Notas
Hoy escribe José Sanhueza Vargas
Un buen amigo de Chile me ha enviado una cronología del Nuevo Testamento que ha confeccionado recopilando distintas fuentes, cuyo últimos aportes han sido tanto la “Guía para entender el Nuevo Testamento libro "Guía para entender a Pablo de Tarso", ambos de la Editorial Trotta, Madrid, del 2006 (5ª edición del 2016) y el segundo de 2015. Como creo que es de mucho interés para los lectores / amigos he pensado que sería bueno para todos que viera la luz aquí. Agradezco mucho a José su trabajo, del que él el autor ý responsable único. Siento que los medios en los que se publica, no respeten las cuatro columnas en las que está dividida (Año Roma Palestina Jesús/Cristianismo) y solo aparezcan los años seguidos, uno detrás de otro sin distinción de columna. El original es mucho más pedagógico. Así que cada uno tiene que imaginarse el escenario por el contenido. Año Roma Palestina Jesús/Cristianismo -37 Herodes el Grande conquista Jerusalén con un ejército romano y expulsa a los partos, es nombrado Rey de los judíos. -29 Octavio Emperador vitalicio. -28 -27 Octavio asume como Augusto César. -26 -25 Hambruna en Judá, Herodes vende sus bienes para alimentar al pueblo. -24 Simón Ben Boeto Sumo Sacerdote. -23 Herodes recibe la Traconítide, Batanea y Auranítide. Nace Arquelao, hijo de Herodes. -22 Herodes inicia las obras del Templo. -21 -20 Herodes recibe Paneas. Nace Herodes Antipas. -19 Muere Virgilio. -18 -17 -16 -15 Marco Agripa ofrece cien animales para sacrificio en el Templo de Jerusalén (hecatombe). Nace Julio César Germánico. -14 -13 -12 -11 -10 ¿Nace Filón de Alejandría? -9 -8 -7 Nace Juan el Bautista. -6 Samaritanos profanan los patios del Templo esparciendo huesos humanos. Nace Jesús -5 Matías Ben Teófilo Sumo Sacerdote. -4 Nace Séneca Joasar Ben Boeto y Eleazar Ben Boeto Sumos Sacerdotes. Herodes hace poner un Águila de Oro en el templo, revuelta de estudiantes de la Torá que son llevados en cadenas a Jericó y quemados vivos. Dos rabinos ajusticiados. Muere Herodes el Grande. Revuelta en Galilea del pastor Atronges (autoproclamado Mesías) y sus hermanos. La rebelión se expande por el país, Publio Quintilio Varo la reprime y crucifica a 2000 judíos. Destrucción de Séforis. -3 ¿Nace Apolonio de Tiana? Arquelao Etnarca de Judea y Samaria. Herodes Antipas Tetrarca de Galilea. Filipo Tetrarca de Gaulanítide. -2 -1 1 2 3 4 5 6 Anás Ben Seti Sumo Sacerdote. Queja contra Arquelao, juzgado y destituido. Judea provincia romana. Tito Coponio Máximo Procurador. Publio Sulpicio Quirinio/Quirino proclama censo tributario. Revuelta de Judas de Galilea y el sacerdote Sadoq. En Perea, el esclavo Simón incendia el palacio de Herodes en Jericó y destruye residencias de campo de la nobleza. Jesús de 12 años en el Templo (?) 7 8 9 Revuelta de Arminio en Germania, desastre del bosque de Teotoburgo donde muere Publio Quintilio Varo. Marco Ambirio Procurador. 10 Séforis se convierte en la primera sede real de Herodes Antipas Nace Saulo de Tarso. 11 12 Annio Rufo Procurador. 13 14 Muere Augusto. Tiberio Emperador. 15 Valerio Grato Procurador. Grato destituye a Ánano y nombra a Ismael Ben Fiabi Sumo Sacerdote. 16 Julio César Germánico derrota a los germanos. Germania bajo dominio romano. Eleazar Ben Anás Sumo Sacerdote. 17 Grato destituye a Eleazar y nombra a Simón Ben Kámitos Sumo Sacerdote. 18 Grato destituye a Eleazar y nombra a José Caifás Sumo Sacerdote. 19 Muere Julio César Germánico padre de Calígula. Expulsión de los judíos y los seguidores de Isis de Roma. 20 Construcción de Tiberiades, segunda sede real de Herodes Antipas. Muere Hillel 21 22 23 24 25 26 Poncio Pilatos Procurador y prefecto de Jerusalén. Inicio del ministerio de Juan el Bautista Jesús se une a Juan, Bautismo de Jesús. 27 Matrimonio Herodes Antipas con Herodías. Encarcelamiento de Juan. Jesús se separa de secta de Juan. Formación Secta Nazarena, inicio de su ministerio. 28 29 Muerte de Juan el Bautista. Muere Shamai. 30 Conversión al judaísmo de la reina Elena de Adiabene. Jesús va a Jerusalén. Muerte de Jesús (Viernes 15 de Nisán, 7 de Abril). 31 32 Muerte de Esteban. 33 Conversión de Saulo. Retiro en Arabia y Damasco 34 Muere el tetrarca Felipe. 35 Filón de Alejandría escribe las Hypothetica Revuelta de Samaritanos en Garizim reprimida por Pilatos. 36 Queja de samaritanos, Pilatos cae en desgracia y pierde su puesto. Vitelio en Jerusalén: Caifás pierde su puesto, Jonatán Sumo Sacerdote. Fundación de la Iglesia de Antioquía. Pablo visita en Jerusalén a Pedro y Santiago. 37 Muere Tiberio, Calígula Emperador. Vitelio nombra a Teófilo Sumo Sacerdote. Marcelo Procurador. Calígula nombra a Herodes Agripa gobernador de Batanea y Traconítide. Calígula ordena poner su estatua en el Templo, no alcanza a llevarse a cabo. Guerra entre Aretas y Herodes Antipas. Estancia de Pablo en Cilicia y Antioquía hasta el año 44. Saludos cordiales de José Sanhueza y Antonio Piñero
Jueves, 2 de Junio 2016
Comentarios
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: Todos los días veía el despacho de F.B.T. al pasar y sabía que en cuanto pudiera me sumergiría en ese estudio, pero la vida me ha tenido entretenida muchos años con asuntos esenciales. Ahora tengo la oportunidad de al menos informarme de si sigue existiendo el grado en la pública para poder darle forma a la idea o descartarla definitivamente. En caso negativo, \existe alguna posibilidad de cursar estos estudios por otros medios? Le agradezco que encuentre un hueco para leerme en medio de sus ocupaciones y aún agradeceré infinitamente más que me responda. RESPUESTA: Los estudios de Filología Bíblica Trilingüe (latín griego hebreo/arameo; historia de Israel Literatura hebrea, Nuevo Testamento; literatura del cristianismo primitivo, etc.) están muertos en la Complutense, definitivamente por falta de presupuesto y por la poca afluencia de alumnos. Nadie más que yo lo siente. La única manera de estudiar en serio Filología Bíblica Trilingüe, y solo en parte, está en la Universidad Pontificia de Salamanca o bien en la Universidad San Dámaso. FACULTAD DE LITERATURA CRISTIANA Y CLÁSICA c/ San Buenaventura, 9 - 28005 Madrid. Telf.: 91 364 49 11 // 91 365 01 26. Pero le aviso con toda sinceridad que la orientación ideológica es dificultosa, por lo puramente confesional. No son estudios histórico críticos y