Notas
Escribe Antonio Piñero
Seguimos con el tema “Los discípulos de Jesús”. Tratamos el tema del número de discípulos que rodeaba normalmente a Jesús. La cuestión es si su núcleo íntimo fueron 12 (la tradición sinóptica) o 84 (12 + 72 = Lc 9,1-6 y 10,1-11). Como digo, la tradición casi unánime habla de doce. Y así aparece en las listas de discípulos (Mc 3,13-19; Mt 10,1-6 y Lc 6,12-16) que son a la vez relatos de misión o envío por parte de Jesús a lugares a donde él creía que no podía llegar, pues estimaba que la venida del reino de Dios sería inmediata. Veremos luego estas listas. Pero lo que ahora nos interesa saber es el número de discípulos que rodeaba normalmente a Jesús porque tenemos un pasaje de Lucas que extiende el número de personas totalmente confiables para a 12 + 72. Dice así: “Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. 2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5 En la casa en que entréis, decid primero: “Paz a esta casa.” 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: “El Reino de Dios está cerca de vosotros.” 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 “Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca” (Lc 10,1-11). Obsérvese de nuevo que Lucas dice “Otros setenta y dos”. Por tanto, parece que los está poniendo en pie de igualdad con los doce, cuyo envío acaba de narrar en el capítulo anterior. He aquí este texto: “Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; 2 y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. 3 Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. 4 Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. 5 En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.» 6 Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes” (Lc 9,1-6). Son bastante parecidos ambos pasajes y están uno casi detrás de otro. Una hipótesis probable es que se trata de un doblete. Puedes suponerse con buenas probabilidades que un editor anónimo del Evangelio Lucas, antes de que entrara el texto en el canon de libros sagrados (en torno al 150-17), añadió este segundo texto. Un caso parecido de doblete lo tenemos en Marcos 6,36-46 con la multiplicación de los panes. El milagro se repite en el capítulo 8 (naturalmente con variantes). El doblete en ambos casos (en Lucas y en Marcos) tiene un propósito teológico. En el de Marcos lo más probable es que la segunda multiplicación, ocurrida aparentemente en tierra de paganos, sirva como paradigma de que Jesús no se restringió a predicar y hacer el bien solo en la casa de Israel (“sólo a las ovejas de Israel”: Mt 10,6 y 15,24 ). Y en Lucas, probablemente (es mera hipótesis), como una manera sencilla de magnificar la grandiosidad dy el magnetismo personal de Jesús, que atraía tanta gente cabe sí. Pero el problema anunciado al principio persiste: ¿cuantos discípulos acompañaban normalmente a Jesús en el apogeo de su vida pública antes de subir definitivamente a Jerusalén? 1. Opino que lo más probable es que tenga razón la tradición más afianzada: eran doce más algunas mujeres (tres y otras, según Lc 8,3, aunque este texto no es de fiar totalmente, ya que no parece proceder de una fuente propia de Lucas, sino haber sido tomado en cuanto a los nombres de Mc 15,40). El texto de Lucas 8,3 dice: “Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes”. 2. Otra razón que hace probable que no fueran más de doce al menos en su “núcleo duro” es que los Evangelios muestran a Jesús y a sus discípulos invitados a comer…, y es más fácil que se invitara a 12 (y a menudo en las comidas los israelitas de la época no hacían sentarse con ellos a las mujeres, a las que relegaban a un segundo plano) que a 72. A. Así en las bodas de Caná: Jn 2,1-2: “Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos”. B. Igualmente en casa de Simón el Leproso (Lc 7,36-50, que ha de complementarse en cuanto a la presencia de los discípulos con Mt 26,8. Empiezo por el texto 1., de Lc 7,36: “Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa”. 2. A lo largo de la comida entra la famosa mujer pecadora, pero innominada, que la tradición a partir del siglo V confunde voluntariamente con María Magdalena: “Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, 38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. 39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora» (Lc 7,36-38). Mateo precisa que no solo fue Simón el que protestó, sino también los discípulos de Jesús (¡por tanto estaban invitados al banquete!): “Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro? 9 Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres». 10 Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una “obra buena” ha hecho conmigo. 11 Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre»”. Dejando aparte algunas inverosimilitudes de ambos textos, aquí nos interesa el número de discípulos. Es más probable que fueran 12 discípulos que no 84. C. Otro argumento se deduce del episodio de la tempestad calmada, en donde se ve que Jesús y sus discípulos caben todos en una sola barca (esta no debía de tener más de 8 o 9 metros, a tenor de los restos de la barca del siglo I que se ha rescatado del fondo del Lago de Genesaret y que se conserva, si no me equivoco, en Betsaida). Leemos en el texto de Mateo 8,23-26: “Subió a la barca y sus discípulos le siguieron. 24 De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. 25 Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Les dijo: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza” Parece claro que los discípulos y Jesús iban todos en una misma barca). D. Como veremos en otro momento al comentar la lista de los discípulos en el evangelio de Mateo, el número de 12 simboliza a las doce tribus de Israel (¡que debían ser restauradas por Dios en la época mesiánica; en el Israel del siglo I sólo quedaban dos tribus y medias desde la primera deportación a Babilonia tras la conquista de Samaría en el 721 a. C. por Salmanasar): “Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?». 28 Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel (Mt 19, 27-28). E. En Jn 21,1ss solo se nombran 8 discípulos íntimos (de los cuales el autor de este apéndice no sabe el nombre de dos de ellos), a saber: Simón, Tomás, Natanael Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo y dos innominados. F. En la lista de Hch 1,13 solo se nombran 11 discípulos (naturalmente Judas Iscariote había muerto ya, bien ahorcado (Mt 27,5: “Judas tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó”), bien porque se despeñó por un acantilado ¿?: (“Judas, pues, compró un campo con el precio de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas”. He aquí el texto en el que se enumeran los discípulos: “Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. 13 Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago (Hch 1,12-13). Obviamos aquí la diferencia en cuanto al lugar y tiempo de la ascensión de Jesús (contrástese Lc 24,50: “Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo” (la ascensión de Jesús tiene lugar apenas 24 horas después de la resurrección, y el texto de Hch 13, en el que el autor dibuja la ascensión de Jesús, después de cuarenta días de estancia en la tierra tras su resurrección. La ascensión no en Betania, sino en el Monte de los Olivos. Por tanto, en síntesis: descartamos la tradición de Lc 10,1 como mero doblete, no histórica, y nos quedamos con el resto de la tradición, sobre todo sinóptica, y afirmamos con mucha probabilidad que el núcleo duro de Jesús se componía no de 84 sino de 12 discípulos, que representaban simbólicamente las 12 tribus, restauradas por Dios, de Israel. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.ciudadanojesus.com
Martes, 8 de Agosto 2017
Comentarios
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Escribe Antonio Piñero
