CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Lugares indispensables en un viaje a Israel
Escribe Antonio Piñero
 
Estimados amigos:
 
El deseo de Valeria Sastre, que me escribe amablemente, de numerar diez destinos de viaje en Israel y numerarlos por orden de importancia, me parece imposible de cumplir. No creo posible que yo puede numerar por orden de importancia, por ejemplo entre Belén y Nazaret y concederle a uno u otro lugar un rango superior. ¿Y qué puntos concedo a Jerusalén?
 
Y ¿qué otra calificación a ciudades de la Galilea norte donde se desarrolló la mayor parte del ministerio público de Jesús? Y ¿qué me dirían sobre el presunto lugar donde Jesús fue bautizado por Juan, cuya importancia es capital para entender la mentalidad teológica de Jesús que sigue, al menos al principio, estrechamente la del Bautista?
 
No puedo hacerlo. Espero, amiga Valeria, que lo comprenda.
 
Así que enumero simplemente, sin orden de prioridad, los lugares que me parecen indispensables. Ahí van:
 
Monte Sinaí y Monasterio de santa Catalina; Jerusalén, que da para días y que vale por tres o cuatro lugares; Ruinas de Qumrán; Masada y Mar Muerto; el Herodion; Lago de Genesaret; algún kibutz (nosotros visitamos el de Ginosar Nof); Nazaret; Belén; Cafarnaún, aunque haya poco que ver, pero fue en parte el centro de la predicación de Jesús, y Cesarea Marítima.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
NOTA
 
Enlace a un debate en You Tube  sobre si la persona de Jesús en los Evangelios y en Pablo de Tarso tiene más de mitológico, que de histórico entre Irving Gatell y yo:
 
https://youtu.be/57Zv_FvqQjM
Martes, 21 de Junio 2022

Notas

(1245- 18 / 06 / 2022)


Viaje a Israel – Tierra Santa
Escribe Antonio Piñero   
 
Me envían por correo electrónico la siguiente pregunta:
 
Siempre he tenido el sueño, de hacer un viaje religioso de 12 días por Israel pero ¿Qué visitar? Y ya sabe que las agencias te venden cosas que luego no valen la pena en ocasiones. Así que ese viaje debería abarcar las 12 localizaciones más importantes que no me podría perder y ahora, tengo al mayor experto del mundo, para poderle preguntar. Soy una mujer con suerte.
¿Nos podría dar las 12 localizaciones indispensables en un viaje a Israel para rememorar los pasajes del nuevo testamento?
María Blanco
 
RESPUESTA:
 
Curiosamente la respuesta a esta pregunta se halla en el libro que acabamos de publicar, hace menos de un mes, Juan Eslava Galán y yo. Juan es Premio Planeta y autor en diversas editoriales (ante todo en Planeta) de unos cien libros: novelas, ensayos, alta divulgación histórica, viajes, gastronomía. Y a mí me conocéis de sobra.
 
Empleamos  la expresión “Tierra Santa” para referirnos de un modo amplio a los lugares relacionados con la religión cristiana que desempeñan un papel  en el Nuevo Testamento en torno a la figura no solo de Jesús de Nazaret, sino también de Pablo de Tarso, por tanto Israel, Turquía y Grecia. Por ello repetir detalladamente el itinerario podría cansar al lector. Desde luego no faltan –y nombrará unos pocos– el monte de la Ley o Sinaí, Jerusalén, Nazaret, Belén, el Lago de Genesaret y el entorno del Golán en Israel. En Grecia, Atenas y Corinto y la famosísima Eleusis, donde se iniciaron los cultos de “misterio” o salvación seguidos por el cristianismo y en Turquía la ruta de Pablo haciendo especial hincapié en Éfeso.
 
La figura de Jesús sigue fascinando porque se la ha sublimado, engrandecido, divinizado¸ magnificado y exaltado. Jesús, a partir de una lectura llana, simple, sencilla y acrítica de los Evangelio Jesús es una imagen ideal, lo que  tiene consecuentemente muchos seguidores. Ante estos se presenta su figura solo con los rasgos positivos.
 
Pongo un ejemplo: un Jesús muy atractivo como predicador únicamente del perdón de un Dios misericordioso. Nadie tiene tiempo para examinar el Evangelio de Mateo, y para caer en la cuenta de que el 40 % de este escrito bíblico está dibujando a un Jesús, cuyo Dios amenaza con un castigo tremendo, fuego eterno, si no se le otorga fe y asentimiento. Es un Dios más bien terrible. Y como digo no se asocia con este Jesús a quien se admira. Se presenta como la cara amable de Dios. Jesús se pinta como un modelo de persona ideal, defensor de los pobres y de todos los derechos humanos.
 
Pues bien, Viaje a Tierra Santa es un libro que informa de casi todo lo que uno podría preguntar. Y de un modo muy divertido, ameno, diálogos y descripciones bien hechas (creo), de modo que si un lector no se divierte leyéndolo, yo (en plan de broma) le diría a Planeta que le devolviera el dinero que le ha costado adquirir el libro.
 