crítico literarios, sino a medias. Unos estudios confesionales, por muy liberales que sean, tienen unos límites ideológicos que no pueden saltarse. No es lo mismo que una universidad aconfesional que no pretende hacer más que historia y literatura, y que es libre, teóricamente al menos, para despejar tentaciones de cierto partidismo. Tal universidad laica debe presentar unos estudios, también teóricamente más histórico críticos y crítico literarios que pueden acercarse más –si es posible– a un representación de la Antigüedad cercana a lo que pudo ser. Pregunta: Han llegado a mis manos un par de libros titulados: Guía de la Biblia. Antiguo Testamento y Guía de la Biblia, nuevo Testamento de Plaza & Janes. Estos dos volúmenes publicados en 1988 tienen como autor a un reputado escritor de ciencia ficción, Isaac Asimov. La verdad es que me ha sorprendido tanto la estructura de los 2 libros como la sencillez con la que está presentado. Situaba a este autor en otro tipo de contenidos. ¿Que opininión le merecen estos dos libros profesor? RESPUESTA: Siento decirle que no los he leído. He pasado toda mi vida leyendo solo literatura científica, la que de algún modo se considera así en la Academia (es decir, en la Universidad), y apenas he tenido tiempo para leer ciencia-ficción. Es posible que un hombre sabio como Asimov haya escrito cosas interesantes y las haya expuesto claramente, pero a la verdad no tenemos tiempo en la Universidad para esas lecturas. Bastante tenemos, para estar algo al día de lo que se publica, con echar un vistazo por ejemplo, en el Elenchus Bibliographicus Biblicus, de la revista “Biblica”, de Roma y seguir el ritmo de la investigación con la revista trimestral New Testament Abstracts. Con elllo puedes comprar los libros que te interesen y seguir –también con artículos de revistas serias– el ritmo de la investigación… ¡Y nunca se está al día! La materia es inabarcable. Por su parte, búsquelos en Internet y verá que es absolutamente imposible abarcar todo lo “serio” o “académico” que se escribe. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Miércoles, 1 de Junio 2016
Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo
El último post insertado por quien firma [¿Un nuevo ágraphon de Jesús? (I)] no fue más que una broma, que espero no haya causado demasiados quebraderos de cabeza a nuestros amables lectores. Sin embargo, la broma no es original. Aparte de algunas barrabasadas de mi cosecha en la introducción, lo fundamental fue inventado hace casi setenta años. A continuación explico su historia (en un texto que no es, a su vez, una broma, sino un informe veraz de lo ocurrido). En 1950, el respetado clasicista de Princeton Paul Robinson Coleman-Norton publicó el texto griego que constaba en el post anterior –de hecho, el texto era bastante más largo– en la prestigiosa revista Catholic Biblical Quarterly. En su artículo, titulado “An amusing Agraphon”, Coleman-Norton contaba que lo había encontrado en los tiempos en que, durante la Segunda Guerra Mundial, se encontraba en Fedhala (Marruecos) como oficial del ejército británico encargado del control de la información sobre prisioneros de guerra. Según él, había encontrado el texto griego dentro de un volumen que contenía, por lo demás, textos árabes en la mezquita de la ciudad. Coleman-Norton proporcionó información detallada sobre el hallazgo (totalmente falsa) así como un minucioso análisis filológico del texto (completamente inventado). Entre las características notables del fragmento griego, Coleman-Norton notó que el texto “descubierto” presentaba una lectura variante de Mt 19,26 y el nuevo hápax legómenon triphyodontismós o “tercera dentadura”. Antes de enviar el divertido artículo a Catholic Biblical Quarterly, Coleman-Norton lo había enviado a la Harvard Theological Review, cuyo director por entonces, el eximio Arthur Darby Nock, lo había rechazado. También lo envió a continuación al Journal of Biblical Literature, editado entonces por Philipp Hyatt. (Un tercer rechazo se produjo en el Journal of Religion, publicado por Amos Wilder, por cierto hermano del novelista Thornton Wilder). Pero ¿por qué rechazaron estas revistas el artículo? Lo que había ocurrido es que, en ambos casos (en el de la HTR y la JBL) el artículo había sido enviado para su revisión a un cierto Bruce Metzger, un nombre bien conocido de todo especialista en Nuevo Testamento como figura señera de la crítica textual. Ahora bien, resulta que Metzger había sido alumno de Coleman-Norton, y recordaba perfectamente haberle escuchado la ingeniosa ocurrencia relativa a un discípulo que, al escuchar a Jesús hablar del “rechinar de dientes” le hubiese preguntado qué habría ocurrido a quienes no tuvieran dientes, y que Jesús habría respondido que los dientes se le habrían suministrado. En los informes que preparó para la HTR y JBL, Metzger sugirió que se trataba de una falsificación, antigua o moderna, pero muy probablemente (dada su experiencia con Coleman-Norton) moderna. En realidad, aunque Bruce Metzger sugirió que el artículo era el resultado de una ficción piadosa o pia fraus, hay suficiente material en el artículo que permite concluir que, lejos de ser una pia fraus, no fue otra cosa que una ingeniosa broma del clasicista de Princeton, un inteligente jeux d’esprit. Lo cierto es que el artículo de Coleman-Norton es muy divertido, sobre todo en las notas académicas que incluyó para hacer de su broma algo particularmente respetable. Por ejemplo, comentando la frase “Dios daría a los pecadores una tercera dentadura (triphyodontismós)”, entre corchetes suplementó el texto con un “whether ante or post mortem is not clear”, que a su vez expandió con una nota a pie de página después de ante que rezaba así: “This, I understand, while very uncommon in mankind, is not unknown in odontology as well as in folklore” (“Esto, a mi entender, mientras que es muy infrecuente en la especie humana, no es desconocido en odontología, al igual que en el folklore”). El clasicista de Princeton debió de reírse a mandíbula batiente al inventarse el texto y escribir su artículo. Yo, al leerlo –y al escribir mi post de la semana pasada–, me he reído asimismo de buena gana. Espero que también lo hayan hecho -o lo hagan ahora-, como mínimo algunos de nuestros lectores. Feliz mes de junio. Saludos cordiales de Fernando Bermejo.
