CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero


Después de los análisis realizados siguiendo los indicios que 1 Corintios nos ha proporcionado, la Primera carta conservada de Pablo a los corintios ha resultado estar mezclada con la segunda. (= Cor B) Las dos forman la actual 1 Cor por voluntad del primer editor de las cartas paulinas, que creemos actuó a finales del siglo I.

En esta primera carta –que denominamos “Cor A”- Pablo parece responder a informaciones orales llegadas a él (está en Éfeso) por medio de Estéfanas, Fortunato y Acacio, de visita a la ciudad. Probablemente estamos o bien en el año 52 (cronología de Senén Vidal) o en el 54 (cronología de Raymond E. Brown). Es posible también que los informantes, de vuelta a Corinto, fueran los portadores de esta carta.

“Cor A” estaría compuesta de los siguientes fragmentos (en la siguiente nota los ofreceremos seguidos): 1 Cor 6,1-11 + 1 Cor 10,1-22 + 1 Cor 11,2-34 + 1 Cor 15,1-58 + 1 Cor 16,13-18.

El editor prescindió, pues,

De la fórmula introductoria, con sus tres elementos básicos: remitente, destinatario y saludos.

• De la acción de gracias a Dios por tener la ocasión de poderse comunicar con los corintios y por saber que en líneas generales la comunidad estaba bien, a pesar de los problemas concretos.

De un final completo, con los últimos saludos, recomendaciones personales y buenos deseos de que Dios haga que todo vaya bien

El editor elimino de Cor A estos tres elementos porque pensó que bastaban los correspondientes de la segunda carta (Cor B: en donde había insertado la primera), y que no era preciso ni conveniente repetirlos.

Esta primera carta (Cor A) es de advertencia a los corintios: deben resolver los problemas comunitarios que se derivan seguramente de que ellos, los cristianos, proceden de una mentalidad pagana, helenística, que en algunos casos conviene retocar para acomodarla a lo que Pablo cree que es el cristianismo.

Se cree que esta carta primera debía de ser más larga que lo conservado de ella. Probablemente, el editor tomó sólo los problemas más generales a resolver que podían servir de ejemplo para la iglesia universal, y dejó otros que estimó menos importantes.

Otra razón para que el editor no la conservara –probablemente- completa fue que introdujo en el marco de la segunda carta –Cor B- sólo aquello que él pensaba que podía encajar bien.

Los críticos han considerado que a lo largo de la edición de esta Cor A se introdujeron en el texto algunas glosas o añadiduras. Éstas pueden ser:

• 11,2: “Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido”.

• 11,19: “Desde luego, tiene que haber entre vosotros también disensiones, para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud entre vosotros”.

• 15,9-10: “Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. 10 Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.”

• 15, 39-41: “39 No toda carne es igual, sino que una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves, otra la de los peces. 40 Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres.
41 Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor.”

• 15, 56: “El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley”.

¿Por qué se estima que son añadiduras? Porque rompen el hilo del discurso –eliminadas, el hilo de la argumentación discurre mejor-, parecen amplificaciones que no vienen a cuento, o porque tratan de un tema totalmente diferente de lo que aborda el pasaje en el que está insertadas.

¿Quién insertó estas añadiduras? No se sabe. Es posible que sea el editor, que pudo tomar –a veces- fragmentos de otras cartas paulinas para completar, a su criterio, lo que él creía que el Apóstol no había dejado demasiado claro. Es posible, por tanto, que ciertas añadiduras sean paulinas, pero descolocadas de sitio.

O es posible también que sean añadidos de algún copista “listillo”, que pensó que podía enmendar la plana al manuscrito que tenía delante. Si la presunta añadidura aparece en todos, o en la mayor parte de los manuscritos de las cartas de Pablo, es señal de que la glosa es muy antigua. Técnicamente: la glosa estaba en el manuscrito “arquetipo” del que proceden todas las copias.

El próximo día –aunque la nota sea larga- ofreceremos seguido el texto completo de esta Cor A.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com


………….

En el otro blog de Religión digital el tema es:

“¿Dónde y para qué lectores se compuso el Evangelio de Marcos?”.

De nuevo saludos



Miércoles, 4 de Noviembre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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