Está a punto de agotarse la primera edición, sin apenas propaganda. Y me indica un amigo que compró el libro por Internet, que en Amazon estaba en el número 1 de la lista de libros más vendidos de “tema religioso”. Yo no le comprobado; pero si lo dicen…
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Sábado, 18 de Junio 2022
La apariencia de Dios en el Antiguo Testamento  según algunas citas bíblicas
Escribe Antonio Piñero
 
Me preguntan sobre el siguiente elenco de citas:

Deuteronomio 5:4 Cara a cara habló Yahvé con vosotros.
Éxodo 33:11 y Deuteronomio 34:10: Yahvé hablaba con Moisés cara a cara,
Números 12:8: Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Yahvé.

¿Qué dice Jesús sobre el Dios del Nuevo Testamento? Que a su padre nadie le ha visto nunca.

Juan 17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido.
Juan 1:18: A Dios nadie lo ha visto jamás.
Juan 5:37: Nunca habéis oído la voz del Padre, ni habéis visto su aspecto.
Si Jesús dice que a su padre no le ha visto nadie nunca, ¿a quién estaban viendo en el Antiguo Testamento?
 
RESPUESTA:
 
Responderé de modo global:
 
La pregunta supone que hay que entender el Antiguo Testamento globalmente como un documento histórico fidedigno. Así es en parte en las secciones en las que se hablan de ciertos personajes, batallas, acontecimientos, etc., temas respecto a los cuales se puede encontrar algún documento que para contrastar la noticia, sea un texto histórico o algún documento arqueológico, en especial inscripciones (que deben también  interpretarse) o restos de palacios, fortificaciones, templos, casas, etc.
 
Pero otra grandísima parte del Antiguo Testamento es pura teología. Ya conocen Ustedes mi opinión, expresada con una frase de Jorge Luis Borges: “La teología pertenece al género literario de lo fantástico. Es la perfección del género”.
 
Por tanto no se puede tomar al pie de la letra lo que dice la Biblia  al respecto. Mi respuesta más clara y directa es Moisés no vio a nadie. En el caso de Moisés, personaje quizás histórico, pero mucho más deformado en su “biografía” que Jesús, no se puede creer nada de lo que de él se diga en el plano de lo teológico o sobrenatural.
 
Y respecto al Evangelio de Juan: reproduzco el juicio de mi colega Gonzalo Fontana, autor de la gran sección sobre los escritos de la comunidad johánica dentro de “Los Libros del Nuevo Testamento” (por cierto: del que la editorial Trotta anuncia la tercera edición para septiembre; hacerla en pleno verano parece inútil) que escribe:
 
« Una de las principales controversias sobre el cuarto evangelio es la relativa al de su valor histórico, cuestión respecto a la que cabe hacer una precisión metodológica de calado: por más que el relato esté centrado en la vida de Jesús, en él hemos de ver más bien un documento en el que se proyecta retrospectivamente la propia realidad en la que se desenvolvían sus autores y destinatarios. Frente a la exégesis de cuño conservador, que ha tratado de ver en Juan el relato minucioso de un testigo ocular, la crítica histórica ha desmentido tal planteamiento y, a cambio, ha profundizado en el análisis de la obra como testimonio de las vicisitudes del grupo en cuyo seno se gestó. Y es que los evangelios, más que de Jesús y sus discípulos históricos, hablan, en realidad, de los cristianos que los compusieron». P. 1307.
 
En consecuencia: Todas las frases a las que alude el preguntante se pueden responder con la afirmación de que  ninguna de ellas pertenece al Jesús de la historia. Y por otra parte que el cristianismo primitivo mantenía la tesis de que aunque Dios fuera «corpóreo», de “materia” sutilísima de modo que los que gozaran de la visión beatífica en el otro mundo, en el cielo, al igual que los ángeles (algunos de ellos siempre ante la faz de Dios), sin embargo, en la tierra Dios no es visible por nadie. Ni siquiera para los místicos.
 
Respecto al Jesús histórico, como profeta ante todo, es de suponer que –según los cánones de la teología judía contemporánea– jamás vio a Dios.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero

Nota
 
NOTA:
 
Enlace a un programa de la “La aventura del saber” de TV2. Entrevista a Juan Eslava Galán, Premio Planeta, sobre el libro “Viaje a Tierra Santa”, de la Editorial Planeta, del cual se anuncia una segunda edición antes de cumplirse un mes de su salida, el 25 / 2/ 2022. Este libro fue escrito por los dos después de un par de viajes a Israel, Turquía y Grecia (lugares de la predicación de Pablo).
Es ameno, divertido y contiene una gran cantidad de información sobre Tierra Santa y sobre el actual estada de la investigación acerca de Jesús de Nazaret y temas relacionados de los orígenes del cristianismo:
https://www.rtve.es/play/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-viajamos-tierra-santa-juan-eslava-galan/6595901/
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
 
 
Martes, 14 de Junio 2022
Escribe Antonio Piñero


Algunas de las preguntas que continuamente me hacen: 

I.
Números 31,1: «Yahvé habló a Moisés y le dijo:  "Ejecuta la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas"»
¿Observa usted este carácter vengativo en Jesús?
 
Esta pregunta está relacionada con las siguientes
 
II.

Dios quiere su parte de un botín de guerra y joyas.
Números 31,32-50: Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron como Yahvé mandó a Moisés el cual pide su parte de un botín de guerra.
Mateo 5:47 "Al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues."
 
¿Puede ser el Dios del Jesús que impele dar una túnica si tienes dos, del que dice que no pasara un rico al reino de Dios, el que exija su parte del botín de una guerra para hacerse rico?
 
III.

