Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
He aquí algunas preguntas y respuestas: Pregunta: ¿ Leyendo los libros de Mateo y de Marco en la biblia, Jesús cuando cura a los enfermos les dice: "no se lo dijeran a nadie" cuado terminaba el milagro. En Mateo pasa lo mismo solo que en Mateo dice: no les comente a nadie y ve a la sinagoga. Cuales el sentido de estas palabras que Jesús?. Respuesta: Es el llamado secreto mesiánico. Un artificio literario de Marcos y colegas para explicar cómo fue posible que el hijo de Dios fracasara en su misión y fuera crucificado. Por tanto, no es posible adscribirle valor histórico ninguno. Esta pregunta queda bien aclarada en mi obra “Guía para entender el Nuevo Testamento” de Edit. Trotta, Madrid, 4ª edic. 2011. Pregunta: Me gustaría saber qué perspectivas tiene hoy en España un investigador (laico) de la Biblia, la tradición patrística y, quizá ya en una esfera aparte pero relacionada, las influencias de la filosofía griega en el cristianismo primitivo y los Padres de la Iglesia. Mi pregunta peca de generalista; formación ideal, aceptación académica (fuerza del ámbito religioso)… Respuesta: En el ámbito académico solo puede uno formarse en esas disciplinas en las Universidades o Facultades de Teología de la Iglesia (Deusto; Barcelona; Madrid; Granada… La sección de Filología Bíblica Trilingüe que había en la Central de Barcelona y en la Complutense han sido cerradas por falta de alumno suficientes. Luego, encontrar un puesto de trabajo en esas universidades como investigador independiente es prácticamente imposible, como es natural. Tendría que ser investigador autónomo, adscrito como colaborador honorífico de alguna Universidad estatal con Sección de Lenguas Clásicas, o bien seguir la carrera de Clásicas, o de Semíticas (hebreo y arameo) y luego, una vez conseguido un puesto fijo, orientar la investigación propia al campo que uno desee. Pregunta: escuche en un programa a alguien que dice que pilato gobernador de judea escribio algun libro explicando que a el galileo se refire a jesucristo lo sentenciian a muerte porque roma temia que se comvirtiera en un alto politico y luego proclamarlo rey de los judios y es por eso que jesucristo dijo que su reino no era de este mundo. al mismo tiempo a nivel personal me queda una ligera interrogante en cuanto a que porque jesucristo no enseña ampliamente la forma de curar o sanar mentalemente sera posible que la comunidad medica de esa epoca temia que eso fura posible por aquello de que no tendrian pacientes enfermos para ganar dinero me pregunto si existen de alguna maneraa algunos manuscritos que enseñen el milagro de la sanacion mental o realmente todo es un ligero mito y leyenda pasajera creo que seria bueno encontrar esos manuscritos y asi la gente no tendria que esperar tanto por un medico y se ahorraria mucho dinero verdad. Respuesta: Que yo sepa, no existen tales manuscritos. Pero desde luego sí hay normas en la antigüedad, en todos los filósofos estoicos y epicúreos sobre todo, sobre cómo vivir racionalmente de modo que sepas orientr tu mente hacia lo mejor para ti mismo. Pregunta: es posible que sucediera de verdad que Jesús viajara a la India, o siendo el una persona de clase media/baja si es imposible viajar tan lejos en la epoca , en fin su opinión sobre el tema( siempre hablando del Jesús historico). Respuesta: Conociendo bien las circunstancias de la Galilea del siglo I, la mentalidad de Jesús como un judío celador de la Ley, pienso que –aunque no es imposible que viajara a Cachemira-- es totalmente inverosímil y prácticamente imposible que lo hiciera y menos para buscar sabiduría fuera de las Escrituras. Un judío, en todo caso, iría a la antigua Persia para conversar con los “magos” = sacerdotes del zoroastrismo, religión a la consideraban (la única) algo respetable. Pregunta: ¿Qué material hay de verdad disponible para reconstruir científicamente la vida del Jesús histórico? Respuesta: Lo único seguro es analizar muy críticamente los evangelios compuestos en tiempos cercanos a Jesús, que tienen menos probabilidades de fantasear libremente. Aplicarles la lupa de la crítica más severa para averiguar qué es historia y qué es teología pura. Esos escritos más antiguos son precisamente los cuatro aceptados como evangelios canónicos desde la Iglesia primitiva. Dijimos que el primero en componerse fue el de Marcos. De él dependen en parte, porque lo copian transformándolo un poco o mucho, según ocasiones, Mateo y Lucas. Debemos insistir en que el Evangelio de Juan (95-100 d.C.) es un caso muy especial. Coincide a veces con los tres anteriores, y en muchísimas otras difiere totalmente. Lo más probable es que conozca el material anterior y que lo interpreta a su manera, corrigiendo expresamente y muchas veces la interpretación de los evangelistas previos a él. Tal corrección la efectúa por medio de: A. Una selección estricta de historias y milagros de Jesús; por la añadidura de escenas que son ficticias e ideales (por ejemplo, la samaritana, cap. 4, o la aparición a María Magdalena, cap. 20, que indican el paso de una fe imperfecta a otra perfecta). B. Añadido de largos monólogos y discursos puestos en boca de Jesús que son más expresión de la teología sobre él del evangelista, que producto verdadero de la mente de Jesús. Así que, insistimos, con este evangelio hay que andar con más cautela crítica. Hay autores de libros sobre Jesús que prácticamente ni lo citan. Esta posición me parece exagerada. Saludos cordiales de Antonio Piñero
Martes, 12 de Agosto 2014
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Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilías griegas Vuelve el debate entre Pedro y Simón Mago La Homilía VII da un giro para regresar al enfrentamiento entre Pedro y Simón Mago, los dos actores principales del relato. Era el cuarto día de la estancia de Pedro en Tiro, que se inició con la aclamación de la turba dedicada a Pedro. Reclamaban de Pedro su magisterio frente a los engaños de Simón y sus milagros frente a la magia de su oponente. Pedro se encaramó sobre una piedra elevada para ser observado y escuchado con facilidad por la muchedumbre presente. Pedro desenmascara la maldad de Simón Las palabras de Pedro van encaminadas a desenmascarar al Mago y dejar patentes sus intenciones malvadas. Simón es, en efecto, la potencia siniestra de Dios, que trata de perder a los que no conocen a Dios. La tendencia natural de Dios de hacer el bien a los hombres y buscar su salvación y su libertad frente a los que procuran su perdición está discutida y rechazada por Simón. Como ya anunciaba Berenice, la hija de Justa la cananea, Simón resultaba peligroso para los inocentes por su habilidad dialéctica. Una habilidad que desempeñaba sin remilgos ni reparos. Una prueba más de la razón de Berenice es el testimonio de Pedro: Con sus artes mágicas, Simón “ha sido capaz de rodearos de enfermedades, que, consentidas por la amable providencia de Dios, os han obligado a buscar y encontrar al que puede curarlas. Y con ocasión de la curación del cuerpo, aceptasteis confiar en lo que a Dios agrada, para que de este modo a la vez que serán curados vuestros cuerpos, tengáis también sanas vuestras almas” (Hom VII 2,3). La providencia de Dios siempre presente La Providencia de Dios está siempre despierta y alerta en defensa de lo suyos, de los que lo buscan y buscan la verdad que lleva a la salvación. La presencia del mal y del engaño provoca la reacción de Dios y del cuidado que tiene sobre sus criaturas. Donde está la magia, Dios pone su poder y su misericordia. Sus milagros tienen siempre como finalidad aliviar el mal de loa humanidad, nunca son como los prodigios de Simón, esfuerzos por exhibir unos poderes que vienen por la vía de los demonios y sus caminos torcidos. Pedro delata la estrategia de Simón para procurar el mal de los hombres. Con sus banquetes encuentra la ocasión propicia para sumar los efectos del vino a los de su magia. Lo que es lo mismo que añadir a su magia el apoyo de los poderes de los demonios, cuyo jefe es el mismo Simón. Por eso, lo que debiera ser una reunión de hermandad se convierte en ocasión de enfrentamiento armado entre ebrios movidos por la magia de Simón y de sus servidores los demonios. Ya lo había dicho Pedro en otras ocasiones, cuando los hombres se convierten en comensales de los demonios, se hacen sus siervos y esclavos. Es lo que Simón consigue fácilmente con su estrategia de invitar a hombres bien intencionados a sus banquetes y a sus comensales infernales. El peligro de los comensales Era el gran argumento para apartar a los cristianos de los convites de los paganos. La convivencia convierte a los comensales en esclavos de la mentalidad de los que participan de la misma mesa y los mismos alimentos. Pedro proclama solemnemente que Dios es el remedio contra la maldad de Simón (Hom VII 3). Pues ya desde el principio procuró Dios que los jefes del bien o del mal no tuvieran potestad sobre nadie si antes no lo habían hecho su comensal. Simón aprovechaba esta estrategia para desviar a hombres bien intencionados del camino recto. Pedro desarrolla su argumento con palabras claras y contundentes: “En consecuencia, así como al participar de los sacrificios ofrecidos a los demonios, quedasteis sometidos al jefe de la maldad, así cuando abandonándolos, os refugiáis en Dios por medio del jefe bueno y de su derecha, haciendo lo que él quiere con honras sin sacrificios, sabed bien que con la salud del cuerpo tendréis también sanas vuestras almas” (Hom VII 3,4). Dios puede lo mismo herir que levantar al caído, así como librar a los hombres amenazados por la magia de Simón con su gracia y su luz para encontrar siempre el camino de la justicia. La penitencia y la regla de oro Por eso, los que han sido engañados por la magia de Simón pueden recuperar por la penitencia la fuerza de sus cuerpos y la gracia de sus almas. El camino recto consiste en hacer lo que a Dios agrada: “Orar a Dios, pedirle que otorgue todas las cosas con una ley equitativa, apartarse de la mesa de los demonios, no gustar carne muerta, no tocar sangre, lavarse de cualquier suciedad”. Lo demás queda comprendido en la denominada regla de oro: “No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”. La Homilía VII la explica y desarrolla de forma muy clara: “No quieres que te maten, pues no mates a otro; no quieres que otro cometa adulterio con tu mujer, no lo cometas tú con la esposa de otro. No quieres que te roben nada de lo tuyo, no robes nada de otro” (Hom VII 4,4). Dicho de otra manera, debemos hacer lo que nos parece razonable. Ello nos hará aceptos a Dios y nos abrirá el camino para la salvación eterna. La conducta contraria nos producirá tormentos para nuestro cuerpo en el tiempo presente y el castigo para nuestras almas en el mundo futuro. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 10 de Agosto 2014
