los malvados revienten... 7 En lo que me concierne, permaneceré con ella por... 8 una imagen… No sabemos a qué documento antiguo pertenece este texto. Se parece, sin duda a los “discursos de revelación” o “evangelios apócrifos conservados en lengua copta”, pero no podemos saber más. La Profesora King, con un cierto afán sensacionalista, le ha otorgado el siguiente nombre “Evangelio de la mujer de Jesús”. Aunque afirma que se trata de algo puramente práctico y utilitario, es decir para designar el fragmente de un modo breve, tal denominación corre el riesgo de hacer creer a la gentes que ese evangelio ha existido en realidad… evidentemente no es así. En el texto transcrito se lee ciertamente en boca de Jesús a sus discípulos se lee: “Mi mujer” que corresponde al copto “ta hime”. Este sintagma se utilizaba sin duda en la vida normal para expresar la relación, también normal, de marido/mujer, es decir, la convivencia marital. Téngase en cuenta, sin embargo, que quien habla en el papiro es muy probablemente Jesús el Revelador resucitado que, procedente de ámbito celeste, viene a la tierra durante un cierto tiempo (desde un día hasta 12 años, según las tradiciones) para enseñar/complementar a los discípulos los misterios del Reino de los cielos, que no hubo tiempo u ocasión de ser revelados durante su ministerio normal. ¿Cómo hay que entender “mi mujer”? Aquí vienen a colación los textos que he presentado en el presente libro hasta el momento. Según Karen L. King en el referido artículo hay que entender o presuponer lo siguiente: 1. Este papiro es el único texto antiguo que habla explícitamente de Jesús como si tuviera esposa. 2. Este hecho, sin embargo, no proporciona pruebas de que el Jesús de la historia estuviera casado, considerando la tardía fecha del fragmento (siglo IV). 3. La fecha probable de composición del original griego fue la segunda mitad del siglo II. Esto es totalmente gratuito por parte del Profesora King. 4. Al haber salido a la luz este breve texto es necesario plantearse de nuevo la cuestión del estado civil de Jesús. 5. Hay diversos pasajes del Evangelio de María (Magdalena) y del Evangelio de Felipe que puede aducirse en el sentido de que incluso los gnósticos del siglo III podrían ver el matrimonio y su sexo correspondiente como puro precisamente porque no se llevaba a cabo impulsado por el mero deseo carnal sino con una voluntad pura de asemejarse a la pura relación espiritual que los espíritus tienen en el ámbito celeste. 6. Algún que otro pasaje del Evangelio de Felipe son un indicio de que el autor de este evangelio Felipe sostenía que las relaciones de Jesús con María Magdalena eran de marido y mujer 7. Eso supone que en el siglo III, o quizás ya a mediados del siglo II había un debate entre los cristianos acerca de Jesús estaba casado…, lo que nos lleva a la posible pista que el Jesús histórico lo estuviera en realidad, aunque una posible censura en los evangelios canónicos sobre todo ha conducido a que se eliminaran las pruebas de este presunto matrimonio. Mi opinión al respecto es la siguiente: el contenido de los números 1 y 2 son ciertos. El punto 3 podría ser teóricamente probable, aunque tiende a lo fantasioso ya que no tenemos más pruebas textuales. El 4, teniendo en cuenta que el trasfondo de este papiro es gnóstico y la profusión de páginas que hemos dedicado en el presente libro a debatir esta cuestión, me parece que lo hemos planteado ya. El punto 5 es plausible y lo hemos tratado al hablar de la concepción del matrimonio en el Evangelio de Felipe (pp. *). El 6 ha sido negado rotundamente en las páginas de este libro inmediatamente antecedentes. Y el punto 7, lo ha sido igualmente a propósito de la propuesta ya añeja de Rafael Hereza y Manuel Asensio (pp. *). En cuanto al sintagma crucial “mi mujer” (copto, ta hime) que puede leerse en la línea 4, debemos consignar que la clave está en cómo debe entenderse. Ya he respondido otras veces a esta cuestión, a saber que debe entenderse de un modo absolutamente espiritual reducido a la relación maestro-discípulo perfecta con los análisis del Logion 61 del Evangelio de Tomás (“Has subido a mi cama y has comido a mi mesa: p. *); logia 21. 