Dios muestra un odio sin compasión en el Antiguo Testamento. Así 1 Samuel 15,3
«El Señor ordena: “ve y mata a los amalecitas; destruye todo lo que tienen. No tengas compasión de sus hombres, ni de sus mujeres, y ni siquiera de sus bebes de pecho; ni de sus vacas, ovejas, camellos o asnos”».
¿Observa usted una falta de compasión a este nivel en el Dios del Nuevo Testamento?
 
RESPUESTA:
 
Ya he escrito múltiples veces que el Dios de Jesús no es solo el que ama y perdona, sino también  el que castiga eternamente, al que no presta oídos atentos a la proclamación de Jesús. Basta con mi afirmación de que el 40% del Evangelio de Mateo está compuesto de amenazas de castigo eterno. Léanse también las durísimas palabras de Jesús en Lucas 10,13-21 que corresponden a Mt 11,20-24:
13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en vosotras, hace tiempo que hubieran hecho penitencia sentadas en saco y en ceniza. 14 Ahora bien, a Tiro y a Sidón se las tratará más benignamente en el Juicio que a vosotras. 15 Y tú, Cafarnaún, ¿acaso te levantarás hasta el cielo? Hasta el abismo bajarás. 16 El que os escucha me escucha a mí, y el que os rechaza me rechaza a mí, y el que me rechaza rechaza al que me ha enviado.
 
Léase mi comentario en “Los libros del Nuevo Testamento” p. 829, que sintetizo brevemente y donde afirmo que este pasaje aparte de revelar la autoestima de Jesús como enviado de Dios, muestra que Jesús (y el Dios de Jesús que es el mismo que el del Antiguo Testamento) no es solo el predicador del perdón divino (como afirman algunos estudiosos contrastándolo con la figura de Juan Bautista, predicador solo del juicio, en su opinión), sino también el de la condenación si no se escucha su mensaje. La figura de Jesús es ente pasaje es la de un hombre enérgico, en nada «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29)
 
Además el Dios del Antiguo Testamento es el producto humano, la representación humana de una divinidad que en su tiempo (con un trasfondo de unos treinta siglos) era igual a la de otros dioses, solo que Elohim /Yahvé era mucho más poderoso que los demás y, por tanto podía proteger mejor que otras divinidades a los pueblos que se ponían bajo su protección.
 
Es totalmente cierto que hoy día el concepto de Dios  y la cuestión dela posibilidad de su revelación ha cambiado totalmente. Pero este es otro tema.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
  
 
NOTA:

Envío el enlace a una entrevista, que me hizo Norma Lilia Ortega Coto, de México, que tenía como tema general si Jesús enseñó realmente a quebrantar la ley de Moisés.
Creo que es fácil adivinar mi respuesta.
 
https://youtu.be/kXcZ7dzDd6c
 
Viernes, 10 de Junio 2022

Notas

En la conocida como 1 Corintios aparece un importante pasaje de Pablo: “Pero alguno dirá: «¿Cómo son despertados los muertos? ¿Con qué cuerpo vienen?» (1Cor 15, 35)”. La respuesta no es fácil, máxime si atendemos a textos del siglo II.

Hoy escribe Eugenio Gómez Segura.


079. Resurrección (2).

Ignacio de Antioquía entre fieras, obra del s. XVI tomada de aquí.
 

En una ocasión anterior examiné la etimología de la palabra “resurrección” y su correspondiente griega “anástasis” (https://www.tendencias21.es/crist/076-Resurreccion-1_a2929.html). La etimología dejaba claro que se trata de un levantarse, y la pregunta que encabeza esta página indica terminantemente que uno se levantaba del dormir, de la muerte considerada como dormir.
 

El autor de Efesios nos dejó un texto que desarrolla las dos últimas y milagrosas fases del proceso (la primera y ordinaria es la muerte):

Despierta, (tú) que duermes,

y levanta de los muertos

y Cristo te iluminará”.
 

Este despertar y levantarse es lo que tradicional, y confusamente, se ha reunido en una sola palabra, “resurrección”, ese “volver a levantarse”. Pero el pasaje de Efesios, combinado con otras fuentes, es también revelador de otras peculiaridades. Por ejemplo, en 1 Tes 4, 14 tenemos la versión abreviada del proceso: “pues si confiamos en que Jesús murió y volvió a levantarse...” El texto nos suprime el paso intermedio, el despertar, cosa que las traducciones habituales no observan: frente al tradicional “y resucitó”, sin duda habría que traducir “y se levantó de nuevo”, porque, al no hacerlo, damos a entender que es un proceso propio que llevó a cabo Jesús, algo que, como detallaré a continuación, no estaba en la mente de Pablo.
 

Digo “proceso propio” pensando en lo siguiente: pasar del sueño a la vigilia puede ocurrir de dos maneras, la primera mediante un acto natural de la persona dormida; la segunda mediante la influencia de algo o alguien que provoque en la persona dormida el paso del sueño a la vigilia. Dicho de otra forma: uno es quien “hace el despertar”; un es a quien “le hacen” despertar (“Despierta y levanta” de Efesios).
 

El caso es que en español tenemos recogidas las dos posibilidades mediante un añadido morfológico: “despertar” (a alguien) y “despertarse” (uno mismo). Solemos decir frases del tipo: “ayer me desperté a las siete” (cada día más infrecuente “ayer desperté a las siete”) para indicar que el proceso es el natural y poco sobresaltado; y decimos “ayer me despertó a las siete un ruido” para indicar que no se ha tratado del proceso natural (suele martirizarnos el despertador).
 