NotasHoy escribe Antonio Piñero He aquí algunas preguntas y respuestas: Pregunta: Mi pregunta es sencilla... en uno de los programas de la otra realidad, usted comentaba que el documental de James Cameron estaba hecho para ganar dinero y lo razonaba con un argumento que no recuerdo. Podría decírmelo? Respuesta: Probablemente por dos argumentos y una consideración 1 Porque según Hechos de los apóstoles 13,29, Jesús muy probablemente fue enterrado en una fosa común para malhechores, a pesar de que Lucas emplea la palabra mnemeion, en griego, que significa “monumento funerario, para dignificar el sitio del enterramiento de Jesús. 2 Porque en el cristianismo primitivo no había el menor deseo de honrar tumba alguna, ya que Jesús había sido exaltado al cielo, volvería prontísimo y el final del mundo estaba a la vuelta de la esquina. Y también probablemente añadí que entre centenares de urnas funerarias de difícil y exacta datación la repetición de la combinación de nombres muy comunes no prueba nada. Pero es interesante para Israel fomentar el turismo religioso… Pregunta: ¿Oculta la Iglesia los evangelios apócrifos por tener datos sobre Jesús peligrosos para la fe? Respuesta: Hoy día ya no. Luchó contra ellos a muerte desde finales del siglo II hasta el V o VI. Los intentó destruir o manipular (como ocurre claramente con el Evangelio del Pseudo Tomás, filósofo israelita) para hacerlos ortodoxos. Las ediciones de evangelios apócrifos hoy están promovidas muchas veces por la Iglesia porque ya no se ve en ellos problema ninguno. La batalla fue librada antes y los restos que quedan son considerados inofensivos. Saludos cordiales Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Domingo, 10 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
He aquí algunas preguntas y respuestas: Pregunta: Me gustaría que me diera su opinión sobre el libro de EL ZELOTE la vida y la época de Jesús de Nazaret, de REZA ASLAN, lo acabo de leer y me parece bastante bueno, debo decir que no soy un entendido en éstos temas, tan solo un aficionado que tiene interés por saber. Respuesta: Gracias a J.P. he podido leer los comentarios de Le Donne y Behrendt al libro de Reza Aslan. No he terminado de leer el libro de este último, por múltiples cuestiones de trabajo. Los enlaces son los siguientes: http://bit.ly/1pbIWVj http://bit.ly/1qXjgOM En líneas generales estoy de acuerdo con la crítica de los dos estudiosos. El libro es exagerado, fantasioso, sesgado y a veces acrítico y no ponderado. Pero, a la vez, está bien escrito (esto no es mérito estrictamente científico, sino literario) y hace hincapié en muchos detalles de la vida de Jesús que los historiadores confesionales suelen omitir, o pasar demasiado de prisa. La vida de Jesús también incluye el aspecto "político" de celador de la Ley, aunque el partido (político) de los celotas todavía no existiese. Política y religión iban unidas indisolublemente. Saludos. Yo, en síntesis, recomiendo la lectura de Aslan como mero antídoto. Pregunta: hay una cosa que nunca le he visto explicar. Jesús dice que su Dios es el Dios de Israel (Mr 12.29) y según los investigadores como Israel Finkelstein, ese dios era Elyon y no Yahvé. Yahvé era el dios de los de Judá, que al final terminaron dominando. Hay una pista en Dt 32.8-9, en su versión más antigua de los Rollos del Mar Muerto, indica que Yahvé era hijo de Elyon, y que recibió de éste, el pueblo de Jacob por herencia. Es posible que el verso sea una artimaña de Josías y sus sacerdotes para convencer a los Israelitas de adorar a Yahvé. Pero sea como sea, evidencia la teoría de que Yahvé no era el dios principal hasta un poco después del siglo VII a. C. Respuesta: Elyon es lo mismo que ’Elohim o ’El. Finkelstein tiene razón. Lo más probable es (si es que el personaje de Moisés es histórico) que a partir de Moisés los israelitas introdujeran en su panteón a Yahvé, una divinidad de Madián que al parecer era la de la mujer de Moisés, Séfora, hija de un sacerdote de Madián. y que luego –como ocurre en muchas religiones, la griega, por ejemplo— esa divinidad joven acabe asumiendo los rasgos y características de las divinidades “viejas”. Yahvé de hecho tiene rasgos de ‘’El y de Baal, más los suyos propios. Pero cuando yo hablo de que el Dios de Jesús es el mismo que el del Antiguo Testamento en general, estoy en el siglo I, en el cual estas distinciones eran ignoradas. Para Jesús no había más Dios que el ya tradicional en su momento y que ellos creían firmemente que había sido el único y el de siempre. Otro cosa es la rítica histórica que planteamos desde la Ilustración, no solo en le estudio de la Biblia, sino de la historia en general que nos hace ser más preciso y ver más coas. En un cierto sentido, nosotros sabemos de la religión de Jesús más que él mismo desde el punto de vista de la historia de las tradiciones religiosas. Si le es posible, le recomendaría leer el libro de Julio Trebolle, “Imagen y palabra de un silencio. La Biblia en su mundo”, de Edit. Trotta, Madrid, 2008, que he comentado largamante en mi Blog. Pregunta: ¿hay alguna alusión en la biblia, ya sea antiguo o nuevo testamento en que se haga alusión a la península ibérica? Respuesta: Sería posible que las referencias a Tarsis en la Bibli = Jonás 1,3; 4,2 Salmo 72,10; 1 Reyes 10,22; Isaías 2,16; 23,1; 69,9, podrían ser bien alusiones a Tartessos, o bien (y es lo más probable) alusiones a cualquier región lejana occidental. Pregunta: A mi juicio, y a juicio de varios especialistas que consulto, los sinópticos tienen una cristología menos avanzada que el propio Pablo (sobre todo el cántico de Filipenses). ¿Cómo explicar, entonces, que los sinópticos, siendo escritos por miembros de facciones paulinas y obviamente posteriores a Pablo, tengan una cristología menos avanzada? Respuesta: Como casi siempre, esta pregunta es demasiado compleja para ser respondida en este medio. Pero sin duda su formulación es una simplificación. La cristología de Pablo es muy obscura, y en mi opinión es parecida a la del Libro de las Parábolas de Henoc: el mesías es un mero hombre y solo su concepto (como el de la Ley de Moisés) es preexistente. Luego, ese concepto se hace realidad en un hombre concreto, el cual tras la resurrección, por obra de Dios, no por sí mismo, es exaltado a la diestra del Padre y confirmado como señor y mesías. El himno a Cristo de Filipenses 2,6-11 es interpretado por mí en mi obra “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino” (salida: quizás en primer trimestre 2015 Edit. Trotta), como un contraste entre el primer Adán y el segundo Adán. Este segundo Adán = Cristo solo tras su muerte es exaltado y colocado casi al nivel de Dios (v. 11). Pero Pablo es totalmente subordinacionista (1 Cor 15, 24-28). Si esto es así, Marcos, que presenta una cristología adopcionista (Jesús es hijo de Dios por adopción en el bautismo = Mc 1,9-11), sin duda, pero que tras el bautismo considera divino a Jesús ya en su caminar por la tierra puede ser más avanzado que Pablo. Igualmente Mateo y Lucas (o el autor de sus apéndices Mt 1-2 y Lc 1-2) consideran divino a Jesús ya desde su concepción en la tierra. Por tanto, es probable que esta cristología sea más avanzada que la de Pablo. Pero, en síntesis, la cristología del Nuevo Testamento es un cajón de sastre, muy diversa, oscura, complicada, que da por supuesto mucho en los lectores. Pregunta: ¿Cuál de los evangelio apócrifos es el más importante para reconstruir la vida del Jesús histórico? Respuesta: El más significativo de ellos es con mucho el Evangelio de Tomás gnóstico, que no otorga casi importancia alguna a los hechos de Jesús, sino a sus sentencias espirituales. Es como un evangelio místico al que sólo importa la salvación del individuo y la fusión espiritual con el Revelador Jesús. Algunos investigadores de hoy le conceden una importancia igual o semejante a la de los cuatro canónicos. En mi opinión, sin embargo, esta posición es un tanto exagerada porque el texto que hoy tenemos está ciertamente reelaborado a mediados del siglo II…, y los investigadores no se ponen de acuerdo sobre cuál es la parte estrictamente antigua y cuál no. A pesar de ello, creo que vale para confirmar que algunos dichos de Jesús son antiguos. Saludos cordiales