Interrumpo hoy mi comentario sobre los apóstoles de Jesús y transcribo una pregunta que me acaban de hacer y que creo interesante PREGUNTA: Oyendo a Mario Saban en un video publicado en You Tube dice que los Ebionitas tenian el control de la comunidad creyentes de Jerusalen y Antioquia y, que será con Ignacio de Antioquia sobre el 80 despues de Cristo cuando se le dara gobierno en la igleisa de Antioquia a los paganos-conversos. Mi pregunta es: ¿Como puede ser que la iglesia de Jerusalen la controlara este grupo cuando creia que Jesus era un mero hombre. nacido de la unión conyugal de Jose y Maria?. Siguiente pregunta, es cierto que la iglesia de Antioquia hasta el 80 era gobernada por judios practicantes de la ley (Ebionitas)? RESPUESTA: Muy probablemente es así. Para los ebionitas (“pobres de Yahvé”), que serían la mayor parte de la comunidad primitiva de Jerusalén Jesús era como descendiente de David un mero hombre. Sólo que Mario Sabán se olvida de recalcar que ese hombre fue solo hombre durante su vida mortal; pero luego, tras su muerte y resurrección –según creían firmemente sus seguidores– fue casi inmediatamente divinizado (no sabemos en qué grado exactamente en la comunidad de Jesús; pero ciertamente en un grado que no comprometiera el monoteísmo), siguiendo modelos judíos. Esta situación es explicada por mí, con cierta claridad, espero, en mi libro “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”. Editorial Trotta, Madrid, 2015. (Hay versión electrónica; consúltese, por favor, la Página Web de la Editorial). Respecto a la comunidad de Antioquía: he discutido personalmente con Mario Sabán etos extremos. No se puede precisar, ateniéndiose a las fuentes, tanto como hace él y proporcionar fechas tan exactas. He publicado en mi blog una serie de postales sobre el libro de Mario Saban que es la fuente de la conferencia que Usted menciona. La serie comienza así: “Sinagoga - Iglesia. La ruptura del siglo II. La división religiosa entre el judaísmo y el cristianismo en el siglo II”. Un libro de Mario J. Saban (701. 23-10-2016). Por favor, utilice el buscador y vea en mi Blog lo que yo opino sobra la base teórica de esta y otras tantas afirmaciones, creo que indemostrables y desenfocadas de Mario. Se trata de una discusión meramente académica, porque como persona, Mario me parece admirable, y somos muy amigos. Le pongo un ejemplo sobre las ideas de Mario respecto al denominado Concilio apostólico del año 49 y que está íntimamente relacionado con sus afirmaciones sobre la comunidad de Antioquía »En efecto, debo mostrar mi desacuerdo no con la tesis defendida por el autor sino con la confusión insólita –en mi opinión– de personas y designaciones. A este Santiago jerusalemita de la reunión de Jerusalén (que aparece de improviso, sin explicación alguna, en Hch 15,13 como codirigente de esa iglesia al menos con Pedro), no se le suele denominar hijo de Alfeo (pp. 108. 109. 120), sino “El hermano –carnal– del Señor”, al que se refiere Gálatas 1,19: “Y no vi a ningún otro apóstol (salvo a Cefas), y sí a Santiago, el hermano del Señor” y 2,9: “Y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles y ellos a los circuncisos”. »Hay además en este libro otros casos muy claros de actitud acrítica. Ofrezco algún ejemplo. El primero: “Policarpo de Esmirna (70-155) era un anciano cristiano que había conocido en su juventud (hacia 90-100) a Juan Evangelista (se supone que es el mismo autor que el del Apocalipsis) y este mismo lo había consagrado” (p. 333). »Otro ejemplo: “Hacia finales del siglo I todas las autoridades del judaísmo nazareno son judías, podemos encontrar a san Simeón (el primo judío de Jesús) (62-107) como la autoridad del grupo ebionita (judeo-cristianos) que solo aceptaban el Evangelio de Mateo y no aceptaron jamás las cartas de Pablo, en Roma el hijo de un judío Clemente ben Yehudá (90-99), el joven judío Timoteo, circuncidado por Pablo, será el jefe de la congregación de Éfeso (50-97) y el anciano Yohanán (el último discípulo vivo de Jesús) escribiendo entre los años 90-100 su Apocalipsis, una obra influenciada por el “Maasé Merkabá” (el carro de fuego del profeta Ezequiel)” (p. 444). »Lo que acabo de transcribir supone una actitud demasiado crédula y no conciliable con el rigor histórico respeto al caso de Policarpo y Juan evangelista. El que conozca mínimamente la historia de la composición del Cuarto Evangelio –en el que intervienen por lo menos tres o cuatro manos–, se asombrará de su adscripción a Juan Evangelista, discípulo directo de Jesús. Tal adscripción es solo un producto de una tradición del siglo II, preocupada únicamente por dar nombres ilustres a composiciones tan importantes para el cristianismo naciente como los evangelios, pero que en realidad son anónimas. »Otro caso similar: las afirmaciones del Mario sobre la literatura Pseudo Clementina no me parecen acertadas. El tal “Clemente” es aquí una figura totalmente legendaria. La crítica se inclina a señalar con cierta precisión la fecha final de la puesta por escrito de la versión griega, las “Homilías Pseudo Clementinas”: entre el 230-250, ya que cita a Bardesanes. No podemos saber con exactitud la fecha de composición de algunos de los elementos antiguos de estas Homilías como el denominado Kerygma Petri. Pero probablemente es una obra de mediados del siglo II y no de finales del siglo I. »De ese Clemente legendario afirma nuestro autor con toda seguridad (p. 257) que fue obispo de Roma durante el 90-99, pero ese hecho es también muy inseguro. Sostiene además que el mismo personaje que redactó las obras Pseudo Clementinas (Homilías y Recognitiones en su versión latina), que aún no conoce el pensamiento joánico del Verbo, escribió también las dos Cartas de Clemente recogidas en las ediciones de los “Padres Apostólicos” (p. 257). »Es cierto que el desconocido autor de las Homilías Pseudoclementinas defiende un monoteísmo a ultranza, que desconoce la Trinidad y no admite ninguna distinción entre posibles personas divinas. Pero nuestro autor ignora que en las Recognitiones latinas el autor –o quizás el traductor, Rufino de Aquilea– hace un encendida defensa de la Trinidad en 1,69 (véase la Patrología de Johannes Quasten, BAC 1968, I 70). »Del mismo modo, lo que afirma sobre una unidad de autor entre la Primera Carta de Clemente y la Segunda no es defendido hoy por nadie, que yo sepa. Respecto a su alusión al cargo de Timoteo como obispo de Éfeso, hay que decir que es una mera tradición altísimamente insegura, y también es muy improbable que el autor del Apocalipsis sea el mismo “presbítero” (el “anciano” Yohanán) que conocemos por la segunda y tercera Epístola de Juan. En mi opinión, y con el debido respeto, tales afirmaciones suponen no estar al tanto de –o no estar de acuerdo con– los resultados más seguros de la investigación del Nuevo Testamento, y sí estarlo con los “datos” de una tradición inverosímil. Aquí hay materia para pensar. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.ciudadanojesus.com
Domingo, 6 de Agosto 2017
Notas
Escribe Antonio Piñero
Seguimos con el tema “Los discípulos de Jesús”. Cuestiones en torno a su existencia histórica y su actuación como grupo. Y comentamos el texto del Evangelio de Juan 1,36-51 El caso de Felipe es curioso en el Cuarto Evangelio porque es un personaje mínimo en los evangelios sinópticos y sin embargo aparece como portavoz de los discípulos en el Cuarto Evangelio. Felipe tiene un nombre muy griego (“Amante de los caballos”) era de Betsaida y probablemente hablaba griego bien por lo que veremos a continuación. En Jn 6,5-9: “Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?». Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?», Felipe aparece como figura principal entre los discípulos y su portavoz. Pedro queda silenciado. Obsérvese también el papel de Andrés, que igualmente es una figura mínima en los evangelios sinópticos. Que Pedro es importante se destaca solo indirectamente, ya que Andrés es nombrado por referencia a su hermano, Pedro. Jn 12,20-23: “Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. Dejando aparte la frase de Jesús, al final del texto, que es pura teología del Evangelista, es claro que los griegos que quieren ver al Maestro no se dirigen a Simón Pedro, sino a Felipe, y este tiene como colaborador a Andrés. Felipe es de nuevo el portavoz del grupo. Jn 14,7-9: “Dice Jesús: Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.» Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre?”. Jesús como el Gran Revelador es la característica principal del héroe de la historia, el Mesías, en el Cuarto Evangelio. El que dirige la pregunta trascendental a Jesús tampoco es Simón Pedro, sino Felipe. De aquí se ha deducido por parte de la investigación actual que las fuentes documentales de las que dispone el Evangelio de Juan para contar una historia básica de Jesús (parecida en principio a la de los evangelios sinópticos: aparición pública en Judea y Galilea; fracaso de Jesús y enemistad con los judíos; estancia final en Jerusalén, muerte, resurrección y apariciones–, historia que tiene algunos detalles particulares sobre la vida del Mesías que no aparecen en otros evangelios, como por ejemplo la afirmación de que la tarde del viernes en la murió Jesús no era la víspera inmediata de la Pascua, sino de la preparación de la Pascua), tiene como fuente no a Pedro, sino a otros discípulos en concreto Felipe. Por tanto la fuente principal del Cuarto Evangelio, según esta tradición no es Pedro, sino que es doble: el misterioso Discípulo amado (que probablemente no es Juan hijo del Zebedeo, sino un discípulo ideal cuyo nombre no sabemos) y Felipe. Decididamente el Evangelio de Juan se aparta de la tradición de Pedro. Por eso, el último y desconocido, redactor del Cuarto Evangelio añade un apéndice, que es el capítulo 21, al texto principal del evangelio, en el que busca conciliar su punto de vista con el de los otros evangelistas (Mateo, Marcos y Lucas) que sostienen la primacía de Pedro, con el suyo (primacía de Felipe y Andrés). Y, finalmente, tanto los Sinópticos, como el Cuarto Evangelio (que tiene concepciones de fondo igualmente paulinas sobre el sentido de la muerte y resurrección de Jesús) buscan unir esas concepciones con el recuerdo histórico de Jesús. ¿Por qué? Para que la reinterpretación de Jesús por parte de Pablo no quede en el aire de la mera especulación teológica, sino que empalme con los recuerdos históricos de los verdadero seguidores del Nazareno, tan judíos palestinos como él, y que formaban la Iglesia de Jerusalén. Con otras palabras: había que unir a toda costa el profundo paulinismo dominante con el petrinismo (de al menos una buena parte de los judeocristianos; no todos eran seguidores de Santiago, el “hermano del Señor”…) de modo que lo que quedaba del judeocristianismo entorno a los años 75-100 d. C. no se apartara de la comunión de la “Gran Iglesia” –paulina naturalmente–, que pretendía unir lazos con la otra gran rama del cristianismo primitivo, el judeocristianismo. Y esta fue la labor sobre todo del autor de los Hechos de apóstoles, fuera Lucas u otro desconocido personaje, pero cercano al pensamiento del tercer evangelio. Los Hechos tratan de fusionar el paulinismo con los restos del judeocristianismo. Seguiremos con el tema de los discípulos que da todavía para algunas postales más Saludos cordiales de Antonio Piñero www.ciudadanojesus.com