Pues bien: la versión más frecuente en las cartas de Pablo es la forma que no reproduce el fenómeno natural sino el inducido, tanto en el caso de los creyentes en general como en el de Jesús: Dios despertó a Jesús (Rom 4, 24; 8, 11; 1Cor 15, 15; Gal 1, 1) o Jesús “fue despertado” por la divinidad (1Cor 15 en varias ocasiones). El caso es que no aparece que Jesús tuviera fuerza propia como para despertarse, es decir, el milagro de su resurrección se debería a Dios, no a Jesús.

Una muestra de esta idea aparece en los Hechos apócrifos de Tomás, cuando se dice “Levántate y despierta de tu sueño... y en cuanto me despertó con su llamada...” (Hch. Tom 110-111).
 

Pero el caso es que, si la idea de que la divinidad despierta a los muertos es correcta en Pablo y en Hechos de Tomás (del siglo II-III), no lo era para Ignacio de Antioquía, que a comienzos del s. II escribió lo siguiente:
 

al contrario, (lo hago) para que reboséis con el nacer, el sufrir y el levantarse que tuvo lugar durante el mandato de Poncio Pilato; realizado verdadera y fidedignamente por Jesús el Cristo, nuestra esperanza” (Ad Magn. XI). La expresión griega “realizado por Jesús el Cristo” (πραχθέντα ... ὑπὸ Ἰησοῦ Χριστοῦ) es una forma de explicar la voz pasiva. Esto quiere decir que refleja al autor de una acción, no a quien experimenta una acción. Para Ignacio de Antioquía el Cristo había realizado el proceso completo en su propia persona, ya no experimentaba el proceso.
 

Dado que Efesios y Hechos apócrifos de Tomás se refieren a un mortal sin más, es lógico que atribuyan a la persona del pasaje el experimentar “ser despertado” del sueño eterno; y como Ignacio de Antioquía se refirió al divino ser Jesús el Cristo sí es lógico que se atribuya al personaje la capacidad de “despertarse”. Pero esto contradice a Pablo.

 

Saludos cordiales.

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Lunes, 6 de Junio 2022

Notas

Agradecimiento y aclaración
Escribe Antonio Piñero
 
Agradezco muchísimo a José Manuel Grau Navarro su reseña de “Los Libros del Nuevo Testamento” (Madrid, Trotta, 20222) en Nueva Revista.net editada, por Funciva ediciones, de Madrid. Solo desearía aclarar un par de párrafos en los que el autor dice que  se “echa de menos una orientación bibliográfica” y en segundo lugar ese otro en el que somete a crítica una frase mía del Prólogo que dice lo siguiente “A pesar de la proliferación de versiones del Nuevo Testamento en el mercado, hasta la fecha no existe una interpretación meramente histórica y efectuada con criterios estrictamente académicos”.
 
Deseo indicar que en ediciones de la Biblia,  y como la justamente alabada “Biblia de Jerusalén”, por Grau Navarro, o en la edición del Nuevo Testamento, con comentario  de Senén Vidal, también justamente alabada por Xabier Pikaza y por mí mismo, no hay sección bibliográfica. En todos estos casos la razón es meramente de espacio y de impresión. Los cinco autores que hemos hecho “Los Libros del Nuevo Testamento” estuvimos de acuerdo en que si ya íbamos a tener graves problema para editar un libro tan voluminoso, si añadíamos notas bibliográficas, aumentaríamos de tal modo la edición que acabaríamos por comprometerla seriamente. No podría publicarse. Por tanto no es por falta de ánimo o por desidia de los autores, sino por razones prácticas. La información bibliográfica se encuentra fácilmente en el mercado en los “Comentarios” a cada uno de los libros del Nuevo Testamento.
 
Y respecto a la segunda crítica respondo que Grau Navarro tiene razón en que puede parecer pretenciosa. Pero estimo que no lo es si explicito el contenido de tal frase: naturalmente existen miles de publicaciones en las que hay explicaciones de cada uno de los versículos de las 27 obras del Nuevo Testamento desde una perspectiva histórica y crítica, pero no creemos que exista en el mercado un comentario conjunto a todo el Nuevo Testamento que sea, todo él, estrictamente aconfesional y laico.
 
Grau cita los siguientes: “En castellano, por citar solo unos pocos, están los trabajos de José María Bover y de José O’Callaghan, de Juan Mateos, de Luis Alonso Schökel, la Biblia de Jerusalén (con prestigio aconfesional reconocido), la traducción literal del griego al castellano de Francisco Lacueva, etc.”.
 
Ahora bien, todos los volúmenes publicados por estos autores tienen un sello marcadamente confesional; sus autores son estrictamente católicos. Todos son teólogos. Además la aportación de Lacueva se restringe a una traducción interlineal.
 
Nuestra obra no es un producto de teólogos, sino de historiadores y filólogos laicos, aunque respetuosos. Y otro lado, tanto en inglés como en alemán no conozco tampoco una publicación semejante en un solo volumen salvo la de Klaus Berger, Kommentar zum Neuen Testament, Comentario al Nuevo Testamento, de 2011… Curiosamente en la propaganda del libro de Klaus Berger, que traduzco del alemán, aparecen entre otras frases como las siguientes “Este volumen es único en su género por su brevedad”. “Sus informaciones muy discutibles están a la vanguardia de la investigación actual”. El autor “ofrece análisis de las cuestiones introductorias más importantes en cada sección, seguido de un comentario del texto”. Pero este autor ¡es totalmente confesional, ya que es un catedrático de teología!
 
