CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
¿Enigmas de Navidad o falta casi absoluta de información? La vida oculta de Jesús.

 
Escribe Antonio Piñero
 
Por estas fechas de Navidad suele oírse, en medios de comunicación que abordan temas religiosos o en revistas de igual talante, hablar a la gente o a los periodistas  de los «enigmas de la Navidad» o bien de los «enigmas» de la vida oculta de Jesús. A este respecto, me he preguntado muchas veces el porqué de esta expresión: ¿por qué nos planteamos tantos enigmas y buscamos resolverlos? La respuesta es sencilla, pero no tanto el trasfondo de esa respuesta como veremos enseguida. Y la respuesta es: «Por falta  absoluta de información fiable».
 
Y ¿por qué no tenemos informaciones fiables sobre la vida oculta de Jesús? Ulterior respuesta: Por el carácter del cristianismo más primitivo y sus ideas en torno a la naturaleza del mesías. Me explico: la teología más primitiva del cristianismo naciente tenía tres grandes focos de desarrollo:
 
A) Jerusalén en donde, según Hechos, se habían reunido los discípulos más allegados de Jesús después de su muerte cuando ya albergaban la creencia firme en su resurrección;
 
B) Galilea. Aunque no tengamos noticias apenas de este grupo, lo que se habla de Galilea en los relatos de las apariciones en los evangelios canónico y la posible existencia de la «Fuente Q» (en caso de que se acepte su procedencia también más que posible de Galilea) hace verosímil la existencia allí de un grupo cristiano muy primitivo de seguidores de Jesús. Y
 
C) Antioquía: en donde recaló la mayoría de los expulsados después de la persecución anti judeocristiana narrada en Hch 8, y en donde fue acogido Pablo durante unos catorce años.
Ahora bien, tanto la teología jerusalemita, como la de los antioquenos y la de Pablo defendían que el mesías era un mero hombre, un hombre normal, de nacimiento totalmente normal. Y solo su vida de obediencia absoluta a Dios, su muerte conforme a un designio divino y su exaltación a los cielos junto con su sesión a la derecha del Padre lo convirtieron en una entidad divina, pero cuya naturaleza no quedaba del todo clara. Pero su procedencia meramente humana sí era clarísima.
Para probar que era así basta con reflexionar en  la teología subyacente al discurso de Pedro tras Pentecostés, al menos como lo reflejan los Hechos (2,22-24):
 
«Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos;  a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio.
 
 
Obsérvese la expresión «hombre acreditado» y «Dios lo resucitó» …  y que no fue él el que se resucitó a sí mismo. A estas ideas se añade que Esteban en su discurso antes de morir, recogido en el capítulo 7 de Hechos, se denomina a Jesús “profeta igual a Moisés” (Hch 7,37). Y ahora la conclusión: parece claro que si se consideraba a Jesús  un mero hombre y un profeta, y que su importancia teológica comenzaba solo después de su resurrección, cuando Dios lo confirmó en sus funciones de «señor y mesías» (Hch 2,36), todo el mundo pensaría sin más que su vida oculta, los primeros treinta años no debió de tener importancia ninguna… al igual que la de otros profetas ¿Quién tenía interés por informarse acerca de «la vida oculta» de Isaías, Jeremías, o Ezequiel? De hecho la primera teología cristiana indicaba que la vida real del mesías Jesús comenzaba inmediatamente después de la recepción del bautismo de Juan Bautista, no antes (era ese el momento en el que la mayoría de cristianos pensaba que Dios lo escogía y le otorgaba su misión
 
Por ello cuando treinta, cuarenta o cincuenta años se buscara a alguien para preguntarle sobre datos de la niñez de Jesús en Nazaret, es muy difícil que se lo encontraría. Todos probablemente habían muerto. No había gentes a quienes preguntar datos fiables sobre la vida oculta del personaje que ya era vital para los cristianos y del que se deseaba saber todo lo posible.
Continuamos mañana con estas observaciones para llegar a la conclusión de la falta de información fiable, segura, era casi inevitable
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com 
Viernes, 23 de Diciembre 2016
El último libro hasta ahora: “Gnosis, cristianismo primitivo y Manuscritos del Mar Muerto”. Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (y XI)
Escribe Carmen Padilla
 
 
 
Debería haber terminado ayer esta serie, pues con la “Guía para entender a Pablo de Tarso” concluía mi artículo en el libro-homenaje al Prof. Piñero. Pero no me resisto añadir el último libro que salió de su factoría y que me parece interesante por la rara mezcla de dos temas que, en mi opinión, requieren cada uno de ellos un grado notable de especialización. Este libro es lo que se llama en latín en el argot científico  “Sparsa collecta”, es decir, una reunión de artículos o capítulos de libros sobre un tema, o varios, que el autor ha ido publicando a lo largo de años en diversos medios y que –pasado el tiempo– son difíciles de encontrar. Además, como tienen la unidad de un tema (en este caso dos) unidos a su vez  por la relación con el nacimiento del cristianismo, puede parecer interesante publicarlos de nuevo en forma de libro accesible.
 
 
Me parece que nada mejor para presentar este libro es lo que dijo su autor en una entrevista que le hizo la conocida periodista María José Bosch, a propósito de lo que pretendía con su publicación:
 
 
»He querido más que contar, despejar mil dudas que tiene una parte importante del público. Yo he querido poner orden en el caos que la mayoría de las gentes tiene sobre los Manuscritos del mar Muerto, la gnosis y el cristianismo.  Este libro pretende enfocar al público dos temas que son difíciles pero esenciales para comprender la génesis de la religión cristiana.  En primer lugar, una de las formas de cristianismo más controvertidas e interesantes, la gnosis cristiano-judía de los siglos I y II.  Y el segundo asunto es la relación de dos fenómenos trascendentales en el descubrimiento de manuscritos en el siglo XX, los llamados “Textos de Qumrán” y el cristianismo primitivo. 
 