Viernes, 4 de Agosto 2017
Notas
Escribe Antonio Piñero Seguimos comentando el texto del Evangelio de Juan 1,35-58 que iniciamos el día anterior V. 35: · “se encontraba de nuevo allí”: se refiere naturalmente a Juan Bautista y la localización geográfica es el norte de Judea de Juan predicaba y bautizaba · “al ver que Jesús pasaba”: indica que Jesús estaba en Judea. Pero esto contradice lo que el lector obtiene del Evangelio de Marcos, a saber que Jesús no estuvo en Judea durante su vida pública (que probablemente duró menos de un año, el tiempo de una Pascua /Ácimos) nada más que para celebrar esa festividad. Pero el Evangelio de Juan supone que Jesús –ya independiente de Juan Bautista predicaba y bautizaba en competencia con él en Judea: “Fueron, pues, sus discípulos donde Juan Bautista y le dijeron: «Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él» (aunque más tarde el autor rectifica y afirma: “Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos que él hacía más discípulos y bautizaba más que Juan –aunque no era Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos–, abandonó Judea y volvió a Galilea”. Me parece, pues, evidente que el marco geográfico (al menos de los inicios) de la predicación de Jesús y el del Evangelio de Marcos no cuadran entre sí. · “Juan Bautista dijo: «He ahí el Cordero de Dios»”. Parece evidente que esas palabras del Bautista no son históricas, sino pura teología del Evangelista (o evangelistas: los autores del Cuarto Evangelio son vario) puesta en boca de Juan Bautista en esos instantes iniciales de la peripecia entre Juan Bautista y Jesús. Esa teología presupone ya la muerte de Jesús, su sentido sacrificial, vicaio por toda la humanidad, una muerte ocurrida cerca de la Pascua, en la que Jesús es inmolado por la voluntad del Padre. Que Jesús sea el cordero depende de la teología de Pablo, el cual afirma en 1 Corintios 5,7: “Pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado”. Además, según Mt 11,2-3, Juan Bautista estando ya en la cárcel “había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?», el Bautista dudaba de si Jesús era el Mesías o no lo era. Es claro que no pudo decir, nada más empezar la vida pública de Jesús que él era el Cordero de Dios (que quita los pecados del mundo). Esta afirmación parece más apropiada del Apocalipsis donde a partir de 5,6 y hasta 22,3 se habla de Jesús como el Cordero sacrificado, pero triunfante, exaltado junto a Dios con las mismas (casi) características divinas que Dios Padre. V. 36: “Al ver a Jesús que pasaba”: sin más.. Jesús andaba por allí entre los discípulos del Bautista… Es un tanto inverosímil la escena. V. 37: “siguieron a Jesús”: el verbo “seguir” tiene ciertas connotaciones técnicas y significa en el contexto de maestro/discípulo que alguien se hace efectivamente discípulo. V. 38: “Rabí” (que significa maestro): es en extremo curioso que Jesús, antes de escoger discípulo alguno y de iniciar su vida pública ya es considerado “maestro” por los discípulos del Bautista. De ahí se ha deducido que Juan Bautista guarda el recuerdo de Jesús hubo de estar durante cierto tiempo (no sabemos cuánto) con él, tras ser bautizado, y que los discípulos ya sabían que sus conocimientos de la Escritura eran sobresalientes, tanto como denominarlo “maestro” · “¿Dónde te alojas?”: como en el Evangelio de Juan nada es superfluo y mucho, casi todo, tiene un significado profundo y simbólico además de lo que aparece en la superficie del relato, es posible que la morada de Jesús –en donde esos dos personajes van a pasar una buena parte de un día (“hasta la hora décima”: v. 39; las cuatro de la tarde, contando desde las seis de la mañana como hora primera)– tenga un cierto simbolismo. Propongo lo siguiente: según Jn 2,21 (“Pero él hablaba del santuario de su cuerpo”), parece que claro que el cuerpo de Jesús, su persona, era como el templo de Jerusalén, es decir, la sede de la morada divina, conforme a Jn 1,1 (El –Verbo = que se encarna en Jesús, es Dios). Por tanto, ir a la morada (el Templo era la morada de Yahvé donde residía su Presencia; hebreo shekhiná) era tanto como decir era a ir/entrar en donde está la presencia divina. Efectivamente van con Jesús, están con él y salen convencidos de que Jesús es el Mesías (v. 41). El estar con Jesús es un acto de revelación. Esos dos discípulos, al principio innominados pero luego sabemos que uno de ellos era André, hermano de Simón Pedro, reciben una iluminación y caen en la cuenta de la verdadera personalidad de Jesús. VV. 40-42: “Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y lo habían seguido. 41 Este encontró en primer lugar a su propio hermano Simón y le dijo: –Hemos encontrado al Mesías (que significa «ungido»). 42 Lo condujo ante Jesús”. Obsérvese que no es Pedro el que ha tenido la suerte de obtener algo así como la primacía de conseguir saber la verdadera naturaleza de Jesús, sino Andrés. Es cierto que la primacía de Pedro aparece claramente en los Evangelios Sinópticos (Mt, Mc y Lc), pero la tradición sobre Pedro no era firme del todo. Hacia el año 100, cuando se compone el Evangelio de Juan, es preciso que el último redactor de ese evangelio añada el capítulo 21, donde se refuerza (¡dentro del grupo johánico!) que la primacía entre los discípulos de Jesús en vida, y después, no corresponde al Discípulo amado, o a Juan, hijo de Zebedeo, sino a Pedro. El autor de Hechos de los apóstoles (de fecha de composición indeterminada y autor no seguro del todo que sea Lucas: entre el 110-130 ¿?) confirma en los primeros capítulos de su obra que la primacía entre los discípulos es de Pedro (es el que lleva la voz cantante). Es, por consiguiente, muy claro que muchos años después de la muerte de Pedro (hacia el 64 en Roma, en la persecución de Nerón, según la tradición de los Hechos apócrifos de Pedro compuestos hacia el año 180 d. C. ¡¡!!) todavía es preciso reforzar que la autoridad entre los seguidores inmediatos de Jesús es la de Pedro. Y esto era así porque en otros grupos potentes de cristianos de la época consideraban que el maestro supremo no era Pedro, sino Santiago, el hermano del Señor (judeocristianos) o Pablo de Tarso (paulinos). Hasta bien entrado el siglo III se componen obras para defender la primacía de Pedro (Literatura Pseudo Clementina o los dos “Apocalipsis de Santiago” de la Biblioteca copto-gnóstica de Nag Hammadi). Los paulinos –desde la vida misma de Pablo– necesitaban potenciar el papel de Pedro, como discípulo de Jesús que había sido expulsado del poder por Santiago en la comunidad de Jerusalén, y a pesar de las dificultades ideológicas (Gal 2,11-14), para unir el movimiento paulino (de casi pura reinterpretación teológica de Jesús) con los sucesores de Jesús más poderosos que se encontraban en la comunidad judeocristiana de Jerusalén. Era para ellos vital unir las especulaciones teológicas del maestro Pablo con la tradición sobre Jesús. Ya los evangelistas cumplieron ampliamente esta tarea… ¡y lo hicieron eficazmente! El tema de los discípulos de Jesús (forma parte del tema “Éxito y fracaso” de este) es realmente importante. Puede verse con este ejemplo de breve análisis del cap. 1 del Evangelio de Juan, cuántas cosas, informaciones interesantes, pueden obtenerse de la lectura pausada con calma, de un texto de los Evangelios. Seguiremos comentándolo el próximo día Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Ciomplutense de Madrid www.ciudadanojesus.com NOTA Mi amigo el catedrático de neurología, Francisco Rubio, muy laureado por sus trabajos y a quien estimo mucho ha publicado el texto de una conferencia suya, del 19 julio de este año, 2017, en la Universidad de Verano “Menéndez Pelayo” (Palacio de la Magdalena, Santander). El título era “El surgimiento de la espiritualidad en el ser humano” que luego se ha publicado en su Blog como “La espiritualidad humana se habría iniciado con el chamanismo” La considero muy interesante: he aquí el vínculo: http://www.tendencias21.net/La-espiritualidad-humana-se-habria-iniciado-con-el-chamanismo_a44088.html Francisco J. Rubia es Catedrático emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad. Miembro numerario de la Real Academia Nacional de Medicina y Vicepresidente de la Academia Europea de Ciencias.