Sábado, 9 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Concluíamos la semana pasada con la idea de que Pablo, como Jesús de Nazaret, es un teólogo de la restauración de Israel, tema profético si lo hay, sobre todo entre los oráculos de profetas posteriores al exilio en Babilonia, pero tema al que Pablo añade unas precisiones y perspectivas nuevas e importantes, que aún no hemos precisado aquí. La incorporación de los gentiles a Israel es, pues, un tema antiguo. No sabemos con seguridad si el bautismo entre los judeocristianos –en el siglo I d.C.— era ya un uso común tomado del judaísmo corriente para mostrar la incorporación de gentiles a Israel, junto con, naturalmente, la circuncisión de los varones (= paso de gentil a prosélito). Pero lo que sí sabemos es que Pablo defendió entusiásticamente el bautismo como el sello que manifestaba que el judío normal o el gentil habían pasado a ser miembro del cuerpo (místico) del Mesías, una vez hecho el acto de fe en él como el mesías del Dios de Israel, y sabemos también que el Apóstol nunca se jactó de ser el primero que practicaba el bautismo como incorporación ( = injerto ; Rom 11,13ss) de los gentiles en Israel. Por tanto, para Pablo, quien se salva es Israel. De momento –dice Pablo en el mismo capítulo de Romanos— este Israel solo un “resto”, entre el que él mismo se contaba, pero al final el Israel entero, que se supone aceptará a Jesús como mesías, se salvará (Rom 11,26). Y Pablo añade: los gentiles injertados en Israel tienen –en lo que respecta la salvación-- exactamente el mismo estatus que los israelitas de nacimiento (¡ y esto sí que era novedoso!). De la lectura de Hechos 15, diríamos que la cuestión de esta igualdad cierta de estatus entre los creyentes en el Mesías había quedado resuelto. Pero no era así, por lo que cuenta Pablo en Gál 2,11-14 (el incidente entre él y Pedro en Antioquía): ¿tenían que sentarse a comer en mesas separadas los gentiles conversos a la fe en el mesías? Parecía que de ningún modo, según Pablo, puesto que en Cristo “ya no había judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer” (Gál 3,28). Pero otros mantenían lo contrario: la fe en el mesías no basta; los israelitas de nacimiento son superiores; los gentiles aun creyentes pueden estar en estado de impureza…, y como dice Pedro en Hechos: “10,28: Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre.” Para fundamentar la igualdad entre judíos y gentiles, Pablo había expuesto en Rom 1,16, y en resumen en Rom 3,9, que los dos grupos en los que se divide la humanidad (para un judío), a saber, gentiles y judíos, estaban esclavizados por el Pecado. Por tanto, no había distinción ni derecho alguno a la jactancia por parte de nadie. Y Pablo tenía otro argumento: en esta situación de pecado general, quien quería ser salvado tenía que hacer un acto de fe en el Mesías. Con otras palabras: para apropiarse los efectos de salvación del evento de la cruz, es decir, el perdón de los pecados hasta ese momento, era necesario aceptar el designio divino de que así era por la cruz del Mesías, por sorprendente que esta idea fuese. Había que hacer un acto de fe en el mesías y en su cruz. Entonces, y solo entonces, tanto judíos como gentiles obtenían el perdón de los pecados, igualmente. Tampoco, pues, desde este punto de vista había motivo alguno para la jactancia. Pablo se opone al pensamiento de algunos judíos contemporáneos suyos: la situación de pecado no es una situación de continua tentación del Diablo, a la que se puede oponer el ser humano por sus propias fuerzas, aunque reciba la gracia divina si es humilde en aceptarla, sino un estado perpetuo –según Pablo-- de esclavitud de todo ser humano bajo el Pecado/Diablo, del que no puede salir aunque sea humilde. Y, insiste Pablo mil veces, la salida de ese estado de esclavitud es un acto de fe, tanto para judíos como para gentiles. La justificación es solo por la fe. Si lo que Dios pide al pecador es un “sí” propio de la fe, en teoría no hace falta en ese momento hacer ninguna otra obra de las que habla la Ley de Moisés para quedar justificado. Por eso dice Pablo una y otra vez: “La justificación es sólo por la fe y no por las obras”. Pero a la vez, una vez justificado, Pablo exige que el creyente en el mesías haga las obras que le exige la Ley como muestra de fidelidad posterior y consecuente con el acto de fe. El judío, que sigue siendo judío, tiene que seguir “haciendo” las obras de la Ley; y el gentil, que sigue siendo gentil, tiene que hacer las obras de la “ley del Mesías” (Gál 6,2), a saber, cumplir toda la ley natural = el Decálogo, más la moral que le dicta la nueva institución en la ha entrado, le iglesia o cuerpo místico del mesías. Por el contrario, si un judío (sobre todo) o un gentil no cae en la cuenta de que el haber pecado te hace esclavo del Pecado, y que por tus fuerzas no puedes salir de esta situación, y te crees que el pecado no es más que una mera tentación que cada uno puede resistir con buena voluntad, entonces llega a pensar que él mismo se justifica ante Dios haciendo las obras de la Ley y negándose a pecar. PERO, insiste Pablo, intelectualmente (y en esto demuestra que a la vez que judío él es profundamente griego) no es así. La justificación es solo por gracia y por un acto de fe (ayudado por Dios mismo a hacerlo) sin que medie en ese momento obra alguna = por tanto, judíos y gentiles son iguales ante Dios, pues todos pecaron. Y continúa Pablo: de esclavos del Pecado pasan a ser esclavos del Mesías (así dice de sí mismo el Apóstol, véase el comienzo de Romanos), gracias al acto de fe en Dios y en su mesías que muere en la cruz (justificación) y la confirmación de esa fe en el bautismo, o “sello”. Boccaccini sostiene que una parte del transfondo ideológico de la Epístola de Santiago (que no sabemos quién la escribió, pero que parece querer representar el pensamiento de la iglesia madre de Jerusalén) es considerar la situación de “estar bajo el pecado” como un “estado de tentación” y no un estado de verdadera esclavitud. Por ello, esa Epístola defiende que la justificación en sí no se logra solo por un acto de fe, sino por un acto de fe acompañado de “obras”. El autor no había logrado asimilar la fina distinción intelectual de Pablo entre justificación en sí (que dura un instante) y la fidelidad que pide y exige esa justificación, fidelidad que se muestra por las obras consecuentes según la ley del Moisés (judíos creyentes) o fidelidad a la ley del Mesías (gentiles creyentes). Por eso el autor de la Epístola de Santiago dice que “la fe sin obras está muerta” (St 2,19-26) sin hacer las debidas distinciones y oponiéndose al pensamiento paulino. Para el autor de la Epístola la justificación no es solo por gracia divina y por la fe impulsada por la gracia (es decir, obra de Dios solo), sino el producto de una sinergia, o colaboración, entre el ser humano y Dios. El sentido profundo de St 4,6-10 es este, aunque quizás no se capte a primera vista: “10 Humillaos ante el Señor y él os ensalzará. 11 No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la Ley y juzga a la Ley; y si juzgas a la Ley, ya no eres un cumplidor de la Ley, sino un juez. 12 Uno solo es el legislador y juez, que puede salvar o perder. En cambio tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo? 13 Ahora bien, vosotros los que decís: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad, pasaremos allí el año, negociaremos y ganaremos»; 14 vosotros que no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana... ¡Sois vapor que aparece un momento y después desaparece! 15 En lugar de decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 16 Pero ahora os jactáis en vuestra fanfarronería. Toda jactancia de este tipo es mala”. No es casualidad, por ello, que la Epístola de Santiago no mencione en ningún momento el evento de la cruz y no hable de él como la clave del perdón de los pecados. Al parecer (en realidad apenas estamos informados de la teología del judeocristianismo), los judíos creyentes en el mesías, como parece que pensaban algunos de la iglesia madre de Jerusalén, cuando hablaban del perdón de los pecados no se referían a la cruz de Cristo, sino al sistema de expiación de los pecados por el arrepentimiento, por los sacrificios del Templo y por la absolución divina del Día general del Perdón (el Yom Kippur). Y aunque el autor hable ciertamente de la “ley de la libertad”, expresión que parece paulina, no lo entiende como Pablo, sino como la libertad de obrar libremente la ley de Moisés como prerrequisito ineludible para la justificación. El que es humilde en situación de pecado lo es por su cuenta… por su propia voluntad; por ello Dios le ayudará después. Para Pablo no es así: primero es el acto de fe y luego la humildad y las buenas obras como consecuencia de ese acto de fe: St 1,25: En cambio el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz. St 2,12: Hablad y obrad tal como corresponde a los que han de ser juzgados por la Ley de la libertad. Y como, para Pablo, la justificación es solo un acto de fe, dice en Gál 2,21: “No hago inútil la gracia de Dios, pues si por la Ley se obtuviera la justificación, entonces Cristo habría muerto en vano.” Esta disputa teológica en el pensamiento “cristiano” primitivo entre judíos creyentes en el mesías y otros judíos y gentiles paulinos, tendrá profundas implicaciones en la vida de la iglesia futura y en la paulatina separación del cristianismo paulino del judaísmo normativo, aunque Pablo ni por un momento se le ocurrió pensar que eso podría ocurrir…, no solo porque el fin del mundo era inmediato en su opinión, sino especialmente porque él no albergaba intención alguna de fundar ninguna religión nueva. Él solo pretendía vivir su judaísmo en el Mesías. Seguiremos Saludos cordiales Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 8 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Pregunta: ¿Qué credibilidad tiene para usted el llamado \"Evangelio de Judas\" en lo que se refiere a que era el discípulo más querido y que la traición estaba orquestada por el propio Jesús? Muchas gracias, Profesor. Respuesta: Como historia que nos acerque al Jesús histórico, ninguna. Sí es importante para conocer el pensamiento gnóstico, probablemente del siglo II o III d.C. cuando se escribió, en griego. En el “Blog de Antonio Piñero” tiene Usted una larga serie dedicada a este Evangelio con introducción, traducción y comentario. Utilice el buscador, por favor. La edición mejor del Evangelio de Judas en español, con texto copto, traducc. y notas es la de Fernando Bermejo, Editorial Sígueme, Salamanca, 2011. Pregunta: ¿Les relatos pascuales donde se habla de la