Miércoles, 1 de Junio 2016
NotasHoy escribe Antonio Piñero Enlace para un documental sobre el "Judaísmo de Jesús" en el que yo participo. EL documental está ya en alquiler por 1,49 Euros (para poder verlo en 72 horas), o e venta por 3,99 (Para poder verlo toda la vida). Se puede ver en TV con SmartTV, PC, Mobiles, tablets, con una cuenta de Youtube. ENLACES para Alquiler o compra del documental en Youtube: Cap 1: https://www.youtube.com/watch?v=aIrKC5mKF9g Cap 2: https://www.youtube.com/watch?v=H86jafGHyuw Cap 3: https://www.youtube.com/watch?v=VYOcSrrwS5s Cap 4: https://www.youtube.com/watch?v=zuJgTFe-ndM La compañía que está produciendo el documental, o mejor la serie, se denomina SteadyCamline". Y el responsable principal del documental es Arístides Moreno. Va todo esto con mi agradecimiento por la tarea realizada. Saludos cordiales de Antonio Piñero
Lunes, 30 de Mayo 2016
Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo
Comparto hoy con nuestros amables lectores una primicia, que sin duda dará mucho que hablar durante los próximos meses o años en el ámbito de la exégesis bíblica, por su posible trascendencia para una reconstrucción del pensamiento escatológico del Jesús histórico. Desde los años 90, una extensa campaña arqueológica en Ismant el-Kharab (la antigua Kellis), en Egipto, ha sido llevada a cabo por la Monash University (Australia). Entre los hallazgos sobresalen los textos maniqueos, pero hay también material cristiano. Hace dos años se descubrió un texto papiráceo cristiano –reconstruido solo recientemente– que contiene el que parece ser el único pasaje superviviente de una traducción griega del Opus Imperfectum in Matthaeum, obra en su momento atribuida (erróneamente) a Juan Crisóstomo. Lo interesante de este texto para los interesados en el Nuevo Testamento y el Jesús histórico es que expande Mt 24:51, el pasaje que habla del castigo del siervo malvado (“y le partirá por la mitad y le deparará la misma suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”), conteniendo lo que parece ser un nuevo ágraphon de Jesús. El pasaje acaba de ser publicado, en inglés, en un apasionante artículo escrito por Hope y Schröter, en New Testament Studies, aunque estos en los últimos meses habían compartido su hallazgo con algunos estudiosos entre los que he tenido la fortuna de contarme. Ofrezco del texto las primeras líneas –las más interesantes para el estudio del Nuevo Testamento–, con la transcripción griega y traducción española: KAI IDOU, TIS TON MA(THET)ON AUTOU EPHESTÓTON AUTÓ ÉLEGEN: RABBI, HO LÉGETAI ME(THER)MENEUÓMENON DIDÁSKALE, POS DYNÉSETAI TÁUTA GENÉS(THAI) EAN ÓSIN ANÓDONTES? APOKRITHEIS DE HO IESOUS EIPEN: OLIGÓPISTE, ME SKÝLLOU. EI ARA TINÓN HYSTERÉSONTAI, HOI ODÓNTES PROSPARASKEUÁSONTAI. TOÚTOU DÈ MEDEÌS THAUMÁZETO, KATHÒS HO AMATHÉSTATOS MATHETÉS HOUTOS OUK OIDEN HOTI HO THEÒS TOIS HAMARTOLOIS TON TRIPHYODONTISMÒN AN DIDÓE, EI EK TOÚTOU TOU PHOTÒS KEIS TO SKÓTOS EKEINON ÍOMEN ANÓDONTES HO AUTÒS EVANGELISTÈS GÀR PRÓTERON ÉGRAPSEN HOTI HO IESOUS ÉIPEN HOTI PARÀ MÈN ANTHRÓPOIS TOUTO ADÝNATON ESTI, PARÀ DÈ THEÒ PÁNTA DYNATÁ ESTIN. Y he aquí que uno de sus discípulos presentes le dijo: “Rabbí –que, traducido, significa ‘maestro’–, ¿cómo pueden suceder estas cosas si no tienen dientes?”. Respondiendo Jesús, dijo: “Hombre de poca fe, no te inquietes. Si les faltaran, se les proveería de dientes”. Que nadie se asombre de esto, como hizo ese discípulo tan ignorante que no sabía que Dios daría a los pecadores un tercer conjunto de dientes, en caso de que fueran desde esta luz a aquella oscuridad sin dientes. Pues el mismo evangelista había escrito anteriormente que Jesús dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible”. Aparte del interés lingüístico de este texto –así, ofrece una variante a Mt 19,26, y sobre todo el término “triphyodontismós” es un hápax legómenon en la literatura griega–, lo interesante de él estriba en esta nueva enseñanza de Jesús. A un discípulo que, intrigado al oír aquello de que “allí será el llanto y el rechinar de dientes”, pregunta al maestro cómo es posible tal rechinar si los cuerpos, en la resurrección, no tuvieran dientes –algo que en la Antigüedad, dada la falta de higiene bucal, debía ser frecuente entre los ancianos –, Jesús responde que a quien no tuviese dientes, se les proveería sobrenaturalmente de ellos, de tal modo que el “rechinar de dientes” –brygmòs tón odónton– (Mt 24,51) fuese posible y la fiabilidad de su predicción escatológica no se vería menoscabada. En próximas entregas analizaremos el significado y la trascendencia de este curioso ágraphon. Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 18 de Mayo 2016
Notas
Escribe Rogeli Armengol, con un apéndice de Antonio Piñero
Cuando escribí que «se hace evidente que una doctrina violenta no es la de Jesús» me proponía poner de relieve que ante la ferocidad, dolor y daño causados por una bárbara institución creada por las iglesias que decían seguir el mensaje de Jesús, éste no sólo hubiera condenado la Inquisición sino que se hubiera sentido horrorizado. En el supuesto que como usted defiende Jesús no hubiera condenado la violencia y se hubiera rodeado de algunos violentos pienso que tal cosa no le hubiera impedido condenar a la Iglesia católica romana y a la Iglesia calvinista sin olvidar al violento Lutero, éste sí violento según está documentado. Si Jesús fue partidario de la violencia u hostilidad contra el enemigo –hostilidad y violencia, palabras diferentes en este contexto–, este enemigo no era quien mantenía ideas o concepciones diferentes relativas a la religión, sino que era el opresor de Israel. También el buen Sócrates luchó contra los enemigos de Atenas. Jesús pudiera haber luchado, –aunque no lo hiciera–, contra los enemigos de su patria o de su pueblo, pero tal cosa, según mi criterio, no echaría por tierra sus propuestas éticas como no destruyó las de Sócrates por haber guerreado por su ciudad, guerreó por su ciudad a pesar de que sus propuestas éticas no incluían la violencia. Por otra parte, en relación con los principios morales me costaría admitir que Jesús hubiera autorizado u organizado una institución y unos horribles métodos como los de la Inquisición, en esta ocasión, contra el enemigo romano. Hay modos y grados en lo relativo a la violencia, al amor, a la venganza, modos y grados que se dan en todos los componentes del grupo humano. Quizá se puede defender que la violencia se insinúa en el Corán, pero no todos los musulmanes se adhieren a la violencia de alguna variante eclesial o grupal dentro del islamismo como la salafista y yihadista. Es muy evidente que Pablo y los evangelistas divulgaron aspectos legendarios y quizá mintieron a sabiendas acerca de la vida, la conducta o el mensaje de Jesús. Como muestra se puede tomar de Pablo «Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez», de Mateo, en todo tan exagerado y rígido, «Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron»; Lucas que al parecer gustaba de la resurrección de muertos nos explica en Hechos que también Pedro y Pablo resucitaron muertos. No obstante, como expone usted y otros muchos expertos, algunos dichos de Jesús referidos por los