Por cierto, esta obra no ha sido recogida en la Wikipedia, por lo menos en la española, salvo error por mi parte.
 
Y nada más. De nuevo agradecer a Grau Navarro su elogiosa crítica del 19 de mayo.
Ahí va el enlace: https://www.nuevarevista.net/antonio-pinero-los-libros-del-nuevo-testamento/
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero, en nombre de todos los colaboradores de la obra.
 
Jueves, 2 de Junio 2022

Notas

12votos

A propósito de la imagen del soporte de Ta´anach, el dibujo de Kuntillet Ajrud y esta representación ugarítica se plantea la pregunta sobre la antigüedad de Asherah.


Hoy escribe Eugenio Gómez Segura.


078. Preguntas.
Diosa Athirat de Ugarit (tomada de aquí)
Lilia de Luna pregunta lo siguiente:
(En su blog) “se habla de la representación de Ashera como una diosa flanqueada por cabras. Existe una representación de una diosa encontrada en Minet el Beida  siglo XIV a.C. aproximadamente (aquí adjunta) la cual está alimentando cabras. Me parece muy curioso que una de las inscripciones de kuntillet Ajrud (800 a.C. aproximadamente) sea de un árbol que está alimentando cabras. ¿Es posible que se hable de la misma diosa, Ashera? Eso dejaría al descubierto que Ashera es más antigua de lo que se cree. ¿Usted que opina?”
Para responder sigo el tratamiento que N. Wyatt hace sobre Aserah en el Dictionary of Deities and Demonds in the Bible, obra dirigida por K. Van der Toom, B. Becking y P. W. Van der Host, segunda edición de 1999.
Wyatt apunta los siguientes textos recogidos de la biblioteca de Ugarit, textos escritos entre 1230 y 1175 a. C., aunque ya estaban compuestos siglos antes pues se trata de la mitología básica de la religión cananea de aquella zona (costa norte de la actual Siria).
Asherah, que ugarítico aparece como Athirat(u), parece ser esposa del dios principal El. Se la conoce como madre de los dioses menores de panteón, los “Setenta hijos de Athirat”. En una tablilla aparece intercediendo ante El en favor de Baal y Anat. En alguna ocasión es denominada Athirat de los tirios y diosa de los sidonios, lo cual la coloca mucho más cerca de Israel, pues Tiro y Sidón son dos ciudades de Canaán sur, como los propios hebreos.
Por otra parte, otro fragmento permite leer apropósito del rey Keret que “beberá la leche de Athirat, que mana del pecho de la Virgen. Se identifica aquí un importante detalle respecto al papel de Athirat como diosa que casi diviniza a los reyes ofreciéndoles el pecho: madre de dioses, amamanta a un casi dios, el rey.
En cuanto a la arqueología, la diosa aparece en Tel Miqne / Ekron, un yacimiento filisteo: varias inscripciones sobre fragmentos cerámicos de jarras la mencionan. En Egipto la diosa se ha identificado con Qudshu (Qadesh), representada en ocasiones sobre un león, con una luna creciente sobre la cabeza y serpientes en las manos.
También la diosa aparece en textos acadios e hititas como Asratu(m), Asiratu, Asirtu. Una inscripción sumeria del siglo XVIII a. C. la describe como “Señora dela voluptuosidad y felicidad” y “Señora de paciente misericordia”. Parece que inlcuso tuvo un templo en Babilonia.
Asherah, por otra parte, fue sin duda la señora del cielo en el Antiguo Testamento y su representación como un árbol estilizado corresponde con la de la Athirat ugarítica. En 2 Re 23, 4 se lee:
El rey ordenó a Jilquías, al segundo de los sacerdotes y a los encargados del umbral que sacaran del santuario de Yahveh todos los objetos que se habían hecho para Baal, para Aserá y para todo el ejército de los cielos” trad. Cantera-Iglesias.
Aherah, por tanto, es una diosa común a todo el panteón cananeo, tanto del norte como del sur, desde, al menos, el siglo XVIII a. C.
 
Saludos cordiales
 
Martes, 31 de Mayo 2022

Los reinos de Israel y Judá se entienden en la actualidad por muchos investigadores como parte del mundo cananeo del Levante sur del Mediterráneo. Entre las características que se apuntan para proponer esta adscripción está un politeísmo que incluiría algunas divinidades del panteón cananeo. Tres hallazgos arqueológicos de ambos reinos y varias épocas apoyarían esta sorprendente novedad.

Hoy escribe: Eugenio Gómez Segura.


077. Tres hallazgos arqueológicos para ilustrar el sorprendente politeísmo hebreo.
Soporte de Tanach, Museo de Israel. Fotografía del autor.
 
1. Soporte de Tanach. Calificado como cananeo, y fechado en el siglo X a. C., sin embargo este soporte apareció en Tanach, población donde tuvo lugar la batalla entre los hebreos liderados por Deborah y Barac (Jc 5, 19) en la época de los jueces. Eso supondría una datación para la conquista por parte hebrea en el siglo XI.