tumba vacía, son anteriores a los relatos de las apariciones de Jesús a sus discípulos en Galilea o en Jerusalén? Respuesta: No tenemos medios materiales para responder a esta pregunta, ni por datación de manuscritos (los más antiguos son de finales del siglo II o inicios del III) ni por crítica interna de los textos recibidos para dar una respuesta exacta. Lo normal es pensar que la tumba vacía y las apariciones forman un bloque, con dos perspectivas, para “probar” que la resurrección de Jesús fue un hecho histórico, digno de fiar. ¿No hay ningún evangelio apócrifo que tenga datos fiables sobre el Jesús histórico? ¿No hay excepción ninguna? Respuesta: Sí las hay: ciertos dichos recogidos en el Evangelio de Tomás gnóstico (descubierto en 1945 en traducción copta del siglo IV, pero compuesto hacia el 150 d.C.). Se aceptan que algunos detalles de la Pasión, reunidos por el Evangelio de Pedro (hacia el 130/140 d.C.) pudieron ser auténticos, y existen algunos fragmentos de relatos evangélicos conservados en papiros más o menos antiguos como el Papiro Egerton 2, o el Papiro de Oxirrinco 840 a los que se presta atención. Sin embargo, y normalmente sólo sirven para confirmar lo dicho por los evangelios canónicos. Pregunta: Hoy 6 de agosto se celebra el día de la "Transfiguración de Jesús", uno de los mayores hitos de la vida de Jesús tal y como se describe en los evangelios. ¿Se sabe de dónde viene esta tradición y si hay algún precedente similar con otros profetas? Un afectuoso saludo. Respuesta: La "Transfiguración de Jesús" es una tradición que comienza con el evangelista Marcos. No tenemos antecedentes cristianos. Tampoco judíos estrictamente, porque Marcos quiere dar a entender que después del bautismo Jesús es “hijo adoptado de Dios” y por tanto, según las leyes de la adorpción romana, ya es divino (de algún modo). Lo que sí tenemos en el mundo grecorromano (vea los comentarios científicos a la transfiguración) son historia de dioses que caminan de incógnito sobre la tierra, ponen a prueba a los mortales y si el resultado es positivo, los premian y se aparece al final a ellos con toda su radiante gloria. La historia estaba, pues, en el aire. Pero el trasfondo de la confirmación de Jesús como mesías divino, por parte de Moisés y Elías, en la escena de la Transfiguración es ya teología cristiana. No procede del Jesús histórico. Pregunta: Podría ud. aclarar el asunto (en esas preguntas respuestas online) sobre la influencia de la religión persa sobre el judaísmo y cristianismo? Respuesta: Dos libros que he publicado, como editor y autor, tratan del tema: 1. Orígenes del cristianismo, Edit. El Almendro, Córdoba, 1992, con múltiples reediciones. Creo que hay versión electrónica. 2 Biblia y Helenismo. La influencia del pensamiento griego en la formación del cristianismo” De la misma editorial y ciudad, año 2006. Hay un capítulo de Anders Hultgard sobre exactamente ese tema. En líneas generales le informo: la influencia va sobre l concepción dualista de la divinidad (Bien Mal Espíritu bueno /Espíritu malo/; cosmovisión general. Influjo en la concepción sobre ángeles y demonios. El hombre compuesto de parte material y espiritual; existencia de la retribución divina, mundo de ultratumba con penas y glorias; juicio final previo, etc. Pero hay que tener en cuenta que parte de etas ideas las recibe el judaísmo también de la espiritualidad griega, sobre todo órfica, desde la época helenística = a partir de la muerte de Alejandro Magno, 323 a.C., y la expansión del griego y del pensamiento helénico por el Mediterráneo oriental y Oriente Medio. Pregunta: o Piñeros, Me gustaria saber su opinion sobre el polemico trabajo del profesor de historia de la universidad de Telaviv, el judio Shlomo Sand, que expone de que el pueblo judio como tal no existe hoy dia como etnia, y que por lo tanto ser judio es una religión solamente . Y que el pueblo judio de hoy dia es una invención. El argumenta de que los judios europeos son descendientes de los Jazaros y que los sefardies Españoles eran judios conversos de tribus bereberes y asi susesivamente va dando datos de cada una de las diferentes familias judias de hoy dia.... Da por hecho de que no existe hoy dia un pueblo etnico judio. Y segun este hombre no hubo una gran diaspora del pueblo judio de Israel en el año 70, y que ya existian pequeñas poblaciones de judios en diferentes partes antes del año 70, y que con el tiempo se fueron mezclando y lo que quedó fué la cultura judia expandida pero no una etnia como tal. Porque segun argumenta: es que la mayoria de la población judia de Palestina, se quedo en Palestina despues del año 70 con lo que se ve que luego hubo mas revueltas judias posterioes al año 70. En resumen: no existió una diaspora masiva, Los judios que se quedaron en Palestina se mezclaron con los diferentes pueblos que pasaron por la zona, y que los judios dispersos por europa tambien se mezclaron con los pueblos europeos, y solo quedó una religión pero no una etnia. Respuesta: No he leído el libro. Pero por su resumen entreveo que la tesis es muy probable. Entre los judíos se discute siempre qué es el judaísmo. Pero hay dos ideas claras: a pesar de la mezca indudable de razas, todo i¡hijo de madre judía es judío y forman un pueblo mixto que no por eso deja ser el pueblo elegido. La segunda es: el judaísmo no es una religión, sino la mezcla de esa etnicidad sui generis, más un modo de ver a Dios y su relación con el pueblo judío basado en la Biblia hebrea y en la tradición interpretativa de los rabinos recogida en la Misná, Talmud, Midrashim y otros textos. Pero, no es en sí una religión, cuanto un modo de vida e interpretación del mundo y el hombre. Pregunta: ¿Se puede sacar algo en limpio de los Evangelios acerca de la existencia de Jesús, aunque se acepte que los Evangelios son obras de propaganda religiosa? Respuesta: Creo que sí. Las remodelaciones y reinterpretaciones mismas de la figura de Jesús realizadas por los evangelistas nos indican que están tratando de modificar y presentar, de acuerdo con sus ideas, la vida de un personaje real, que era un tanto diferente. Es decir, idealizan y divinizan una figura real, cuyos rasgos no se dejan idealizar y divinizar del todo. Por ejemplo, muestran a un Jesús ignorante del momento en el que vendrá el fin del mundo, o equivocándose en sus profecías acerca de ese final. Si los autores evangélicos hubieran inventado el mito de Jesús directamente, no habría ninguna diferencia entre el Jesús real y el Cristo de la fe, proclamado por los Evangelios mismos. Los dos serían exactamente iguales. En otras palabras: las divergencias entre las dos pinturas de Jesús, el real, que se muestra como un mero hombre, y el de la fe, que aparece como un dios, no existirían si la figura de Jesús fuera un puro invento, un mito literario de los primeros cristianos sobre el modelo de una divinidad salvadora de la época. Lo habrían dibujado siempre como un dios y de manera más uniforme. Pregunta: a pesar de haber estudiado teología no logro ver ninguna cita bíblica que apele totalmente a la \"homoousios\" afirmada en el concilio de Nicea. Mi pregunta és: ¿ Hay alguna cita bíblica que califique a Jesús como Dios?. Respuesta: Sí los hay. De unos 1300 casos en los que aparece “Dios” en el Nuevo Testamento hay 7 casos en los que se nombra explícitamente Dios a Jesús o el Verbo = Jesús tres en Jn 1,1-18, más Jn 20,28; Tito 2,23; Heb 1,8 y 2 Pe 1,1. -- Pregunta: Leyendo la Biblia he visto como la petición del pueblo de Israel para tener un rey `` como las otras naciones del mundo´´ fue duramente criticado por Dios, el cual estaba en contra de que Israel fuera una monarquía ¿ Cómo se explica la evolución teológica que pasa de una afirmación directa de Dios de que no quiere reyes a la promesa de un Mesías que reunifica un reino? Respuesta: Es difícil contestar de un modo simplista, puesto que su pregunta supone todo el cambio de la religión de Israel tras el exilio, sobre todo en la época helenística. El cambio ante todo está motivado por la terrible insatisfacción de Israel tras el exilio: cientos de años de sojuzgamiento bajo el Imperio Persa, luego bajo los Ptolomeos, y luego Seléucidas. Un paréntesis con los Asmoneos/Mcabeos, y luego la bota romana. Era ya insufrible para el pueblo. Dios arreglará las cosas a través del Mesías. Si le es posible, lea el libro “Biblia y Helenismo”, Edic. y varios capítulos míos, Edit. El Almendro, Córdoba 2006. -- Pregunta: Ud. dice que los fariseos no aperecen en la Pasión de Jesús. Pero, al mismo tiempo, dice que pudo haber habido algo de verdad histórica en el juicio previo en ausencia, narrado en Juan 11: 45-54. Ahora bien, Juan 11: 47 dice que los fariseos convocaron el consejo. Según este pasaje, entonces los fariseos sí estuvieron en la organización del juicio previo que decidió la muerte de Jesús. ¿Es legendaria la participación de los fariseos en ese juicio? Respuesta: No hay contradicción, porque Juan se refiere a una reunión del Gran Sanedrín bajo la presidencia e impulso de Caifas, saduceo. Había ciertamente miembros fariseos en el Sanedrín, pero aparte de esta acción –en la que debemos creer que el evangelista tiene razón-- llama la atención la ausencia de cualquier mención de ellos en la Pasión estricta. Además, ciertos fariseos intentaron previamente salvar la vida de Jesús contra las acechanzas de Antipas: Lc 13,31: En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte. -- Pregunta: He escuchado una entrevista que le hacen a usted, que se ha colgado hace poco en Ivoox, sobre el Apocalipsis de Juan. A pesar de que en todos los nuevos testamentos que que tenido en mis manos con el nihil obstat, se expresa que la autoría es de Juan Evangelista, y por otro lado, de que está ya más que demostrado que no es de el Evangelista, sino del Presbítero Juan, deportado en Patmos, ¿no sabía ya la iglesia en los siglos II y III que Juan de Patmos y Juan Evangelista eran