evangelistas pueden considerarse históricos. En lo relativo a la violencia de Jesús en base a los indicios evangélicos sobre su violencia o, mejor todavía si deberíamos tener a Jesús por un personaje violento me pregunto a raíz de lo escrito por usted: «los discípulos de Jesús iban armados, con armas pesadas, es decir espadas de combate»: ¿el hecho de que algunos discípulos, no parece que el rabí también, fueran armados indica con certeza que fueran armados para iniciar combates contra los romanos o puede pensarse también que iban armados para poder defenderse de algún ataque? ¿Debemos suponer que Jesús fue el maestro y jefe de un grupo armado guerrillero? Pero lo que me parece más importante sería lo siguiente: las referencias evangélicas al pacifismo, tolerancia y mansedumbre convivencial –publicanos enemigos de Israel y amigos de Roma, por ejemplo– ¿fueron invenciones de los evangelistas? No creo, y pienso que Piñero nunca lo ha dicho. Por otra parte, me inclino a pensar que en lo relativo al amor al enemigo, aunque fuera inimicus, el relato de Mateo y Lucas –el de Lucas como de costumbre es menos rígido, menos exagerado– acerca de la mejilla siempre me ha parecido un relato legendario, exagerado. No me encaja con la vida y mensaje de Jesús un tal sometimiento al agresor aunque fuera de la propia tribu y pueblo, es suficiente con decir y propagar: no devuelvas mal por mal, abstente, no recurras a la venganza, ayuda a quien te ha ofendido si puedes ahorrarle un dolor y si hay demanda sincera de perdón –como dice Lucas a diferencia de Mateo–, perdona. En las últimas páginas de mi libro destaco como virtudes o valores altamente apreciables la amabilidad y la generosidad porque promueven una vida mejor al grupo humano. Usted las posee. He conocido a cantidad de académicos y uno no se encuentra a menudo con personas amables y generosas y que además gusten de vivir con ecuanimidad. Además, me admira su capacidad de trabajo, más todavía si pienso que es mayor que yo –unos cinco meses–. Aunque yo no sea un holgazán observo sorprendido y con estima tanto amor por el trabajo, por el trabajo bien hecho. Para mí es evidente que usted no habla nunca del galileo armado, esto lo hace Montserrat entre otros, pero sí que puede ser útil que lo repita para que personas que parecen honestas, como alguna de sus comentaristas, entre sus seguidores, no se confundan. Para terminar y para volver al principio de este escrito diré que lo que no me encaja en absoluto con el quehacer y la doctrina de Jesús es que hubiera bendecido a los crueles eclesiásticos, empezando por Tomás de Aquino y siguiendo con el Papa Paulo IV, que mandaron la tortura y la muerte o torturaron y mataron de forma sádica a cristianos reformados, entre otros muchos. Violento o no contra el poder romano entiendo que Jesús se hubiera horrorizado de lo que estos violentos eclesiásticos hicieron en su nombre. Esto es lo que yo quería mostrar acerca de lo escrito: una doctrina violenta no es la de Jesús. Rogeli Armengol Barcelona, 8 de mayo de 2016 Y con estas palabras del autor, enviadas por correo electrónico, termino la serie de comentarios sobre el libro El mal y la conciencia moral. La fuerza de las ideologías, el respeto, el amor, el odio. Editorial Comte d’Aure, Barcelona 2014. Para mí, este libro es una reflexión muy clara, bien argumentada, sintética, sobre la ética en nuestro tiempo y sobre cómo puede encajar en ella la figura de Jesús de Nazaret y las ideas centrales de su sistema moral/ético. Es un libro lleno de sentido común y que ilumina ciertamente un caminar seguro y social por la selva en la que algunos pretenden convertir nuestra convivencia humana en el siglo XXI. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Jueves, 12 de Mayo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Vamos acercándonos a una síntesis de lo dicho hasta ahora: dejando aparte la ética general de Jesús –que como escribí ya– está tomada del Antiguo Testamento y del judaísmo helenístico, que podía aplicarse totalmente a la vida diaria de un israelita del siglo I, que es la moral que todos conocemos desde el catecismo, y que es “buena”, según R. Armengol, esa otra ética, la propia de Jesús, la que vale solo para los momentos inmediatamente anteriores a la venida del Reino de Dios no es aplicable ni en el siglo I ni ahora, salvo en breves momentos y con fines específicos. Una sociedad duradera como incluso reconoce un exegeta nada propenso a etiquetar de "interina" la ética de Jesús como Helmut Köster, en su justamente famosa Introducción al Nuevo Testamento (versión española de la Editorial Sígueme, Salamanca 1988, p. 588) no puede regirse por las normas propugnadas por Jesús el Nazoreo, puesto que no puede elevarse a categoría de ley intemporal las consecuencias de la llamada al seguimiento: el desprendimiento absoluto (¡venta!) de todos los bienes necesarios para el sustento, el sufrimiento acarreado por una no aceptación del "mundo", cargar con la cruz, etc. (cf. Mc 8,34) y la práctica disolución de los vínculos familiares significarían el fin de cualquier sociedad organizada. Esta distinción que proponemos entre la ética del seguimiento (fundamento del anacoretismo cristiano) y la ética “normal” del Antiguo Testamento elaborada por un Jesús –que sigue, sin saberlo probablemente, las directrices del judaísmo helenístico, muy influido por la religiosidad griega– nos parece una distinción razonable y no pretende negar la evidencia de los textos evangélicos mismos. Es cierto que, aunque en el Sermón de la Montaña tales imperativos que hemos calificado de “interinos” no aparecen nunca motivados expresamente por el fin del mundo inmediato, sí es claro por todo el contexto de la predicación de Jesús –orientada al próximo advenimiento del Reino– que estos mandamientos se hallaban condicionados justamente por esa situación especial de Jesús y sus oyentes. Fuera de ella son en la práctica, como hemos afirmado, imposibles de cumplir. Y, de hecho, quienes han pretendido llevarlos a cabo al pie de la letra han debido huir del mundo y negar unas realidades que fueron creadas por Dios –según las tesis del Génesis– como buenas para el común de la humanidad. Otras afirmaciones de Rogeli Armengol en su libro (pp. 17-19) como las que siguen a continuación me parecen muy sensatas. Así “El Maestro del Evangelio, como le llamaba Kant, fue un profeta que quiso reformar la teología y la ética judía y las hizo más humanas al acercarse siempre, en nombre de un Dios amoroso, a los pobres, desvalidos y dolidos”; según la opinión de muchos expertos con prestigio es dudoso que él se creyera el Mesías o Ungido, el Khristós dicho en griego, que esperaban los judíos creyentes”. Es también interesante la comparación de la ética de Jesús con la moralidad que se atribuye a Buda en las fuentes: “Al decir que la doctrina de Buda es menos buena que la de Jesús estoy gobernado por mi ideología. En este caso por mi ideología que hace del dolor y el daño lo fundamental para discernir el bien y el mal. Entiendo, aunque puedo caer en el error, que Jesús, a diferencia de la mayoría de filósofos y de otros religiosos, estuvo siempre atento al dolor de sus semejantes