La pieza está compuesta por cuatro niveles de sumo interés iconográfico. En el más bajo, aparece una diosa desnuda entre leones. En el siguiente aparecen dos esfinges. En el tercero, un árbol de la vida flanqueado por dos cabras montesas, conjunto flanqueado a su vez por dos nuevos leones, que evidentemente, es una nueva presentación del primer nivel aunque con la diosa sustituida por árbol y cabras. En el nivel superior aparece un becerro sobre el cual se representa un disco solar alado, todo ello flanqueado por sendas volutas, quizá la representación de un capitel protojónico dividido o también dos columnas. Se entiende que las divinidades representadas serían Asherah la diosa desnuda y Baal identificado con el becerro.

Sin embargo, como este Baal aparecería con el sol sobre él cabe la posibilidad de identificarlo con una forma compuesta de Shamash (el Sol) y Baal, conjunto que en época israelita se identificó con Yahvé.

2. Fragmentos cerámicos de Kuntillet Ajrud. Datados en el siglo VIII y con inscripciones en hebreo.
https://www.bibleodyssey.org/en/tools/image-gallery/k/kuntillet-ajrud
https://www.bibleodyssey.org/en/tools/image-gallery/y/yahweh-asherah-drawing

En esta fortaleza judaíta fechada en el siglo VIII apareció un conjunto de fragmentos cerámicos de tinajas con dibujos e inscripciones de sumo interés. Entre ellos, uno incluye varias figuras divinas acompañadas de una inscripción en la que se menciona el culto de Yahvé en varias ciudades (ninguna Jerusalén), así como a Asherah, la tradicional pareja del dios de la tormenta (sea Baal o Yahvé o la figura compuesta entre ellos).

El segundo fragmento añade una imagen simbólica de Asherah: un árbol de la vida flanqueado por dos cabras montesas y sobre un león, que, como resulta obvio, es la misma figura, aunque con otra disposición, que la vista más arriba en el tercer nivel del soporte de Tanach.

3. Templo de Tel Arad. Templo hallado en la fortaleza de Tel Arad, al sur del reino judaíta, fechada entre los siglos X-VII.
https://madainproject.com/tel_arad_temple

La fortaleza incluía un templo que parece haber sido reconocido como “casa de Yahvé” en las inscripciones halladas en el yacimiento. Además de romper claramente uno de los supuestos pilares del monoteísmo judío (un solo templo y culto en Jerusalén, cosa que recientemente ha vuelto a ser duramente contestada en el yacimiento de Tel Moza, a siete kilómetros de Jerusalén, donde ha aparecido un nuevo templo judaíta que convivió con el de la capital), la habitación principal de culto incluyó dos altares, uno más alto que otro.

https://madainproject.com/tel_arad_temple#gallery-2

Además, una estela y los restos de otra de menos tamaño que coinciden con la colocación de los dos altares (por posición y tamaño) apuntan a la presencia de una pareja divina venerada en el santuario. Dada la preeminencia de Yahvé en Jerusalén parece obvio deducir que este dios y su pareja Asherah eran las divinidades reverenciadas en el lugar.
 
Saludos cordiales.
 
 
El jueves 26 de mayo visitaré la localidad alicantina de Pedreguer, donde el Ayuntamiento me ha invitado a pronunciar la conferencia titulada "Las mujeres en la Biblia". Será en la Casa Municipal de Cultura a las 19.00 horas.
Domingo, 22 de Mayo 2022

Final de este miniserie de cuatro días


Escribe Antonio Piñero

 Pedro Apóstol afirma contra Simón Mago en defensa que el politeísmo es inexcusable
 
 
Homilías  Pseudoclementinas II 45. ––Pero ten la seguridad de que no nos tendrás como socios de ese intento ni permitiremos que nos engañes. 2Pues tampoco nos aprovechará como excusa en el Juicio si decimos que tú nos engañaste, porque ni a la primera mujer le valió como excusa decir que había sido seducida neciamente por la serpiente, sino que fue condenada a muerte por haber creído neciamente. 3Por esta misma causa, Moisés recomendó al pueblo la fe en un solo Dios diciendo: «Guárdate no seas seducido (para apartarte) del Señor tu Dios». 4Mira que usa la misma palabra que usaba la primera mujer para excusarse, diciendo que había sido seducida, pero de nada le valió. 5Pero por encima de todo, aunque se levantara algún profeta verdadero, que hiciera signos y prodigios, pero quisiera persuadirnos para que diéramos culto a otros dioses al margen del Dios de los judíos, nunca le podríamos creer. 6Pues así nos lo ha enseñado la ley divina, recomendándonos más puramente un lenguaje secreto a partir de la tradición. 7Dijo pues: «Si se levantara un profeta o un soñador de ensueños, que hiciera signos y prodigios, que se cumplieran como signos y prodigios, 8y te dijera que vayamos y demos culto a dioses extraños que no conocéis, no escucharéis las palabras de ese profeta ni los sueños de aquel soñador, porque ciertamente os tentó para ver si amáis al Señor nuestro Dios».
 