dos autores diferentes y que el Presbítero fue en autor del Apocalipsis? Tengo entendido que el mismísimo Eusebio de Cerasea no pone bien a Papías de Hierápolis, expresando que Papías se vanagloriaba de haber conocido a Juan Evangelista, cuando realmente al que conoció fue al Presbítero Juan. En el supuesto de que la iglesia lo supiese ya en momentos tan tempranos ¿porqué sigue empeñada en dar la autoría del Apocalipsis al Evangelista? Respuesta: Ciertamente lo sabía; sobre todo en la erudita Alejandría. ¿Por qué se empeña? No se empeña en los libros y en las Facultades de Teología, pero sí ante el pueblo. Probablemente por pereza, apego a la tradición y por un deseo erróneo de no escandalizar. En el fondo está la creencia de que el pueblo es tonto. Había que formular la pregunta los obispos y al Papa -- Pregunta: quiero atreverme a consultarle su opinión sobre algo de lo que está pasando ahora en el medio oriente: ¿tiene el gobierno israelí derechos especiales o divinos para justificar las masacres e invasiones que está propiciando? Respuesta: Es evidente para ellos que sí la tienen. Porque esa tierra fue prometida a Dios para toda la eternidad desde las promesas del Génesis a Abrahán, caps. 12-17 en las Dios promete a su pueblo: Tierra (Israel); ser pueblo elegido y numeroso; que Abrahán será padre de numerosos pueblos = entendido como que Israel gobernará al final de los tiempos a todas las naciones (traducido final mente en mesianismo y luego en sionismo). Saludos cordiales de Antonio Piñero
Jueves, 7 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Ayer hubo las siguientes preguntas y su respuesta: He aquí unas cuantas preguntas y sus respuestas: Pregunta: Tengo en mi poder un libro que se Titula "El Evangelio De Los Doce Santos" y en sus paginas se afirma que fue compuesto en torno al año 70 por San Juan y que este texto es la fuente de los cuatro evangelios. Mi pregunta es, ¿este texto también esta relacionado directamente con la "Fuente Q"? ¿Usted lo conoce? Le envío la foto de la portada del libro, la editorial es Equipo Difusor Del Libro. De le agradezco anticipadamente su tiempo y su retroalimentación Respuesta: Ese libro no vale absolutamente nada. No se conserva ningún original arameo de ningún evangelio. Y en cuanto a la autoría de san Juan: es otra falsedad, porque ni siquiera sabemos de cierto que ese san Juan escribiera nada, ya que los autores del Apocalipsis y del Cuarto Evangelio son autores desconocidos. El primero puede ser un tal “Juan el Anciano (griego “presbítero”) de quien en realidad no se sabe nada. Solo que existió, pues fue mencionado por Papías, en el siglo II, en su obra (perdida, pero citada en fragmentos por Eusebio de Cesarea), “Explicación de los oráculos del Señor”. Pregunta: ¿Y el Evangelio de Juan? ¿Es aún más divergente en su figura de Jesús (respecto a los otros evangelios) que los Evangelios Sinópticos entre sí? Respuesta: Sí parece a veces que el este texto dibuja a un Jesús que parece otro. El Evangelio de Juan se cree con autoridad para corregir la imagen de Jesús de los autores precedentes. El Jesús de “Juan” es preexistente, el Logos/Palabra de Dios que existe desde la eternidad, que baja a la tierra, revela y retorna al cielo. Los discursos del Salvador son muy diferentes en el Evangelio de Juan y en los Sinópticos. El Jesús de Juan habla en parlamentos largos y solemnes. No pronuncia el Sermón de la Montaña y no enseña el “Padre Nuestro”, no habla en parábolas, sino en la forma de discursos simbólicos, de tono muy distinto. Tales discursos más que palabras de Jesús dan la impresión de ser una meditación profunda sobre lo que es y representa como Revelador, sobre su relación con Dios Padre y sobre cómo debe ser la vida cristiana de acuerdo con la fe en él. El Jesús johánico expresa nuevos conceptos, desconocidos para los evangelios anteriores, como “vida”, “testimonio”, “verdad”, “gracia”, “luz/os-curidad” “arriba/abajo”. En este Jesús no hay debilidades humanas. No hubo, por tanto, bautismo de Juan para perdón de los pecados, ni tentaciones en el desierto, ni la angustia de Getsemaní: él da la vida porque quiere. Su muerte es el momento de su máxima glorificación y exaltación. Creer en él significa haber conseguido ya la vida y la resurrección. Saludos cordiales.
Miércoles, 6 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Ya saben Ustedes que cierto político dijo a otro político que lo que tenía que hacer era “Bajar la calle” para enterarse bien de lo que piensa la gente… y no permanecer siempre en la soledad de su despacho. Yo “he bajado a la calle” casi involuntariamente arrastrado por las preguntas que todos los días me hacen a través de mi correo electrónico, del sistema de contacto con el autor del que está provisto este Blog y también, ¡cómo no! a través de Facebook. Me resistí cual culebra a incorporarme a ese sistema… hasta que ciertos amigos “me obligaron”. A través de las notificaciones de FB me llegan todos los días preguntas a las que procuro responder brevemente (de lo contrario no podría trabajar en absoluto; algunos, incluso preguntan demasiado y he tenido que frenarlos cortés, educada, pero enérgicamente). Pues bien, ya que Fernando Bermejo no puede escribir durante un tiempo en este Blog, tal como él anunció en su momento, se me ha ocurrido trascribir algunas de las preguntas y respuestas que me envía la gente. Sesudos comentaristas de este Blog pensarán que muchas de las preguntas son demasiado simples. Pero esto es lo que realmente se les ocurre a mis interlocutores…, y prestarles atención es “bajar a la calle”. He aquí la primera entrega. Aviso de que no se me ha ocurrido mejorar la ortografía y la sintaxis de los que me escriben. Las preguntas aparecen copiadas tal cual me llegan Saludos cordiales He aquí unas cuantas preguntas y sus respuestas acumuladas en solo los dos días últimos, hoy no incluido: Pregunta: ¿Son realmente tan diferentes las imágenes de Jesús que muestra cada Evangelio? Respuesta: Ciertamente sí. Se dice técnicamente, con razón, que cada Evangelio tiene su “tendencia” o sesgo. Comencemos por los Evangelios más parecidos entre sí 1. El Evangelio de Mateo presenta a Jesús como el cumplimiento de las promesas divinas hechas a Israel. Jesús es el nuevo Moisés que proclama una nueva ley. Esta ley es la antigua, pero interpretada por él. Los cristianos deben regirse por esta nueva ley, que deja obsoleta la antigua. Jesús tiene la misión de congregar discípulos y predicar el Evangelio no sólo a Israel, sino a todo el mundo. Por ello funda la Iglesia. En este evangelio se recoge todo lo que puede interesar a la Iglesia que los demás Evangelios no traen. 2. El Evangelio de Marcos sostiene probablemente que Jesús es hijo de Dios por adopción sólo desde el bautismo. Pero desde ese momento es hijo auténtico y real. Marcos piensa que Jesús es el único mesías verdadero, pero que su mesianismo es radicalmente distinto al judío: es un mesianismo sufriente y pacífico, apolítico. Su muerte fue producto de un complot de las autoridades judías pero de ello se valió Dios para aceptar un sacrificio en favor de la remisión de los pecados de toda la humanidad. Ni sus discípulos ni el pueblo judío entendieron a j. Sostiene también Marcos que no sólo la muerte y resurrección de Jesús son importantes para la salvación, sino todas las acciones y palabras que aquél había pronunciado durante su vida. Corrige así a su maestro Pablo. 3. El Evangelio de Lucas está de acuerdo con Marcos en combatir cualquier tipo de imagen política-guerrera de Jesús. Afirma que el tiempo de la vida de Jesús en la tierra es el centro del tiempo, el comienzo de la plenitud de la historia. Jesús es ante todo un modelo a seguir por los humanos una vez que se instaure el tiempo de la Iglesia, que dura hasta que él vuelva. Jesús proclamó de una vez por todas la fe cristiana que es única: siempre fue la misma y no cambia. El Espíritu tiene un papel preponderante tanto en la vida y ministerio de Jesús Evangelio) como en el de la Iglesia ( = Hechos). Esta segunda parte del Evangelio de Lucas presenta, además, una imagen muy sesgada de cómo era Pablo y su teología, que afecta mucho a la comprensión de la misión de Jesús. Pregunta: ¿ Hay alguna cita bíblica que indique que el Espíritu Santo es Dios? ¿ Es una traducción fiable la traducción del nuevo mundo usada por los testigos de Jehová?. Disculpe las molestias y más sincero agradecimiento Respuesta: No la hay, porque su pregunta sería impensable para un judío del siglo I. El Espíritu Santo es Dios actuando como un espíritu; por tanto no hace falta decir más. Lo que es nuevo es la Trinidad y que el Espíritu Santo sea una persona como el Padre o el Hijo. La Biblia de los testigos de Jehová no se utiliza académicamente. Por tanto, no puedo opinar porque no la he usado nunca. Me imagino, sin embargo, que será la de Casiodoro de la Reina ( = Reina Valera) que es buena. -- Pregunta: Buenos días, navegando por la web he descubierto una mención a su nombre que me ha llamado la atención. Copio al pie de la letra: \"Sin embargo, algunos autores (Nicolás Notovitch, Suzanne Olsson, Holger Kersten, Diane Stein, Antonio Piñero, etc) hablan de lo que se conoce como Los años perdidos de Jesús47 48 49 50 51 -intervalo de tiempo de 18 años transcurridos entre la huida y el comienzo de su ministerio- y defienden que éste huyó de la ira de Herodes a Egipto y de allí a la India,51 donde fue instruido en el budismo Mahāyāna y Vajrayāna, además de aprender el arte de sanar con las manos. Algunos budistas sostienen que también Buda (480-400 a. C.) curaba a los enfermos).