CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Diferentes campos de estudio en los HchAp (II)
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Hablábamos de los posibles campos de estudio sobre los HchAp y veíamos los dos primeros, que eran la restauración de los textos y el aspecto doctrinal.

3) Un tercer campo que ofrece inmensas posibilidades al investigador es su género literario. E. v. Dobschütz fue el primero que abordó el tema en un artículo publicado en 1902: “Der Roman in der altchristlichen Literatur”, en Deutsche Rundschau 111 (1092) 80-106. Su tesis de base era que los HchAp son unas obras escritas según las normas de la novela helenística. Unos años antes, como nota Kaestli en el artículo que citábamos el otro día, había apartecido la famosa obra de E. Rohde sobre la novela griega: Die griechische Roman und seine Vorläufer, Leipzig 1876. Muchas de las ideas de este excelente helenista estaban en la base de las conclusiones de Dobschütz, como lo estuvieron en la de las teorías de J. Flamion, expuestas en sus estudios publicados en la RHE. En su segunda aportación sobre los HchPe, hablaba Flamion de las “Novelas apostólicas” que relacionaba con la novela griega y la segunda sofística. Más adelante tendremos la oportunidad de referirnos al carácter retórico de fragmentos importantes de los HchAp.

Otros autores han seguido estos derroteros con el deseo de acercarse al verdadero carácter formal de la literatura cristiana en cuyo marco están situados los HchAp. Son particularmente meritorios los trabajos de R. Reitzenstein, Hellenistische Wundererzählungen, Leipzig, 1906, y de F. Pfister en E. Hennecke, Neutestamentliche Apokryphen, Tubinga, 1924, pp. 163-169. Pfister se remonta a los Himnos Homéricos, a la práctica de Jenofonte y a las teorías de Isócrates para quien “la escritura de la historia se basa en la narración de sucesos antiguos”. Y distingue en los HchAp los tres elementos que encuentra en otras aretalogías: hechos, viajes y doctrina.

Todos estos estudios culminaron en la síntesis de Rosa Söder, en la que analiza los cinco elementos fundamentales de la literatura novelística de la antigüedad: viajes, virtudes de los héroes, sus poderes taumatúrgicos, la doctrina tendenciosa y el elemento erótico. La obra de R. Söder, Die apokryphen Apostelgeschichten und die romanhafte Literatur der Antike, Stuttgar, 1932 fue reimpresa en Darmstadt en 1959. La síntesis no deja de tener interés, pero en mi opinión sistematiza demasiado y considera paralelos de la novela griega pasajes de los HchAp de carácter más bien universal en los cuentos populares. A pesar de tgodo, la misma R. Söder reconoce y acepta notables diferencias entre la novelística griega y los HchAp.

A estos tres grandes aspectos subrayados por Kaestli podemos añadir nosotros otros no menos importantes:

4) Uno de ellos es el aspecto histórico-cultural. En esa dirección se mueven algunos de los trabajos publicados en Semeia 38. Virginia Burrus se fija, por ejemplo, en el tema de los relatos de castidad, que podrían ser un indicio de un movimiento feminista de emancipación frene al protagonismo excesivo de los varones o maridos (Semeia 38, 91-99). Con la misma orientación aborda R. F. Stoops el tema del “Patronato en los Hechos de Pedro”. La situación social de patronos o protectores con sus clientes o protegidos podría estar reflejada en determinados pasajes de los HchPe, como en el caso del senador Marcelo y sus criados o en la misma forma en que son presentadas las relaciones entre la comunidad cristiana y Cristo, el “único patrono de los creyentes”.

Pero no son los únicos detalles dentro del amplio espectro del aspecto histórico-cultural de los HchAp. El dato de que sus narraciones hayan servido de base o confirmación de ciertas tradiciones en la historia de la Iglesia da lugar a la pregunta planteada ya por varios investigadores sobre su valor histórico. Los viajes apostólicos dejan un reguero de recuerdos que acaban materializados en templos y en festividades en cuyos ritos ocupan un espacio importante los textos tomados de los apócrifos. En ellos se recogen detalles de sus vidas y de su martirio, que son como la justificación de la memoria de su fiesta.

Hemos visto en días pasados numerosos ejemplos, dispersos por todos los rincones de la ciudad eterna y por amplios territorios que fueron evangelizados por los apóstoles epónimos de los Hechos. Pero las páginas de los apócrifos están llenas de referencias a acontecimientos y aspectos culturales de la época en que eran compuestos. Es natural que en los HchAp se refleje la situación de la sociedad cristiana, su piedad, sus prácticas y creencias. Los inicios de una jerarquía incipiente, la creciente formulación de las verdades dogmáticas, la práctica del bautismo y de la eucaristía. Si los sucesos maravillosos que se cuentan tienen mucho de leyenda y hasta de folclore, el contexto histórico en que se forman esos relatos delatan situaciones reales, que van evolucionando a medida que avanzan los tiempos y los consiguientes frutos de la reflexión.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro

Jueves, 5 de Marzo 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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