e hizo del dolor y el daño el criterio principal de su mensaje. Jesús siempre oyó y atendió el lamento de las víctimas y de los desgraciados mientras que Buda quizá estuvo más atento al perfeccionamiento personal”. No puede sino estar muy de acuerdo con que “Si se acepta que Platón alteró gravemente el pensamiento de Sócrates mi comentario acerca de que podríamos saber más del pensamiento de Jesús que del de Sócrates tendría fundamento. Al respecto debe recordarse que Platón, sin pestañear, atribuye a Sócrates la doctrina platónica de las Ideas o Formas y algunas afirmaciones contenidas entre otros lugares en República que es del todo imposible que Sócrates hubiera formulado. Si Platón atribuyó a Sócrates la teoría de las Ideas, pudo atribuirle otras muchas concepciones y en relación a ello lo escrito por Aristóteles en su Metafísica a mi modo de ver es una clara denuncia de Platón: «Sócrates no atribuía existencia separada a los universales ni a las definiciones. Sus sucesores, en cambio, los separaron, y proclamaron Ideas a tales entes, de suerte que les aconteció que hubieron de admitir, por la misma razón, que había Ideas de todo lo que se enuncia universalmente» [1078b30]. Igualmente opino que es sensata la observación de que “los evangelistas no fueron historiadores sino hombres de fe, teólogos que –como le sucedió a Sócrates– según manifiestan los exegetas actuales, atribuyeron a Jesús algunos dichos o concepciones que hoy en día casi nadie considera hechos históricos que se puedan a asignar al maestro de Nazaret. Debe recordarse que los evangelios fueron escritos bastantes años después que las cartas de San Pablo y los evangelistas, sobre todo, Marcos y Juan fueron muy influenciados por la teología de Pablo en lo relativo a la soteriología, la salvación de las almas. Pablo fue el primero en propagar que Dios envió al mundo a Jesús para ser sacrificado y, mediante este sacrificio, redimir a los humanos”. No es desdeñable en absoluto el comentario de Armengol a la parábola del Buen Samaritano: »El sencillo se dice a sí mismo: no se debe causar dolor y daño, debo ayudar al dolorido si puedo. Para entender bien lo anterior lo mejor es leer el Evangelio de Lucas [10, 29-37]. El maltratado que iba de Jerusalén a Jericó es auxiliado y salvado por un hombre, un samaritano, que seguramente no creía exactamente lo mismo que los creyentes judíos, el sacerdote y el levita, que ven al herido y pasan de largo. »A mi juicio una gran enseñanza escondida en esta parábola radica en el tipo de persona escogida: un samaritano. El conflicto religioso y humano entre los habitantes de Judea y los de Samaría era secular, los judíos consideraban que los samaritanos eran seres algo inferiores, pero no obstante Jesús era amigo de ellos. Los judíos odiaban a los de Samaria. El templo de Jerusalén era el lugar sagrado de Israel, en su centro estaba el Debir, el Santo de los santos, el Santísimo, un recinto en forma de cubo de 10 metros de lado, siempre cerrado y completamente vacío en tiempos de Jesús donde residía la Presencia de Dios. Nadie excepto el Sumo sacerdote podía entrar en el Debir y lo hacía una sola vez al año, el gran Día de la Expiación, el Yom Kippur. Los samaritanos no reconocían la grandeza única del monte Sión en Jerusalén donde se construyó el Templo, ellos creían que el Templo verdadero debía elevarse en el monte Garizín, cerca de la antigua Siquén en Samaria. Pensaban que los sacerdotes que oficiaban en el Templo de su monte eran los legítimos de la ley mosaica y no reconocían a los sacerdotes del templo de Jerusalén. De la Biblia hebrea, el Tanaj o Antiguo testamento, compuesto por 24 libros, los samaritanos sólo aceptaban 6 como canónicos, el Pentateuco y Josué. »La potencia de pensamiento de Jesús se muestra en este pasaje evangélico: el Maestro prescinde de la ideología, entiendo que expresamente, y pone el acento en las obras. El justo no es aquél que sostiene una buena ideología religiosa sino quien ayuda. Jesús está por encima de las creencias y los dogmas. Se salva quien ama a Dios y cumple con los mandamientos como le dice al joven rico, «si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos» (entre otros, Mateo 19, 17). La fuente del humanitarismo mana por caños de diferente grosor, a veces el de la compasión es el mayor y más abundante”. Como escribí ayer, concluiremos pronto. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 10 de Mayo 2016
NotasEscribe Antonio Piñero Después de que he expuesto cuál es mi opinión sobre los textos jesuánicos del Nuevo Testamento que mandan el amor a los enemigos, quiero recoger en algunas citas, amplias, las observaciones de R. Armengol, en las pp. 168-170 de su obra “El mal y la conciencia moral”, que estamos comentando que me parecen sensatas: »El amor y la compasión, mucho más el primero que el segundo, persiguen el bien de los otros y es mucho más difícil beneficiar que dejar de perjudicar. El respeto evita el perjuicio, el amor persigue el beneficio del congénere. De todo lo anterior se desprende que pongamos al respeto como el principal de los sentimientos morales al ser más frecuente y al poder ser exigible. »El amor, como otros sentimientos, no se puede exigir mientras que el respeto, mirar para no dañar, es exigible en cualquier relación humana. Sería el que fundamenta el mayor de todos los deberes: no causar el mal cuando se puede evitar. »Cuando decimos que el amor no se puede exigir nos referimos al aspecto sentimental del amor, al afecto, no se hace referencia al aspecto comportamental o beneficiente del amor. En los Proverbios bíblicos y en el mensaje de Jesús con mayor determinación se prescribe hacer el bien al enemigo. «Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen», dice Jesús. Pero este precepto no puede decir ni dice “tendrás afecto por el enemigo”. »Estoy en parte de acuerdo con la opinión de John P. Meier, el especialista católico en el Nuevo testamento. En el volumen IV de su libro Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico (Editorial Verbo Divino, en curso de publicación aún ) al referirse a los mandamientos de amor de Jesús escribe: «“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Como sucede en el Deuteronomio, en esta parte del Levítico la palabra “amor” tiene el sentido concreto de querer el bien y hacerlo, no simplemente el de experimentar un sentimiento de afecto más o menos intenso» (p. 497). «Además, como indica la enseñanza de Jesús a lo largo de los evangelios, es un amor verdaderamente bíblico, judío. Aunque sin estar divorciado de las emociones, no es una cuestión de sentir el bien, sino ante todo de querer hacer el bien» (p. 534). «Jesús no incurre en el absurdo de ordenar que se experimenten determinadas emociones. Lo que él manda a sus discípulos es que quieran el bien para sus enemigos y que les hagan el bien, cualesquiera que sean los sentimientos que los discípulos abriguen hacia ellos, y sin que importe que los enemigos sigan siendo enemigos a pesar del bien del que hayan sido objeto. Conviene hacer hincapié en este último punto» (p. 537). »Se hubiera podido decir: «Sed benefícientes con vuestros enemigos». Si se entiende el mandamiento de