»Comencemos con la gnosis, ese vocablo griego cuyo significado apunta al ‘conocimiento’.  La gnosis parte básicamente del supuesto del desgarro que siente el ser humano al verse aprisionado en un mundo que le oprime y en el que se siente extranjero. Al considerar la extensión del mal en el mundo o la inanidad de la materia en sí, muchos seres humanos se ven conducidos al deseo de liberarse de este mundo y unirse de algún modo a la divinidad a la que creen pertenecer. Es como la sensación del desgarro y distanciamiento de dos polos que deberían estar unidos. 
 
»La gnosis así entendida pertenece al sentimiento común que se halla en la base de diferentes sistemas espirituales o que se forma en el interior de ellos. En el Mediterráneo oriental la gnosis pudo manifestarse como una atmósfera religiosa que consideraba a una religión determinada, dentro de la cual crecía, como un estadio inferior de la religiosidad que, por ejemplo, no sentía tan profundamente la sensación de desgarro interno ante el mundo, arriba mencionada. El estadio superior lo tendrían los verdaderos «conocedores» o gnósticos, que albergaban un deseo especial de poseer la verdad total, y a los que respondía la divinidad con una revelación. Naturalmente, los gnósticos serían la élite, digna de recibir esa revelación que dará respuesta a las cuestiones esenciales del hombre religioso, tales como: ¿Quién soy yo realmente? ¿De dónde vengo? ¿Qué relación tengo con la divinidad? ¿Cómo conseguiré poder volver allí de donde procedo, es decir, cómo alcanzaré la salvación?”
 
El libro introduce al lector en este tema con aclaraciones sencillas y a la vez profundas, de modo que pueda entender bien cómo y por qué el pensamiento gnóstico forma parte de la historia cristiana. Y otra cosa: entre los evangelios gnósticos, hay dos el “Evangelio de María Magdalena” y el “Evangelio de Felipe” que ha sido utilizadísimos en los últimos años… pero muy mal entendidos. Y el libro aclara muy bien qué es lo que pretendían decir sus autores.
 
 
Y del tema “Manuscritos del Mar Muerto” lo que más me ha gustado personalmente ha sido el capítulo dedicado a estos textos y los orígenes del cristianismo, donde se pregunta, y se responde si en verdad son una revolución pendiente en la historia del cristianismo primitivo. Y me ha gustado porque explica con gran claridad en qué consisten esos misteriosos textos, cuál es su teología… si el cristianismo ha copiado de ellos directamente o no,  y cómo ayudan a comprender el Nuevo Testamento. Me parece esclarecedor. En conjunto un libro único por la unión de los dos temas, a veces complicados, y por la claridad expositiva. La luz que aporta es notable.
 
Y con esto concluyo mi pequeña aportación al homenaje en honor del  Prof. Antonio Piñero, al que aprecio y admiro. No sé si habré conseguido  hacerle justicia – toda obra humana es susceptible de mejora –, pero  en este repaso acelerado de su producción literaria en los últimos años, bastante fecundos,  he intentado reflejar cómo el trabajo y el estudio de tanto tiempo, la incansable  actividad y la constancia producen frutos que nos enriquecen  a todos. Me consta que tiene otros tantos proyectos en su mente. Y creo  que su mejor obra aún está por hacer. Ad multos annos! 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
Jueves, 22 de Diciembre 2016
“Guía para entender a Pablo de Tarso”. Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (X)

 
 
Escribe Carmen Padilla
 
 
El segundo libro al que haré referencia es  Guía  para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino,  ed. Trotta, Madrid 2015. Incluye esta nueva Guía el corpus de las siete  cartas que se consideran auténticas de Pablo: 1 Tesalonicenses, Gálatas,  Filipenses, Filemón, 1 y 2 Corintios y Romanos. Su autor pretende  “conducir de la mano al lector a través de los vericuetos de unos textos  religiosos, menos fáciles de entender de lo que muchos opinan, de un  personaje judío, Pablo de Tarso, cuya influencia en el nacimiento del  cristianismo ha sido inmensa”.
 
 
En la amplia “Introducción”, donde se explicita el método que seguirá en la obra, A. Piñero asegura que lo más  importante es la lectura directa de los textos conservados de Pablo, ponerse en contacto directo con el genio religioso del personaje y que solo le antecederán  elementos mínimamente indispensables para comprenderlo. Así explica: de qué fuentes disponemos, además de sus cartas, para entenderlo bien: ¿existen fuentes arqueológicas que nos ayuden a entender su mundo?  ¿Hay otras fuentes textuales en su entorno que nos conduzcan al mismo fin? ¿Cómo era la concepción del mundo que tenía Pablo y de la que  dependía su pensamiento? ¿Cómo manejaron la figura del apóstol Pablo sus  sucesores?
 
 
Por último, en la misma Introducción, hay un apartado dedicado  al género epistolar propio de las cartas, que es lo único conservado. Explica el autor que se trata de una correspondencia unilateral, pues ya no poseemos  noticias fidedignas de sus corresponsales y, a menudo, desconocemos  incluso quiénes son exactamente. No se sabe qué predicó oralmente Pablo a sus conversos; no tenemos las reacciones de sus corresponsales a sus cartas… en una palabra que debemos leer a Pablo un y otra vez para indagar si entre los entresijos de lo que escribió encontramos pistas para situar bien su pensamiento y sobre todo para interpretarlo correctamente.
 