Miércoles, 2 de Agosto 2017
NotasEscribe Antonio Piñero A propósito de la siguiente pregunta que me han formulado unos días. Fue la siguiente (trascribo tal cual salvo el añadido de algunas tildes): “Le agradecería si de forma breve para no abusar de tu tiempo, preguntarte si realmente es histórico la existencia de los 12 apóstoles y sus viajes a diferentes lugares del mundo o sus enterramientos o solo es acto de fe. Ya que si hay dudas en que haya existido el propio Jesús más dudas sobre la existencia de sus discípulos”. Respondí lo que sigue: Puedo ofrecerle lo que a este propósito estoy dando en mi Seminario “Investigación sobre Jesús”, todos los lunes en la Avenida de Portugal 35, La Ramallosa, al lado de Baiona, Pontevedra. Es justo el tema que ahora estamos tocando. Todo lo que le transcribo es provisional tal como lo voy desarrollando en explicaciones que creo sencillas, fáciles de entender. Aquí va: Jesús y sus discípulos. Llamada y misión Su llamada es contada por la tradición sinóptica (Comienzo del ministerio de Jesús y llamada de los primeros discípulos: Mc 1,16-20; paralelos en Mt 4, 12-17.18-22; Lc 4,14-15; 5,1-11; Jn 1,35-51; 4,43-46). Aquí veemos lo más importante. · Mc 1,16-20: “Al pasar junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. 17 Y les dijo Jesús: –Seguidme y haré que seáis pescadores de hombres. 18 E inmediatamente, dejando las redes, lo siguieron. 19 Después de avanzar un poco, vio a Jacobo el de Zebedeo, y a Juan su hermano, que estaban en la barca preparando las redes; 20 al instante los llamó. Dejaron a su padre, Zebedeo, en la barca con los jornaleros y se fueron tras él.” Se trata de un retrato ideal y estilizado. En este pasaje, fundamentalmente redaccional, hay que ver detalles históricos indudables: formación de un grupo de discípulos en torno a Jesús, entre ellos algunos que habían seguido al Bautista; algunos de sus nombres y su trabajo usual. Pero no es posible considerar histórico el modo, tan repentino e inexplicado, de la respuesta de los discípulos. Igualmente el dicho sobre los «pescadores de hombres» tampoco parece auténtico, ya que refleja la actitud misionera de la comunidad marcana. En el mundo grecorromano y judío «pescar hombres» era actuar de maestro; la frase puede significar también sacar a los seres humanos de las redes de Satanás e introducirlas en las de Dios: salvarlos. Que tuvo discípulos Jesús es seguro, porque a la tradición, aficionada a mostrar a Jesús como un únicum, le habría parecido bien que Jesús hubiera circulado solo por Israel. En realidad no los necesitaba para mostrar lo que quiso. Quizás haya inspirado al evangelista Marcos la llamada que Elías hace a Eliseo, quien sigue a su maestro al instante: “Partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Había delante de él doce yuntas y él estaba con la duodécima. Pasó Elías y le echó su manto encima. 20 El abandonó los bueyes, corrió tras de Elías y le dijo: «Déjame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguiré.» Le respondió: «Anda, vuélvete, pues ¿qué te he hecho?» 21 Volvió atrás Eliseo, tomó el par de bueyes y los sacrificó, asó su carne con el yugo de los bueyes y dio a s.us gentes, que comieron. Después se levantó, se fue tras de Elías y entró a su servicio” (1 Re 19,19-21) Parece que un caso muy parecido en su disposición literaria es el de Leví, hijo de Alfeo en Mc 2,13-15: “Salió de nuevo por la orilla del mar. Toda la multitud acudía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el telonio y le dijo: –Sígueme. Y él, levantándose, lo siguió. 15 Y ocurrió que, mientras estaba recostado a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores estaban también recostados con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos y lo seguían”. Como se ve, el texto adolece, tal como está narrado, de una notable inverosimilitud. Lo que se pretende es representar literariamente la personalidad magnética de Jesús, al igual que otros héroes de la antigüedad literaria para el autor evangélico. El Evangelio de Juan cuenta las cosas de otro modo muy distino: “Al día siguiente se encontraba de nuevo allí Juan junto con dos de sus discípulos. 36 Al ver a Jesús que pasaba, dijo: –He ahí el Cordero de Dios. 37 Y mientras él hablaba los dos discípulos lo oyeron y siguieron a Jesús. 38 Al volverse Jesús y ver que lo seguían, les dijo: –¿Qué buscáis? Ellos le preguntaron: –Rabí (que significa «maestro»), ¿dónde te alojas? 39 Les respondió: –Venid y lo veréis. Así que fueron, vieron dónde se alojaba y se quedaron con él aquel día; era alrededor de la hora décima. 40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y lo habían seguido. 41 Este encontró en primer lugar a su propio hermano Simón y le dijo: –Hemos encontrado al Mesías (que significa «ungido»). 42 Lo condujo ante Jesús. Jesús, fijando en él la mirada le dijo: –Tú eres Simón el hijo de Juan; serás llamado Cefas (que significa «Pedro»). 43 Al día siguiente decidió salir hacia Galilea y encontró a Felipe. Y Jesús le dijo: –Sígueme. 44 Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. 45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: –Hemos encontrado a aquel a quien Moisés y los profetas describieron en la Ley, a Jesús, hijo de José, el de Nazaret. 46 Y Natanael le respondió: –¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: –Ven y lo ves. 47 Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo refirién dose a él: –Ved a un israelita de verdad en el que no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: –¿De dónde me conoces? Jesús le contestó: –Te vi bajo la higuera antes de que Felipe te llamara. 49 Le replicó Natanael: –Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres rey de Israel. 50 Jesús le respondió: –¿Porque te dije que te había visto bajo la higuera crees? Verás cosas mayores que esa. 51 Y añadió: –En verdad, en verdad os digo, veréis el cielo abierto «y a los ángeles de Dios subiendo y bajando» sobre el Hijo del Hombre”. Podemos comentar brevemente lo siguiente, siguiendo el orden de versículos 37 los dos discípulos…siguieron a Jesús: la afirmación podría reflejar un posible dato histórico, a saber, que algunos discípulos de Jesús habían sido previamente discípulos de Juan. No obstante, la noticia de que, delante del propio Juan el Bautista y sin más explicaciones, sus discípulos transfieren a Jesús la fidelidad que hasta el momento le habían mostrado a él parece responder al contexto polémico del evangelio, interesado en mostrar la superioridad de Jesús y el carácter totalmente subordinado del Bautista, e indica la existencia de una rivalidad en tiempos de la composición del evangelio entre seguidores de Jesús y del Bautista. Es, por tanto, probablemente no histórico. 40 Andrés…que habían oído a Juan: la expresión en griego tón akousánton pará Ioánnou expresa no solo que Andrés y el otro discípulo habían escuchado al Bautista, sino también que procedían de su grupo de seguidores. Luego Jesús toma parte, al menos de sus primeros discípulos del grupo de Juan Bautista. Por tanto, lo más probable es que Jesús fuera también discípulo del Bautista. Sin embargo, no podemos saber ni cuánto tiempo, ni qué tipo de discípulo era, ni otros pormenores. Aquí lo mejor es no especular, sino constatar. Que Jesús fuera discípulo del Bautista parece verosímil porque las primeras palabras de la prediciación pública de Jesús son iguales a algunos dichos del Bautista Mc 1,15: “«El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva»”. Mateo confirma bien esta perspectiva porque las palabras del inicio de la predicación de Jesús son también idénticas a las del Bautista; véase Mt 4,17: “Desde entonces (después de las tentaciones) comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado»”. 43 encontró a Felipe: el nombre (griego) de este discípulo figura en las listas sinópticas de los Doce (Mc 3,18 y paralelos), pero el Cuarto Evangelio le dedica una atención especial; véase 6,5-7 (); 12,21-22; 14,8-9. Ello podría quizás deberse a que la comunidad johánica lo consideró uno de sus legendarios fundadores. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.ciudadanojesus.com