Jesús como la ayuda al enemigo o al adversario aunque no haya afecto no es imposible cumplir con el mandamiento. No dijo Jesús nada descabellado. ¿No nos hemos comportado de este modo en alguna ocasión? »Acerca de los mandamientos de amor de Jesús propongo que el Maestro estableció una diferencia entre amar a los demás, incluso al enemigo, y a «amar al prójimo como a uno mismo» tal como aparece en Levítico (19, 18). La clave para entender el pensamiento de Jesús la ofrece Lucas (10) al escribir sobre el Samaritano. »¿Quién es el prójimo para Jesús? «¿Quien de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» (10, 36), pregunta el Maestro. Según lo escrito por este evangelista el prójimo del herido y maltratado, tal como propone Jesús, no es todo el mundo, no es cualquiera, no es el sacerdote o el levita –el auxiliar del sacerdote– que pasaron de largo, sino quien le socorrió, el buen samaritano. El herido puede amar al samaritano, y sólo a él, como a sí mismo porque éste es su prójimo. No suele entenderse de este modo, pero creo que este es un asunto muy importante. »El sagaz Hegel también se equivocó en su juventud al interpretar este pasaje evangélico en su Historia de Jesús. Hegel, como hacen muchos, dice que el prójimo del samaritano es el herido (pp. 58-59), pero no observa que lo que quiere decir Jesús es diferente, el Maestro parece que quiere dejar claro que el prójimo del herido es el samaritano. »Entiendo que Jesús formula una interpretación muy precisa de lo prescrito en Levitico 19,18. Él recomendaba, en primer lugar, amar a todos, es decir, no causar dolor o daño a nadie, ayudar si se podía, incluso al enemigo y, en segundo lugar, amar como a uno mismo al prójimo, a aquél o a aquélla que te ayuda o te ha ayudado, te ha socorrido, a aquellos que no te dejan tirados, éstos son el prójimo al que se puede y se debe amar como uno mismo. De ser así Jesús fue un pensador muy realista. »Jesús tenía un conocimiento muy grande del Antiguo testamento y parece que cuando prescribe: «Amad a vuestros enemigos» tiene en cuenta a lo dicho en los Proverbios bíblicos: «si cae tu enemigo, no te alegres; si tropieza, no lo celebres» (24,17) y «si quien te odia tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber» (25, 21). La anterior interpretación sobre las palabras de Jesús referida al afecto concuerda con la de la mayoría de los estudiosos de la Escritura. Así, pues, puede mejorarse el comportamiento, pero no el afecto. En este sentido, el referido al afecto, decimos que el amor no es abundante ni exigible. »El amor es un afecto que implica y empuja a hacer el bien, a ayudar al necesitado, a velar por su bienestar aunque no lo necesite por el momento, amar significa, también, prevenir un mal futuro para el amado. Además, el amor requiere dar de lo propio a quien es amado si lo necesita. Pero, atención porque esta donación, este tipo de amor, no puede ser general, de ahí que sólo se puede amar a los demás como a uno mismo, si como a mí entender hace Jesús, se define bien quien es el prójimo. »Si se define el amor de este modo puede decirse que no se puede exigir un amor afectuoso para el enemigo, es suficiente con dejar de hacerle el mal y darle de beber si tenemos agua y él no la tiene. No se puede amar al enemigo como amamos al hijo o a la pareja. No se puede amar a los verdugos de Jesús como se le puede amar a él. Con todo, no digo que Jesús no pudiera amar a quienes le crucificaban, fue un ser muy especial. En conclusión, me parece que amar al prójimo como a uno mismo es mucho más difícil e infrecuente que respetarle, no causarle daño. De ahí que nos conformemos con el respeto y no esperemos que el amor fundamente la moralidad. »Para concluir sobre este tema, adoptamos la compasión como sentimiento moral y no lo hacemos con el amor por lo siguiente: la compasión puede mover a dar algo de lo propio, pero no siempre lo consigue mientras que cuando hay amor damos siempre algo de lo propio cuando se necesita. La compasión es un freno ante el mal. Dar de lo propio es bastante infrecuente por ello no se podría incluir al amor como basamento de la moralidad. No tengo mucho que comentar. Espero que los lectores caigan en la cuenta que su propuesta, comentando a su vez la tesis de John P. Meier («que quieran el bien para sus enemigos y que les hagan el bien, cualesquiera que sean los sentimientos que los discípulos abriguen hacia ellos, y sin que importe que los enemigos sigan siendo enemigos a pesar del bien del que hayan sido objeto. Conviene hacer hincapié en este último punto») podría enfocar desde otra perspectiva las diferencias que hace G. Puente Ojea siguiendo a Karl Schmitt (que he citado en las dos postales anteriores) entre enemigo público y enemigo privado. Pero observo que no aparece en los evangelios un Jesús que ayude o haga el bien a sus enemigos, por ejemplo, a herodianos y a saduceos. Sí alaba en ocasiones a algunos fariseos/escribas/doctores de la Ley cuando cree que profieren o mantienen una sentencia recta (por ejemplo, Mc 12,34 a propósito de un escriba “Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios»”)… Pero en la mayoría de las ocasiones se muestra con todo ellos nada amable, sino a veces muy hiriente y ofensivo. Concluiremos pronto. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.antoniopinero.com
Lunes, 9 de Mayo 2016
NotasEscribe Antonio Piñero Prometimos en nuestra postal anterior añadir una ulterior matización sobre el concepto de enemigo al que Jesús se refiere cuando manda “amar a los enemigos”, pues sosteníamos que Jesús nunca pudo mandar el amor hacia los romanos, enemigos del Reino de Dios, o los judíos de las clases elevadas que colaboraban con los dominadores, como colectivo. Hay que distinguir muy bien entre enemigo personal y público (cada fariseo en particular, sus “colegas” en las líneas fundamentales de su fe judía, con los que Jesús discutía no eran “enemigos” estrictos, sino adversarios, por mucho que discutieran entre sí. Los planes de matar a Jesús por parte delos fariseos, nada más empezar su vida pública en Galilea, son una evidente exageración de los evangelistas (otra cosa serían los jefes delos sacerdotes, todos saduceos y al final de su ministerio), como están de acuerdo prácticamente todos los comentaristas, incluidos los católicos. Y como Jesús no hace tal distinción (al menos en la tradición evangélica) tenemos que recurrir al trasfondo de la Biblia hebrea que era la base del pensamiento de Jesús sobre los enemigos privados y los públicos. La dificultad de la distinción reside en que ya en el griego de los LXX (o Septuaginta en latín, la traducción griego muy antigua, comenzada hacia el 270 a.C. de la Biblia hebrea) el vocablo echthrós traduce de una manera casi constante el hebreo 'oyeb que significa tanto el enemigo personal como el político-nacional. En su excelente artículo "echthrós, échthra" (“enemigo/enemistad”) del Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament (“Diccionario Teológico del Nuevo Testamento”) comenta Foerster cuán sorprendente es que los LXX y –menos en Ester 9,16– eviten cuidadosamente polémios en los libros canónicos de lo que hoy llamamos Antiguo Testamento. En