 
 
El resto de la Guía, una vez establecidos  los presupuestos básicos, es un análisis riguroso y pormenorizado  de las siete cartas paulinas, con unas conclusiones que sorprenderán a  los lectores en más de un aspecto. Algo novedoso e interesante es que cuando en la lectura de las cartas el lector se encuentra con un concepto capital de la teología paulina, se hace un alto  en la lectura y aparece una “Aclaración”. Hay veinte, y en ellas se recoge sintéticamente la teología paulina reuniendo cómodamente los textos pertinentes de las cartas, analizándolos en conjunto, obteniendo así, creo, una idea clara  de cada concepto. Por ejemplo: ¿cómo entendía Pablo la naturaleza del mesías que es totalmente humano para a la vez tiene algo de divino? ¿Qué pensaba Pablo de la validez de algunos preceptos de la ley de Moisés? ¿Qué entendía por filiación divina del creyente? ¿Qué pensaba Pablo en realidad del  papel de las mujeres en las iglesias? ¿Tenía Pablo una verdadera teología política que enfrentara a las concepciones en torno a la función del Imperio Romano y en concreto entorno a la persona del emperador y su estatus divino?
 
 
Esta obra ha sido largamente meditada  y pensada por su autor durante varios años, y desde aquí nos atrevemos  a pronosticar que tendrá el mismo éxito que la anterior dedicada al  Nuevo Testamento. De ambas obras  se siente satisfecho, porque  son el fruto de muchos años de reflexión personal sobre los textos y porque  están escritas sin ningún interés de mostrar conocimientos bibliográficos ni  erudición especial, sino cuál es mi entendimiento global del Nuevo Testamento  y de Pablo en particular, con especial afán didáctico y clarificador. En mi opinión personal, quizás sea esta la mejor y más original obra del autor que comentamos.
 
 
El próximo día concluiré mi repaso a la bibliografía del Prof. Piñero en esta década con una breve ojeada a otra obra que no pudo estar en el libro-homenaje “In Mari Via Tua”, ya que salió cuando estos comentarios estaban ya entregados a la imprenta, pero que merece la pena que al menos la nombremos y expliquemos su contenido.
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
Miércoles, 21 de Diciembre 2016
“Guía para entender el Nuevo Testamento”. Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (IX)
 
Escribe Carmen Padilla
 
 
 
Intencionadamente he dejado para el final, fuera de epígrafes, las  dos obras en mi opinión más relevantes de Antonio Piñero tanto en la década que estoy comentando como en general: la primera, que creo ya bien  conocida, es la Guía para entender el Nuevo Testamento,  ed. Trotta, Madrid 2006, 6ª edición 2016, bajo pedido. Consta de 565 páginas,  incluyendo una bibliografía básica, un glosario, índices analíticos e índice  general.
 
 
A mi entender es un libro fundamental para todo el que  quiera acercarse al Nuevo Testamento, por lego que sea en la materia,  ya que no presupone conocimientos previos en el lector, con el afán de aprender y encontrar una explicación razonada, objetiva  y crítica a todo el corpus neotestamentario. No falta ni sobra nada.  Comenzando por saber qué es el Nuevo Testamento, cómo se escribió,  la formación del canon, su transmisión, el entorno inmediato, las bases  de nuestro conocimiento de Jesús, etc. Todo aparece bien fundamentado  a partir de un comentario más o menos extenso de cada uno de los 27  libros que lo forman.
 
 
Ciertamente está todo lo que hay que saber y se  nos advierte de que  esta Guía no está compuesta desde un punto de vista confesional. Su acercamiento  a los textos es histórico y literario. Pero a la vez es respetuoso con las creencias,  aun no se sintiéndose ligada a ellas, sino al intento de explicar por qué surgió el Nuevo Testamento y cómo puede comprenderse.  Lo que más me gusta de este libro: su incuestionable utilidad, su  claridad, el método didáctico y pedagógico empleado para facilitar al  lector la comprensión de un tema tan denso, las síntesis al final de los  capítulos, la presencia de diversas opiniones de estudiosos en los temas  más controvertidos, la ausencia de dogmatismo, la sencillez en la exposición,  la distribución de epígrafes y capítulos. En definitiva, me parece  un total y absoluto acierto, un libro imprescindible. 
 
 
En dos días terminaré este breve examen de la obra de nuestro autor en esta década 2006-2016 que creo fructuosa.
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
Martes, 20 de Diciembre 2016
“El Jesús histórico” (IV). Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (VIII)
 Escribe Carmen Padilla
 
 
Por último, en este apartado del “Jesús histórico” merece la pena una breve referencia a un libro muy  relacionado con todo lo anteriormente comentado a propósito de libros sobre el Jesús histórico de Antonio Piñero: La vida oculta de Jesús… a la  luz de los evangelios canónicos y apócrifos,  de la editorial “Los libros del olivo”, Madrid 2014. Su  trayectoria ha sido similar, en cierto modo, a Jesús y las mujeres, dado  que se publicó por primera vez con el título de El otro Jesús. Vida de  Jesús según los evangelios apócrifos, ed. El Almendro, Córdoba tempo atrás, 1992. 
 
