CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Hoy escribe Antonio Piñero


1,1-5: Prescripto:

1 Pablo, apóstol, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos, 2 y todos los hermanos que conmigo están, a las Iglesias de Galacia. 3 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo, 4 que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este mundo perverso, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


El comienzo del escrito es duro y seco. No hay una introducción como en la epístola anterior (1 Tes), ni la acostumbrada acción de gracias por el buen estado de la comunidad, lo cual es una señal de terrible enfado.

Inmediatamente después de su simple nombre como remitente, Pablo (sin mencionar corremitente ninguno, como en otras cartas) formula ya una primera respuesta a un argumento que seguramente enarbolaban sus oponentes: “Él no era un apóstol de verdad, sino un mequetrefe; el origen de su apostolado era falso, no divino, sino humano”.

Pablo replica: soy un apóstol de verdad; mi vocación no dependió de hombre alguno, sino que me vino directamente de Dios Padre y de Jesucristo.

Nótese en esta rçeplica el tono “subordinacionista” de la expresión. El subordinacionismo, doctrina muy similar al “monarquianismo”, es aquella que insiste en la subordinación del Hijo, en esencia y poder, al Padre. Será la base de la concepción de la Trinidad en Orígenes, y más tarde en el arrianismo. Hoy dçia estça condenada por la Iglesia, pero en tiempos de Pablo no se había afinado aún la teología y todos eran en la práctica subordinacionistas.

Comentamos algunso versículos del texto arriba citado:

1,1: Es el reflejo de una teología/cristología muy primitiva: Jesús, aunque sentado a la derecha de Dios, no es propiamente el autor de su propia resurrección. El sujeto activo de ella es Dios Padre.

1,3-4: La distinción entre Padre e Hijo es clara, pero no hay formulación alguna de doctrina concreta sobre la Trinidad. ¿Cómo se entiende la relación entre Padre e Hijo? Igual que en el v. 1, con un tono claramente subordinacionista.La teología de la Trinidad está aún por hacer.

1,5: Hace alusión esta fórmula a la creencia judía de la existencia de una “liturgia celestial o angélica" paralela a la terrestre. Más bienn ésta última es como una copia de la angélica. Está muy presente, por ejemplo, esta idea en la literatura de Qumrán (“Palabras de las Luminarias o Luceros” y sobre todo los “Cantos para el sacrifico sabático” = 4Q303, col. I, 30, p. 438 edic. de F. García Martínez: “Alabad al Dios de las alturas vosotros los excelsos entre los divinos del conocimiento…, etc.”.

También entre los apócrifos del Antiguo Testamento hay constancia de la creencia de este tipo de liturgia celestial:

« Cuando los ángeles servidores dicen “Santo”, todas las columnas de los cielos y sus bases se tambalean, las puertas de los palacios del firmamento de Arabat tiemblan 3 Henoc 37. 38 »

Igualmente quedan restos de esta creencia en el apócrifo llamado la Ascensión de Isaías 9,24-41. Así cuando los hombres dicen “a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” están repitiendo lo que los ángeles cantan en el cielo todos los días.

1,6-10:

Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio 7 - no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -. 8 Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! 9 Como lo tenemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema! 10 Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.

El Apóstol se desahoga aludiendo brevemente a lo ocurrido: los gálatas se han pasado a otro evangelio. El lector supone inmediatamente lo que ocurrió: habían venido otros misioneros y habían seducido a los gálatas atrayéndolos hacia una nueva interpretación de Cristo. Afirmaban que la interpretación paulina, su “evangelio”, era cuanto menos incompleta.

Más tarde caracterizaremos con mayor precisión cuál era la doctrina de estos nuevos predicadores (la carta no lo hace ahora).

Baste por el momento con saber que eran judíos, es decir judeocristianos, y que habían intentado con éxito convencer a los gálatas de algo opuesto al pensamiento paulino: para ser verdaderos cristianos además de creer en Jesús mesías y ser salvados por él –como había proclamado Pablo— tenían la obligación de cumplir la ley entera de Moisés. Así, los antiguos paganos tenían que circuncidarse, observar las normas sobre los alimentos, guardar las fiestas judías, etc.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com

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Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” trato del siguiente tema:

“La reflexión sobre los orígenes del cristianismo”
Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.

Saludos de nuevo




Sábado, 28 de Marzo 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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