los escritos pseudoepigráficos del Antiguo Testamento (lo que llamamos “Apócrifos del Antiguo Testamento) aparece esta última palabra, griego polémios (enemigo público; latín hostis)), más veces, pero la confusión entre echthrós, polémios = inimicus/hostis = enemigo privado/público es total (columna 811). En el Nuevo Testamento, ciertamente, echthrós significa el enemigo privado, como en Romanos 12,20 (“Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza” = lo avergonzarás y le pondrás la cara roja) ; Gálatas 4,16 (“¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad?”), pero uniéndose al sentido de los LXX, aparece este vocablo para designar también a los enemigos de Israel. Así en el importante pasaje de Lc 1,71.74, el cántico de Zacarías ("Que nos salvaría de nuestros enemigos (echthrôn) y de las manos de todos los que nos odiaban, haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza"), y en Lc 19,43, en la predicción sobre la destrucción de Jerusalén. Igualmente en otros textos que hablan de los enemigos de Dios y de su Mesías (Lc 19,27; Flp 3,18; Hch 13,10). Ahora bien, aunque, con el citado investigador Foerster (columna 813 del Diccionario que mencionamos arriba), admito que no pueda establecerse desde el punto de vista de la lingüística ninguna distinción en Mt 5,43-44 (“«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,”) entre enemigo público y privado esta conclusión no impele por sí misma a pensar que Jesús ordenó expresamente el amor a los enemigos públicos en cuanto tales. Y digo que –desde el punto de vista de la lengua no podemos establecer diferencias– porque el “enemigo” no es solamente paralelo a “los que os persiguen” (de modo que de esta manera echtrós forma la contraposición a plesíon, "prójimo", el connacional y copartícipe en la fe), sino que también se refiere al precepto del odio a los enemigos públicos muchas veces nombrado en el Antiguo Testamento. Así, por ejemplo, el mandato de eliminar a los cananeos en lugares tales como Sal 31,7a 139,21. Echthrós (“enemigo público y privado) significa también, en la parábola de la cizaña, Mt 13,24ss, y en Lc 10,19 el enemigo por antonomasia, en sentido absoluto, el Diablo. Y si no podemos hacer distinciones en el plano de la lengua, el griego en la que están traducidos los dichos de Jesús, no tenemos más remedio que obtener conclusiones generales de su comportamiento, tal como lo pintan los mismos evangelios. La verdadera dificultad reside en el texto de Mt 5,38.41, "presentar la otra mejilla", o "el que te obligue a andar una milla, ve con él dos", puesto que parece que los dos ejemplos se refieren expresamente a prácticas vejatorias de los romanos / mercenarios sirios contratados por ellos como miembros de las cohortes establecidas en Israel que actuaban en contra de la población judía sometida. Mt 25,40 (“Y el rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.”) es un texto, sin duda secundario, aunque de tradición judía; es decir, no es adscribible al Jesús histórico – el amor al enemigo se reduce intracomunitariamente a los hermanos. En los escritos joánicos el prójimo y el amor por él queda reducido al amor fraterno intracristiano, sin duda. La parábola del Samaritano (Lc 10,30-37) no es una verdadera dificultad, porque –aunque el que ejercita los actos de caridad para con el expoliado era en sí un enemigo de Israel– actúa caritativamente en el ámbito de las relaciones privadas. Jesús en esta parábola extiende extraordinariamente, sin duda, el concepto de prójimo, mucho más allá de lo que podían ni siquiera imaginar el sacerdote o el levita, representantes del pensamiento judío de la época. El samaritano, en el ámbito de las relaciones personales es un verdadero prójimo y debe ser amado. Como enemigo del Dios de Israel, en otros contextos, tendría que ser combatido Por tanto, si el pasaje de Mateo es auténtico, y parece tener todos los visos de serlo, tendríamos el hecho de que Jesús manda amar realmente a los enemigos de Israel, que practican tales vejaciones. Hay que confesar que este texto es anómalo en todo el conjunto de lo que podemos reconstruir de Jesús y que requiere una explicación. Ésta puede hallarse tan sólo, creemos, en la consideración del contexto en el que se halla inserto. Si se observa bien, el conjunto del Sermón de la Montaña se refiere a relaciones privadas, al ámbito de la moral de rango personal: comenzando por la bienaventuranzas (al menos las tres reconocidas como auténticas 1. "Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos". 2. "Bienaventurados los que tienen hambre, porque serán saciados". 3. "Bienaventurados los que ahora lloran, porque reirán”) y siguiendo por la observancia de la Ley, el discurso insiste en las relaciones entre dos particulares: no encolerizarse con el hermano, ni siquiera desear la mujer del prójimo, prohibición del divorcio, del perjurio y de la venganza, la limosna, la oración y el ayuno. En el centro de esta constelación se halla el precepto del amor. ¿Debe considerarse roto el marco de las relaciones privadas para pensar que Jesús proclamó el amor a los enemigos públicos y oficiales del Reino de Dios? No parece verosímil. Y si Jesús lo hubiese querido afirmar de modo expreso, y ante tamaña novedad en el seno de Israel ¿no esperaríamos una formulación mucho más clara? Como no es éste el caso, podemos sostener, siempre dentro del ámbito de lo verosímil, que Jesús se refería en este texto aparentemente anómalo –lo mismo que en la parábola del Buen Samaritano– a una extensión inusual del concepto de prójimo: desprovisto de su carácter de ofensor o impedimento para la venida del Reino, y en otro contexto, el mismo fariseo, o saduceo, que antes era "raza de víboras" podía y debía ser objeto de amor. Este texto del Sermón de la Montaña, por consiguiente, no rompería la afirmación que hacíamos anteriormente: la ética de Jesús es doble: amor incondicionado hacia dentro, hacia el seno de la comunidad mesiánica, y una ética de lucha y oposición sólo hacia fuera, hacia los adversarios político-religiosos del Dios de Israel. Si la argumentación que postula en Jesús una predicación del amor a los enemigos, incluso públicos, del Dios de Israel, en cuanto tales fuera correcta, deberíamos esperar de las fuentes una presentación de Jesús practicando este amor a los enemigos. En su vida pública, sin embargo, no parece que el Nazareno mismo fuera un modelo de contención, paciencia y amor con sus enemigos. Las furiosas diatribas contra fariseos, saduceos y escribas han llamado siempre la atención (véanse también los siguientes textos: Mt 10,16 "ovejas en medio de lobos"; Mt 11,20: ayes contra las ciudades impenitentes; Mt 12,39: "generación malvada y adúltera"; Mt 12,34: "raza de víboras...", etc.). Jesús es ciertamente sumamente original al extender de este modo el concepto de prójimo y ordenar este doble precepto del amor, a Dios y al prójimo, incluyendo en este último término también a los "enemigos públicos" cuando se hallan dentro del ámbito de lo privado. Debe reconocerse que el conjunto de la ética radical de seguimiento para ser digno del Reino encaja y se explica mucho mejor en el ambiente social-político de una ansiosa espera de una intervención celestial que acabara, entre otras cosas, con el odioso dominio gentil, como colectivo, sobre Israel. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Domingo, 8 de Mayo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Seguimos comentando brevemente algunos aspectos del libro de R. Armengol, El mal y la conciencia moral. La fuerza de las ideologías, el respeto, el amor, el odio. Editorial Comte d’Aure, Barcelona 2014, cuya ficha completa ofrecí en el nº 625 del Blog. Tenemos que complementar lo dicho hasta ahora sobre la figura de Jesús, en el aspecto comentado, a saber que según Armengol “Se hace evidente que una doctrina violenta no es la de Jesús”. Al respecto me quedan por comentar algunos puntos que son la actitud de Jesús respecto al reino y el amor a los enemigos. Y para finalizar mi comentario/serie comentaré –cuando terminemos con los temas de ética y en entregas futuras– un párrafo de la p. 17 del libro de Armengol que dice así: “El Maestro del Evangelio, como le llamaba Kant, fue un profeta que quiso reformar la teología y la ética judía y las hizo más humanas al acercarse siempre, en nombre de un Dios amoroso, a los pobres, desvalidos y dolidos. Luego Pablo, quizá sin proponérselo, fundó una nueva religión”. 1. La actitud exigida por la espera inminente de la llegada del reino de Dios Comenzamos con la actitud que determina toda la ética o mejor quizás todo el comportamiento que Jesús exige de sus seguidores, comportamiento que está dominado por su actitud hacia la espera del reino de Dios. En líneas generales puede afirmarse que la proclama del Reino de Dios pide obediencia absoluta: la exigencia del seguimiento a lo que predica Jesús es radical y total: "El que echa mano al arado y sigue con la vista atrás no vale para el Reino de Dios" (Lc 9,62; cf. 12,46). El reconocimiento de la validez de la predicación de Jesús y la respuesta adecuada a ella constituyen la moral del Reino: la base es la Ley; lo específico, la moral del seguimiento a lo proclamado para prepararse a la venida de aquel. Esta actitud no debe ser angustiosa y triste: la imagen de los niños que juegan en el mercado (Mt 11,16-19) lo ejemplifica. De Mc 10,23, "Qué difícil será que los que tienen riquezas entren en el reino de los cielos... más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja..." se deduce la necesidad del desprendimiento de las riquezas de este mundo; Lc 9,60 ("Deja que los muertos entierren a sus muertos...") exige una respuesta total al llamado del Reino. Y pocos son capaces de ofrecerla: Lc 13,24 ("Esforzaos por entrar por la puerta estrecha..."). Prepararse para cumplir las normas del Reino significa también controlar las fuerzas con las que cuenta cada uno (Lc 14,28-32: la construcción de la torre); la conversión sincera, incluso de última hora (el Reino de Dios es un regalo: los trabajadores en la viña, Mt 20,1-16), faculta a los pecadores (Mt 21,28-32) para entrar en el Reino antes que los que se proclaman justos, como los escribas y fariseos (Lc 18,9-14: el fariseo y el publicano); de nada vale el orgullo: el que se ensalza a sí mismo, será humillado (Lc 14,11); la recepción del Reino supone la inocencia de un niño, quien tiene en Dios una confianza y obediencia ingenuas y totales (Mc 10,15). Hay que orar: si se escucha a un amigo inoportuno, ¡cuánto más prestará Dios atención a los suyos! (Lc 11,5-8; Lc 18,1-8: el juez inicuo). 2. El precepto del amor El precepto fundamental característico del "evangelio" de Jesús es el mandamiento del amor. Los textos claves se hallan en el Sermón de la Montaña Mt 5,38-48 ("Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no resistáis al mal; antes bien al que te abofetee en la mejilla derecha, preséntale también la otra... el que te obligue a andar una milla vete con él dos... Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo, pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen... si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?), con su paralelo en el Sermón del Llano de Lucas (6,27-35). En uno de sus libros arguye G. Puente Ojea (Fe cristiana, Iglesia, poder, Madrid 1991, pp. 89-94) que "La ética de Jesús, en cuanto ética de crisis, es bifronte, pero perfectamente articulada en el contexto de la dinámica mesiánica del primer siglo de nuestra era. Jesús predicó una ética de amor incondicionado hacia dentro, para la conducta en el seno de la comunidad mesiánica, y una ética de lucha sólo hacia fuera, para la conducta con los adversarios políticos del Dios de Israel, los paganos de las naciones. Es decir, perdón y amor al inimicus, el enemigo privado; lucha y hostilidad frente la enemigo público, el hostis, categoría en la que también entraban los cómplices judíos del poder romano, especialmente muchos miembros del estamento sacerdotal" (en concreto, pp. 89-90). Esta tesis es original entre los lectores de lengua castellana, aunque la distinción es ya antigua, como veremos enseguida, me parece totalmente verosímil si se atiende a todo el contexto en el que se desarrolla el "evangelio", es decir, el mensaje de Jesús. Sin embargo, encuentra algunas dificultades en los textos sinópticos tal como nos los han transmitido la tradición, que conviene aclarar. En efecto, siguiendo a Carl Schmitt Escritos políticos. Trad. esp. Madrid 1941, 117, postula G. Puente que el texto evangélico, redactado en una lengua, el griego, que distingue claramente, como el latín, entre enemigo privado (griego echthrós, latí inimicus) y enemigo público (griego polémios; latín hostis) jamás menciona el vocablo polémios, sino ekhthrós, con lo cual en los pasajes sinópticos mencionados habría que traducirlos al latín como diligite inimicos vestros, y nunca como diligite hostes vestros. Con otras palabras, Jesús mandó amar a los enemigos privados, personales, con los únicos con los que tiene sentido un acto de amor por diferencias de tipo relacional, y no a los enemigos políticos, adversarios también de Dios. Respecto a éstos Jesús habría mantenido y postulado una ética de hostilidad y oposición. Ciertamente, en los Sinópticos "no aparece una instrucción literal de odiar, pero no por ello la posición de inconciliable hostilidad de Jesús frente a estos enemigos públicos es menos patente" (Fe cristiana, p. 111); "Es irrelevante la discusión sobre si Jesús ordenó odiar a los enemigos públicos, porque [...] Jesús deslindaba claramente las líneas del combate y los sentimientos contra los enemigos de esta empresa no necesitaban definición psicológica ni concreción especial" (Fe cristiana, p. 108). En realidad, la actitud de Jesús es la misma que la albergada por los autores de la Regla de la Comunidad de Qumrán, Manuscritos del Mar Muerto ("odiar a los hijos de las tinieblas": 1QS I 4). En este sentido, Jesús nunca pudo mandar el amor hacia los romanos, enemigos del Reino de Dios, o los judíos de las clases elevadas que colaboraban con los dominadores, como colectivo. Seguiremos reflexionando sobre esta tesis, que debemos matizar. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 6 de Mayo 2016
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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