22 y 114; del Evangelio de los Egipcios sobre el cese de la función generativa de la mujer; de Las Grandes preguntas de María (El Revelador no mantiene relaciones con María Magdalena; el Evangelio de María (“El Salvador te amaba más que las demás mujeres”, y finalmente del Evangelio de Felipe (“María es su hermana y su madre y su compañera”; Jesús besaba frecuentemente [en la boca] a María Magdalena, unidas el análisis de otros textos en los que se expone la visión del autor del Evangelio de Felipe sobre el matrimonio y el sacramento de la cámara nupcial, en donde hemos concluido con no hay sexo alguno. Podemos afirmar que en la propuesta de K. L. King no hay ni una sola idea que no haya sido considerada, analizada y extraídas sus consecuencias en el presente libro. En síntesis: el copto ta hime, “mi mujer” de este papiro no prueba nada respecto a que el desconocido autor de ese Papiro del siglo IV pensara que María Magdalena era la mujer de Jesús, ni mucho permite pensar que a mediados del siglo II los cristianos (¡gnósticos además!) discutían o no si el Jesús de la historia había estado casado. Opino que todas estas ideas nucleares en las propuestas de King son meras hipótesis, en nada novedosas, suficientemente conocidas por todos los estudiosos, y en esta ocasión presentadas al público con ribetes sensacionalistas y fantasiosos. Queda, por último, una cuestión esencial que K. L. King no contempla: ¿y si fuera falso el papiro en cuestión? Recientemente también así lo han sugerido Francis Watson de la Univerisdad de Durham (Reino Unido)y Alberto Camplani, de La Sapienza de Roma. Los argumentos de ambos investigadores son muy parecidos. Resumo los del Prof. Watson a los que he podido tener un acceso más amplio en diversas en publicaciones en Internet . Son los siguientes: • Sería falso no el soporte papiráceo en sí, muy difícil de falsificar, sino el contenido copiado en él. Ello puede verse tanto por el contenido como por la tinta utilizada que puede ser moderna aplicada a un soporte antiguo. • A diferencia de otros papiros no ha sido descubierto directamente en una excavación arqueológica científicamente controlado , sino que proviene de un mercado de antigüedades, hay que adoptar precauciones, que excluyan que se trata de algo falsificado". •El texto parece haber sido elaborado a partir de piezas pequeñas --palabras o frases-- tomadas principalmente en el Evangelio de Tomás, copto, logia 101 y 114, y ambientada en contextos nuevos. Esta dependencia es prácticamente segura. Este modo de proceder es el que utilizaría probablemente un autor moderno y no un hablante nativo de copto. Hay una línea adicional (7) tomada del Evangelio de Mateo 28,20. El autor parece haber usado la técnica de composición que se denomina hoy día "collage" o "patchwork", lo que apunta de nuevo un personaje moderno, cuyos conocimientos de copto son limitados. • Es muy posible que el fragmento sea incompleto intencionadamente, y que sus lagunas no sean auténticamente antiguas, sino se hayan pensado así desde un principio para dar la impresión de antigüedad, puesto que no parece posible colmar las lagunas de nuestro texto con material del Evangelio de Tomás contiguo al que se cita. La impresión de modernidad se ve reforzada en la línea 1, cuya terminación parece depender de la línea divisoria de versículos del manuscrito copto de fácil acceso en las modernas ediciones impresas. A menos que esta impresión de la modernidad se vea contrarrestada por nuevas investigaciones y consideraciones, parece poco probable que el fragmento pertenezca a un evangelio originario. Watson especifica: 1) Las líneas 1 y 5 del Papiro se basan en el logion 101 del Evangelio de Tomás, quien a su vez se fundamenta en Lc 14,26. Jesús dijo: "Quien no odia a su padre y su madre por mí, no puede ser mi discípulo. Y el que no odia a su padre y a su madre a mi manera, no puede ser mi discípulo… A partir de esta materia prima el autor del Papiro ha creado las líneas: 1 "... [Puede] no sea mi [discípulo]. Mi madre me dio la vida ... " 5 "... ella puede ser mi discípulo ... " Es interesante que la línea 1 comienza en la mitad de una palabra, exactamente en el mismo lugar que en el pasaje equivalente en el único manuscrito superviviente del Evangelio de Tomas. 2) La línea 2 consiste en la fórmula introductoria siguiente: "Dijo Jesús a los discípulos". Esta fórmula no aparece en los evangelios neotestamentarios, pero sí se encuentra tres veces en el Evangelio de Tomás, logia 12, 18, 20. 3) Las líneas 3 y 4 están tomadas del logion 114 = conclusión del Evangelio de Tomás 4) La línea 7: "Yo estoy con ella, así como a ...", no es una adaptación del Evangelio de Tomás, pero probablemente sí de Mateo 28,20: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” Por tanto el Papiro siempre se concibió como un texto fragmentario o mejor intenta dar la impresión de ser un texto fragmentario: fue así desde el principio. Todas estas consideraciones no prueban que el Papiro sea un falso, sino más bien suponer poner de relieve cuestiones que deben resolverse antes de que el texto pueda ser aceptado como genuino. Si es auténtico, no es imposible que otros fragmentos puedan posteriormente ver la luz. Por todo lo expuesto, y en el momento en el que se escriben estas líneas cuando aún no se han hecho públicos los análisis definitivos de la tinta utilizada en el Papiro, el escepticismo radical es la postura más recomendable respecto al contenido de este brevísimo documento. Saludos cordiales