Lunes, 31 de Julio 2017
Notas
Escribe Antonio Piñero
PREGUNTA: Mi pregunta es la siguiente : Mucho se habla en la biblia sobre la homosexualidad masculina y pues está clarisima!! Ahora bien que pasaba con las mujeres lesbianas en la época del antiguo y nuevo testamento? Me parece que en el antiguo testamento en el libro de levitico definitivamente se yrefiere a la práctica entre hombres pero en el antiguo testamento entre mujeres no hace ninguna referencia y si vamos al nuevo testamento en: Romanos 1:26 dice: Que las mujeres de los que estaban con otros hombres, ellas cambiaron el uso natural por el que es en contra naturaleza, esto puede referirse al lesbianismo en concreto? O ellas también podían estar siendo sodomisadas por otros hombres? O estar con animales? Pues sabemos que en el libro de Levítico si habla y condena la práctica del bestialismo y prohibe a la mujer ponerse frente a un animal. Pero el lesbianismo al parecer no queda completamente claro como el homosexualismo o hay que tomar por base las relaciones entre hombres y por ende suponer que entre mujeres también es igual de condenado y no hacer distinción?Muchas gracias espero su respuesta!! RESPUESTA: El texto de Romanos 1,26: dice textualmente “Por eso (por cambiar la verdad por la mentira, es decir, entregarse a dioses falsos en actos idolátricos) los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza”. Usted ofrece tres posibilidades: · ¿Puede referirse al lesbianismo en concreto? · ¿Puede referirse a la sodomización por otros hombres? · ¿Puede referirse a relaciones con animales? Como no tenemos más que este texto y Pablo no concreta en absoluto, y como las tres, según la concepción bíblica, son claramente relaciones contra la naturaleza, Usted tiene derecho a pensar en las tres posibilidades con igual peso de probabilidad teórica. Pero con una salvedad: el en mundo del Antiguo Testamento no se piensa en absoluto en el lesbianismo, ni tampoco, que yo sepa, en el judaísmo helenístico… Por tanto, es probable que a Pablo no se la pasara esta opción por la cabeza, sino las otras dos. PREGUNTA: El caso es que me gustaría hacerle una pregunta: ¿Podría usted decirme cómo viene escrita exactamente la palabra que aparece en el evangelio de Marcos (14, 36) para referirse a \"Abba\" que dicen que utiliza el término arameo? No sé si Abba es como suena en arameo pero en caligrafía griega o si realmente Marcos lo recoge en escritura aramea, hebrea... ¿Me podría ayudar? Muchas gracias. Reciba un cordial saludo. RESPUESTA: La forma abba /abbá que aparece en Mc 14,36 Gal 4,6 y Rom 8,15 es la transcripción bastante fiel de ’abbá’, arameo, forma enfática del sustantivo ’ab, “padre”, que significaba “papá”, no “papaíto”, de modo que podía utilizarla familiarmente un adulto. Se creyó durante mucho tiempo que esa palabra solo era usada por niños pequeños y de un modo coloquial. Pero ahora tenemos algún testimonio, poco pero suficiente, de que se trata de una manera familiar de llamar a su padre de un adulto. PREGUNTA: Estimado Dr. Antonio: Deseo saber cuando sale a la luz publica y como puedo adquirir la publicacion de la Traduccion del Nuevo Testamento por ustedes, que he escuchado de usted en varios canales y entrevistas de youtube. Mil gracias RESPUESTA: Ante todo, muchas gracias por su interés. La obra está casi terminada. Pero no estamos contentos con algunos resultados, por lo que creo que tardaremos por lo menos un año en entregar la forma definitiva a la Editorial Trotta. Hay mucho que pulir y revisar porque es una obra de unas 1.500 páginas. Pero no debe aterrorizarse, ya que está escrita en un lenguaje que entiende todo el mundo. Si se emplea alguna palabra técnica, se explica. Lo importante es que el punto de vista de su concepción y redacción es puramente histórico y crítico, no depende de confesión alguna y “no se casa con nadie”. Expone las cuestiones, y si hay dudas de interpretación indica cuáles son las posibilidades y que el lector escoja. Naturalmente el autor de la aclaración indica también a veces cuál es su interpretación preferida. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.ciudadanojesus.com
Sábado, 29 de Julio 2017
Notas
Escribe Antonio Piñero
PREGUNTA: Desde el punto de vista del consenso actual histórico , y haciendo una extrema síntesis , se puede decir que Jesús fue un profeta , quizá un fariseo , que proclamó la llegada más o menos cercana del Reino de Dios , dentro del judaísmo. Sólo en sus últimos años pudo tomar conciencia de tener alguna misión más "especial", quizá incluso como Mesías. Suponiendo que esto es cierto, a su juicio, ¿qué es lo que diferencia a Jesús del resto de profetas de la época (como Juan el Bautista) y posteriores (aquellos que quizá fueron la inspiración para componer textos puestos en boca de Jesús)? En resumen, ¿por qué él llegó a tener ese grupo de seguidores, que incluso sufrieron persecuciones, y fue el inicio de una religión con una reinterpretación de su figura como antes no se hizo de otros profetas? Espero no le importe que le plantee esta duda que creo que puede resolverme. De nuevo, le agradezco enormemente su atención. RESPUESTA: Su “definición” de Jesús me parece exacta. La diferencia es poca con aquellos agente mesiánicos que son profético-apocalípticos y no meramente guerreros (suponemos con así algunos por la información sobre ellos, unos once desde el 4 a.C. hasta el 66 d.C. según Flavio Josefo, tanto en su obra Antigüedades de los judíos como en la Guerra). Por ejemplo, con Juan Bautista las diferencias son pocas; más bien de matiz o de insistencia. Fernando Bermejo ha escrito en el Blog una serie amplia de postales sobre las similitudes entre los dos personajes. Fue esta una serie necesaria porque la mayoría de los comentaristas confesionales suelen insistir y magnificar las diferencias entre los dos olvidándose de que son muchas más las semejanzas. Por favor, utilice el buscador del Blog (“El Blog de Antonio Piñero” (de Religión Digital) en el vocablo “Bautista” y espero que lo encuentre. A.P. es Antonio Piñero F.B. es Fernando Bermejo Por si prefiere utilizar la búsqueda por el calendario, le transcribo los resultados del “Índice de los Blogs y Compartir”, confeccionado por Carmen Padilla y que he publicado en este medio: Juan el Bautista y Jesús de Nazaret según Fernando Bermejo (I). (A.P., 26 /11/ 2010) ——— (II). (A.P., 27 /11/ 2010) ——— (III). Además de paralelos hay algunas diferencias. (A.P., 28 /11/ 2010) ——— Conclusiones de los pretendidos contrastes entre ambos (I). (A.P., 30 /11/ 2010) ——— Conclusiones de los pretendidos contrastes entre ambos (II). (A.P., 1 /12/ 2010) ——— Conclusiones generales. (A.P., 3 /12/ 2010) ——— visionarios religiosos (F.B. 21 /2/ 2007) ——— ¿únicos ejecutados en sus círculos? (F.B., 29 /2/ 2008) ——— crítica profética. (F.B., 13 /6/ 2007) ——— el arrepentimiento o teshuvá (F.B., 11 /7/ 2007) ——— el lenguaje arrebatado de (F.B., 4 /7/ 2007) ——— Críticos y antagonistas de Herodes