Y ahora voy con el tema directo de la pregunta que puede formularse como “El paso del politeísmo al monoteísmo en Israel”. Para responder utilice ideas de una antigua reseña mía a un libro de un colega, El Prof. Julio Trebolle que lleva el título de Editorial Trotta, Madrid, 2008. Escribí lo siguiente:
 
 
Para el público que no ha parado mientes en los orígenes de la religión israelita, y que de un modo más o menos consciente tiene grabada en su mente la imagen global que ofrece los primero libros de la Biblia -con los relatos de la creación, Abrahán y los patriarcas, relatos en los que desde el principio parece un Dios único e indiscutido, que crea los cielos y la tierra… y al final al ser humano, cuyos avatares principales se dibujan hasta llegar a Moisés en pocos miles de años- tiene que resultar muy curiosa la pintura que ofrece Trebolle en el capítulo 6 de su libro: la religión de los israelitas y la figura y culto a su dios único es el producto de una evolución y de la mezcla de concepciones diversas.
 
Entre ellas destaca la idea en torno a la divinidad. En un principio la religión patriarcal y familiar de los clanes y familias que luego serían Israel no conocía a Yahvé. Su Dios era la divinidad cananea ’El (la misma palabra que el árabe Alá, cuyo significado es simplemente “dios”). “La presencia del elemento ’El en el nombre propio “Israel-’El” corresponde a un estadio en el que el dios de las tribus israelitas era todavía ’El y no Yahvé” (p. 266).
 
En Éxodo 6,2-3 se lee “2 Habló Dios a Moisés y le dijo: «Yo soy Yahvé.  Me aparecí a Abrahán, a Isaac y a Jacob como El Sadday; pero mi nombre de Yahvé no se lo di a conocer”.
 
 
Este pasaje reconoce claramente lo que acabamos de decir y significa que la religión del dios cananeo El es fundamentalmente el sustrato profundo de la religión yahvista, pero que esta divinidad se superpone y añade sus propias características a la antigua religión base.
 
 
Según el conjunto el Éxodo 6, el nombre de esta divinidad se comunica a Moisés tan sólo en la teofanía del Sinaí. Pero luego advierte el mismo libro, en el episodio de la zarza ardiente que se le muestra Moisés, pastor de ovejas, en el monte Horeb, que la divinidad que se le muestra de modo tan asombroso es la misma antes adorada con el nombre de ‘El: “Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios (Ex 3,6)”.
 
Trebolle añade que Moisés conoció al dios Yahvé a través de su suegro, que era un madianita, sacerdote de ese dios.
 
Las primeras referencias al dios Yahvé lo sitúan en el sur de Palestina. Es el “Dios del Sinaí” (salmo 68,9), que sale de Seír (unas montañas al sur del mar Muerto habitada primero por hurritas y luego por madianitas/edomitas, por ser zona fronteriza) y avanza desde los campos de Edom (Jueces 5,4-5); que viene del Sinaí, desde Seír (Dt 33,2) o de Temán (Hab 3,3). No cabe pensar que israelitas de una época posterior localizaran a su Dios en un territorio extranjero, si ello no respondía a un recuerdo mínimamente histórico” (p. 266).
 
Por tanto Yahvé es un dios más antiguo que Israel. Era la divinidad de una montaña sagrada situada al sur de Palestina. Lo más probable es que Moisés (lo que de entre las leyendas puede reconstruirse como la base histórica de un personaje difuso, cuyo nombre y procedencia parecen ser egipcias, no hebreas) se convirtiera a ese dios, convenciera a un grupo fuerte de entre las gentes de su entorno y que la adoración a esa divinidad se consolidase tras el convencimiento profundo de que ella, y no El era la los había liberado de la esclavitud de Egipto.
 
Así pues, origen de la religión yahvista “se relaciona con un grupo de hapiru, formado básicamente por prisioneros de guerra de origen étnico muy diverso, condenados a trabajos forzosos en la región egipcia de Pi y Ramsés” (p. 277).
 
 
 
Esta divinidad exige pronto una adoración exclusiva: se proclama primero la más importante, y luego la única. Hay desde el principio una tendencia al monoteísmo que la Biblia liga indisolublemente al movimiento religioso político impulsado por Moisés.
“La investigación más reciente afirma que hasta el exilio en Babilonia la religión de Israel seguía siendo una religión politeísta que no se distinguía de las de su entorno. Hasta los siglos IX-VIII a.C. no existió ni la idea ni la práctica de un culto exclusivo a Yahvé, en cuyo proceso de formación a partir de esta época tuvo influjo decisivo el movimiento profético de un solo Yahvé” (p. 269).
 
 
El monoteísmo teórico, por tanto, no era propio de la religión oficial –patrocinada por el monarca y sus acólitos- en contraposición con la religión popular, politeísta y tendiente a la magia. La verdadera contraposición se dio entre un politeísmo, tanto de la monarquía como del pueblo y un grupo de gentes religiosas, entre los que destacaban los profetas, cuya figura épica es Elías, que  luchaban por implantar el culto de un dios único.
 
La transición de la época politeísta hasta el yahvismo posterior, se dio según Trebolle, por un movimiento doble de convergencia y de diferenciación. El movimiento de convergencia se hizo asimilando con la figura de Yahvé las características de otros dioses: ‘El, Baal e incluso la divinidad femenina Asherá. Yahvé tiene en sí mismo, y mejor, las cualidades de cualquier otra deidad. De Baal en concreto Yahvé asume las características de Dios guerrero y de los fenómenos atmosféricos de los cielos.
 
El proceso de diferenciación de Yahvé se logró, al parecer, por un impulso interno de la religión yahvista que desde sus orígenes tendía a oponerse a cualquier otra divinidad.
 