\" Este texto es el último párrafo que se encuentra en la entrada \"reiki\" de wikipedia. Como conozco su trayectoria y he leído alguno de sus libros, me ha llamado la atención. Tal vez el autor de este artículo de la wikipedia ha interpretado erróneamente algún comentario o hipótesis que haya formulado usted al respecto de los años previos a la etapa pública de la vida de Jesús Respuesta: Ante todo le agradezco mucho la información. Jamás he dicho nada de ese estilo. Tengo escrito un libro, traducido a muchas lenguas (“El otro Jesús. Vida de Jesús según los evangelios apócrifos, Edit. El Almendro, 1992, Córdoba; este libro saldrá reeditado, supongo que en el tercer trimestre de este año por la Editorial El Olivo = Los libros de El Olivo, con una parte totalmente nueva que es un breve comentario –supongo de unas 75 pp-- a la infancia de Jesús según los Evangelios canónicos de Mateo y Lucas. Pregunta: En lo que he leído sobre la resurrección, pues que la tumba vacía en sí no es una prueba, pues está sometida a otras interpretaciones. Pero, es un hecho que, los apóstoles perdieron la fe tras la muerte de su Maestro, quién murió como un maldito de Dios: "maldito del que cuelga del madero-- dice la escritura--" y pues perdieron la fe, la prueba de ello es que estaban escondidos dispuestos a volver al mar de galilea a pescar. Si Jesucristo no hubiera resucitado el cristianismo habría terminado en la pesca del lago de Tiberíades. Y en cuanto, si fueron visiones puramente interiores, pues parece que no. En un análisis de los textos en griego, los apóstoles tienen un termino para hablar de visiones interiores: horama. Pero, ese termino no lo aplican nunca cuando hablan de las apariciones de Cristo. Mas bien, se expresan con verbos como faino y faneroo, que vendrían a significar: aparición visible. También se usa el verbo opthé, que se traduce como: se dejó ver. Después del encuentro sensible, los apóstoles recuperaron la fe y se fueron al martirio. Otro detalle, en el Evangelio de Juan dice Que entran en la tumba y san Juan dice que vio y creyó. Pues el término en griego que usa el original es Keimana, es decir, que las vendas estaban yacentes, desinfladas, por eso dice que vio y creyó. Estas explicaciones se podrían poner como pruebas?, o, como se toman?... Respuesta: Creo que es la misma diferencia que hay entre el uso de “vate” o “profeta”. El cristianismo primitivo utiliza siempre el segundo término que liga a sus profetas con los del Antiguo Testamento. ¿Significa esta precisión del vocabulario que hay que tomar como prueba que la profecía cristiana es toda verdadera? El problema de la resurrección para un historiador tratar de la resurrección de Jesús y de sus apariciones se sale claramente de sus competencias, que son positivistas y pragmáticas. La historia trata de hechos repetibles y comprobables, y una resurrección, o las apariciones de un resucitado, no lo son. Son hechos que no se pueden repetir y observar de modo que puedan ser estudiados por un científico. Lo más que puede hacer un historiador son tres cosas. 1ª: Dado que tratamos del siglo I e.c. –en donde era absolutamente común, tanto entre judíos como entre grecorromanos, creer en muy diversos fenómenos sobrenaturales, como raptos del alma y viajes celestes, éxtasis para comunicarse con la divinidad, sueños y otros tipos de revelaciones, resurrecciones de muertos y diversos tipos de comunicación con los que están en la otra vida-- admitir de buen grado que sin la creencia firme en la resurrección de Jesús y sus apariciones no se puede explicar satisfactoriamente el seguimiento de Jesús tras su muerte y el nacimiento del cristianismo. Por tanto, como corolario, la creencia en la resurrección es el fundamento de la fe cristiana como dice Pablo en 1 Cor 15,13-19: 13: “Y si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo ha sido resucitado. 14 Y si Cristo no ha sido resucitado, vacía es nuestra predicación; vacía también vuestra fe. 15 Y somos convictos de ser falsos testigos de Dios porque atestiguamos contra Dios, que resucitó a Cristo a quien no resucitó puesto que los muertos no resucitan. 16 Si, pues, los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha sido resucitado 17 Y si Cristo no ha sido resucitado, vana es vuestra fe: estáis todavía en vuestros pecados. 18 Ciertamente los que durmieron en Cristo perecieron también. 19 Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres! 2ª Que esa creencia hubo de ser necesariamente de buena voluntad, puesto que quienes la sostenían estaban dispuestos incluso a dar su vida por ella. 3ª Examinar concienzudamente los textos, que nos han llegado, acerca de esos fenómenos y ver si son consistentes y concordes entre sí de modo que pueda afirmarse que algo pasó entre los que lo afirman, en concreto entre los seguidores de Jesús reunidos en Jerusalén o en Galilea (existen las dos tradiciones). El examen de las tradiciones es deletéreo, ya que son tantas las contradicciones entre sí de las fuentes que no se les puede prestar crédito. -- Pregunta: Tras el arresto de Jesús entendemos claramente que los discipulos se asustaron y huyeron, pienso que la prueba mas irrefutable es la negaciòn de pedro y la ausencia de los discupulos durante la pasiòn a excepciòn de Juan. Una vez muerto jesús los apostolos estaban escondidos y atemorizados por si los capturaban y compratian el mismo final que su maestro. Pues bien, mi pregunta es ¿que pudo acontecer tras la "presunta" resurrecciòn de jesus para que los apostoles cambiaran tan radicalmente su actitud y salieran a la calle no solo a predicar sino a poner su vida en riesgo y a ser martirizados? Se que usted no cree en la resurecciòn pero debe de estar de acuerdo en que ningun hombre renuncia a su vida por "una mentira" que cree usted que pudo pasar para estimular tanto a los seguidores de jesus? Gracias por su respuesta profesor. Respuesta: No lo sé, ni nadie puede saberlo porque los antiguos cristianos jamás se plantearon esa pregunta ni por tanto jamás la respondieron. Sólo afirman que resucitó, que la tumba estaba vacía y que se les apareció a los apóstoles... y Pablo sostiene que Jesús se apareció a más de 500 ( 1 Cor 15,7). Ante esto el historiador se queda perplejo y lo mejor que puede hacer es una abstención de mente por un lado al no saber explicar estos fenómenos racionalmente, y por otro –como ya he escrito a otra pregunta semejante hoy mismo—examinar los textos del Nuevo Testamento a ver que credibilidad ofrecen. Ante un acontecimiento tan importante se esperan informes totalmente sin fisuras ni contradicciones ni errores. Pero no es así. Al examinar concienzudamente los textos, queda uno totalmente decepcionado. El examen de las tradiciones es deletéreo ya que son tantas las contradicciones entre sí de las fuentes que no se les puede prestar crédito. Pregunta: ¿Se puede sacar algo en limpio de los Evangelios acerca de la existencia de Jesús, aunque se acepte que los Evangelios son obras de propaganda religiosa? Respuesta: Creo que sí. Las remodelaciones y reinterpretaciones mismas de la figura de Jesús realizadas por los evangelistas nos indican que están tratando de modificar y presentar, de acuerdo con sus ideas, la vida de un personaje real, que era un tanto diferente. Es decir, idealizan y divinizan una figura real, cuyos rasgos no se dejan idealizar y divinizar del todo. Por ejemplo, muestran a un Jesús ignorante del momento en el que vendrá el fin del mundo, o equivocándose en sus profecías acerca de ese final. Si los autores evangélicos hubieran inventado el mito de Jesús directamente, no habría ninguna diferencia entre el Jesús real y el Cristo de la fe, proclamado por los Evangelios mismos. Los dos serían exactamente iguales. En otras palabras: las divergencias entre las dos pinturas de Jesús, el real, que se muestra como un mero hombre, y el de la fe, que aparece como un dios, no existirían si la figura de Jesús fuera un puro invento, un mito literario de los primeros cristianos sobre el modelo de una divinidad salvadora de la época. Lo habrían dibujado siempre como un dios y de manera más uniforme. Pregunta: a pesar de haber estudiado teología no logro ver ninguna cita bíblica que apele totalmente a la \"homoousios\" afirmada en el concilio de Nicea. Mi pregunta és: ¿ Hay alguna cita bíblica que califique a Jesús como Dios?. Respuesta: Sí los hay. De unos 1300 casos en los que aparece “Dios” en el Nuevo Testamento hay 7 casos en los que se nombra explícitamente Dios a Jesús o el Verbo = Jesús tres en Jn 1,1-18, más Jn 20,28; Tito 2,23; Heb 1,8 y 2 Pe 1,1. -- Pregunta: Leyendo la Biblia he visto como la petición del pueblo de Israel para tener un rey `` como las otras naciones del mundo´´ fue duramente criticado por Dios, el cual estaba en contra de que Israel fuera una monarquía ¿ Cómo se explica la evolución teológica que pasa de una afirmación directa de Dios de que no quiere reyes a la promesa de un Mesías que reunifica un reino? Respuesta: Es difícil contestar de un modo simplista, puesto que su pregunta supone todo el cambio de la religión de Israel tras el exilio, sobre todo en la época helenística. El cambio ante todo está motivado por la terrible insatisfacción de Israel tras el exilio: cientos de años de sojuzgamiento bajo el Imperio Persa, luego bajo los Ptolomeos, y luego Seléucidas. Un paréntesis con los Asmoneos/Mcabeos, y luego la bota romana. Era ya insufrible para el pueblo. Dios arreglará las cosas a través del Mesías. Si le es posible, lea el libro “Biblia y Helenismo”, Edic. y varios capítulos míos, Edit. El Almendro, Córdoba 2006. -- Pregunta: Ud. dice que los fariseos no aperecen en la Pasión de Jesús. Pero, al mismo tiempo, dice que pudo haber habido algo de verdad histórica en el juicio previo en ausencia, narrado en Juan 11: 45-54. Ahora bien, Juan 11: 47 dice que los fariseos convocaron el consejo. Según este pasaje, entonces los fariseos sí estuvieron en la organización del juicio previo que decidió la muerte de Jesús. ¿Es legendaria la participación de los fariseos en ese juicio? Respuesta: No hay contradicción, porque Juan se refiere a una reunión del Gran Sanedrín bajo la presidencia e impulso de Caifas, saduceo. Había ciertamente miembros fariseos en el Sanedrín, pero aparte de esta