Antipas. (F.B., 18 /7/ 2007) ——— Implicaciones políticas de un mensaje religioso. (F.B., 25 /7/ 2007) ——— la primacía de la pureza interior (F.B. 28 /3/ 2007) ——— muertes paralelas. (F.B., 6 /2/ 2008) ——— noticias en exclusiva para Israel (F.B. 2 /5/ 2007) ——— observaciones elementales. (F.B., 9 /12/ 2010) ——— sobre prejuicios y creencias (F.B. 30 /5/ 2007) ——— vidas paralelas (F.B. 7 /2/ 2007) ——— exaltados tras su muerte por sus seguidores. (F.B., 5 /3/ 2008) ——— extrayendo conclusiones del análisis. (F.B., 2 /4/ 2008) Juan el Bautista y los marginados (F.B. 21 /3/ 2007) PREGUNTA: Hay una pregunta que me hago desde hace tiempo, y poca gente me parece mas imparcial ni preparado que usted a la hora de contestarla. Estoy de acuerdo con usted cuando dice que San Pablo seguramente se refería en sus epístolas a una condena total de la homosexualidad. ¿Pero hasta que punto podía conocer un judío de su época que era ser homosexual? Cuando se leen escritos y libros sobre historia de la homosexualidad (incluso escritos por autores que intentan defenderla, diciendo que la época griega fue «su edad de oro ») parece que esta reducida o a la pederastia, o a abusos sexuales derivados de la humillación de los vencidos, o el uso de esclavos, o la prostitución, o cultos relacionados con la idolatría, si no una perversión de heterosexuales por el mero hecho de obtener placer, mientras tenían a sus mujeres en casa. Da la sensación que, excepto muy pocas excepciones, estaba relacionada con una situación de abuso y dominio sobre otros (con una gran carga de machismo por cierto), muy poco que ver con la idea de igualdad, amor respeto y fidelidad que hoy en día puede encontrarse en muchas relaciones homosexuales. Según tengo entendido el termino homosexual se creo en 1869, precisamente para poder dar cabida a esta posible otra forma de entender la homosexualidad, no tan solo a los actos como se entendía en la edad media. La pregunta sería, ¿hasta que punto estaría San Pablo (y en general la sociedad en la época de Jesús) preparado para entender la homosexualidad a la hora de dar su opinión, si parece que lo que veian de ella era básicamente lo indicado anteriormente? Espero haber sabido expresar mi pregunta. No soy ningún estudioso del tema y no se si la expresé con la suficiente imparcialidad. En verdad me gustaria saber su opinion, incluso si considera que estoy totalmente equivocado RESPUESTA: Los textos del Pablo auténtico sobre la homosexualidad se reducen a dos Romanos 1,26-27 y 1 Corintios 6,9-10… ¡y no tenemos más! Romanos 1,26-27: · Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío. · 1 Corintios 6,9-10: “¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No os engañéis. Ni los impuros, idólatras, adúlteros, afeminados, homosexuales, 10ni los ladrones, avaros, borrachos, ni los maldicientes, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios”. Por tanto, poco podemos obtener de ellos para responder a su pregunta en cuanto a Pablo. Y prácticamente lo mismo podemos decir de la sociedad de su entorno. En esa época no se planteaban esos problemas. En absoluto. Piense que ni Pablo ni los más eximios estoicos, tan interesados por el bienestar del hm se hombre se ocuparon jamás por algo tan tremendo como la esclavitud… que aceptaban sin más. Por eso, su mente no estaba preparada para demasiados refinamientos en lo la cuestión de la homosexualidad. Había lo que Usted ha mencionado muy bien… y nada más. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.ciudadanojesus.com
Jueves, 27 de Julio 2017
NotasEscribe Antonio Piñero PREGUNTA: El actual canon hebreo de 24 libros salido del Concilio de Jamnia (hacia 95 d.C.) es el siguiente: - Pentateuco, los cinco libros de la Ley o Torah (תּוֹרָה): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio - Los ocho Profetas o Nevi'im (נְבִיאִים) (Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Jeremías, Ezequiel, Isaías y los “doce profetas menores”: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías); - Las once Escrituras o Ketuvim (כְּתוּבִים) (Ruth, Salmos, Job, Proverbios, Cantar de los Cantares, Lamentaciones, Daniel, Esther, Esdras-Nehemías, I Crónicas y II Crónicas). Por esas mismas fechas, Flavio Josefo escribe (en Contra Apión I.8) lo siguiente “entre nosotros no hay multitud de libros que discrepan y disienten entre sí; sino solamente veintidós libros, que abarcan la historia de todo tiempo y que, con razón, se consideran divinos. De entre ellos cinco son de Moisés, y contienen las leyes y la narración de lo acontecido desde el origen del género humano hasta la muerte de Moisés. Este espacio de tiempo abarca casi tres mil años (Torah o Pentateuco). Desde Moisés hasta la muerte de Artajerjes, que reinó entre los persas después de Jerjes, los profetas que sucedieron a Moisés reunieron en trece libros lo que aconteció en su época (Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Jeremías, Ezequiel, Isaías, los “doce profetas menores”, Ruth, Job, Daniel, Esther, Esdras-Nehemías). Los cuatro restantes ofrecen himnos en alabanza de Dios y preceptos utilísimos a los hombres (Salmos, Proverbios, Cantar de los Cantares, Lamentaciones) En consecuencia, los textos incluidos en el canon hebreo que desconoce Josefo son: I Crónicas y II Crónicas. ¿Me podría confirmar –por favor– esta hipótesis o bien indicarme dónde encontrar información sobre la materia? Atentamente, RESPUESTA: Ciertamente F. Josefo no nombra "Crónicas". Pero es posible que sí las conociera con el nombre de "Paralipómenos" = Restos, pero no las acepta como canónicas. Se suele creer que la noticia sobre Jamnia y su canon, año 95, es en extremo dudosa. Que es un invento de los talmudistas posteriores. Por ello, se piensa que el canon no quedó fijo hasta bien entrado el siglo II y F, Josefo ya había muerto. Tiene Usted información sobre la formación del canon del AT en el libro colectivo, editado por mí y J. Peláez: Los libros sagrados en las grandes religiones: judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo y budismo. Los fundamentalismos, 2ª edición, Editorial Herder, Barcelona, 2016. ISBN.: 978-84-254-3907-0 Me dirijo a usted para hacerle una consulta y si puede ayudarme se lo agradecería, soy un estudiante de la asignatura de Bibliología en una facultad de Teología. Esta es la consulta: Estudiando el libro Sílabo de Bibliología de Gino LafrancescoI en la pagína 391 Historia de la Biblia parte II Antiguos Manuscritos del Nuevo Testamento dice textualmente así : Papiro de John Rilands fecha 125-140 d.c (el mas antiguo manuscrito del Nuevo Testamento). Contenido: Fragmento del evangelio de Juan: Juan 18:31-33,37. (Nota del Traductor: En la actualidad hay fragmentos mas antiguos del Nuevo Testamento, descubiertos en la cueva 7 de Qumrám, fechados antes del año 70 d.c y correspondientes a pasajes de Marcos, Hechos , Romanos, 1 Timoteo, Santiago, 2 Pedro. Ver Vila-Escuain, <Qumrám> Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, págs. 980, 981, 988, CLIE . Terrassa, 1985). Lo que no entiendo es que dice que en Qumrám hay Fragmentos del Nuevo testamento que datan de antes del año 70 D.C de varios libros como de Marcos, 2Pedro, Hechos, Romanos, 1Timoeo, Santiago etc,etc, siempre hemos creido y enseñado que en los Rollos del Mar Muerto solo se encontraron manuscritos del Antiguo Testamento mas algunos pseudoepígrafes, apócrifos y documentos sectarios ¿ eso es así o hay error en lo que dice el libro? le ruego me ayude y se lo agradecería profundamente sabiendo que usted es una Autoridad en esta materia (le doy gracias por anticipado) también esperamos la edición del Nuevo Testamento en la cual sabemos que está trabajando saludos y bendiciones. RESPUESTA: 1. El papiro al que se refiere es el P. 52, famosísimo, en torno al 150, Y la signatura es Gr. P. 457 de la John Rylands Library de Manchester. 