 
Con ese título se tradujo al francés, alemán, italiano y portugués incluida una versión especial brasileña. Pero, después de varios años  y gracias a su éxito inicial, lo volvió a publicar la editorial Esquilo de Portugal en esos momentos afincada en España.  Para esta reedición se añadieron breves dos capítulos con los datos más importantes  de la vida oculta de Jesús según los evangelios canónicos, a saber los dos primeros capítulos de los evangelios de Mateo y de Lucas.  Entonces se tituló Jesús. La vida oculta, en 2007.
 
 
Sin embargo, esta editorial portuguesa tuvo corta vida en España y la reedición actual se debe  a la aparición de una nueva editorial, “Los libros del olivo”, en la fecha  reciente arriba indicada. Frente a la edición anterior, esta nueva ha sido revisada muy a fondo por  el autor y tiene un añadido de unas cien páginas, en las que los denominados ‘evangelios de la infancia’ (Mateo 1-2 y Lucas 1-2), se estudian a modo de comentario breve y se extraen los posibles datos históricos que pueden iluminar, algo solamente en cuanto a la vida oculta de Jesús, ya que en esos capítulos  comienza la tendencia ensalzatoria de Jesús tan típica de los apócrifos
 
 
En la conclusión de este libro reformado se hace una valoración de lo que pueden ofrecer para el conocimiento de la vida oculta de Jesús tanto los evangelios canónicos como los apócrifos. Y el autor defiende que como “Mateo y Lucas (Marcos y Juan no traen absolutamente nada de la vida oculta de Jesús, puesto que nada sabían o no les interesaba), compusieron los evangelios probadamente  más antiguos de todos los que se conocen, ello nos indica  que las obras apócrifas evangélicas casi solo valen para la historia de  la teología y de las ideas religiosas del siglo II o posteriores a él, y no  para desvelar auténticos secretos de la vida de Jesús o de los orígenes  del cristianismo”.
 
 
Por ello se argumenta que el acercamiento al Jesús de la  historia debe hacerse a través de los documentos más cercanos cronológicamente  a Jesús, los evangelios canónicos, aunque de la mano de la  crítica filológica e histórica.   Los evangelios apócrifos quedan como muestra ante todo de la piedad popular, lo cual no quiere decir que en ocasiones no hayan afectado, por la fuerza de la tradición, incluso a la concreción de los dogmas como la “Asunción de María” y la “Inmaculada Concepción” (fundamentados sin duda en la tradición apócrifa), y en las llamadas “ciencias” teológicas auxiliares como la mariología y la josefinología.
 
 
Finalmente, el libro que comentamos –y esta noticia no está en mi artículo del Homenaje al Prof. Piñero, “In Mari Vita Tua” que me sirve de guía– ha visto coronado su periplo de versiones a lenguas extranjeras con la edición inglesa-norteamericana, que con el título “The Hidden Life of Jesus” ha publicado la editorial “Wipf and Stock”, Oregon, USA, en 2016, con traducción del Dr. Thomas Hudgins.
 
 
Concluiré pronto, pues solo me quedan por comentar dos libros de ese decenio 2006-2016, que dejo como capítulo aparte por su importancia.
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
 
 
Lunes, 19 de Diciembre 2016
“El Jesús histórico” (III). Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (VII) (18-12-2016)
 
Escribe Carmen Padilla
 
 
 
A finales del mismo año 2012 publicó Antonio Piñero, Ciudadano  Jesús. Las respuestas a todas las preguntas,  en editorial Atanor, Madrid  2012.  Fue esta otra editorial que  desapareció rápidamente, pero que ha sido sustituida con gran eficiencia por Editorial Adaliz (sic) que distribuye sus libros por correo a través de su página web.
 
La estructura de este libro es diferente a las delos demás. Está hecho sin textos delante,  sin bibliografía, de memoria, y se basa en las respuestas a muchas preguntas  que al autor le han sido formuladas – y le siguen formulando – sobre Jesús en clases, seminarios, conferencias, entrevistas en diferentes medios,  blogs de internet, páginas de Facebook y correo electrónico etc. Como él mismo advierte, no todas las preguntas  tienen respuestas seguras: unas lo son y otras sólo hipótesis razonables,  porque el primer deber de un historiador es “ser modesto y reconocer  que, si toda reconstrucción histórica del pasado es difícil, mucho más  cuando el personaje cuya figura se intenta reconstruir vivió hace unos  dos mil años y además no dejó nada escrito”.
 
Con todo, el objetivo del  libro es “acercarse a la figura y misión de Jesús con los menores prejuicios  posibles y ofrecer un acercamiento maduro, honesto y de acuerdo  con la ciencia histórica a su persona y su pensamiento”. Las preguntas  planteadas en el libro (329) son de lo más variado, tanto cuantas son las  inquietudes de los lectores, y abarcan todas las facetas posibles sobre la vida y resurrección de Jesús, para concluir con los rasgos esenciales  que, en opinión del autor, constituyen su figura histórica. Al final del libro se repite  la pregunta inicial con la que se abre: ¿Fue Jesús un enigma?
 
Simplifico la respuesta de  A. Piñero: el ‘enigma’ se formó porque los evangelistas  construyeron una biografía de Jesús basándose en dos elementos principales: uno, la tradición de lo que había sido Jesús, que se imponía por la  fuerza de los hechos y por la memoria colectiva; otro, la reinterpretación espiritual y divinizadora del personaje,  propia sobre todo de Pablo junto con la interpretación mística del Evangelio de  Juan. Por supuesto habrá quien opine, en mi opinión, que el empeño de  separar al Jesús histórico del Jesu-Cristo de la fe es baldío y no lleva a ninguna  conclusión definitiva, pero realmente es lo que caracteriza la línea de  pensamiento de A. Piñero como queda patente no sol en este libro sino en  toda su bibliografía.
 