acción –en la que debemos creer que el evangelista tiene razón-- llama la atención la ausencia de cualquier mención de ellos en la Pasión estricta. Además, ciertos fariseos intentaron previamente salvar la vida de Jesús contra las acechanzas de Antipas: Lc 13,31: En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte. -- Pregunta: He escuchado una entrevista que le hacen a usted, que se ha colgado hace poco en Ivoox, sobre el Apocalipsis de Juan. A pesar de que en todos los nuevos testamentos que que tenido en mis manos con el nihil obstat, se expresa que la autoría es de Juan Evangelista, y por otro lado, de que está ya más que demostrado que no es de el Evangelista, sino del Presbítero Juan, deportado en Patmos, ¿no sabía ya la iglesia en los siglos II y III que Juan de Patmos y Juan Evangelista eran dos autores diferentes y que el Presbítero fue en autor del Apocalipsis? Tengo entendido que el mismísimo Eusebio de Cerasea no pone bien a Papías de Hierápolis, expresando que Papías se vanagloriaba de haber conocido a Juan Evangelista, cuando realmente al que conoció fue al Presbítero Juan. En el supuesto de que la iglesia lo supiese ya en momentos tan tempranos ¿porqué sigue empeñada en dar la autoría del Apocalipsis al Evangelista? Respuesta: Ciertamente lo sabía; sobre todo en la erudita Alejandría. ¿Por qué se empeña? No se empeña en los libros y en las Facultades de Teología, pero sí ante el pueblo. Probablemente por pereza, apego a la tradición y por un deseo erróneo de no escandalizar. En el fondo está la creencia de que el pueblo es tonto. Había que formular la pregunta los obispos y al Papa -- Pregunta: quiero atreverme a consultarle su opinión sobre algo de lo que está pasando ahora en el medio oriente: ¿tiene el gobierno israelí derechos especiales o divinos para justificar las masacres e invasiones que está propiciando? Respuesta: Es evidente para ellos que sí la tienen. Porque esa tierra fue prometida a Dios para toda la eternidad desde las promesas del Génesis a Abrahán, caps. 12-17 en las Dios promete a su pueblo: Tierra (Israel); ser pueblo elegido y numeroso; que Abrahán será padre de numerosos pueblos = entendido como que Israel gobernará al final de los tiempos a todas las naciones (traducido final mente en mesianismo y luego en sionismo). Saludos
Martes, 5 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilías IV-VI Los sepulcros de los dioses lo eran de simples hombres Nos quedamos el día anterior en el argumento definitivo contra la teología pagana de los griegos, que eran los sepulcros de los llamados dioses. Más todavía si recordamos que el epíteto oficial aplicado a los dioses era el de inmortales. Al menos los que yacían en los sepulcros edificados y dedicados a esos dioses como centros de culto, veneración y festividades. La consecuencia lógica de la existencia de los sepulcros de los dioses es la prueba más contundente y eficaz de que se trata de seres que fueron simplemente hombres. El tiempo convirtió a esos hombres en dioses En su tiempo eran conocidos como meros hombres y nadie tenía la ocurrencia de darles culto como a divinidades vivientes. El tiempo pasado y amplio logró rodear su fama y su simple nombre de una aureola, que los convirtió en seres transcendentes. Es algo que se repitió y se sigue repitiendo. Se equivocaban los que juzgaban a Heracles como dios. Pero en los tiempos posteriores, los troyanos adoraron a Héctor como ser superior, los habitantes de Léucade hicieron lo mismo con Aquiles, los de Opunto con Patroclo y los rodios con Alejandro el macedonio. Se trataba siempre de hombres benefactores y sobresalientes entre sus paisanos. Dejaron una memoria de sus gestas que se convirtió en oficial y nacional. El salto a su valor divino era cuestión de tiempo. Ejemplos de hombres divinizados Pone el relator ejemplos de otros pueblos, en los que se produce el mismo fenómeno. Los egipcios adoran como dios a un hombre vivo. Pero comenta Clemente que, por lo menos, dedican los honores a hombres vivos. Y eso no es lo peor. Sí lo es el que den culto a reptiles, volátiles y a toda clase de animales. Vergonzoso es igualmente el concúbito de Zeus con Leda, la reina de Esparta. Zeus metamorfoseado en cisne, perseguido por un águila, se refugió en el seno de Leda, a la que hizo madre de Helena de Troya y de uno de los Dioscuros, al parecer Pólux. Helena y Pólux eran hermanos de dos humanos, como eran Clitemnestra y Cástor, cuyo padre sería el rey Tíndaro de Esparta. La presencia de Zeus como cisne provocó el que Leda diera a luz dos huevos, uno de dos seres divinos, otro de humanos. Lo que no puede ser Dios El relator de los sucesos reconoce que no puede saber qué es Dios, pero está convencido de que Dios existe. De lo que está seguro es de lo que no es Dios, sencillamente porque no es posible. Como los cuatro elementos primordiales son considerados como dioses por la Mitología, Clemente se ve obligado a razonar su rechazo. Razona de esta manera su criterio: “Los cuatro primeros elementos no pueden ser Dios, pues han sido hechos por otro. No lo es la mezcla, no el compuesto, no la generación, no el globo visible que rodea todo el universo, ni el sedimento que fluye en el Hades, ni el agua que flota, ni la sustancia hirviente (el fuego), ni el aire que se extiende desde ella hasta acá” (Hom VI 24,1). Los cuatro elementos, que estaban separados, no podían mezclarse sin la acción de un soberano artesano, tan sabio como poderoso, capacitado para “la formación natural de los miembros y los órganos del ser vivo”. De esta acción suprema se deriva el hecho de que se cumple así el objetivo de poder guardar la analogía de cada uno con el otro, mantener el estado general bien ensamblado y todo recibe en su interior la conveniente armonía. De modo semejante la mente artesana organiza con exactitud los lugares propios de cada uno. La armonía de los miembros de la especie humana queda así garantizada, lo mismo que el orden de los elementos del universo. Conclusiones del Pseudo Clemente Clemente saca conclusiones de las premisas de sus reflexiones con serena calidad. Dice claramente que “es necesario que exista una mente artesana no engendrada, que o bien reunió los elementos separados, o los que estaban juntos los mezcló hábilmente unos con otros” (Hom VI 25,1). Dicho con otras palabras: “Era imposible llevar a cabo una obra totalmente sabia sin una mente más poderosa. Tampoco puede el amor ser el artífice de todo, ni el deseo, ni la fuerza, ni cualquier otra cosa semejante, que han nacido con la posibilidad de suceder y desaparecer. Pero tampoco puede ser Dios lo que es movido por otro, ni lo que es cambiado por el tiempo o la naturaleza y que acaba disolviéndose en la nada. La presencia de Pedro pone fin al debate Mientras Clemente discutía sobre estos temas con Apión, llegó Pedro procedente de Cesarea. En Tiro se produjo gran afluencia de gentes que se daban prisa por salir a su encuentro y expresarle gratitud por su venida. Apión se retiró con Anubión y Atenodoro en humillante soledad. Por el contrario, todos los demás nos dimos pisa para salir al encuentro de Pedro. Clemente lo recibió ante las puertas y lo llevó a su alojamiento. A continuación despedimos a la gente, pero Pedro me rogó que le contara lo sucedido. No le oculté nada, sino que le expliqué la conducta de de Simón, sus calumnias, los portentosos prodigios que realizaba y todas las enfermedades que provocó después del banquete del sacrificio de un buey. Varios de los enfermos permanecieron allí mismo en Tiro; otros marcharon con él a Sidón con la intención de ser curados por él. Pero yo supe que ninguno de ellos fue curado por el Mago. Conté también a Pedro la disputa que había mantenido con Apión. Y Pedro por su cariño y para darme ánimos, después de alabarme y bendecirme, tomó un sencillo refrigerio y se entregó al más necesitado descanso del sueño por el cansancio del camino. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 3 de Agosto 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Señala Gabriele Boccaccini en el artículo que comentamos y parafraseamos en esta serie que el debate sobre la “justificación” del pecador (es decir, que siendo pecador cualquier hombre y nos lo imaginemos situado ante el tribunal de Dios, este lo declare justo, sin pecado, amigo suyo y apto para salvarse) y la “salvación” en Pablo no depende solo de una lectura directa, simple, limpia, directa, aséptica en lo posible de las cartas del Apóstol, sino también en situarlo dentro de los autores de su época (la del Segundo Templo), y también del efecto sobre el intérprete de hoy de siglos y siglos de teología cristiana que ha interpretado a Pablo de una misma manera…, y en algunos casos erróneamente. Como judío apocalíptico y seguidor de Jesús, Pablo proclamaba que el perdón de los pecados (perdón genérico, a toda la humanidad, lo mismo a judíos que a gentiles, de los pecados cometidos hasta ese instante, junto con la posibilidad fácil del perdón de pecados futuros por medio del arrepentimiento sincero) era el efecto principal del doble evento de la cruz y resurrección del Mesías. En la cruz, Cristo había mostrado una obediencia extrema que anulaba y vencía la desobediencia del pecado de Adán y en general de todo pecado; y por la resurrección, el Mesías había vencido a la Muerte y abierto la posibilidad de que todos los creyentes en el Mesías resucitaran también. Pablo pensaba muy probablemente que la cruz y resurrección del Cristo habían sido como una batalla cósmica entre el Mesías y Satán, junto con sus dos potentes aliados, el Pecado y la Muerte (personificados = Romanos 7,7-25), que terminaría naturalmente con la victoria total del Mesías. El Mal = Pecado era cósmico, ciertamente, porque había afectado a la creación entera, que había gemido siglos y siglos oprimida por la corrupción de los humanos y que fue liberada también, por el Mesías, para convertirse en una nueva creación: 19 Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. 