2. Lo que dice el articulista está absolutamente desfasado en información y es rigurosamente falso. El fragmento más famoso es el 7Q5 (“descifrado” por J. O’Callaghan en 1972) y refutado ya varias veces por la papirología. Broshi, un papirólogo israelí, que estudió las “huellas dactilares” de cada hoja de papiro (que son absolutamente propias y únicas) y pertenecen a mismo papiro en el que está copiado ¡ Henoc 106 (creo).Si le es posible, consulte mi libro, “Guía para entender el Nuevo Testamento”. Entre, por favor, en la página Web de Editorial Trotta, Madrid 2006. 568 pp. ISBN: 84-8164-832-9. 5ª edic. 2016, y vea el índice,por favor. PREGUNTA:: No sé si conoce vd. el libro de Paul Verhoeven "Jesús de Nazaret. Si fuese el caso, me gustaría conocer su opinión. A mí me ha parecido francamente interesante. Aunque el autor no es especialista me parece bastante creíble lo que dice. Le agradecería un comentario, RESPUESTA: Siento no haberlo leído. He escrito varias veces que se publican cada año unos mil libros sobre Jesús... de entre los cuales por los menos veinte son serios. Sin embargo, por lo que he leído sobre sus fuentes bibliográficas (Schilebeeckx, R. Funk, Adolf Jülicher) y el resumen de su pensamiento, sospecho que el libro es algo ligero de equipaje científico, pero de ideas claras y muy acordes con el estudio independiente sobre Jesús. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.ciudadanojesus.com
Martes, 25 de Julio 2017
Notas
Escribe Antonio Piñero
PREGUNTA: Hola apreciado Señor, En un documental sobre Pablo de Tarso visto en Youtube, vi que hablaban de una Biblia que saldría sobre los años 2017 creo, una biblia con notas del tiempo y contexto de Yeshua. ¿Ya ha salido a la venta? Yo tengo la Reina Valera, pero viendo el video y la situación actual de las iglesias, me es muy dificil establecer un discernimiento correcto del texto. Me agradaria tener una Biblia más contextual. Otra pregunta, el video habla de la falsa trinidad, ¿están los unicitarios más cerca del texto bíblico? Un amigo se escuda en quela el que no tiene la doctrina de Cristo no tiene a Cristo, cual seria la Sana Doctrina o iglesia que predique dicha Doctrina. Sabría contestarme ¿si tener relaciones antes del matrimonio es fornicacion? Es lo que predican todas las iglesias evangelicas y pentecostales que conozco, pero en deuteronomio no es visto así. Deu 22:28 Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; Deu 22:29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días. Muchas gracias por su tiempo. RESPUESTA: Le respondo por partes: 1. “Sobre la fornicación”. El Deuteronomio, con sus legislaciones de todo tipo, salvo el Decálogo (que aparece tanto en el libro del Éxodo (20,2-17) como en el Deuteronomio (5,7-21), no están vigentes en la iglesia cristiana desde el tiempo de los sucesores de Pablo (hacia el 100 d. C.) por mucho que se diga que el Antiguo Testamento es “palabra de Dios”. Lo que Usted comenta es una legislación antigua para impedir la violación que no está vigente en la Iglesia actual. Pero esta misma Iglesia en su catecismo (y derivando la norma del espíritu general del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento) prohíbe terminantemente las relaciones sexuales antes del matrimonio. Consulte, por favor, el Catecismo de la Iglesia católica” (busque una edición y editorial por Internet). 2. “Unicitarios”. No sé qué es lo que Usted entiende exactamente por “unicitarios”. Mi imagino que son aquellos que defienden a ultranza un Dios único y que, por lo tanto, niegan la Trinidad y sostendrán, supongo, que la distinción de “personas” dentro de ellas es una mera disquisición mental sin base alguna en la realidad trinitaria. De todos modos, le diré algo más. En el Antiguo Testamento, aceptado por la Iglesia como Escritura Sagrada, no hay Trinidad. En el Nuevo Testamento, tampoco. Aunque hay algunas afirmaciones, como Mt 28,29: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, que dan la falsa impresión de que ya está formada. En realidad no se percibe una teología trinitaria clara hasta finales del siglo II, y si me apuro, se empieza a perfilar la doctrina de un modo sistemático en el siglo III. Se aclara más o menos del todo, en lo fundamental, con los credos de los Concilio de Nicea (325) y de Calcedonia (451). 3. “Edición de la Biblia”. Por fin nos hemos restringido a la edición del Nuevo Testamento, por ahora…. Se terminó ya el borrador… pero corregirlo y ponerlo a punto llevará por lo menos año y medio más. A esperar, pues. PREGUNTA: ¿Sabe de algún dato de cuándo se reunió Herodes Antipas con Herodías, cuándo huyó su anterior esposa junto a su padre, y si también existe fecha cuando fue ejecutado Juan el Bautista? RESPUESTA: La historia antigua ofrece en general, o salvo contadísimas ocasiones, pocos datos concretos de los sucesos de los que se informa… Y esas respuestas son a menudo muy generales. No sabemos nada seguro de lo que me pregunta. Sobre la ejecución del Bautista tenemos una fecha aproximada. En Lc 3,1-3 se dice: “3 1 En el año decimoquinto del reinado de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; Filipo su hermano, tetrarca de Iturea y de la región de la Traconítide, y Lisanias, tetrarca de Abilene, 2 bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Y vino por toda la región del Jordán predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados”. Se duda si el año décimo quinto de Tiberio es el 28 o 29 d. C.: “Si Lucas calcula esta fecha desde la muerte de Augusto en el 14 e.c. (Tiberio fue corregente desde el año 11), se está en el año 29. Esto es lo más probable. De lo contrario serían tres años más. Como Jesús aparecerá unos meses después, debió de iniciar su vida pública teniendo unos 35 años: nota a 2,7. En estas noticias sobre Juan Bautista Lucas se basa en Marcos y en Q, más algún material propio (vv. 10-14.15.18). Depende, pues de cómo se cuente. La muerte del Bautista no pudo retrasarse más de un año, es decir, su ministerio público –como el de Jesús– debió de durar poco, ya que era muy molesto tanto para Antipas como para Poncio Pilato: las asas en su entorno suponían un problema de orden público; y su predicación del Juicio y del Reino de Dios que viene era un contrasentido para Antipas y Pilato: se acababa su reino y el de Tiberio, si eso se cumpliera. PREGUNTA: Buenos días profesor, ¿se puede considerar histórica la intervención del rabino Gamaliel (antes del 40 d. C.) relatada por Lucas en los Hechos?. Ya que no pudo hacer referencia al incidente de Teudas, porque cuando hizo su intervención, todavía no se había producido (c.44 d.C.) RESPUESTA: En realidad es un testimonio único... Y no tenemos ulteriores referencias... Normalmente en historia antigua, para tener una cierta seguridad se requiere que los testimonios sobre un dicho o hecho esté testimoniado por varias fuentes…Pero, en este caso, no tenemos razones para negarla porque no es inverosímil, anacrónica o contradictoria con lo que sabemos previamente. Ciertamente, con sus errores, el discurso ha salido de la pluma de Lucas, a la manera de Tucídides y otros historiadores antiguos. Pensaban del modo siguiente "Yo no estaba allí; pero, dadas las circunstancias, esto es lo que probablemente se dijo..." (y entonces el autor compone el discurso y lo pone en boca del personaje). Pregunta: Soy un asiduo lector de la historia, aunque no sea mi profesión, sus estudios me ayudan a corroborar lo que uno puede solo intuir. Desde el punto de vista filológico, el rito que se practica en el cristianismo es análogo a los ritos egipcios. Hay alguna conexión. Existen documentos que puedan dar alguna referencia. Saludos RESPUESTA: Su pregunta es demasiado general para ser respondida. Habría que escribir un libro comparando ritos cristianos y ritos egipcios…. Si puedo darle al menos una nota sobre un rito que el equipo de la Universidad Popular de Logroño, del que soy miembro, ha escrito un libro. El capítulo trata de la eucaristía y compara el rito cristiano con el egipcio. Datos: J. RESPUESTA: Pérez-Accino, “Comer y ser comido”, en las pp.: 17-44 del libro siguiente: La verdadera historia de la Pasión. Según la investigación y el estudio históricos. Con Eugenio Gómez segura y otros, EDAF, Madrid, 2008. 270 pPregunta: ISBN: 978-84-414-2017-5. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.ciudadanojesus.com