Finalmente es interesante la síntesis de nuestro autor que resume en tres fases la evolución del discurso sobre la unicidad de Dios:
 
1. En un principio “no tendrás otros dioses más que a mí” (Ex 20 Y Dt 5), lo que manifiesta que se acepta que existen otros dioses, a los que no se debe hacer caso alguno, sin embargo.
 
2. “Yahvé nuestro Dios es el solo Yahvé” (Dt 6,4), donde se establece la obligación del culto a una sola divinidad.
 
3. Llegada a una formulación estrictamente monoteísta: “Yo, Yahvé, soy el primero y el último; fuera de mí no hay otros dioses” (Is 44,6).
 
Por último, Trebolle se hace eco de la teoría dentro de la historia de las religiones (propugnada por ya Jakob Burckhardt en el siglo XIX) que el cambio a una religión estrictamente monoteísta no pudo ser más que instantánea, es decir, por una imposición desde las superiores instancias religiosas. En este caso hubieron de ser las que encarnaron, a la vuelta de exilio, ya en Israel, los impulsos continuos que desde la época de Elías y del profeta Oseas se habían hecho en este sentido. Por tanto, el movimiento encabezado por Nehemías y Esdras.
 
Esto supone que el monoteísmo absoluto en Israel, a pesar de que la Biblia lo muestra como un fenómeno campante ya entre los antepasados de Israel, en los orígenes, es un hecho mucho más tardío de lo que se supone. Esta tesis no desconoce, ni le resta méritos a aportaciones anteriores a este movimiento monoteísta: los redactores deuteronomistas, el profeta Jeremías y las reformas religiosas y políticas de los reyes de Judá Ezequías y Josías en el siglo VII a.C.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Viernes, 20 de Mayo 2022
 
Escribe Antonio Piñero
 
 
Continúo con el tema de ayer
 
Sigue hablando Pedro Apóstol contra Simón Mago en defensa del Dios único: ¡No hay otro Dios que el de los judíos!
 
A ver si convencen sus razones.
 
El texto está tomado de la Homilías griegas de la Literatura Pseudo Clementina, también llamada «La Novela de Clemente»
 
            Homilía II 43. ––Por eso clama la Escritura en la persona del Dios de los judíos: «Ved, ved que yo soy Dios y no hay otro al margen de mí. Yo mataré y haré vivir; heriré y yo sanaré, y no hay quien libre de mis manos». 2Mira, pues, cómo con cierto poder inefable ––saliendo la Escritura al paso de los futuros errores de aquellos que afirmen que hay otro Dios al margen del que es de los judíos, ya sea en los cielos, ya en la tierra––proclama diciendo: 3«El Señor tu Dios es un solo Dios, arriba en el cielo y abajo en la tierra, y aparte de él no hay otro». ¿Cómo, pues, te atreviste a decir que hay otro Dios aparte del que es el Dios de los judíos? 4Y de nuevo dice la Escritura:
«Mira, del Señor tu Dios es el cielo y el cielo de los cielos, la tierra y todo su contenido. Sin embargo, elegí a tus padres para amarlos y a vosotros después de ellos». 5Así, en todas sus partes, queda confirmada por la Escritura esta creencia de que aquel que ha creado el mundo es el verdadero y único Dios.
 
La serpiente fue quien introdujo el politeísmo
 
II 44. ––Pero si hubiera otros que, como hemos dicho, son llamados dioses, estarían bajo el poder del Dios de los judíos, porque así dice a los judíos la Escritura: «El Señor vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores». 2La Escritura recomienda que se debe dar culto a este solo, diciendo: «Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás». 3Y también dice: «Escucha, Israel, el Señor tu Dios es el único Dios». Los santos, en fin, llenos del Espíritu de Dios y regados con las gotas de su misericordia, exclamaban: «Quién es semejante a ti entre los dioses, Señor, quién es semejante a ti?» 4Y de nuevo dice: «¿Quién es Dios aparte del Señor, y quién es Dios aparte de nuestro Señor?». 5Moisés, pues, cuando vio que el pueblo hacía progresos, poco a poco los inició en la comprensión de la monarquía y en la fe en el Dios único, como dice en las siguientes palabras: «No recordarás los nombres de dioses ajenos». 6Recordaba sin duda a qué castigo fue condenada la serpiente, que fue la primera que nombró a los dioses. Fue condenada a alimentarse de polvo, 7y fue juzgada digna de tal alimento porque fue la primera de todos que introdujo en el mundo la denominación de los dioses. 8Con lo que si tú también quieres introducir muchos dioses, mira no vayas a obtener la misma suerte que la serpiente.
 
 
NOTA
 
Para los que se encuentran en el área de Vigo (Galicia. España)
 
Hoy miércoles, 18 de mayo de 2022, a las 19.30 horas en “La Casa del Libro” de Vigo, c/ Velázquez Moreno 27, Fernando Franco, y Juan Curráis presentarán el libro comunal editado por mí “Los libros del Nuevo Testamento”, de Editorial Trotta, Madrid. Naturalmente intervendré yo también en la presentación, como autor y editor, tanto en nombre mío como de los colaboradores, en especial de los traductores, Carmen Padilla (esta última ha sido igualmente correctora del libro y Gonzalo del Cerro. Josep Montserrat y Gonzalo Fontana se han ocupado de los comentarios de una parte importante del Libro.
 
 Saludos cordiales de Antonio Piñero
Miércoles, 18 de Mayo 2022
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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