Como el conjunto de preguntas y respuestas de Ciudadano Jesús abarca prácticamente todo lo que puede resultar interesante acerca de Jesús de Nazaret, en este libro tenemos un compendio de los resultados de la investigación histórica en torno al personaje. Se lee fácilmente, las respuestas van directas, muy al grano, y creo que son fáciles de comprender. En mi opinión se aprende lo sustancial de Jesús con este libro.
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
Domingo, 18 de Diciembre 2016
“El Jesús histórico” (II). Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (VII)
Hoy escribe Carmen Padilla 
 
 
– A lo largo de 2012 aparecieron otros dos libros sobre Jesús que  pueden considerarse complementarios, en el sentido de que presentan  su figura desde nuevas perspectivas: 1. Ciudadano  Jesús. Las respuestas a todas las preguntas, ed. Atanor, Madrid  2012 y 2. Jesús de Nazaret. El hombre de las cien caras, ed. EDAF, Madrid 2012. Hoy voy a hablar solo del primero.
 
 
Este libro puede parecer un poco raro, porque se trata de   una recopilación de textos evangélicos, canónicos y apócrifos –hasta los siglos III y IV– sobre los diversos aspectos de Jesús y las afirmaciones que sobre la naturaleza y la misión de este hicieron los cristianos que pertenecían a diversas “escuelas” teológicas: cómo se veía él a sí mismo y cómo lo vieron sus discípulos,  sus amigos y sus enemigos.
 
Afirma en el Prólogo el autor que no es “un  libro de texto” sino “un libro de textos” y, de hecho, apenas contiene  comentario alguno, sino una buena introducción y una conclusión que estimo muy interesante. Por si alguien pensara que los textos aducidos se utilizan como fuente igualitaria para dar cuenta de esas “cien caras” del Jesús histórico sin ningún tipo de discernimiento,  leemos en el Prólogo mismo:
 
 
“Aunque no se hacen diferencias tipográficas en su presentación, ello no quiere  decir que se otorgue el mismo valor como fuente histórica a todos los textos presentados. No  vale lo mismo para reconstruir al Jesús histórico el material contenido en los  evangelios más antiguos, que coinciden con los aceptados por la Iglesia, es decir, Marcos, Mateo, Lucas y en menor grado Juan, que  el fantasioso conjunto de textos que la reinterpretación de Jesús fue acumulando a partir del siglo II hasta el XI más o menos. Pero son muestras de la evolución  del pensamiento cristiano sobre Jesús ”.
 
 
Como en el resto de las obras, asegura A. Piñero en las conclusiones que “es normal que haya serias divergencias entre las reconstrucciones  del Jesús de la historia y las especulaciones puramente teológicas  que componen el Cristo de la fe”. Este libro, pues, recoge esas  divergencias. Tuve personalmente la oportunidad de preguntarle al autor sobre  el libro y su respuesta fue la siguiente que procuro transcribir con exactitud:
  
“La idea rectora del libro al ofrecer al lector textos tan contradictorios sobre la figura y la verdadera naturaleza Jesús de Nazaret supone que la imagen de Jesús como Cristo, o mesías celestial, era tan  variada entre los cristianos de los primeros siglos y, a veces, tan contradictoria,  que no podía ser otra cosa que  un producto de la religiosidad interior. Por tanto, si los primeros  cristianos se consideraron capacitados por el Espíritu para interpretar a  Jesús cada uno a su manera, no se ve por qué hoy día no podrían hacer lo mismo”.
  
En el fondo este libro es una suerte de ensayo de una “pedagogía de la comprensión” hacia las demás personas que tienen una idea diferente de Jesús que uno mismo, y sobre  cómo no es posible disentir hasta la agresión o el desprecio hacia otros cristianos  simplemente por pensar diferente de Jesús. Al mismo tiempo el libro puede ser un  tanto deletéreo para las mentes que se conforman con ideas puramente tradicionales, fijas, sin matices sobre Jesús  ya que muestra la irreductible variedad de las ideas cristianas sobre el personaje que  difícilmente pueden reducirse a dogmas sin dejar fuera a muchos cristianos.
 
No se extrañe, pues, el lector si en el elenco de opiniones cristianas sobre Jesús aparecen –y voy a poner solo unos ejemplos– Jesús como Dios existe antes de los siglos / Jesús es un hombre normal, como otros.  Hay encarnación verdadera / No hay encarnación verdadera. Virginidad perpetua de María, incluso después del parto de Jesús / No hubo virginidad perpetua de María, incluso después del parto de Jesús. Juan Bautista es el maestro de Dios / Juan Bautista desconoce quién es Jesús.  Jesús es fiel cumplidor de la ley de Moisés / Jesús corrige a fondo la Ley y su interpretación. Jesús funda una iglesia / No funda una Iglesia…
 
Y así podríamos seguir. Y el libro concluye: “Es inútil hacer afirmaciones apodícticas basándose en las fuentes transmitidas --nuestro único sistema de conocimiento--  y es inútil morir o matar por una visión de Jesús que en esencia permanece fluctuante y relativa”.

Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
  
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
Sábado, 17 de Diciembre 2016
“El Jesús histórico” (I). Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (VI)

Escribe Carmen Padilla
 
 
Inicio este apartado sobre el Jesús histórico transcribiendo unas líneas de A. Piñero a propósito  de su libro Jesús y las mujeres, ed. Trotta, Madrid 2014 (reedición),  que pueden servir de marco para todos los demás: 
 
 
“Mi libro no es divulgativo, sino científico y de análisis personal. Pero a la  vez está escrito con palabras claras, con frases y párrafos cortos, y aporta la  traducción al castellano de todos los textos, lo cual es una ventaja para el lector,  puesto que cómodamente puede hacer una interpretación personal. Siento  que la gente confunde la claridad con lo divulgativo (que, incluso muchísimas  veces es de alta calidad científica). No quiero escribir para que no me entienda  la gente, aunque el tema sea complicado. Tampoco soy dogmático y procuro presentar siempre las conclusiones como lo más probable. Luego que cada uno opine  como quiera… Mi deseo es esclarecer…” 
 
 
Esta declaración de intenciones está presente en toda la obra, como  dijimos al principio. Analizamos ahora los libros que se refieren más  directamente a la figura del Jesús histórico, aunque, de forma más o  menos explícita, Jesús siempre esté presente en todos. 
 
 
El referido libro Jesús y las mujeres se publicó por primera vez en la editorial  Aguilar, Madrid 2008. Su reedición en la ed. Trotta, Madrid 2014,  supuso una revisión de la primera, y en ella se han añadido algunos  complementos, como los tres índices de autores de pasajes citados del  Antiguo y del Nuevo Testamento. Asimismo se ha cambiado el orden de  determinados capítulos.  Se trata, en resumen, de un análisis pretendidamente aséptico de  todos los textos de la literatura evangélica de los tres primeros siglos  –tanto la canónica como la apócrifa– sobre la relación de Jesús con las  mujeres, incluyendo en el corpus el papiro copto del  evangelio de María, recientemente descubierto y del que se ha ocupado  Karen L. King, del que nuestro autor mismo ha manifestado que cree ser un falso.
 
En cada texto citado se ofrece un comentario que intenta  contextualizarlo, es decir, responder a la pregunta sobre qué entendería  un lector de su época correspondiente, a fin de poner en valor su  historicidad. En cuanto al análisis de los textos, propone el autor cuatro  niveles o estratos, desde el punto de vista de su cercanía a Jesús a saber:
 
A) el más cercano a la vida de Jesús, es decir,  el nivel del Jesús de la historia;
 
B) el de la comunidad de los seguidores  más inmediatos de Jesús;
 
C) otro más alejado cronológicamente de Jesús,  de segunda o incluso de tercera generación, que representa el punto de  vista de los evangelistas o de la comunidad en que vivían;
 
D) el de los  evangelios apócrifos, muy posterior a la vida de Jesús, a veces siglos,  con narraciones a todas luces legendarias.
 
Teniendo en cuenta estos diferentes  estratos se obtienen conclusiones sobre el Jesús de la historia,  si bien dichas conclusiones han encontrado en algunos sectores cierta  oposición, porque, según Piñero, “no se quiere aceptar otra imagen que la que uno tiene ya previamente en su cabeza”. La pregunta latente en  todo el libro –que se contesta en las conclusiones finales– es la  siguiente: ¿Supuso la actitud de Jesús un auténtico movimiento revolucionario  que postuló en la teoría y en la práctica un cambio teórico  y práctico en la consideración de la mujer, y en sus funciones como  mujer respecto al varón en la sociedad de su época? O, dicho de otro  modo, ¿propuso en verdad Jesús un nuevo modelo ideológico respecto  a la función y al papel de las mujeres en la sociedad de su tiempo, que  fuera realmente un cambio profundo, una revolución de los valores sociales  vigentes?
 
El autor justifica su respuesta al final con un desglose  de razones derivadas del estudio previo de los textos: no es posible sostener que Jesús fuera el primer feminista dela historia. No hay ningún texto que lo justifique. El que Jesús piense que las mujeres están teológicamente, a nivel dela salvación, o “ante Dios”    en un nivel igual a los varones era algo absolutamente obvio entre los maestros fariseos de la época de Jesús…, pero esto no supone que sociológicamente se considere a las mujeres en pie de igualdad con los varones, es decir, con los mismos derechos y deberes. Jesús no se salió, pues, del marco “machista” general de su época tanto en Israel como en el mundo grecorromano o egipcio. No hay el menor indicio ni la menor proclama feminista en boca de Jesús, ni el menor cambio de consideración socio-política de las féminas…salvo que las tratara generalmente bien, cosa que igualmente era común entre los rabinos de la época.
 
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
Viernes, 16 de Diciembre 2016
Dos novelas históricas “La Puerta de Damasco - Herodes el Grande”, y “El Trono maldito”. Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (V)
 
Escribe Carmen Padilla
 
 
Para concluir el apartado  del mundo en torno del Nuevo Testamento debemos citar, aunque sea brevemente,  dos libros que hacen referencia al mismo período, pero escritos en  un género literario distinto. Se trata de dos novelas históricas, la única  incursión de Antonio Piñero en un territorio que no ha frecuentado demasiado hasta ahora.
 
1. La primera tuvo dos nombres. Primero se llamó “La Puerta de Damasco” y la publicó una editorial en Orense, Bellbook, que luego se supo que era más pirata que Drake (desapareció naturalmente y dejo colgados a todos los autores embaucados). Más tarde, dado el turbulento perfil de la editora desaparecida, la retomó otra casa editorial portuguesa, Esquilo, con un cambio de título. Se llamó  entonces Herodes el Grande, Badajoz 2007.
 