20 La creación, pues, fue sometida a la vanidad, no voluntariamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza 21 de que será liberada de la esclavitud de la corrupción para (participar en) la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufre dolores de parto hasta el presente (Rom 8,19-22). Utilizando de nuevo el lenguaje de Libro de las Parábolas de Henoc para aclarar este texto, los pecadores tanto gentiles como judíos, serán puestos en el Juicio final en el bloque de “los otros”, es decir, en el de los “pecadores arrepentidos” que han recibido la justificación no tanto por la mera justicia divina, sino por la misericordia. Y aquí viene una precisión importante del pensamiento paulino que afecta sobre todo a la controversia entre protestantes y católicos, a saber si el pecador que ya está justificado por un acto de fe se salvará siempre y de cualquiera manera (aun siendo pecador y sin arrepentirse de verdad de sus pecados, puesto que continua pecando sin cesar), o bien --si después de haber sido justificado-- tiene que comportarse de acuerdo con las exigencias de la fe en el Mesías y obrar correspondientemente. Con otras palabras: es el debate en el que los católicos achacaban a los protestantes haber entendido mal a Pablo y defender la doctrina de “Peca fuerte, pero cree aún más fuertemente”, por tanto las obras después de la justificación no tenían por qué ser todas buenas, ni mucho menos: se podía pecar tranquilamente porque la salvación estaba en el fondo garantizada una vez recibida la justificación. Pues bien, según una interpretación que me parece correcta y global del pensamiento paulino, los católicos tenían razón, porque muchos protestantes habían llegado a mantener teóricamente esa idea arriba criticada, la posibilidad de “pecar fuerte”. Pero, según Pablo, es necesario que los creyentes, tras recibir el Espíritu Santo y confirmarlo por el bautismo (en el que se declara solemnemente que el bautizado no pertenece ya al reino de Satán, sino al del Mesías), no tienen más remedio que abstenerse de pecar en todo lo posible y llevar una vida inmaculada de acuerdo con la “ley del Mesías”. Con otras palabras, “justificación” no significa “salvación” automática. Haber equiparado en la teoría al menos la justificación por la fe (predicada por Pablo) con “salvación por la fe” (algo que jamás predicó Pablo) ha sido una de las grandes distorsiones cristianas del pensamiento paulino. Naturalmente, entre los judíos contemporáneos de Pablo que no creían que Jesús era el mesías, todas estas ideas de justificación y salvación (con un comportamiento impecable tras haber sido justificados) por obra del Mesías le parecían unas solemnes tonterías al no estar comprobada la base, a saber que el mesianismo de Jesús hubiese sido verdadero. El Apóstol, al sostenerlo hasta la muerte, se hacía un tipo raro para muchos judíos de su época, con peligro incluso de su vida. Y, por otro lado, Pablo era también una figura controvertida dentro del movimiento mismo de los seguidores de Jesús, y en concreto para la mayoría de los miembros, judeocristianos, de la iglesia madre de Jerusalén. Y la prueba es que Hechos indica directamente que: 1 Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: «Si no os circuncidáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros.» 2 Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión. 3 Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos (15,1-3). Por cierto, Pablo no admitía esta interpretación (a saber, que de algún modo se había visto obligado a subir a Jerusalén para rendir cuenta de su misión a los gentiles) y sostenía que a él nadie le había pedido tales cuentas, sino que, Luego, después de catorce años, subí de nuevo a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito. 2 Y subí según una revelación y expuse en privado a los notables el evangelio que proclamo entre los gentiles para saber si corro o había corrido en vano. Según Boccaccini, la gran diferencia entre Pedro/Santiago y colegas, por un lado, y Pablo, por otro, radicaba en que los primeros eran decididos partidarios de la teología de la restauración de Israel, mientras que Pablo estaba especialmente interesado en la inclusión de los gentiles en Israel. Estoy aquí en notable descuerdo con Boccaccini, ya que la misión a los gentiles en Pablo no se entiende en absoluto si no se enmarca igualmente en la teología de la restauración de Israel, a saber en que no puede llegarse al fin de la historia si Israel no es la luz de las naciones (Is = 1 Henoc 48,4: “El servirá de báculo a los justos para que en él se apoyen y no caigan; él es la luz de los pueblos, y él será esperanza de los que sufren en sus corazones”) y si no se integran en Israel un cierto número de gentiles –según la promesa divina a Abrahán “te haré padre de numerosos pueblos” (Gn 17,5)-- tal como se dice sobre todo en los profetas, ante todo en Isaías. He aquí unas muestras. Is 49,6 citado expresamente por el Pablo dibujado por Lucas/Hechos en el cap. 13: Pablo y Bernabé dijeron con entera libertad: “A vosotros en primer lugar era preciso que se hablara la palabra de Dios, pero puesto que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, ved que nos volvemos a los gentiles. 47 Pues así nos lo ha recomendado el Señor: “Te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta los confines de la tierra” (Is 49,6). 48 Los gentiles, al oírlo, se alegraban y glorificaban la palabra del Señor. Y creyeron cuantos estaban destinados a la vida eterna. Hay otros pasajes del mismo Isaías que hablan de que, al final de los tiempos, ciertos gentiles se convertirán a Yahvé y este los acogerá. Algunos llegarán incluso a ser sacerdotes y levitas. Así Is 56,3-7 e igualmente Is 66,18-21 junto con Zac 2,11-12 (14-15): • Que el extranjero que se adhiera a Yahvé, no diga: «¡De cierto que Yahvé me separará de su pueblo!»… 6 En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahvé para su ministerio, para amar el nombre de Yahvé, y para ser sus siervos, a todo aquel que guarda el sábado sin profanarlo y a los que se mantienen firmes en mi alianza, 7 yo los traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. • Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria.19 Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones… 21 Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas --dice Yahvé. • Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahvé.15 Muchas naciones se unirán a Yahvé aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Otros textos parecidos son Is 19,18-25, que indica que al final de los tiempos gentiles que habían sido enemigos de Israel por antonomasia, como los egipcios y los asirios, estarán con Israel en un mundo feliz en pie de igualdad. Ciertamente se habrán convertido a Yahvé, pero no tienen que hacerse judíos por este motivo. Sin embargo, oros textos proféticos hablan de una conversión más fuerte. Estos son Is 25, 6-10 y Zac 8,20-23. En Is 2,2-4 se sostiene que los gentiles reciben “instrucción” (hebreo toráh, “ley”) de Yahvé mismo, con lo que se acercan casi al estado de “prosélitos” (gentiles convertidos al judaísmo). Is 54,15LXX da un paso adelante y afirma expresamente que los gentiles que se incorporan a Israel serán “prosélitos”, convertidos plenamente, sin el “casi”. Miqueas 4,1-2 se fija también especialmente en el imperio de la ley de Moisés sobre muchas naciones al final de los tiempos: Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahvé… se alzará por encima de las colinas. Y afluirán a él los pueblos, 2 acudirán naciones numerosas y dirán: «Venid, subamos al monte de Yahvé, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros sigamos sus senderos». Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahvé. El Libro de Tobías expone también esta teología, cuando escribe que Yahvé azota a un Israel infiel, pero luego se compadece y los reúne de entre todas las naciones por donde los ha dispersado (13,5). Además, junto con Israel, se acercan a Yahvé otras naciones: Vendrán a ti de lejos muchos pueblos (éthne)… trayendo en sus manos dones (13,13). Jerusalén será reconstruida con piedras y metales preciosos (13,16-18) y allí todos adorarán al Dios único. En 14,5-7 se afirma: Entonces… edificarán una Jerusalén maravillosa y construirán en ella la Casa de Dios, como lo anunciaron los profetas de Israel. 6 Todas las naciones del universo se volverán a Dios en verdad y lo temerán; abandonarán los ídolos que los extraviaron en la mentira de sus errores 7 y bendecirán al Dios de los siglos en justicia. Otros textos judíos de la época del Segundo Templo, como Test. de Leví 18,9; Test. de Neftalí 3,2 y Oráculos Sibilinos 3,719 sostienen igualmente que los gentiles al final de los tiempos observarán la Torá. Todos estos textos que acabamos de mencionar se refieren a la restauración de Israel al final de la historia y mencionan la conversión de los gentiles. Queda claro, me parece, que no se puede establecer entre los dos (al menos) grandes conjuntos diferenciados del cristianismo primitivo, la iglesia madre de Jerusalén y los grupos paulinos, ninguna diferencia profunda en el tema de que la creencia en el Mesías Jesús y sus consecuencias se enmarcan necesariamente en el conjunto de la teología de la restauración de Israel. El problema radicará no en que el Israel restaurado será el único que se salvará (junto con algunos gentiles por supuesto), sino en cómo se incorporarán estos gentiles al Israel restaurado de los últimos días de la historia. Seguiremos con estos temas que creo básicos para entender a Pablo y, consiguientemente, al cristianismo primitivo y que se iluminan en diálogo con textos judíos de la época del Segundo Templo. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 29 de Julio 2014
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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