CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero




Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: Autoconciencia mesiánica de Jesús deducida del testimonio completo de los Evangelios, casi siempre indirecto.


Como vimos en la nota anterior a esta concepción mesiánica se opone otra muy distinta. Esta segunda noción es novedosa, pues rompe el marco de las ideas judías corrientes, que hemos visto en tantos y tantos textos del Antiguo Testamento, de los Apócrifos que complementan a este corpus y de Qumrán, que hemos presentado hasta el día de hoy..., y es la noción dque los evangelistas atribuyen a Jesús, y que sus discípulos no llegan a comprender por mucho que se les explique.

La mayoría de los exegetas adscriben esta concepción -al menos en parte- a la teología de la comunidad postpascual, es decir, no al pensamiento del Jesús de la historia, sino a la reinterpretación de éste por parte de sus discípulos tras su muerte, y a la luz de la creencia de que había sido resucitado por Dios.

Se trata del mesianismo nuevo:

Tomado de una interpretación absolutamente nueva en el judaísmo de los “Cantos del siervo de Yahvé”, de Isaías 40-53, que hasta el momento se habían interpretado en el judaísmo como referidos a un rey terrenal futuro, sí, y al pueblo judío en su conjunto, que sufre penalidades, pero que gracias a la bondad providente del Dios de la Alianza sale siempre hacia delante. Ahora esta profecía se aplica exclusivamente a Jesús por parte de sus discípulos tras la muerte y la creencia en la resurrección.

Es un “siervo de Dios” doliente, condenado a muerte por los hombres con la anuencia divina, conforme a un plan divino desde la eternidad, que ha de resucitar a los tres días (Mc 8,31: 8:31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días), y de un Hijo del hombre que debe padecer mucho y ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas del pueblo (ibid.).

Se trata de un mesías, hijo real, óntico, amado de Dios, que viene a la tierra pero no quiere ser reconocido como tal (“el secreto mesiánico”) hasta después de "que resucitara de entre los muertos" (Mc 9,9), concepción muy difícilmente comprensible (en Jesús se encarna el Logos, según la formulación del Evangelio de Juan, para cumplir una función mesiánica, pero no desea ser reconocido como tal hasta que no exista sobre la tierra).

Se trata de un mesías, al que se considera como “el cordero”, la víctima querida expresamente por Dios, cuya muerte expiatoria habría de salvar al mundo entero de sus pecados, como indica Jn 1,29-30:

Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. 31 Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.»


Se trata finalmente de un mesías que no fue entendido o reconocido como tal por sus discípulos, quienes después de estar codo con codo, día y noche, con Jesús al menos durante un año o año y medio, eran incapaces de captar la necesidad salvífica de la crucifixión (véase Mc 9,32: “32 Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle ”).

Parece poco razonable atribuir a Jesús tan malas condiciones y cualidades pedagógicas. En un año y medio de convivencia Jesús fue incapaz de hacer comprender a sus discípulos qué pensaba él en realidad sobre la condición de “mesías”. Esto supuesto es bastante inverosímil, aunque lo afirmen los evangelistas.

De entre estas dos concepciones, antagónicas, la de esta nota y la anterior (2-27-57) el historiador se ve obligado a rechazar una como no de acuerdo con la realidad histórica.


Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“El problema de la ejecución de Jesús por los romanos”

• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.


Viernes, 2 de Octubre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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