 
Esta primera novela fue concebida como la primera entrega de una  trilogía que aún no está completada. El rey Herodes el Grande, que da  título definitivo al volumen, es el protagonista principal, pero por sus páginas desfilan  los actores más importantes del momento: el emperador Augusto,  Livia, Salomé y los hijos de Herodes, Antípatro y Arquelao , quien sería  el sucesor en el trono de Israel por breve tiempo, y otros muchos personajes  con diferente grado de protagonismo. En síntesis, las páginas  de la novela relatan al detalle las diversas peripecias por las que pasa el  agitado mundo judío y su relación con el Imperio Romano: las intrigas  de la corte de un rey inteligente, cruel, amante de las artes y enamorado del mundo cultural grecorromano en general.
 
La trama es la propia de una corte de época helenístico-romana con personajes muy duros y de enorme impronta en su entorno. Las ambiciones personales, las envidias y traiciones, el amor, la guerra y la política de su tiempo son las dueñas de la escena en la que al final nace un niño que más tarde sería conocido como el “rabino” de Nazaret.  En definitiva, se trata de un conjunto de motivos bien estructurado que se erige sobre un fondo histórico absolutamente real, a pesar de no  olvidar la veta ficcional. La novela parte de una presunta carta de un  judío a su amigo romano Quinto Marcio, lo que sirve al autor de causa  lógica para incluir en su narración las noticias sobre el nacimiento de  Jesús y concluye con la última carta de la correspondencia entre estos  dos amigos. Cierra el libro un útil Glosario sobre términos técnicos y un  Índice de personajes por orden alfabético. 
 
 
2. Cuenta el propio A. Piñero que escribió la segunda novela enseguida, pero que la  mantuvo “en un cajón” durante unos quince años. Parece ser que dudaba  de su capacidad para este tipo de obras meramente narrativas (le  habría gustado escribir como Robert Graves, decía) y al final recabó  la colaboración de José Luis Corral, reconocido escritor del género histórico  novelado para dar forma definitiva a lo que el mismo pensaba que aún era un mero borrador, aunque desarrollado. Sobre la idea y manuscrito original del propio Piñero, trabajaron codo a codo Corral y nuestro autor durante un año… y –opino– la colaboración fue un éxito, hasta el punto de que al leer la novela es  imposible adivinar la parte de cada uno.
 
 
La novela salió finalmente a nombre de los dos autores José Luis Corral-Antonio Piñero, con el título El Trono Maldito. La editorial es Planeta, Barcelona  2014, y ciertamente es la continuación natural de la novela anteriormente reseñada.  Asistimos en esta ocasión a la muerte del cruel rey Herodes tras  ordenar la ejecución de su hijo Antípatro, en otro tiempo su hijo más  querido. No es de extrañar este hecho, puesto que ya había ordenado también las  muertes de sus hijos Alejandro y Aristóbulo, y la de su esposa preferida, Mariamme, de estirpe macabea. A lo largo de las páginas de la novela, se suceden las  intrigas para ocupar el trono de Israel, que al fin conseguirá Arquelao, hijo de otra esposa de Herodes (tuvo nueve legales), la bella samaritana  Maltace, sin eludir las maniobras de otros personajes históricos, como Herodes  Antipas, Tiberio, sucesor de Augusto, y la irrupción de Juan Bautista,  Jesús de Nazaret, Pilato, Caifás, Julio Agripa, Calígula, etc.
 
 
En definitiva,  una extensa galería de los personajes del momento, cuyas vidas se  entrelazan en las turbulentas relaciones de Israel con el Imperio, componiendo  uno de los períodos más controvertidos y contradictorios de  la historia de la humanidad. Relato histórico, siempre fiel a los acontecimientos,  que incluye algún personaje de ficción, como Hipódamo,  jefe de la policía de Judea y de Galilea o su esposa Rut. No obstante, si  bien estos personajes son ficticios, no lo es el papel que desempeñan a  lo largo de la obra, es decir, que su función existió realmente.  
 
Me parece que lo más importante del relato es ver como los personajes de Juan Bautista, y sobre todo, Jesús de Nazaret se articulan perfectamente en la historia del Israel del siglo I, y cómo la predicación de ambos acerca de la pronta venida del reino de Dios sobre el suelo de Israel (un tema aparentemente solo religioso) tuvo tan impresionantes y necesarias consecuencias políticas…, de modo que la vida de los dos predicadores hubo de acabar tristemente como la de otros sediciosos –desde el punto de vista del Imperio Romano– contra el poder político dominante en Israel que no era otro que el romano.
 
 
Termina  esta novela con unos útiles mapas sobre el Imperio Romano a la muerte de  Augusto, el reparto de Israel a principios del siglo I y unos planos de  Jerusalén y de su Templo en el mismo siglo. Una página con la Cronología  de los hechos más significativos y la consabida galería de Personajes  ayuda, además, a situar a cada uno en su contexto. Esta novela ha tenido una excelente acogida, siendo, en mi opinión,  amena, instructiva y de fácil lectura, con todos los ingredientes para  enganchar al lector,  ingredientes que pueden ser perfectamente la base de una buena serie de época para la televisión.
 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
Jueves, 15 de Diciembre 2016
El entorno de Jesús y el mundo del Nuevo Testamento.  Bibliografía comentada  de los últimos libros del Profesor Antonio Piñero  (IV)
 Hoy escribe Carmen Padilla
 
 
Comienzo este apartado con dos libros que surgieron a partir de  sendos cursos organizados en la Universidad Popular de Logroño por el  profesor Eugenio Gómez Segura. Él y Antonio Piñero son los editores  y coautores de ambos:  
 
1. La Verdadera Historia de la  Pasión, según la investigación y el estudio histórico, editorial EDAF, Madrid  2008,
 
2. El Juicio Final, editorial EDAF, Madrid 2010. 
 
 
 
A. Las ideas directrices del primero son, por un lado, la intención de  dar a conocer la importancia de la historia de la pasión de Jesús para  la comprensión del desarrollo de los Evangelios y de la constitución de  la teología cristiana; por otro, la certeza de que no es posible entender a  fondo la historia de la pasión si no se la sitúa en su contexto adecuado,  es decir, en las culturas religiosas del entorno (Egipto y Grecia sobre  todo) y en el mundo judío del siglo I.
 