Domingo, 23 de Julio 2017
NotasHoy escribe Francisco Socas Como indicamos ayer, concluimos hoy nuestra presentación de este interesantísimo libro, anónimo, del siglo XVII. En su primera sección el Symbolum sapientiae (1668), además de hacer la crítica del canon de libros sagrados y de las Escrituras en general, como hemos visto en la postal del día anterior, relata los orígenes del cristianismo y lleva a cabo una crítica radical de sus dogmas. Según la interpretación que los cristianos hacen de la historia del pueblo judío, Israel fue tomado como un primer esbozo de la Iglesia al tiempo que Dios condescendía a ser el pedagogo de su pueblo, usando para adoctrinarlo de símbolos ceremoniales. El relato del Symbolum desarma por un lado estas visiones y por otro explica la idea del mesías como un mero artificio político, una promesa hecha a un pueblo por sus dirigentes para mover a los perezosos y compensar a los desgraciados. El cuadro no se aparta mucho del que traza la historiografía de nuestro tiempo: en la época anterior a la aparición de Cristo el judaísmo vive un periodo de mestizaje con otros pueblos y decadencia general, mientras surgen en él desavenencias doctrinales y sectas de todo tipo. La sujeción postrera a los romanos enardece todavía más el delirio compensatorio del mesianismo. En tal ambiente aparece Jesús como filósofo que mediante parábolas enseña una moral sencilla, no ceremonial. Lo suyo es una suerte de religión sin religión. Ciertamente se decía hijo de Dios y mesías, practicaba los ritos para adaptarse a su auditorio, pero en modo alguno intentaba fundar una religión nueva. En rigor no fue un ateo, sino un moralista y maestro de felicidad. Predicó la resurrección, pero con ello se refería más bien a la pervivencia de su doctrina tras la muerte. Aunque Cristo se llamara acaso mesías, el mesías prometido no era así, habría de ser un héroe liberador de los judíos y un rey triunfante sobre las otras naciones, no una imagen mística de Dios encarnado que trae un reino celestial y –contra todo lo prometido a Israel– ecuménico. A la muerte de Cristo, los discípulos, hombres simples, deforman sus enseñanzas, inventan misterios y ceremonias. Las conversiones en masa de judíos y gentiles van alterando poco a poco el sentido inicial de la secta. Más adelante la ambición de los obispos y presbíteros edifica un estado contrario a la sencillez cristiana, hasta que el clero con sus patrañas, sin que falten violencias, da lugar a nueva monarquía teocrática, contraria en todo al espíritu de Cristo: el papado. El tratado corre luego a criticar el embrollo de los dogmas cristianos. No se priva de enunciar ciertas paradojas morales, como los crueles castigos infligidos al pecador por parte de un Dios que es amor, la figura del demonio como vencedor sobre el bien, la contradicción entre la bondad esencial de las criaturas y la caída de Adán. Aborda un batiburrillo de cuestiones, triviales unas y trascendentes otras: la infalibilidad del Papa, la creación a partir de la nada, la virginidad de María, la resurrección de los cuerpos, el infierno. Ve tan absurdas e irracionales esas creencias que apenas se preocupa de dar unas cuantas pinceladas sarcásticas. Un misterio mayor que el de estos dogmas le pareció tal vez el de los hombres que los elaboraron y creyeron en ellos. Concluye que, a diferencia del paganismo, que a su modo es coherente, en el cristianismo hay una mezcolanza irreconciliable de elementos judaicos y paganos. El cristianismo ha olvidado que en su origen no fue más que "un modelo de la filosofía auténtica, un arte de vivir, una escuela de bonhomía" (typus uerae philosophiae, ars uiuendi, schola pietatis). Las tres religiones históricas, las religiones del Libro, veneran a unos héroes fundadores. Pero al autor del Symbolum no le merecen los tres el mismo respeto. Mahoma obró tan a las claras como impostor político que no puede seducir a nadie mínimamente ilustrado. De Moisés hay que ocuparse porque no es, como Mahoma, una figura marginal o extravagante, sino que pasa por ser el autor de los libros iniciales de la Biblia y es sin duda el inventor de la peculiar teocracia hebrea. Pero la trama política y guerrera del montaje mosaico es patente y grosera. En cambio, el anónimo simpatiza de algún modo con la figura de Cristo al que considera una especie de filósofo y benefactor de su pueblo. Jesús es solamente un impostor ocasional; más bien se limita a no desengañar a sus oyentes cuando se hacen ideas sublimes del maestro, porque eso puede ayudar a la asimilación de sus humanitarias doctrinas. Es también un liberador que actúa contra una religión opresiva. Cristo, así, es el que sale mejor parado; en el fondo no practica el engaño, sino que, como buen maestro, se amolda a los duros oídos de sus discípulos, que lo malinterpretan ya en vida e inician tras su muerte una paulatina y descarada deformación de sus enseñanzas. La imagen de Jesús que dibuja nuestro autor es sin duda desmitificadora, pero en el fondo es tradicional y se extrae de una lectura ingenua de las fuentes. Estamos en los umbrales de la que luego se ha llamado indagación sobre Jesús (Jesus Quest). La historiografía al uso da por sentado que antes de Samuel Reimarus (1694-1768) la búsqueda del Jesús histórico siempre estuvo alentada por la fe. Ello es verdad siempre que dejemos aparte la literatura representada por textos como el Symbolum sapientiae y otros que espero presentar a los lectores de este blog otro día. El tratado adquiere en este punto un aire moderno cuando afirma que Jesús no quiso fundar una religión nueva y no instituyó nuevos ritos, que fue más bien un reformador judío que tuvo que soportar a la fuerza, y no voluntariamente, una muerte terrible. Se equivoca, en cambio, cuando, como tantos en el presente y el pasado, contrapone la figura de Jesús, un alma benévola y sincera, a un judaísmo reseco e hipócrita, o cuando considera a todos los de su entorno como necios. Y ello era casi inevitable porque el autor del Symbolum no disponía de otra imagen de Jesús que la que pintan los evangelios, fuente casi única, minuciosa en ocasiones, reticente las más de las veces y parcial siempre, sobre los dichos y hechos del profeta de Galilea. Saludos cordiales de Francisco Socas Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Sevilla
Viernes, 21 de Julio 2017
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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