Martes, 4 de Noviembre 2014
Notas
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía IX La verdadera religión Los hechos y la experiencia de la humanidad son una clara demostración de los caminos desviados que sigue la historia. El pecado del Paraíso fue un ejemplo que se prolongó en la vida del hombre sobre la tierra. El Pseudo Clemente hace continuas referencias a esa conducta reprobable, acompañadas de recomendaciones de una rectificación buscada por Dios. Algo así como una vuelta a la vida feliz original. Las palabras de Pedro no ofrecen lugar a dudas: “En esta vida de ahora, estáis siendo afrentados por los demonios con sufrimientos horrendos, cuando llegue la separación del cuerpo, también tendréis las almas castigadas para siempre” (Hom IX 9,1). La necesaria rectificación de la libertad humana La perspectiva del futuro humano exige una profunda rectificación. Dada la realidad afirmada con obsesiva reiteración por el Pseudo Clemente, relativa a la libertad o el libre albedrío del hombre, es cuestión de esfuerzo y buena voluntad. Los demonios tienen ahora el poder sobre los hombres por la carencia de obras buenas. Porque el actual resultado, dice Pedro, es fruto de las malas obras. El poder que los demonios ejercen sobre la humanidad es consecuencia de la actitud de quienes les han ofrecido ventajas de toda índole. Los alimentos impuros introducen a los demonios en los cuerpos y hasta en las almas de los que no se cuidan de su futuro. Por ello, los demonios se mezclan con los que viven en el descuido de su vida trascendente. Unión de los demonios con las almas de sus poseídos Las almas de los hombres acaban mezcladas con los demonios hasta el punto de verse inclinadas a seguir sus caminos y sus destinos. Por esa razón, tales almas son llevadas por los demonios a los lugares que ellos prefieren. Y cuando al final de todo, los demonios sean entregados al fuego, las almas a ellos unidas serán atormentadas, mientras que los demonios se alegrarán. Pues las almas nacidas de la luz no podrán soportar las llamas, que son la esencia de la raza de los demonios, mientras que ellos se gozan especialmente al sentirse como lazos irrompibles de las almas por ellos devoradas. Razón de la posesión diabólica Lo que es una realidad palpable y lógica es la necesidad que sienten los demonios de entrar en los cuerpos de los hombres. Como son espíritus puros, experimentan la deficiencia de sus naturalezas para participar de ciertas ventajas de los humanos, que tienen cuerpos carnales. Los demonios “sienten deseos por la comida, la bebida y la unión sexual”. Pero como espíritus que son, no pueden realizar esos íntimos deseos. Pues para ello necesitan poseer los órganos idóneos para esas operaciones. Y como carecen de tales órganos, se esfuerzan por entrar en los cuerpos de los hombres con el fin de tener los órganos adecuados para la satisfacción de sus aspiraciones. Entrados en los hombres, consiguen tener dientes y paladar para comer y beber, así como partes genitales para la unión sexual. La aflicción corporal En consecuencia, un remedio para ahuyentar a los demonios es la abstinencia, el ayuno y la aflicción corporal. Si a pesar de todo consiguen entrar en el hombre para participar de estas prácticas, con la aflicción corporal son expulsados. Pero si algunos demonios se hacen fuertes y se resisten a alejarse del hombre aunque son castigados, es preciso recurrir con plegarias y oraciones a la bondad poderosa de Dios, que les ayudará para que puedan apartarse de toda ocasión impura con la fuerza de la mano de Dios que los tocará para curarlos como a quienes son puros y fieles. El remedio para ahuyentar a los demonios es la fe Pero el medio más eficaz de todos es la fe. Los demonios conocen perfectamente este detalle y saben que su presencia es incompatible con le fe de sus poseídos. Así lo explica Pedro en su prolija alocución: Los demonios “permanecen en los que no creen, se demoran en los que tienen una fe débil, pero con los que creen firmemente y obran bien no pueden convivir ni un momento” (Hom IX 11,2). Y es que el alma, como convertida en la naturaleza del agua por la fe en Dios, apaga al demonio como si fuera una chispa de fuego. Por consiguiente, es tarea de cada uno comprender la forma de huida del demonio que en él mora. Pues unidos a las almas para que cada una descuide su propia salvación, infunden en la mente de cada uno pensamientos sobre lo que quieren. Pero la fe y las prácticas consiguientes anulan la voluntad de los demonios y hacen imposible su presencia en el alma de los creyentes. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 2 de Noviembre 2014
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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