Me parece una de las cosas  más significativas del libro la síntesis que se recoge en la p. 227, que responde a la siguiente  pregunta: ¿Qué consideramos históricamente posible de los relatos acerca  de la Pasión de Jesús? La respuesta a esta cuestión resulta novedosa  y bien argumentada, explicando que las acciones y dichos recogidos por  los evangelistas como históricamente sucedidos en una semana debieron  durar mucho más tiempo: en opinión de A. Piñero, desde la fiesta  de los Tabernáculos (septiembre) hasta la de Pascua (abril).  Asimismo, aquellos episodios en los que coinciden los dos testimonios  más representativos de Marcos y Juan, si bien despojados de lo  que puede ser un cierto embellecimiento posterior, pueden considerarse  razonablemente históricos en su núcleo (p. 232). En un Anexo, a continuación,  se destacan también aquellos episodios cuya historicidad es al  menos dudosa, por ejemplo, el episodio de Barrabás, la presencia de mujeres  junto a la cruz, los eventos en torno a la muerte de Jesús, y otros  muchos. Completa el libro un interesante Apéndice sobre la pasión de  Jesús en el cine contemporáneo y una cuidada bibliografía. 
 
 
B. El Juicio Final, en el Cristianismo primitivo y las religiones de  su entorno, ed. Edaf, Madrid 2010, parte de la afirmación de que la  creencia apocalíptica es una de las ideas religiosas más extendidas en  todas las culturas. Al igual que en el libro anterior, se hace un repaso  de cómo las sucesivas religiones, en especial la egipcia y la irania –las dos que más han influido en la mentalidad judía e, indirectamente por tanto en el cristianismo– han ido configurando un corpus en  torno al motivo del juicio final, para luego centrarse en el cristianismo  y judaísmo antiguo.
 
 
Así, se analiza en profundidad cómo se refleja este  tema en los evangelios, tanto en los sinópticos como en el cuarto evangelio,  en Pablo de Tarso y en el Apocalipsis, para concluir igualmente  con un Apéndice sobre el tratamiento que el juicio divino y el juicio  final han merecido en el cine contemporáneo. La conclusión es clara, la  creencia en un Juicio final implica necesariamente la creencia también  en la resurrección o, al menos, en una cierta forma de vida más allá de  la muerte. En resumen, se ofrece al lector una perspectiva de la historia  de las religiones en este punto y cómo esta ideología subyacente desemboca  e influye en las nociones cristianas. 
 
 
3. Año I. Israel y su mundo cuando nació Jesús,  ed. Laberinto, Alcorcón (Madrid) 12008 (en cartoné), 2º edición de 2014 (en rústica).  Es este un delicioso y ameno libro, eminentemente pedagógico, que nos  sitúa durante el año I en Israel, en el nacimiento de Jesús, personaje  trascendental en el desarrollo de Occidente. La idea del autor es que  no basta con conocer solamente ese pequeño rincón del mundo mediterráneo,  sino que es imprescindible ampliar la perspectiva y enmarcar  el hecho en su contexto histórico, religioso y social.
 
 
En efecto, Israel formaba parte del Imperio  Romano y tenemos diversas fuentes que pueden ayudar a su mejor conocimiento.  Fundamentalmente, además de la arqueología, la epigrafía  y la numismática, valiosas ayudas para descubrir el mundo antiguo,  están los textos: Flavio Josefo y Filón de Alejandría sobre todo, pero  también una gran cantidad de escritos religiosos judíos (Apócrifos del  Antiguo Testamento), los Manuscritos del Mar Muerto, la Misná y la  literatura cristiana primitiva, el Nuevo Testamento, especialmente los  Evangelios.
 
 
El libro nos proporciona una excelente información sobre  el Imperio Romano y sus fronteras del momento, la historia y vicisitudes  de organización del propio Israel dentro del Imperio, la economía,  las clases sociales, las religiones del entorno y las creencias básicas del  pueblo judío, la Ley, el Templo, los sacrificios, las sectas dentro del judaísmo  y, en general, todos los aspectos que se deben tener en cuenta  para obtener una visión completa de la tierra que vio nacer a Jesús y en  la que desarrolló su vida. 
 
Entre las conclusiones que se derivan de este estudio, destacamos la  siguiente:  Conocer el año I, año en que nació Jesús, nos ayuda a comprender hoy  nuestro pasado religioso, y nos ayuda también a comprender a Occidente que  de algún modo vive ese legado. El judaísmo –y cristianismo que nace de él— se  hallan a caballo entre dos mundos: el grecorromano y la herencia propia judía. 
 
Saludos cordiales de Carmen Padilla
 
 
Añado como postdata dos enlaces que me parecen interesantes:
 
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part.html
 
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part_13.html
 
Miércoles, 14 de Diciembre 2016
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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